martes, 21 de marzo de 2023

MÁS HUMANOS

Estamos en plena época de Cuaresma, tiempo litúrgico de la Iglesia Católica, una siempre nueva oportunidad propicia para meditar, reflexionar y encontrarnos con nuestro lado más humano desde nuestro seguimiento de Jesús Maestro. El crecimiento personal es una decisión que debe surgir de lo más profundo de nuestro ser, empieza con el imperativo de creer en nosotros mismos, con la actitud que tenemos frente a la vida y la lectura que hacemos de nuestra realidad, con los actos que nos definen y con un estilo de vida auténtico y coherente (real), sin tener miedo a ser, amar -con amor del bueno-, crecer y vivir.

Estamos convencidos que la Fortaleza, es una palabra clave ligada con la Cuaresma, la capacidad de permanecer siempre firmes a nuestros ideales, valores, sentimientos, propósitos, cualidades y talentos, a todo aquello que nos vuelve seres únicos e irrepetibles, tal y como lo hizo Jesús, que a pesar de las dificultades, dudas y tormentas ante (de) su trayecto (o proyecto) de humanización divino, no desfalleció, decidió aferrarse a su infinito amor al Padre, sus convicciones (creencias) , su propósito y continuó con mucha más fortaleza (fuerza), con un espíritu y una fe renovada, con Luz y Fuerza.

Sin lugar a duda, el Evangelio es un relato inspirador, ya que nos muestra lo importante que es la fuerza de voluntad y la fortaleza en el caminar (al que llamamos vida) para poder vivir a profundidad la vida.

¿Cuántas veces hemos llegado a sentir que la vida nos tiene entre la espada y la pared? No vale la pena calificar como bueno o malo, si no tomar consciencia que experimentamos que a veces las cosas no marchan de acuerdo a nuestros planes, anhelos o deseos, momentos en los que caemos y tocamos fondo; podemos ver esto como las oportunidades que nos da la vida misma para volver a empezar y reconstruirnos, renovarnos. Es tiempo de cambiar,

Son esos momentos difíciles donde necesitamos salir delante de cualquier manera, y el primer paso para lograrlo, es darnos cuenta que sí se puede creer en nosotros mismos, podemos aferrarnos a lo mejor de mí, aprender a vivir, ser felices y ayudar a los demás a que también sean felices, crecer y ayudar a crecer, acompañar y ser acompañado, ser cada día más humanos, mejorar y empezar a vivir de nuevo, vivir de forma auténtica.

Alex Alarcón y Sergio Mesa

sábado, 18 de marzo de 2023

LA HORA DE DIOS

Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca.” (Isaías 53, 7)

No parece que esta sea la forma de vida que nos encontremos ahora, ni siquiera la encuentro siempre en mí. Sin escudo, sin arma que le defendiera, se dejó llevar y eligió danzar sobre las olas de la vida, de esta vida que en algunos momentos aprieta y nos pone frente a las cuerdas.

Para esta semana aparece una propuesta muy del día a día. Toca estar atentos a lo que el otro necesita sin que llevemos puesto un escudo que de primeras genera una distancia. Dejar al otro hablar, expresarse , sin que estemos elaborando ya en nuestra mente el próximo comentario que nosotros queremos hacerle. No adelantarnos a lo que creemos que alguien nos quiere decir y de lo que pensamos que nos vamos a tener que defender cuando la realidad es que no hay ataque.

Más que nunca, cuando este mundo se mueve por los intereses de una y otra parte surge un grito de protesta en favor de los pacíficos y de los que no juzgan. De los que no se adelantan y no dan el primer paso que da lugar al conflicto. Es la hora de la espera fecunda en la que el silencio de una parte da lugar al compartir de la otra y la intención de unos no lleva al juicio injusto de los otros.

Es la hora de romper una lanza por los que saben esperar, callar y respirar. Es la hora de Dios.

Clara López

jueves, 16 de marzo de 2023

FRATELLI TUTTI EN IMÁGENES DE ANTONIO OTEIZA

EL AMOR: La altura espiritual de una vida humana está marcada por el amor, que es «el criterio para la decisión definitiva sobre la valoración positiva o negativa de una vida humana». Sin embargo, hay creyentes que piensan que su grandeza está en la imposición de sus ideologías al resto, o en la defensa violenta de la verdad, o en grandes demostraciones de fortaleza. Todos los creyentes necesitamos reconocer esto: lo primero es el amor, lo que nunca debe estar en riesgo es el amor, el mayor peligro es no amar (cf. 1 Co 13,1-13). (FT 92)