miércoles, 18 de junio de 2025

MIENTRAS HAYA PERSONAS, HAY ESPERANZA

Los conflictos armados, la polarización, el aumento de los discursos de odio pueden llevarnos fácilmente a la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia, pero la esperanza habita en cada ser humano y de forma especial en este año jubilar convocado por el Papa Francisco.

Con el deseo profundo de reavivar ese anhelo que anida en nuestro corazón, Cáritas presenta su campaña de Caridad, que este año lleva por lema “Mientras haya personas, hay esperanza”. Con esta campaña, la red de Cáritas se une a la fiesta del Corpus Christi -que se celebrará el domingo 22 de junio- y lanza una invitación a la sociedad y a todas las personas de buena voluntad a ser embajadores y portadores de esperanza.

Vivienda, empleo y personas migrantes, tres realidades preocupantes

El adelanto del informe FOESSA presentado en diciembre del año pasado -y cuyos datos definitivos serán publicados en el último trimestre de este año- dan cuenta de cómo la exclusión residencial, el empleo precario y la situación administrativa irregular en la que se hayan muchas personas migrantes son algunas de las causas de la cronificación de la pobreza y la exclusión que sufren más de 9,4 millones de personas en nuestro país.

El problema generalizado del acceso a la vivienda en muchos países de Europa y en concreto, en nuestro país, se ha convertido, para las personas más pobres, en un problema de emergencia social al hacerse prácticamente imposible que puedan acceder a una vivienda digna.

Las posibilidades que tienen los jóvenes de acceder a un empleo que dignifique el desarrollo personal y facilite la posibilidad de iniciar proyectos vitales están aún más mermadas entre las personas con menos recursos y más vulnerables.

Las personas migrantes que llegan a nuestro país también se ven expuestas a grandes dificultades. Enfrentan importantes dificultades económicas y sociales que les impiden integrarse en la sociedad. Muchas de las personas y familias al completo que llegan a Cáritas demandando apoyo y ayuda, viven situaciones verdaderamente dramáticas que son difíciles de resolver en el corto y medio plazo.

Todas estas realidades requieren con urgencia nuestro movimiento. Nos invitan a ser presencia real y cotidiana siempre en salida, siempre atentos a las necesidades de nuestro alrededor. El verdadero sentido de nuestra vida se juega en el espacio del nosotros compartido, y como cristianos, en la profesión de nuestra fe y el compromiso en el seguimiento de Jesús. Porque solo saliendo al encuentro de los que sufren es donde la esperanza del nosotros va tomando forma.

“Todas somos personas, y llevamos dentro semillas de fraternidad y solidaridad que brotan en forma de pequeños gestos y acciones cotidianas que contagian esperanza. Solo necesitamos recrearla y encontrar nuevas formas de hacerla tangible. A través de la resiliencia, la creatividad y el trabajo colectivo y solidario, podemos aportar luz en medio de las sombras de la realidad que nos toca vivir en este tiempo”, explica Eva San Martín, responsable de la campaña.

El papa Francisco recuerda en la Bula para convocar el Jubileo de la esperanza que “necesitamos que sobreabunde la esperanza para testimoniar de manera creíble y atrayente la fe y el amor que llevamos en el corazón; para que la fe sea gozosa y la caridad entusiasta; para que cada uno sea capaz de dar aunque sea una sonrisa, un gesto de amistad, una mirada fraterna, una escucha sincera, un servicio gratuito, sabiendo que, en el Espíritu de Jesús, esto puede convertirse en una semilla fecunda de esperanza para quien lo recibe”.

El alto valor de cada persona

En su habitual mensaje con motivo del Día de la Caridad, los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social subrayan que “el Cuerpo de Cristo se nos ofrece como el único alimento capaz de traer paz ante tanta violencia y también se ofrece como alimento y ejemplo de nuestro compromiso activo”.

“Es necesario recordar que quien participa en la Eucaristía ha de empeñarse en construir la paz y denunciar las circunstancias que van contra la dignidad del hombre, por el cual Cristo ha derramado su sangre, afirmando así el valor tan alto de cada persona. Si no tomamos conciencia de esto, nuestras eucaristías se aproximan a la incoherencia”, señalan en la nota.

Por todo ello, recuerdan que “es hora de ser peregrinos de esperanza, para anunciar el amor de Cristo al mundo. El papa León XIV, en su homilía de comienzo del ministerio petrino, nos ha dejado un encargo ineludible: ‘¡Esta es la hora del amor! La caridad de Dios, que nos hace hermanos entre nosotros, es el corazón del Evangelio’”.

domingo, 15 de junio de 2025

LA VERDAD PLENA

Dice san Juan en el evangelio de este domingo que el Espíritu os guiará hasta la verdad plena. ¿Qué quiere decir esto? Por muchas que sean las trampas, los engaños, las tergiversaciones, los bulos que nos inventemos, la verdad se abre paso en la vida. Porque la verdad, la coherencia, la limpieza de intenciones son cosas que siempre cautivan a los humanos, digamos lo que digamos. Aunque mintamos como bellacos, la verdad nos atrae.

Pero, a causa de nuestra debilidad, nuestro recorrido por la senda de la verdad es corto: nos cansamos, abandonamos, terminamos en la tiniebla de la mentira. Dice Jesús que el Espíritu hará en nosotros una obra increíble: nos llevará a la verdad plena. Ya aquí y desde ahora.

Esta es la gran obra del Espíritu, algo que se está cociendo en las entrañas de la vida porque, más allá de toda mediocridad, hay personas que van en esa dirección de la verdad honda, misericordiosa. Vivir en esa verdad es hacerlo en honda humanidad.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 12 de junio de 2025

TODOS CANTAMOS

Todos cantamos en la vida. No siempre es música, a veces es un canto interior, profundo, silencioso... pero todos con nuestra forma de creer, de amar, de vivir, de esperar, cantamos.

Hay cantos de alabanza, de gratitud, de misericordia, de justicia. Hay también cantos de batalla, de dolor, de miedo...

Si tuvieras que definir cómo es tu canto en este momento de la vida ¿que dirías?

martes, 10 de junio de 2025

NO HAY NADA QUE HACER; ¿O SÍ?

Cuando las personas con las que convivimos no responden a lo que esperamos de ellas, cuando nuestra relación va de frustración en frustración, suele asomar la idea de abandonar toda esperanza de futuro en la relación. Ciertamente, se dan situaciones en las cuales no es posible la convivencia y habrá que tomar medidas para salvar las personas.

Sin embargo, sin llegar a tales límites, más de una vez se nos desliza en las relaciones fraternas, familiares, de amistad, la desesperanza, la tentación de rendirnos. La persona que he querido y quiero, no da la talla que yo esperaba de ella, o me frustra en mis ilusiones, o no me corresponde como me gustaría, etc. Esto se formula de muchos modos: “no hay nada que hacer”, “no somos lo que pensábamos”, “¿Quién nos va a apreciar si nos llevamos mal?”. Y así una larga retahíla de sentencias que reflejan nuestra derrota. Esta sensación puede ser a nivel personal, familiar o institucional: la Iglesia, la parroquia, la comunidad, el país, el matrimonio…

Quizá tenga que comenzar por revisar mis expectativas, mis objetivos con respecto a esas personas o colectivos. Pero tal vez, también tenga que cambiar mi posición en las relaciones con los demás. Porque además de los problemas que los demás crean en la relación, también estoy yo en juego, mi mirada, mi tipo de presencia, de juicio, de servicio… De modo que en medio de las dificultades de la convivencia, los demás tendrán que ir cambiando, y también yo. Así, el camino a realizar será de todos. Aunque cada cual deberá hacer lo que le corresponda. E irán apareciendo nuevas dimensiones nunca pensadas en la fraternidad, en el matrimonio, en la comunidad.

La esperanza en las relaciones no es debida a los sueños que pongamos de ella, sino del camino que hacemos todos juntos. Dios sueña con nosotros y hace su camino con nosotros, lleno de paciencia y dedicación.

Carta de Asís, junio 2025

domingo, 8 de junio de 2025

VER A JESÚS EN LA VIDA

Escuchamos en el evangelio de hoy que los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor en su resurrección. No es rentable quedarse en las formas (¿cómo ocurrió eso, qué eran las apariciones?). Mejor ir al contenido.

La fe es una variante del amor porque es una adhesión del corazón. De modo que una fe con escasos niveles de amor (aunque tenga alto el nivel ideológico) no deja de ser una fe fría y, en definitiva, una fe débil. Por eso la fe anhela “ver” al Señor. Ya lo decía poéticamente san Juan de la Cruz que «la dolencia de amor se cura solo con la presencia y la figura». Es difícil amar sin ver. Es lógico que los discípulos se alegren viendo a Jesús.

