domingo, 22 de julio de 2012

DECÁLOGO DE VALORES FRANCISCANOS

1. LA FRATERNIDAD: Este valor nos quiere transmitir el sentimiento entre los prójimos, entre dos herman@s, entre los padres y los hij@s , entre amig@s este valor se puede representar como amor, amistad, compañerismo etc.
2. LA LIBERTAD: Nace de la responsabilidad y de la conciencia de los derechos de los otros.
3. LA JUSTICIA: Se puede definir como el arte de hacer lo justo, y de "dar a cada uno lo suyo" (latín: Ars Iuris), básicamente esto nos dice que la justicia es la virtud de cumplir y respetar el derecho, es el exigir sus derechos, es otorgar los derechos a un individuo... 
4. LA PAZ: Es generalmente definida como un estado de tranquilidad o quietud, como una ausencia de disturbios o agitación. La paz se ve reflejada cuando no somos violentos, cuando ayudamos sin prejuicios pero se ve realmente afectada en los últimos tiempos y esta paz tan anhelada la encontraremos en el interior de cada persona...
5. EL AMOR: El amor es un afecto, sentimiento o emoción que hace desear el bien y la compañía de otro
6. LA VERDAD: Es decir la realidad no dejarse llevar por comentarios, falsos testimonios llevar cada idea a un punto real y veraz...
7. LA SENCILLEZ: Creemos que es una expresión externa, pocas posesiones, ropas, cosas, pero eso no es sencillez. La verdadera sencillez sólo puede originarse interiormente, y de ahí proviene la expresión externa. Lo que uno es en su interior fluye al exterior. Interiormente somos prisioneros, aunque en lo externo parezcamos muy sencillos. Deseos, apetitos, ideales, de innumerables móviles somos esclavos. Y, para encontrar la sencillez debemos ser libres
8. LA LEALTAD: Exige de una persona (ver esta voz) que acepte los vínculos implícitos en su adhesión a otras, ya se trate de amigos, de familiares, o de compañeros de trabajo o estudio. También, exactitud en el cumplimiento de los compromisos inherentes a tal adhesión...
9. EL RESPETO: Es la justa apreciación de las excelencias morales de una persona y el acatamiento que por tal causa se le hace. El respeto a uno mismo ya los demás exige proceder de acuerdo con la condición y circunstancias de uno y otros, y siempre partiendo de la consideración y valoración de la dignidad de la persona humana...
10. LA RESPONSABILIDAD: Es, en general, la capacidad existente en toda persona de conocer y aceptar las consecuencias de un acto suyo, inteligente y libre, así como la relación de causalidad que une al autor con el acto que realice. La responsabilidad se exige solo a partir de la libertad y de la conciencia de una obligación..

(Escribe Hermano León nº 69)


domingo, 15 de julio de 2012

UNA VOZ...

Una voz en mi interior me dice:
Te necesito.

Una voz fuera de mí me dice:
No haces falta.

Una voz dentro de mí me dice:
Te elegí para que seas mi amigo.

Una voz de fuera me dice:
No te hagas ilusiones.
¡El tiene otros amigos!

Una voz interior me habla y dice:
El mundo se siente huérfano.

Una voz exterior me dice:
El mundo ya es grandecito
para necesitar un Padre.

Una voz interior me dice:
¡Eres libre! La decisión es tuya.

¡La voz de fuera calla!
¡Ella sabe que no puede afirmar lo mismo!

sábado, 7 de julio de 2012

DESDE EL AIRE

Sin la menor duda que desde el aire te encuentras en otra posición, cómoda, si estás en un avión desde el que puedas ver algo, ¡claro está!; porque no tengo la experiencia de cómo se ve la tierra desde un ala delta o desde un globo. De todos modos han sido varias las ocasiones en que he podido observar la geografía con todos sus accidentes y admirar el espectáculo de las grandes o de las pequeñas ciudades con sus diminutas luces, formando – las grandes ciudades – un mar de fantasiosos tesoros de color.

Nunca había pasado de admirar pantanos, altas montañas, riachuelos, arboledas, sembrados y el frenético ir y venir de los automóviles por las carreteras o las autovías hasta que Luis Silvestre, que lo tenía a mi lado pegada la nariz y toda la cara contra la ventanilla del avión, sugirió por qué no escribíamos algo sobre las impresiones que se tienen viendo la tierra desde arriba, desde el aire. Se dirigía a mí y a otros pocos que estaban en los asientos vecinos y eran conocidos suyos y míos.

¿Y por qué no? ¡Nunca se me había ocurrido!, por lo que podía ser muy bien una ocasión para pensar en algo concreto y distinto.

Desde arriba las cosas se ven diferentes, a distancia, como sí tú no tuvieras nada que ver con ellas, como si aquello que está en la lejanía fuera otra que a ti no te afecta; ¡hasta los problemas parece que se han quedado fuera, que pertenecen a otro mundo! Y me parece una magnífica observación (perdón por la inmodestia), porque si viéramos las cosas, sobre todo las situaciones difíciles y problemáticas, desde fuera, como si a mí no me afectaran, como si nada tuviera que ver con ellas, muchas de las dificultades del día a día desaparecerían, pues, en verdad, gran porcentaje de lo gordo y doloroso de un problema es que me siento totalmente inmerso en él, apegado a él, y, al no tener otra perspectiva, la corta la distancia hace que me coja de lleno, que sea mío, que me duele en la piel y en el alma. Tal vez sea el poner distancia, tener perspectiva, el desapego de que eso no va conmigo lo que nos diera más equilibrio, lucidez y eficacia. (Paco Luzón, capuchino)