sábado, 30 de septiembre de 2023

EL SIGNO MÁS ANTIGUO DE CIVILIZACIÓN

En una conferencia, un estudiante universitario preguntó a la antropóloga Margaret Mead, cuál consideró que era el signo más antiguo de civilización en una cultura. El estudiante esperaba que Mead hablara de lanzas, ollas de arcilla o piedras de moler. Pero no, Mead respondió que el primer signo de civilización en una cultura antigua era un fémur que había sido roto y luego curado.

Mead explicó que en el reino animal, si te rompes una pierna, mueres. No puedes huir del peligro, ir al río a beber o buscar comida. Eres una presa fácil para los depredadores y saqueadores. Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso se cure. Un fémur roto y curado es evidencia de que alguien cedió al trabajo para tomar la caída, apretó la herida, lo llevó a un lugar seguro y ayudó a recuperarse. Mead dijo que ayudar a alguien necesitado es donde comienza la civilización de nuestra especie.

martes, 26 de septiembre de 2023

¿QUÉ DIRÍA HOY SAN FRANCISCO? 1/6

1. NO OLVIDÉIS LO QUE DA SENTIDO: LA FRATERNIDAD

Lo que da sentido a la vida es vivir en y para el otro. Cada día hay que hacer el camino de regreso a la casa del otro. La base sobre la que se sustentan los sueños no es otra que la buena relación, lo que Jesús llegó a formular como “reinado de Dios”: la nueva relación de hermanos, la sociedad sin jerarquías, la convivencia de todos en paz y respeto. Eso está en la base de todos los trabajos de fe y del sueño evangélico. La vida relacional nos hace aterrizar, es la medida realista de la verdad de nuestros anhelos. No nos cansemos de volver a ella. Es la masa que aglutina el edificio de la vida.

Voy a decíroslo con un texto luminoso de la Fratelli Tutti. Haríais bien en mirarlos, en sopesar cada palabra. No se puede decir mejor. Es este:

«Un ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, no se desarrolla ni puede encontrar su plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás. Ni siquiera llega a reconocer a fondo su propia verdad si no es en el encuentro con los otros: sólo me comunico realmente conmigo mismo en la medida en que me comunico con el otro. Esto explica por qué nadie puede experimentar el valor de vivir sin rostros concretos a quienes amar. Aquí hay un secreto de la verdadera existencia humana, porque la vida subsiste donde hay vínculo, comunión, fraternidad; y es una vida más fuerte que la muerte cuando se construye sobre relaciones verdaderas y lazos de fidelidad. Por el contrario, no hay vida cuando pretendemos pertenecer sólo a nosotros mismos y vivir como islas: en estas actitudes prevalece la muerte» (FT 87).

He aquí un texto luminoso. Todas y cada una de las frases son útiles para generar espiritualidad en torno a la comunidad. Necesitamos luz y ánimo más que grandes documentos. Aprovechemos esta oportunidad rumiando el presente texto. Os digo la verdad: si yo hubiera escuchado estas palabras a Inocencio III en lugar de llamarle “señor papa”, le habría llamado “hermano papa”.

Mi herencia es la fraternidad: en la medida en que se es hermano y hermana se es franciscano. Sé que no lo olvidáis.

sábado, 23 de septiembre de 2023

SANANDO HERIDAS

Dentro de la celebración de los 800 años de diferentes acontecimientos importantes de la vida de Francisco, la familia franciscana se une para recordar en el año 2024 el centenario de la impresión de los estigmas en el cuerpo de San Francisco.

Las fuentes hagiográficas nos cuentan que Francisco de Asís, tras un intenso período de actividad apostólica, se retiró al monte Alverna para realizar una cuaresma de ayuno y oración, como era su costumbre. Precisamente en este contexto de silencio y oración, en el profundo deseo que animaba al Poverello a seguir a Cristo y a conformarse totalmente con Él, se hizo realidad el encuentro con el Crucificado, imprimiendo los signos del amor en su corazón y en su cuerpo.

Hemos elegido el lema de “Sanando heridas” como hilo conductor de esta campaña. Paradójicamente los estigmas son heridas capaces de sanar. La herida propia, aceptada, se convierte en ungüento para las de los otros. Sólo si nos acercamos a nuestras fragilidades con serenidad, podemos acompañar a los demás en sus incapacidades.

En la pestaña correspondiente encontrareis todo el material que hemos preparado. Un saludo de paz y bien.

La comisión de Pastoral Juvenil

viernes, 22 de septiembre de 2023

EL CUIDADO

La solidaridad tiene muchas traducciones según las épocas y los contextos que vivimos. En estos tiempos nuestros, se le va dando un mayor relieve a todo lo que implica el cuidado: cuidado de los niños, de nuestros mayores, de los enfermos… Tomamos prestadas palabras del Papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti en su número 115. Nos ayuda a comprender mejor esta dimensión de la solidaridad que abarca toda la existencia.

«En estos momentos donde todo parece diluirse y perder consistencia, nos hace bien apelar a la solidez que surge de sabernos responsables de la fragilidad de los demás buscando un destino común. La solidaridad se expresa concretamente en el servicio, que puede asumir formas muy diversas de hacerse cargo de los demás. El servicio es en gran parte, cuidar la fragilidad. Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo. En esta tarea cada uno es capaz de dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles. El servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la “padece” y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas».

Somos porque hemos sido cuidados. Todos hemos sido cuidados por otras personas cuando hemos sido unos necesitados. Todos seremos cuidados cuando nuestras fragilidades marquen nuestra vida. Todos estamos llamados, de un modo u otro, a hacernos cargo de la fragilidad de otras personas, sean estas cercanas o lejanas, de las nuestros o no. El cuidado es una traducción concreta, cercana y eficaz de la solidaridad. Es la pregunta que Dios hace a Caín: “¿Dónde está tu hermano/a?” Es el encargo desde la vida y desde la fe hacia las fragilidades de los demás. Tenemos el encargo del cuidado.

Carta de Asís, septiembre 2023