Nosotros vemos a Jesús en el ámbito de lo religioso: en la hostia consagrada, en la custodia, en los crucifijos, en las imágenes y cuadros, en las plegarias, etc. Pero los discípulos ven a Jesús en uno que se sienta a la mesa, en uno que les acompaña, en uno que les bendice. En definitiva, ven a Jesús en la vida.

Decía el poeta alemán Rilke que «la casa de los pobres es un sagrario». Ante el sagrario nos arrodillamos o nos inclinamos porque desvelamos en ese sacramento la presencia de Jesús. Y así es. Pero quizá esa presencia sea más clara en la casa de los pobres, en el sufrimiento de los enfermos, en la soledad de los ancianos, en el temor horrible de quien vive bajo las bombas. Esos son los “sagrarios” donde se ve a Jesús con más claridad. Gaza es hoy para nosotros el gran “sagrario” que tenemos delante. ¿Lo vemos nosotros así?

Fidel Aizpurúa, capuchino

martes, 3 de junio de 2025

HERMANO LEÓN

Este tiempo de Pascua ha sido especialmente intenso en la vida de la Iglesia. La celebración del Pascua es ya un tiempo especial en ritmo normal del año litúrgico, pero este año la comenzamos y vivimos con una gran novedad. La muerte del papa Francisco y la elección del nuevo papa han marcado el ritmo en la vida de la Iglesia y han causado gran expectación.

Las redes sociales y los medios de comunicación, desde distintas sensibilidades e intereses, nos han hecho partícipes a todo el mundo de lo que acontecía esos días en Roma: los funerales del papa Francisco, la llegada de los cardenales, la convocatoria del cónclave, las votaciones, las fumatas negra y blanca … La gran preocupación era quién sería el nuevo papa: si continuaría o no el legado de Francisco; si sería progresista o conservador, etc… Se barajaban distintos nombres como candidatos preferidos para ser el sucesor, no de Francisco, sino de Pedro, teniendo presente eso de que “quien entra papa al cónclave sale cardenal”.

Ya tenemos al frente de la Iglesia al nuevo papa, León XIV. Un nombre llamativo. En su elección del nombre parece que se fijó en León XIII (1878-1903), el papa de la doctrina social, del cual todos citamos su encíclica Rerum Novarum (Sobre las Cosas Nuevas). Un papa que intentó reconciliar a la Iglesia con el mundo moderno abordando las cuestiones laborales, defendiendo los derechos de los trabajadores y planteando el lugar de la Iglesia en el mundo contemporáneo.

Siguiendo la inspiración de su predecesor en el nombre, León XIV también quiere insistir e implicarse en la defensa de la justicia social, con toda la experiencia misionera que tiene a sus espaldas; ha de seguir afrontando “la modernización” de la Iglesia ante los retos que se enfrenta en este mundo nuestro, y, desde el primer momento la palabra paz está en su boca y en su corazón. La paz sigue siendo un deseo y una tarea eclesial y universal.

No es ningún secreto decir que, como familia franciscana, hemos apreciado y sintonizado con el estilo del papa Francisco. No sólo porque eligió el nombre del Poverello de Asís, sino porque ha puesto el espíritu franciscano en primera línea durante todo su pontificado y ha vivido con coherencia ese espíritu de minoridad, de fraternidad, de defensa de la creación, de la casa común y el compromiso con los más pobres. Unos días antes de la elección del papa León XIV, alguien escribió sobre el nombre del nuevo papa un pequeño artículo titulado “León XIV, te esperamos”. Me lo enviaron por whatsapp. En la tradición franciscana Fr. León fue el gran amigo y compañero de Francisco de Asís, testigo de sus bondades, fortalezas y debilidades del santo de Asís. El autor de este escrito escribe: “imaginemos a uno, compañero del papa argentino, que hubiera sido testigo de sus gozos y esperanzas, seguidor de Jesús al estilo del padre Jorge” y con ánimo para servir en Iglesia según el Evangelio. Se llamaría León, claro. Sería el catorce de la lista, un nombre poco original a primera vista, pero cargado de significado… ”Pues ya lo tenemos… Habemus Papam”. Recemos por él y démosle gracias por su servicio de animación y gobierno al frente de la Iglesia.

Benjamín Echeverría, capuchino

domingo, 1 de junio de 2025

QUEDAOS EN LA CIUDAD

En el evangelio de este domingo, se dice a los discípulos después de la resurrección de una forma tajante: quedaos en la ciudad. Alude a la ciudad de Jerusalén. Parece que, tras la muerte de Jesús, el discipulado quiera marcharse a su tierra, a Galilea. Volver a lo de siempre, olvidar el fracaso de Jesús, creer que lo de Jesús ha sido un mal sueño.

Por eso se les conmina a quedarse en la ciudad hasta que el Espíritu, las situaciones de la vida, marquen las pautas a seguir. Quedarse en la ciudad, ejercer la ciudadanía en la forma nueva de una vida creyente en Jesús. Fe y ciudadanía han de ir unidas. El Espíritu toma a la ciudadanía como mediación necesaria. No se puede ser creyente fuera de la ciudadanía.

Hace unos días decía el Papa León: "La falta de fe lleva a menudo consigo a dramas como la pérdida del sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violación de la dignidad humana en sus formas más dramáticas, la crisis de la familia y tantas heridas más que acarrean no poco sufrimiento en nuestra sociedad". Es posible que todo esto sea cierto. Pero la causa de estas negativas consecuencias también es la carencia de sentido ciudadano.

Tal vez hemos llegado a creer que una fe espiritual era la que no tocaba ni se manchaba con las realidades terrenas. Es una equivocación: justamente en lo terreno, en la historia humana, ha de cobrar rostro nuestra fe, singularmente en la historia de sus sufrimientos. El de Gaza es ahora prioritario: “Gritemos alto y claro contra el drama humanitario que ocurre en Gaza por la acción del Gobierno de Israel. No cabe el silencio usando el argumento de que el Gobierno de España lo utiliza como escudo para ocultar otros problemas” (Presidente de la Conferencia Episcopal Española). Cuestión de humanidad y de ciudadanía.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 29 de mayo de 2025

EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS DE CORTÉS

José Luis Cortés Salinas (Málaga, 1945) es un dibujante religioso y humorista gráfico español. Se caracteriza por representar a Dios de una forma familiar, con el intento de acercar de manera sencilla el mensaje del evangelio a sus lectores.

Estudió en la Congregación Salesiana viajando por Puerto Rico, la República Dominicana y, finalmente, Italia. Fue ordenado como sacerdote secular en Madrid en 1975, ese mismo año comenzó su trayectoria al publicar en la revista Vida Nueva. Desde 1981 colaboró en el Grupo SM, y durante varios años lo hizo en la revista Religión Digital. [actualizado]

Su obra, de un gran valor teológico, expone en dibujos o viñetas una comprensión de Dios Padre, de Jesús, del Espíritu Santo, de la Iglesia de una manera diferente y jocosa donde la crítica y la ironía son parte de su estilo teológico y donde su único fin es dejar al descubierto una figura un poco más cotidiana de Dios.

En 1976 lanza su primer libro de comics “¡Qué bueno que viniste!”, al que seguiría al poco tiempo “Un Señor como Dios manda” y luego varias biografías como "Teresa la de Jesús", "Francisco el buenagente" y "Agustín el del corazón inquieto", a las que siguieron varios libros y recopilaciones de sus viñetas.

Cortés es el mejor dibujante religioso, sin duda alguna, y la Iglesia debería reconocer su aportación a la evangelización. Sus viñetas han alimentado y siguen alimentando la fe de los sencillos y de los ilustrados. Es lo que tiene ser un genio y un profeta y un hombre libre, que no se debe a nada ni a nadie más que a su conciencia.

"Francisco, el buenagente", impreso en Madrid en 1981 por la editorial PPC, cuenta la historia de San Francisco de Asís, pobre entre los pobres, loco, enamorado de Jesús y del evangelio, y en sus viñetas se descubre la visión de un hombre que vivió hasta el extremo, porque en lo extremo está Dios, ya que es extremo amor, extrema ternura, extremo perdón.

El libro narra su biografía en ocho capítulos donde destaca los aspectos más significativos de su vida como: El comienzo de su historia, la oración en San Damian, El Cántico de las criaturas, la historia de Clara, y Bernardo, su encuentro con la Iglesia (jerarquía) en Roma, sus predicaciones y el final de su vida.



lunes, 26 de mayo de 2025

LANZAMOS EL #CASACOMÚNCHALLENGE

Con motivo del 10º aniversario de Laudato Si’, os invitamos a uniros a esta propuesta impulsada por la Pastoral Juvenil y Vocacional de los Capuchinos de España.

¿Qué tenéis que hacer? Un gesto concreto, visible y comprometido por el cuidado de la Tierra, en grupo o de forma personal; grabadlo en vídeo, o documentadlo con fotos, y enviándnoslo. ¡Tenéis hasta el 24 de junio!

Más info y bases legales de participación aquí.

domingo, 25 de mayo de 2025

VENDREMOS A ÉL Y HAREMOS MORADA EN ÉL

Dice el evangelio de Juan que el Padre y Jesús han tomado una decisión de vértigo: vendremos a él y haremos morada en él. Dicho de una forma gráfica: Dios ha abandonado su cielo para venir a situarse en el fondo de nuestra historia. Ahí se halla el cielo. Y ha venido a quedarse para siempre. Es lo incomprensible de “un Dios dentro”.

¿Qué significa esto? Que Dios ha venido a vivir en el fondo de la vida, que eso que llamamos cielo está dentro de nuestra historia, que Dios se hace acompañante perpetuo del camino humano, que no estamos solos porque nuestra esencial soledad ha sido acogida por el Padre.

Es probable que todo esto nos suene a teoría que no va con nosotros. Creemos que esto es complicar las cosas innecesariamente. Pero hay que intentar entender lo cristiano en modos más adultos. El corazón del cristianismo es este amor extraño y profundo de Dios a lo nuestro. ¿Por qué han venido Jesús y el Padre a hacer morada de lo nuestro? Por un inexplicable amor. Hay cristianos que andan buscan milagros por todas las esquinas. Aquí tienen el mayor de ellos: el volcánico milagro de un Dios que ama su creación.

Decía, y con razón, el obispo poeta Pedro Casaldáliga: “Para cambiar de vida hay que cambiar de Dios. Hay que cambiar de Dios para cambiar la Iglesia. Para cambiar el Mundo hay que cambiar de Dios”. Que no temamos un cambio de Dios si ese cambio nos aproxima al corazón del evangelio.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 22 de mayo de 2025

ORACIÓN COMUNITARIA, MAYO 2025

  Haz clic en la imagen para acceder a la oración comunitaria para este mes.

martes, 20 de mayo de 2025

MIRADA CERCANA

Nunca como ahora estamos tan informados de la situación del mundo. A los pocos minutos estamos al tanto de lo que ha sucedido al otro lado del planeta. Sabemos de la situación de los países en guerra, de los refugiados que están saliendo de su pueblo inundado, de las dificultades de la población en tiempos de sequía. También estamos invitados cada poco tiempo a tomar parte en campañas de organizaciones que socorren a las gentes necesitadas. Sin embargo, parece que nuestros corazones se han endurecido porque nuestra mirada se ha vuelto más distante de todos estos sufrimientos que nos llegan a través de los informativos.

Hay un umbral en la conciencia de la persona que cuanta más información y más noticias, menos atención y menos implicación. Como si fuéramos alejándonos ante el sufrimiento ajeno. Esto tiene su consecuencia en el terreno de la solidaridad. Nuestra mirada sobre la realidad se está volviendo más apática.

Por lo visto no es cuestión de mala voluntad o de falta de conciencia solidaria, sino que estamos tan llenos de información que no damos abasto con ella y no podemos procesarla con la hondura necesaria y pasa junto a nosotros sin que nos afecte más allá del momento en que la recibimos. Nuestro corazón y nuestra cabeza necesitan una mayor cercanía espacio temporal para que actuemos acorde con las necesidades de la realidad de las personas. Qué diferente es ver en primera persona alguien necesitado que tener noticia de ello a través de una pantalla.

Es necesario ser conscientes de las limitaciones de nuestra generosidad. Es decir, necesitamos educar nuestra mirada para que nuestra solidaridad no sea mero reflejo del solo sentimiento del momento –de corto recorrido–, sino que sea también fruto de la reflexión, análisis, pensamiento, convicción ética y moral. Así la mirada será más cercana a las personas reales.

Carta de Asís, mayo 2025

domingo, 18 de mayo de 2025

COMO YO OS HE AMADO

En el evangelio de hoy escuchamos algo que sabemos de memoria: el mandamiento único de Jesús, el del amor, nos insta a amar “como yo os he amado”, con el peculiar modo con que él nos ha amado. ¿Cómo es ese modo?

El ideal máximo de amor entre los humanos es el que podríamos llamar “amor simétrico”: yo te amo y, en justa correspondencia, pido que tú me ames. Por eso, el amor no puede funcionar si una de las partes ama y la otra no. Pero resulta que Jesús nos ha amado con un “amor asimétrico”. Lo dice muy bien san Pablo: “Cuando estábamos si fuerzas, él murió por nosotros”. Jesús ama cuando no podemos devolverle amor, cuando no respondemos a su amor.

Por eso, hay que preguntarse no solamente si amamos a quienes nos aman, sino también si amamos a quien no nos devuelve amor. Hay que ver cómo funcionamos en esas situaciones de asimetría porque ese es el tipo de amor que pide el evangelio.

Puede parecer que, a veces, los trabajos de quien ama asimétricamente no sirven para nada. Pero son amores cargados de futuro. Así lo vemos en el manifiesto contra el rearme en Europa que se titula “No nos resignamos al rearme y a la guerra en Europa”. No olvidemos que el amor asimétrico es siempre algo contra corriente. Leamos ese manifiesto. Meditémoslo y tomemos partido. Eso es amor asimétrico.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 15 de mayo de 2025

MARÍA, MADRE DEL BUEN PASTOR

En un tiempo donde la complejidad de nuestras vidas a menudo nos aleja de lo esencial, María se erige como un modelo de sencillez y acogida, recordándonos las virtudes que animan nuestro camino espiritual y comunitario.

Conocemos a María como una mujer del pueblo, que nos invita a acercarnos a nuestras raíces y a valorar la belleza de la vida cotidiana. Su humildad y disponibilidad son un faro que nos guía. Ella, madre en la sencillez de su vida, nos enseña que la grandeza del amor se encuentra en los pequeños gestos, en la atención a los que más necesitan. Su corazón abierto y generoso la convierte en un refugio para los descarriados y los desfavorecidos de la sociedad.

El servicio desinteresado que María nos muestra es un recordatorio constante de que la verdadera grandeza radica en el amor y en la entrega al prójimo. Ella se mostró siempre atenta a las inquietudes de su Hijo, escuchando las insinuaciones de Jesús con un espíritu receptivo. Desde el momento de la Anunciación hasta el Calvario, María estuvo presente, siempre disponible para lo que Dios le pedía, mostrando una confianza plena en su plan divino.

Como Madre del Buen Pastor, nos llama a cuidar de aquellos que han perdido el rumbo, a ser pastores en nuestras fraternidades y comunidades cristianas, ofreciendo apoyo y amor incondicional a quienes atraviesan momentos difíciles. Siguiendo su ejemplo, seamos instrumentos de paz, llevando esperanza a los corazones heridos y brindando nuestra mano a quienes se sienten desfavorecidos.

En un mundo que a menudo parece estar a la deriva, la figura de María nos recuerda que siempre hay un camino de vuelta, un camino de amor y compasión. Que, al mirar a nuestro alrededor, podamos ver en cada rostro una oportunidad de servir, un hermano o hermana que aguarda y espera nuestra ayuda.

Carlos Coca, capuchino

martes, 13 de mayo de 2025

ORACIÓN A MARÍA

El Ángel del Señor anunció que amarías
y la Creación rebosó de júbilo
y sonrió en los nogales y danzó en las flores...
Y Tu, María, mujer sencilla, mujer de pueblo
dijiste “si” a la novedad del Reino
y la tierra entera se preñó de versos
y soñó justicia y destiló manjares.

“He aquí la esclava del Señor”, dijiste
y permitiste a Dios ser Dios en tus moradas
y señalaste así, la ruta feliz de las bienaventuradas.
Y se hizo en Ti según la Palabra
y Dios se hizo en Ti como en surco que labra.
Y el Verbo se hizo carne, se hizo cuerpo, se hizo sangre
Y lo divino se hizo materia e hizo tangible el amor del Padre.

Por eso, Dios habita entre nosotros
en la novedad genética y la infinitud del cosmos
en las olas del mar y en todas las manos
dispuestas a aprender a amar...
El Dios encarnado, materializado, está entre nosotros:
proyecto de vida, del suelo hasta el cielo
proyecto de vida, resiliencia y consuelo.

El Ángel del Señor anunció que amarías
y sigue anunciando que otro mundo es posible
si el clamor del pobre transforma egoísmos en panes y abrazos
si el llanto del páramo fecunda el ingenio y orienta los pasos
si el delfín conmueve hasta unir corazones y tejer más lazos.

Desde estos pesebres humanos que somos nosotros
te pedimos Madre que venga
ese Reino que tu bebé proclama.
Que surja en nosotros el saber del
amor, su magia y su gracia
y cada cuenca sea una nueva cuna
donde ecología rime en armonía,
donde la justicia juegue con sonrisas
y donde Navidad sea más que un rito,
sea el embarazo, sea pacto, abrazo,
comunión fraterna, eucaristía cósmica,
liturgia sagrada de un mundo mejor.
¡Amen! ¡Aleluya! ¡Amen!

Alirio Caceres

jueves, 8 de mayo de 2025

MAYO, MES DE LOS SANTOS CAPUCHINOS

Durante el mes de mayo la Orden Capuchina conmemora a varios de sus santos más queridos, de tal modo que estas fechas se han convertido en un pequeño “calendario de santoral capuchino” dentro del calendario litúrgico.

En menos de diez días se suceden cuatro festividades de frailes capuchinos canonizados: San Ignacio de Láconi (11 de mayo), San Leopoldo Mandic (12 de mayo), San Félix de Cantalicio (18 de mayo) y San Crispín de Viterbo (19 de mayo). Esta concentración de memorias santorales explica que, popularmente, mayo sea conocido como el mes de los santos capuchinos. En el calendario propio de los Capuchinos, estas celebraciones tienen un lugar destacado, mientras que en el calendario litúrgico general se las celebra como memorias facultativas o de ámbito local, subrayando la identidad franciscana dentro de la Iglesia universal.

Cada uno de estos santos ofrece un ejemplo luminoso de virtudes cristianas vividas según el carisma franciscano-capuchino.
  • San Ignacio de Láconi, humilde hermano capuchino originario de Cerdeña, sirvió como limosnero en su convento de Cagliari ganándose el cariño del pueblo por su caridad incansable y su espíritu de oración.
  • San Leopoldo Mandic, fraile capuchino croata del siglo XX, dedicó su vida al ministerio de la reconciliación –pasaba largas horas confesando– y al ideal de la unidad de los cristianos, por lo que es llamado el “apóstol de la unidad”.
  • San Félix de Cantalicio, por su parte, fue el primer santo capuchino: un hermano laico del siglo XVI, bondadoso y alegre, que recorría las calles de Roma recogiendo limosnas y bendiciendo a todos con su frase “¡Deo gratias!” (¡Gracias a Dios!) en los labios, hasta el punto de que sus contemporáneos lo apodaban Fray Deo Gratias.
  • Finalmente, San Crispín de Viterbo, también hermano no sacerdote, sirvió como hortelano y limosnero; con su sencillez, buen humor y amor a la Virgen María, acercó la fe a la gente sencilla.
No es casualidad que tres de estos cuatro santos capuchinos de mayo fueran hermanos laicos (no sacerdotes): su santidad brotó de la humildad, el servicio cotidiano y la cercanía al pueblo, rasgos muy propios de la espiritualidad capuchina.

En conclusión, mayo tiene para los Capuchinos un sabor especial a fiesta y gratitud. Es un mes para dar gracias por el testimonio de estos cuatro hermanos santos y para renovar, a la luz de sus vidas, el compromiso con una fe sencilla, alegre y servicial.

domingo, 4 de mayo de 2025

MAYO, MES DE LA VIDA

Hace 800 años Francisco de Asís escribió el Cántico de las Criaturas o Cántico del Hermano Sol. Es expresión de esa fe que une al ser humano con las criaturas por ser todo obra de Dios. No podemos dejar pasar el mes de mayo sin hacer referencia a él, del que destacamos en este mes una de sus estrofas:

“Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra que nos sustenta y
gobierna y produce distintos frutos con flores de colores y hierbas"

Para Francisco la tierra es la hermana que se relaciona como madre. Francisco sabe que la tierra nos sustenta, nos gobierna y produce. Tres acciones que explican su carácter maternal, su capacidad de amparo, educación y alimento, acciones y tareas típicas de la madre.

La percibimos de manera especial en mayo. Al llegar la primavera en esta zona del mundo en la que estamos se da un estallido de flores que llenan de colores y fragancias cualquier lugar. Este fenómeno natural ha dado pie para que mayo sea el "mes de las flores". El mes de la renovación, la belleza y la vida que resurge después del invierno y que llena de naturaleza parques y campos. La primavera lluviosa crea en el mes de mayo una naturaleza florida. Vuelve a reverdecer y brotar todo lo que había quedado muerto bajo el frío del invierno. No en vano afirma el refrán: “marzo ventoso y abril lluvioso, sacan a mayo florido y hermoso”.

En la tradición cristiana, mayo es el mes dedicado a la Virgen María, la madre de Jesús. Ese reflejo de la belleza de la naturaleza en flor también nos recuerda a María: su belleza y su respuesta a Dios. Junto a ella celebramos también un día, el de la madre, a quien agradecemos la vida, el cuidado, la protección…

Cada vez somos más conscientes de la conexión profunda que ha de existir en nuestra vida entre la humanidad y la naturaleza. Por eso también la floración que se da en el mes de mayo es crucial para el medio ambiente. Es vital para los ecosistemas, proporcionando alimento y hábitat para una serie de insectos, como abejas y mariposas, que con el polen, juegan un papel esencial en la producción de alimentos y la biodiversidad.

El florecimiento en mayo también es un recordatorio de la importancia de proteger nuestros ecosistemas naturales. La belleza de las flores no es únicamente para nuestro disfrute, sino que además nos conecta con la necesidad de conservar el medio ambiente para futuras generaciones.

Mayo, el mes de las flores, es una celebración universal de la belleza, la vida y la renovación. En un mundo donde el medio ambiente enfrenta numerosos desafíos, mayo nos invita a admirar, proteger y celebrar la flora que enriquece nuestra existencia.

Benjamín Echeverría, capuchino

miércoles, 30 de abril de 2025

LA RESURRECCIÓN DE JESÚS COMO FUERZA QUE ATRAE

Por nuestra dependencia cultural, por nuestro aprendizaje religioso y por nuestra formación intelectual pensamos que los mecanismos de la fe son mayoritariamente intelectuales. Creemos tener fe porque tenemos ideas religiosas. Y, aunque muchas veces comprobamos que, teniendo tales ideas, nuestros comportamientos no se adecúan a ellas (“no hacen lo que dicen”: Mt 23,3) seguimos ese camino amenazado de esterilidad.

Podríamos intentar y cultivar otra senda. Si abandonar el componente de la sensatez y de una indudable racionalidad, ¿por qué no ir construyendo una fe más antropológica, más enraizada en lo humano, más acorde con los dinamismos del ser humano? Esos dinamismos (dynamis siginifica “fuerza”) son fuerzas que nos habitan, que nos empujan y nos organizan la vida. No sabemos muy bien de dónde brotan ni a dónde nos llevan. Pero están ahí bullendo en nuestro interior. ¿Por qué no mezclar la espiritualidad con tales dinamismos?

Quizá desde ahí podríamos entender la resurrección de Jesús con un punto de novedad. Ésta puede ser considerada como un “atractor”, algo que atrae y que va construyendo un orden nuevo, una realidad distinta en quien se siente atraído. Es una fuerza cada vez más imparable que lleva a mirar la realidad de manera mueva y que va cristalizando en tomas de postura vitales sencillas pero concretas en una determinada dirección. Le lleva a uno a vivir lo diario con un brillo distinto, con un horizonte que antes no tenía, con una fuerza que le anima a no tirar la toalla. No es fácil decirlo, pero se quiere escapar de un “historicismo resurreccional” que, al final, no ilusiona, no enardece, no motiva cambios reales.

Puede que estas expresiones nos resulten más lejanas, frías e inservibles que las heredadas en los viejos parámetros historicistas. Pero la intención es la de intentar un planteamiento algo distinto sobre aquello que consideramos el núcleo de la fe.

Fidel Aizpurúa, capuchino

sábado, 26 de abril de 2025

BIENAVENTURADOS LOS QUE CREAN SIN HABER VISTO

El evangelio de este domingo añade explícitamente una bienaventuranza a las ya conocidas: bienaventurados los que crean sin haber visto. Es, sin duda, algo que apunta a los seguidores y seguidoras de Jesús del futuro, a nosotros.

Hay quienes quieren tener todo claro en cuestiones de fe. No es bueno, el fanatismo les ronda. Y hay quienes apelan siempre a la oscuridad de la fe, todo lo solucionan diciendo que es un misterio. Tampoco es bueno.

La fe, es cierto, incluye unas dosis fuertes de misterio porque si no, no sería fe de calidad. Pero ha de conllevar también un cierto nivel de racionalidad. Y ahí es donde normalmente fallamos. A pesar de que la secularidad ha derribado muchos de nuestros “ídolos”, la fe sigue siendo todavía muy crédula: creemos en milagros sacados de la manga, confiamos en el valor de la oración para remediar lo irremediable, hacemos misterio de lo que es pura ignorancia. Una dosis de racionalidad le viene a la fe muy bien y no elimina su lado espiritual.

Con frecuencia todavía nos encontramos con que, en las mesas del fondo de la iglesia, alguien va dejando estampas con oraciones milagrosas, propaganda de devociones ancladas en la credulidad, peticiones de milagros para canonizaciones de santos, etc. Son propuestas religiosas en las que escasea la racionalidad. Pensamos que no es bueno para la fe hacerles caso. Difundamos la Palabra, la buena reflexión y no la magia religiosa.

Espirituales y sensatos, así habríamos de ser los cristianos. Y como es en lo segundo en lo que hemos fallado habitualmente, en ello habríamos de hacer hincapié. El Papa Francisco suele decir que “la verdadera entrega a Dios se manifiesta en la humildad y la alegría de ayudar sin esperar recompensas”. Eso es bien cierto. Pero a esa humildad y alegría les va muy bien una dosis de racionalidad y de sensatez para que no sea una entrega a Dios desenfocada.

Fidel Aizpurúa, capuchino

miércoles, 23 de abril de 2025

ORACIÓN COMUNITARIA, ABRIL 2025

 Haz clic en la imagen para acceder a la oración comunitaria para este mes.

lunes, 21 de abril de 2025

PASCUA URBASA: CANTANDO LA VIDA

Durante los días más intensos y significativos del año cristiano, un grupo de jóvenes procedentes de Gijón, Logroño, Tudela, Zaragoza y Madrid, se reunió en la casa de los capuchinos de Urbasa, Navarra, para celebrar juntos el Triduo Pascual en un entorno de fraternidad, oración y contacto con la naturaleza.

Desde el Jueves Santo, la convivencia se llenó de gestos profundos y simbólicos: la Cena del Señor se celebró con una liturgia creativa y participativa, donde el gesto del lavatorio de los pies nos recordó que el amor se vive sirviendo. La noche terminó con una vigilia de oración en silencio, acompañando a Jesús en Getsemaní.

El Viernes Santo, el camino del dolor se transformó en oración viva con un Vía Crucis al aire libre, recorriendo senderos del bosque de Urbasa, que nos ayudaron a contemplar la cruz en medio de la creación. La celebración de la Pasión fue profunda y conmovedora, uniendo nuestras propias cruces y las de la humanidad a la de Cristo.

El Sábado Santo nos envolvió en un silencio expectante, que nos acompañó en el pequeño desierto personal que hizo cada uno. Un silencio roto finalmente por la Vigilia Pascual, una celebración luminosa y alegre, cargada de símbolos: el fuego nuevo, la luz del cirio, la proclamación de la Palabra y la renovación de las promesas bautismales. La Resurrección se compartió con cantos, abrazos y una pequeña fiesta improvisada.

Durante toda la Pascua no faltaron los espacios para la convivencia, la reflexión en grupo, las risas, los cantos y el encuentro personal con Dios. Urbasa, con su belleza natural y su silencio, fue el lugar perfecto para vivir esta Pascua como una verdadera experiencia de comunidad, fe y renovación interior.

Todos volvimos a nuestras casas con el corazón lleno de esperanza y el deseo de seguir cantando a la vida, como hizo san Francisco.

domingo, 20 de abril de 2025

DOMINGO DE RESURRECCIÓN: LOSAS QUITADAS

Dicen los expertos que el relato de san Juan de este domingo contiene el primer anuncio de la resurrección. Ese anuncio tiene que ver con la losa del sepulcro. Por eso se dice que María la Magdalena vio la losa quitada. Y así es: la resurrección tiene que ver con quitar losas.

Las losas que cubrían los enterramientos judíos excavados en la roca, como aún se nos muestran hoy en día, eran enormes piedras redondas que, para ser quitadas, se necesitaba la fuerza de varias personas. Eso hacía que los sepulcros fueran espacios protegidos contra expolios y profanaciones.

Pero el evangelio otorga un significado simbólico a la losa: la resurrección de Jesús es que la losa de la pobreza, la ignorancia, la enfermedad, la muerte, ha sido removida. Ya nada es igual después de la resurrección por más que el caudal de las lágrimas siga brotando. Quienes creemos en la resurrección celebramos que hay un antes y un después de ella. Todo tiene otro sentido, todo tiene otra esperanza. Pero esta certeza se construye quitando la losa del sepulcro de Jesús y quitando las losas de nuestra vida. Vivir como un resucitado es vivir quitando losas.

Una Pascua con losas sin remover es, todavía, una Pascua imperfecta. No es el domingo de Pascua un día de simple recuerdo del triunfo de Jesús. Es también un día de reivindicación y de compromiso con todo aquello que contribuya a la desaparición de toda losa.

Para los cristianos la Pascua es tiempo de gozo, Pascua florida. Y mientras el gozo y la alegría no sean comunes todavía la Pascua es imperfecta. Cuando el sufrimiento haya sido desterrado, el rostro del resucitado brillará en todo su esplendor. Que llegue ese día depende, en parte, de nosotros.

Fidel Aizpurúa, capuchino

sábado, 19 de abril de 2025

SÁBADO SANTO

Puede ser que en tu casa tengas algún perrillo. Son animales pacientes que se alegran con nuestra alegría y captan nuestra pena. Ya decía aquella vieja canción de Roberto Carlos: “Quiero ser civilizado como los animales”. La paciencia es escasa casi siempre. Lo queremos todo, pronto y ya. La paciencia no está en el mercado.

Es que hoy, en el Sábado Santo, decimos que los creyentes estamos en paciente espera. La paciencia no es el pasotismo y estar todo el día echados en el sofá. La paciencia es atisbo, pregunta, estar con las antenas levantadas, escrutar los pasos del que llega.

Y ¿qué esperamos el Sábado Santo? Lo que denominamos la resurrección de Jesús. Digámoslo de otra manera: esperamos que Jesús nos envuelva en su perfume de vida; esperamos que la luz que brilla en los ojos de Jesús encandile nuestros ojos; esperamos que el calor de su cuerpo entibie nuestro corazón a veces helado.

Es que la resurrección no es una creencia, es algo parecido a un canto en la noche. Los profetas decían que, como Israel había abandonado la alianza, ya no se escucharían en las callejas de Jerusalén ni el canto del novio ni el canto de la novia. El evangelio dice que ha vuelto a escucharse el canto del novio. Eso es la resurrección: el canto del novio que se escucha en la noche y que contagia de alegría a los amigos y amigas del novio.

Cuando oigas en el evangelio que a María Magdalena le dio un vuelco el corazón cuando vio la losa quitada, desea tú también que tu corazón dé un vuelco cuando escuches que alguien te dice que ha resucitado. Que escuches el canto de Jesús que sale cantando del sepulcro.

El Sábado Santo es día de paciente espera, de creyente espera. No te distraigas, céntrate en Jesús. Eres el amigo del novio, su amiga. Trata de escuchar su canto en la oración, en la celebración, en el rostro de tus amigos, en la convivencia, en el silencio del desierto.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
  1. ¿Por qué eres tan impaciente? ¿Quieres todo ya?
  2. ¿Cómo dirías tú, con palabras tuyas: “Jesús ha resucitado”?
  3. ¿Saldrías en la noche del monte a cantar al resucitado?
  4. ¿Qué canción te apetecería oír cantada por Jesús?

viernes, 18 de abril de 2025

VIERNES SANTO

Al comenzar el Viernes Santo hay que hacer como se hace con los prismáticos: hay que comenzar por enfocar bien. Porque quizá sea un desenfoque entender la muerte de Jesús como una “pasión” y no entenderla como un amor fiel, el día que dejó bien claro que nunca nos fallaría, que siempre estaría ahí, por encima de olvidos y traiciones.

Por extraño que te parezca, quizá hoy pueda entender mejor el amor fiel de Jesús si contemplas la figura de Judas: Jesús le dio un pan untado, como las madres dan un pan untado a sus niños pequeños, un pan de cariño. Como si Jesús dijera a Judas: hagas lo que hagas, yo no dejo de quererte.

Cuando entró Judas en el huerto con los guardias no lo increpó ni lo maldijo, lo dejó hacer. Porque Jesús no ama queriendo cambiar las cosas por la fuerza, sino desando un cambio del corazón que el otro ha de hacer por sí mismo. Un amor fiel que incluye el respeto máximo.

Cuando en el huerto lo entregó Jesús no rechazó el beso de Judas. Dice el original evangélico que “lo besó con insistencia”. Jesús no lo rechazó, no le hizo la “cobra”. Porque él seguía amándole, aunque le traicionara. Porque el amor de Jesús no depende de nuestra bondad, sino de su incompresible entrega.

Cuando hoy leas la pasión recordando a Jesús acuérdate de su amor fiel, de su increíble generosidad y alégrate por ello. Cántale un canto de amor como sepas hacerlo. Que te ayude Francisco que cantaba coplas cuando estaba contento frotando un palo con otro a modo de violín. Él supo mucho de amores generosos.

Y no te detengas en exceso recordando los amores que traicionaste. Céntrate más en los que tienes ahora. Promete en el silencio de esta tarde serles lo más fiel posible. Decía un obispo poeta. “Al final de la vida te dirán: ¿has amado? Y yo les mostraré mi corazón lleno de nombres”. Que en este Viernes Santo bajen muchos nombres a tu corazón.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
  1. ¿Es mucho hablar de “amor fiel”? ¿Podemos ser fieles al amor?
  2. ¿Hay muchos nombres en tu corazón?
  3. ¿Te encanta hablar del amor fiel de Jesús?
  4. ¿Cuánto le costó a Francisco amar fielmente a sus hermanos?
  5. ¿A quién prometerías hoy intentar amarle fielmente?

jueves, 17 de abril de 2025

JUEVES SANTO

Como todos los años, hoy leeremos el evangelio del “lavatorio de los pies”. Es una pena que un evangelio tan hermoso solamente se lea en este día del año. Para comenzar con este canto de vida compartida (eso es el lavatorio) empieza buscando Google la canción “A tus pies arde mi corazón”. Fíjate en esa hermosa frase: “No hay lugar más alto, más grande, que estar a tus pies”. Haz tuyas, con sencillez, esas frases.

Los pies es una parte del cuerpo que la tenemos algo descuidada (sobre todo los chicos; las chicas se la cuidan más, se pintan las uñas…). Pero es muy importante. Toda la estructura física del cuerpo descansa sobre ellos. Bien que lo notamos cuando tenemos una herida en los pies; nos amarga el camino. Jueves Santo es un día bueno para mirar los pies, para agradecerlos, para acariciarlos.

Los pies simbolizan nuestros mejores caminos y los no tan buenos. Nuestros pies nos llevan a la casa de quien amamos y nos alejan de quien despreciamos. Nos ayudan a encontrarnos con quienes hacen camino con nosotros y nos distancian de quienes ignoramos. Nos hacen solidarios en las manifestaciones y nos vuelven egoístas en nuestros caminos individualistas. Pies para el bien y pies para lo no tan bueno.

Hoy contemplamos los pies de Jesús, sucios de polvo por andar los caminos de su Galilea, cansados por andar detrás de quien lo pasa mal, gozosos cuando lo encaminan a la casa de sus amigos de Betania. Contemplamos los pies de Francisco, alegres con sus compañeros por el valle de Rieti, lentos cuando se le despacha en la parábola de la alegría verdadera. Y ambos, lo veremos mañana, pies marcados por las heridas del amor. Contemplemos los pies de Jesús y los de Francisco.

Y contemplemos los pies de tus compañeros y compañeras que os han traído hasta aquí. No deja de ser algo maravilloso: para que tus pies te hayan traído hasta aquí has decidido hacer grupo, venir en busca de quien aprecias, entrelazar tus caminos con los de tus amigos. Todo ello merece ser cantado. ¡Quién fuera un músico inspirado/a para hacer una canción entrañable a nuestros pies! Cantar a los pies en este Jueves Santo: es cantar al amor.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
  1. ¿Merece la pena hacer hoy una “contemplación de pies”?
  2. ¿Qué sería poner a los pies de Jesús el propio corazón?
  3. Si lavas pies, sigues a Jesús; si no lavas, no le sigues. ¿Te parece exacto?
  4. ¿Se podrían incluir estos versos en el Canto del hermano Sol?
«Loado seas, Señor,
por los hijos e hijas de la tierra,
por sus pasos cansados
y por sus alegrías siempre vivas,
por su tenaz hermandad
con la tierra y con la hierbas,
con los ríos y montañas,
con los recodos del camino
que terminan en ti».

 

martes, 15 de abril de 2025

LA LUNA DE NISÁN

La luna de Nisán ilumina el rostro del nazareno. El rostro…el que días antes había sonreído antes las aclamaciones del pueblo que lo esperaba, el que horas antes, mirando una forma de pan y hablando a sus amigos descargaba a la par dulzura y dolor, tristeza y esperanza. Ese rostro ahora estaba iluminado por la luna, una luna de primavera como las de años anteriores pero que esta noche presagiaba que no todo estaba en paz.

En otras partes del mundo, esa misma luna fue testigo de otras situaciones, quizá incluso del nacimiento de nuevas vidas, de las aguas tranquilas de otros mares, pero en este lugar de la Tierra, la luna era testigo de un encuentro del hombre en toda su esencia con el Dios que lo habitaba, la luna era testigo de una súplica, de una renuncia, de una aceptación de la vida tal y como viene ante límites insospechados.

La luna, con la capacidad para mover mareas, iluminar caminos, indicar senderos a los perdidos, es la misma luna que hoy nos ilumina en nuestra noche del alma o en nuestros caminos recientemente abiertos, no es más importante la circunstancia que estemos viviendo que la experiencia de Dios que hay detrás. La luna de Nisán, la primera luna llena de la primavera viene a hablarnos de la fuerza que todos tenemos para superar las dificultades y encarar la vida como Jesús lo hizo, sin esperar milagros que nos libren de las situaciones. A la luz de la luna, se abren los caminos de la confianza, de la entrega, caen las barreras y las resistencias, porque la vida se abre paso tal y como más nos conviene.

Miremos a la Luna, esté brillante o esté tapada por las nubes, imaginemos el rostro de Jesús y entremos en la noche de nuestra vida, en lo más profundo y en lo más oscuro, donde solo Dios habita y sintamos como es ahí donde todo está en paz y la Luna de Nisán nos ilumina.

Clara López

domingo, 13 de abril de 2025

CRIBADOS COMO TRIGO

El relato de la pasión según san Lucas sirve de pórtico a las celebraciones de la Semana Santa en la que se contempla y se actualiza la espiritualidad de la pasión y muerte de Jesús.

Al comienzo de ese relato se dice a Simón que va a ser cribado como trigo: zarandeado, agitado, probado, tentado. Una fe zarandeada, así es, a veces, la nuestra y la del mismo Jesús.

No creamos que Jesús tiene las cosas claras siempre. Cuando llega la prueba, como a nosotros, se le oscurece el horizonte, se le enturbia la vida, se le apaga la luz. La pasión lo deja ver a las claras: es la hora de la oscuridad, la duda, y la perplejidad.

Hemos pensado muchas veces que creer era tener unas ideas religiosas, profesar un credo, sostener unos dogmas. Pero, en realidad, creer es saberse sostenido por Jesús y por el Padre en los peores momentos. Se trata de mantener viva la certeza de que ha puesto su morada en nuestro barrio, en nuestra casa, en nuestra persona.

Y también podemos sostenernos unos a otros, como Jesús se vio sostenido por la presencia huidiza de sus amigos que, aunque nunca le abandonaron del todo, siempre estuvieron en torno a él. Sostenernos y apoyarnos no es solo sigo de solidaridad humana, es también el rostro de la fe del Jesús que, aunque zarandeado, nos sigue acompañando.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 10 de abril de 2025

EL CANTICO DE LAS CRIATURAS DE JOSÉ HOLGUERA

José Holguera (León 1965) siempre amó el dibujo. Ya muy joven comenzó a trabajar en una planta química, pero simultaneó su actividad laboral con estudios de Delineación e Ingeniería. Guiado por su amor a la expresión pictórica, trabajó primero la pintura (carboncillo, óleo y pastel) pero posteriormente acabó centrándose en el grabado, para lo cual instaló su propio taller en el casco antiguo de la ciudad de León. Durante cierto tiempo realizó numerosas obras que no comercializó, hasta que el propietario de una galería de arte salmantina (Arte Miranda), tras descubrir sus trabajos, le hizo un amplio pedido conjunto. Desde entonces, sus obras se han comercializado y él dejó de lado su trabajo en la factoría química para centrarse en su vocación artística.

En la actualidad se dedica solo al grabado, con labores en aguafuerte, aguatinta, punta seca; trabajos que son admirados por quienes pasan ante el escaparate de su taller, ubicado en la calle Puerta Moneda, al lado de la iglesia románica del Mercado, lugar por el que indefectiblemente caminan los peregrinos que avanzan a Santiago de Compostela. Muchos de estos caminantes aprovechan la visita al taller para adquirir algún grabado que les genera emoción particular: Roncesvalles, el puente de Zubiri, el Alto del Perdón, Puente La Reina, Santa María de Nájera…

EI Cántico del Hermano Sol o de las Criaturas es una pieza poética de la naciente lírica italiana, que hoy sigue mostrándose profundamente bella y provocadora. En ella, el hermano universal San Francisco de Asís, es capaz de conciliar el amor más completo por el Creador, con una comprensión fraternal que refiere a todas las criaturas (animadas e inanimadas) de esta tierra. Es lo que José Luis Holguera García quiere plasmar en estos nueve tableros o escenas.

Contemplar la obra nos habla de grandes movimientos artísticos del siglo XX que modelan la escenografía que ahora se nos presenta. Con mucha libertad se notan resabios de cubismo, especialmente en lo que se refiere a la fragmentación de la forma, al igual que hacían un Pablo Picasso o un Georges Braque, descomponiendo las formas de la naturaleza en figuras geométricas, quedando el objeto representado por su aspecto. No menor influencia se intuye de Piet Mondrian, particularmente en esa eliminación de las referencias al paisaje, que se sustituye por una atención al color, la línea y la forma. Por último, no parece tampoco estar ausente Mark Rothko, con el movimiento de los campos de color y las llamadas multiformas, donde el color se libera del contexto y se convierte en sujeto de sí mismo. Quizás una última influencia, que se encuentra también en el origen del proyecto, es la técnica del grafiti con esa apariencia de algo efímero, pero que figuras como Bansky lo han convertido también en arte. Algo que, por otra parte, se va haciendo expresión viva en muchas paredes de nuestras ciudades.

martes, 8 de abril de 2025

PASCUA: CREACIÓN NUEVA Y SIEMPRE RENOVADA

Este año la Pascua llega tarde: pasada la primera quincena del mes de abril. En muchos de nuestros pueblos y ciudades celebramos la Semana Santa recorriendo nuestras calles en distintas procesiones, participamos de las celebraciones, de los “oficios”, en los que recordamos y revivimos los últimos momentos de la vida de Jesús, el desconcierto de sus discípulos, el encuentro con su madre, el camino a la cruz, etc.

La Semana Santa, la semana más importante para un cristiano, termina con la celebración de la Vigilia Pascual. Una celebración especial en la que se celebramos el “paso de la muerte a la vida”, de la tristeza a la alegría, del fracaso al triunfo… Este año jubilar en el que todos estamos llamados a ser “testigos de la esperanza”, la Pascua es un canto de esperanza porque los cristianos no nos resignamos a que las cosas sigan mal, sino que seguimos implicados en transformarlas.

En el centro de la esperanza cristiana está la vida, muerte y resurrección de Jesús. Los cristianos hemos recibido su modo de estar en nuestro mundo y su deseo de hacer realidad entre nosotros lo que Él llamaba el Reino de Dios. Este “sueño” de Jesús lo emparentamos con distintos lemas o afirmaciones que nos ayudan a entender lo que Jesús pretendió realizar. Juan Pablo II hablaba de la “civilización del amor”. Hay teólogos y grupos sociales que hablan de “cultura de la sobriedad compartida”, “que la vida sea posible”, “que el mundo llegue a ser un hogar para el hombre” u “otro mundo es posible”…

“La esperanza del Resucitado nos permite tener ilusiones en las posibilidades de un mundo nuevo, fraterno y reconciliado, y de hombres y mujeres nuevos con corazones de carne como el de Jesu´s de Nazaret”. (J. Vitoria). Nuestra esperanza no depende de los datos de la realidad, sino que es la realidad la que depende de nuestra esperanza. En tiempos complicados o de incertidumbre, necesitamos seguir poniendo nuestra mirada en Jesús de Nazaret. Y, aunque creamos que no todo en el mundo tiene arreglo, sí que tiene sentido luchar para que lo tenga. No podemos olvidar que tener esperanza no es algo fácil. Es más, “esperar” suele ir unido a la dificultad, a agarrarse a lo duro de la vida, a superar la tentación de “tirar la toalla” y seguir adelante.

Pascua es la fiesta de la vida. Lo que no puede faltar en este tiempo es que nos revisemos a la luz de la vida de Jesús. Estamos llamados a “dar razón de nuestra esperanza”, que su resurrección se haga presente a través de nuestras vidas y muchas personas puedan creer en Él.

Solo trabajando por un mundo más justo y en paz la resurrección de Jesús seguirá dando frutos. Y mucho depende de qué entendamos nosotros y, cómo eso que entendemos, lo pongamos en práctica.

Benjamín Echeverría, capuchino

domingo, 6 de abril de 2025

¿DÓNDE ESTÁN TUS ACUSADORES?

Todo el mundo ha comprendido bien el pasaje de este domingo: Jesús no condena a nadie, tampoco a la adúltera. Para él, la persona es más que sus actos morales y, por ello, siempre hay posibilidad de reorientar la vida. Además, se verifica en este texto aquella actitud de acogida y respeto que Jesús manifiesta en el evangelio por las mujeres. No era difícil comprender que, como dice el mismo evangelio, muchas de ellas le siguieran.

Pero hay una pregunta que queda en el aire y que suena como un trallazo: ¿DÓNDE ESTÁN TUS ACUSADORES? Es verdad que el texto dice que se marcharon “empezando por los más viejos”, quizá más cargados de años y de incoherencias. Pero en este relato parece que los hombres se van de rositas, como se suele decir. Porque todos sabemos que no hay adúlteras sin adúlteros. Más aún, sabemos que son ellos quienes usan, promueven y se lucran del negocio de la prostitución.

Tal vez es demasiado pedir a Jesús que condene a los adúlteros en medio de una sociedad que condena solo a ellas. Pero habría sido un puntazo que el evangelio dijera algo de aquellos que no podían tirar la primera piedra porque estaban implicados en la otra parte del adulterio. Nosotros que leemos hoy esta página, porque vivimos en otro contexto social, sí tendríamos que decir esa palabra que falta en el relato. ¿Qué decir?

Hemos de llevar la dignidad al centro: así lo repite muchas veces el Papa Francisco. Y en este terreno más que en otros. Lo que quiere decir que las prostitutas son dignas y que cualquier desprecio de palabra o de obra hacia ellas es una ofensa a la dignidad. Y quiere decir también que los usuarios de la prostitución son rechazables. España tiene una legislación muy confusa sobre el tema. Pero parece que el abolicionismo es la mejor respuesta al problema para que España deje de ser el prostíbulo de Europa.

Hemos de rechazar cualquier tipo de violencia sexual: no solamente aquellas que llevan a la muerte de las mujeres, una lacra inadmisible en una sociedad moderna y en un país que se dice católico. Hay que rechazar cualquier tipo de violencia sexual en el lenguaje, en las actitudes machistas, en la diferencia salarial entre hombres y mujeres, en la postergación de las mujeres en el seno de la misma Iglesia.

Los cristianos leemos el evangelio para intentar reorientar nuestros comportamientos ciudadanos y cristianos. Todos lo sabemos: si el evangelio no toca la vida, queda infecundo. Ojalá no ocurra así con este texto.

Fidel Aizpurúa, capuchino

miércoles, 2 de abril de 2025

LO CONCRETO

Cuando reflexionamos sobre la vida en todas sus dimensiones, desde lo más elemental hasta lo más universal, desde cómo freír un huevo hasta la entrega de la vida por el Reino, tendemos a utilizar palabras, conceptos, ideas que engloben la realidad a la que nos referimos: “para cocinar el huevo hay que aplicarle calor…”, “los pobres nos precederán en el Reino de los cielos, donde Dios los acogerá…”. Es decir, nuestro hablar suele tirar por lo alto, para llegar a abarcar toda la realidad.

Pero resulta que esas ideas, discursos, propuestas que hacemos, solo se dan en lo concreto, toman cuerpo determinado en la realidad cotidiana de nuestras vidas. No existe el huevo, sino este o aquel huevo; no hay valores sino un acto determinado de generosidad de una persona a otra, o de un grupo organizado de un lugar a alguien con nombre y apellido.

En la vida espiritual, pasa exactamente lo mismo. Mi amor no es en general, sino concreto, a personas determinadas por medio de medios concretos. La fe que tengo en Dios se vehicula en tiempos y espacios concretos; me hace vivir sentimientos determinados, me activa movimientos y palabras definidas, me acerca a personas con rostro único…

Lo concreto me hace vivir lo más sublime en tiempos y espacios determinados, con toda su carga de ambivalencia, mediocridad, mezcla… Pero me hace vivir lo más elevado en verdad, ya que toma tierra. Lo concreto me ayuda a vivir en verdad, aunque no tenga el brillo de lo puro.

Lo concreto solo se puede vivir en humildad. Sólo en las personas concretas de carne y hueso, con todo lo que llevan de imperfección, se da la salvación de Dios. Cuando dice nuestra fe que la Palabra se hizo carne, apunta a que se ha encarnado en un cuerpo, en un tiempo, en un espacio concreto; y lo vimos en Jesús el nazareno. Dios es el más humilde.

Carta de Asís, abril 2025

lunes, 31 de marzo de 2025

CUANDO TODAVÍA ESTABA LEJOS, SU PADRE LO VIO

Hemos leído esta parábola un tanto desenfocadamente: la llamamos la “parábola del hijo pródigo” porque creemos que esa es la figura central del relato. Pero no lo es porque ese personaje es alguien inimitable tanto en su fuga de la casa paterna como en su vuelta, ya que no vuelve por arrepentimiento, sino porque tiene hambre.

El personaje principal es el padre que perdona siempre. Así deberíamos llamar esta parábola. Subrayemos un detalle: dice que CUANDO TODAVÍA EL PRÓDIGO ESTABA LEJOS, SU PADRE LO VIO. Lo que quiere decir que salía todos los días (no estaba avisado de su llegada) y que oteaba el lejano horizonte esperando verle aparecer. O sea: esperaba siempre y perdonaba todo.

Así es el Dios de Jesús: ama y perdona sin condiciones. Hemos puesto muchas condiciones al amor y al perdón de Dios, pero no hay tal. Es preciso que volvamos al origen del pensamiento de Jesús: Dios espera, ama y perdona siempre sin condiciones.

Mirando a Jesús, podríamos decir sin temor a equivocarnos que Dios no necesita nuestro arrepentimiento para perdonarnos, le basta con nuestra necesidad. El Dios de Jesús se alegra de que el pecador se convierta. Pero si no hay conversión, sigue amándonos y nuestra necesidad le conmueve. Este es el abismo de generosidad inmensa del Dios que, según el evangelio, perdona siempre.

Hay un autor (André Gide) que tiene un librito donde cuenta la vuelta del hijo pródigo. Y viene a decir que en la casa de este había, además del hermano mayor, otro más chiquito que perseguía al prodigo preguntándole por las ciudades que había visto, las mujeres que había conocido, etc. Quería saber cosas, porque él no había salido del pueblo. El padre veía esto y habló con el pródigo. Este le explicó que no le agradaba que le preguntara cosas, pero que el pequeño le asediaba. Y al final se dirigió a su padre: -Padre, ¿qué harías si este pequeño se va de casa como yo me marché? El padre respondió: -Esperarlo, como te esperé a ti.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 27 de marzo de 2025

EL VERDADERO RETRATO DE SAN FRANCISCO

Existen muchas imágenes de San Francisco, pero…¿Cuál es la más cercana a la realidad? Este vídeo nos acerca al tema e hila sobre un fresco de los Benedictinos del Monte Subiaco con el rostro reconocido y más ampliamente aceptado y que se cree, fue hecho con San Francisco en vida.

martes, 25 de marzo de 2025

NADIE SE SALVA SOLO

En medio de la pandemia, el Papa Francisco nos dejó un mensaje que sigue resonando hoy con mucha fuerza: nadie se salva solo. Esta frase, que luego fue recogida en la Encíclica Fratelli Tutti, la dijo en 2020, en una Plaza de San Pedro vacía, mientras el mundo entero enfrentaba el miedo y la incertidumbre. Sus palabras fueron un llamado a reconocer que estamos hechos para vivir en comunidad, para sostenernos unos a otros y para entender que solo juntos podemos salir adelante.

Pero esta idea ha estado siempre. Dios nos ha pensado como parte de un pueblo en el que todos estamos llamados a caminar juntos. Lo vemos en la Iglesia, en nuestras familias, en la sociedad y también en el deporte. Ningún atleta alcanza el objetivo propuesto por sí solo. Todos necesitan del esfuerzo y la colaboración de su equipo, del entrenador, y de todos aquellos que están a su lado, animándole y desafiándolo en su crecimiento.

Nuestra fe sólo tiene sentido cuando la vivimos juntos. Es un camino compartido, con todos. Jesús no llamó a un solo discípulo, sino a doce. No nos dejó un mensaje para vivirlo en solitario, aislado de los demás, sino para construir comunidad. En los momentos de dificultad, en las derrotas y caídas, necesitamos del otro, necesitamos de su cercanía, comprensión y empatía. La verdadera victoria no es la personal, sino aquella que nos impulsa a levantar a los demás, a caminar juntos y a no dejar a nadie atrás.

Hoy, el mensaje del Papa Francisco sigue siendo una invitación. ¿Cómo estamos ayudando a los demás a levantarse? ¿A quiénes necesitamos para seguir adelante?

Javier Bailén, sj

domingo, 23 de marzo de 2025

DÉJALA TODAVÍA ESTE AÑO

El evangelio de este domingo nos habla de lo que se llama la impaciencia mesiánica, la actitud de quien quiere poner las cosas en orden, su orden, azuzado por el fuego religioso. La del que quiere que todos tengan la misma visión moral de las cosas que él. La actitud de quien no quiere comprender que los caminos en la vida son diversos y pretende que todos vayan a un solo ritmo, al que él marca. Es, en definitiva una actitud avasalladora e intolerante.

El texto dice con el ejemplo de la higuera improductiva: DÉJALA TODA ESTE AÑO. Dale otra oportunidad, espera un poco más, no seas impaciente porque puede que tenga otro ritmo y el fruto llegue más tarde.

Un camino de conversión cuaresmal sería convertirse a la paciencia, no ser tan impacientes que resultemos avasalladores o, peor todavía, fanáticos. ¿Cómo ser crecientemente pacientes?
  • Piensa en tus fallos: si ves la viga en tu ojo, serás más comedido a la hora de denunciar la mota en el ojo del otro.
  • Respeta el ritmo del que va más lento: no es más humano el más eficaz, sino aquel que es más cuidadoso y amable.
  • Colabora siempre, a pesar de todo: da una segunda oportunidad y una tercera. Colaborar es medicina saludable para la impaciencia.
Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 20 de marzo de 2025

EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS DE PIERO CASENTINI

Piero Casentini nació en 1963 en Roma y se graduó en la histórica Academia de Bellas Artes de esta ciudad. En Asís, entre otras intervenciones, decoró la entrada a la Domus Pacis de santa María de los Ángeles. En el convento de Santo Angelo ilustró admirablemente el Evangelio de Jesús y las historias de san Francisco y san Antonio. En Poggio Bustone pintó un icono perfecto de san Francisco y la Cruz. En Greccio explicó muy bien la realidad franciscana de la "cocina de la sopa", y de Jesús en la Última Cena, tema que volvió a plasmar espléndidamente en la gran obra para el comedor del Convento de San Salvatore en Jerusalén.

El carisma franciscano fascina a Casentini, que se identifica tanto con la tradición franciscana como con su reinterpretación pictórica, al reconsiderar las obras de otros artistas como Cimabue, Giotto y Pietro Lorenzetti.

Con motivo de la 54ª edición de la Fiesta del Cántico, el domingo 16 de septiembre, inauguró su nuevo ciclo artístico dedicado al Cántico de las criaturas en el convento de san Damián en Asís. Es un ciclo que sorprende con su fuerza expresiva capaz y la profundidad del pensamiento teológico. La secuencia de obras se exhibe casi como si fuera una secuencia cinematográfica, como si la pintura nos llevara a ver a Francisco moverse y encontrarse con nosotros. Hombre y naturaleza, cosmos e historia, sol y luna, Piero Casentini se compromete con la excelencia del Cántico de las criaturas, como un salmo del testimonio y mensaje de san Francisco de Asís.

martes, 18 de marzo de 2025

ORACIÓN COMUNITARIA, MARZO 2025

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domingo, 16 de marzo de 2025

HABLABAN DE SU ÉXODO

Cuando se leen los evangelios, ocurre que un detalle leído con un poco de profundidad ilumina la escena. Se dice en este texto de la transfiguración que Jesús HABLABA DE SU ÉXODO con Moisés y Elías. ¿Qué quiere decir esto?

Jesús, como nosotros, necesita luz porque una tormenta se cierne sobre su vida si sube a Jerusalén. Necesita luz y ánimo para afrontar algo que parece duro (y que fue más duro de lo esperado). Y por eso dialoga con Moisés y Elías, los representantes de la Escritura (la Ley y la Profecía), lee la Palabra, para discernir el camino que Dios le marca. Lleva su problema, su éxodo, su muerte probable (como así fue) ante Dios.

Jesús cree que la Palabra, el retiro y la compañía de sus discípulos pueden ayudarle a encarar las dificultades de la vida encontrando en esas herramientas luz, ánimo y coraje para enfrentar los problemas duros que la vida le plantea. Esto es interesante para nosotros: ¿Nos ayuda la fe en nuestros problemas humanos? Buscamos luz en la Palabra? ¿Pensamos que Dios va hacer milagros sin que nosotros pongamos nuestra parte? ¿Cómo interaccionan nuestra vida y nuestra fe?

Puede que nos parezcan estas cuestiones que no llevan a nada. Pero muchas veces los cristianos nos preguntamos: ¿para qué me sirve creer? ¿En qué me ayuda? ¿Responder a estas cuestiones que parece que nadie plantea puede sernos de utilidad en algún momento de nuestra vida, sobre todo cuando más desorientados estamos o cuando aprieta el dolor.

Puede que haya alguien que piense: pues si la fe no me saca las castañas del fuego, no me sirve. Sirve para sabernos sostenidos y amados por Dios, para animarnos a hacer las cosas bien, para darnos gozos que van más allá de lo que se ve. ¿No es todo esto algo beneficioso para nuestra vida?

Fidel Aizpurúa, capuchino