jueves, 28 de enero de 2021

CONFIANZA

La fe cristiana no consiste tanto en creer en «algo», como en creer y confiar en Alguien, en concreto en la persona de Jesús. ¿Te han enseñado así la fe, como confianza en una persona, como relación personal con Jesús? San Pablo repetía: “Todo lo puedo en aquél que me conforta”; “¡Sé de quién me he fiado…!”.

martes, 26 de enero de 2021

LOS POBRES NOS TRANSFORMAN

Puede haber muchos motivos que nos empujan a la solidaridad: el haber visto la realidad doliente de personas, la petición de ayuda de algún necesitado, la reflexión sobre mi lugar en el mundo... Algunos motivos nos nacen de nuestro interior, mientras que otras veces es la realidad externa la que nos pide movernos. En cualquiera de los casos, una vez dado del paso de salir de nosotros hacia los demás, sobre todo hacia personas más necesitadas, una de las consecuencias es que somos nosotros mismos quienes resultamos cambiados, transformados.

Dicha transformación se da en varios ámbitos. Cambia la visión de la realidad, del mundo. El mundo es más complejo y variado de lo que creíamos. Se comienzan a percibir las injusticias que reinan en nuestra sociedad y de las que nos aprovechamos sin darnos cuenta. Hay mecanismos perversos que condenan a personas a una vida inhumana...

También se descubre la persona que hay en cada necesitado: su mundo de necesidades, los condicionamientos que le llevan a una vida tan frágil... Ser pobre no significa ser indigno, ni bueno, ni malvado automáticamente.

La relación con los pobres nos ilumina sobre nosotros mismo. Caemos más en la cuenta del lugar privilegiado que ocupamos en esta humanidad, de las oportunidades que gozamos y de las que no éramos conscientes. También nos ayuda a revalorizar las realidades que nos mueven en la vida; dábamos importancia a cosas que no la tenían y se nos escapaban otras de gran valor...

Y sobre todo, nos acerca de modo especial a algunas de las claves del Evangelio de Jesús: la novedad de las preferencias de Dios hacia los pequeños. Este acercamiento no será nada teórico ni ideológico, sino más experiencial. Será Evangelio en vivo.

Eso sí; todo ello nos irá transformando por dentro y por fuera si nos atrevemos a exponernos. No hay nada como las personas necesitadas y nuestra apertura hacia ellas para que nuestra vida cambie.

Carta de Asís, enero 2021 

jueves, 21 de enero de 2021

ESO QUE NOS PASA DENTRO... TAL VEZ SEA DIOS

Muchas veces ni nos damos cuenta. No nos invade. No nos anula. Sencillamente se nos vuelve habitante, presencia, inspiración. Cuando sentimos la necesidad de algo más, que es Dios. Cuando el cansancio no se convierte en derrota, sino en parte del camino. Cuando nuestra imaginación es la puerta abierta a la creatividad. Cuando nuestro interior está poblado por los nombres de tantas personas a las que amamos, y sentimos que son compañeros en este viaje que es la vida, siempre presentes de muchas maneras, aun cuando ya no estén o puedan estar lejos. Si se nos estremece la entraña al percibir el dolor del otro, aunque no lo conozcamos, y lo sentimos prójimo. Cuando anhelamos que el futuro sea mejor, y comprendemos que nosotros somos también responsables en hacer que lo sea. Cuando tenemos la intuición profunda de que hay límites en la vida, y esos límites son lo que llamamos bien y mal. Cuando el sufrimiento nos toca, pero encontramos la fuerza para afrontarlo y seguir adelante. Cuando tenemos afán de conocer más: el mundo, al ser humano, la creación… Cuando nos atrevemos a perdonar y descubrimos que algo, muy dentro, empieza a sanar. Cuando nos atrevemos a pedir perdón y algo, muy dentro, también empieza a sanar. Cuando nos reímos con ganas, con humor, con afecto, sabiendo que no hay que hacer drama de lo que no lo es. Cuando la belleza nos hace sentir asombro. Cuando, por un instante, sabemos, sin ninguna duda, que estamos unidos a otros. Cuando lloramos por amor.

En todos esos destellos de humanidad están los reflejos del espíritu que se mueve en nosotros y que nos trae, a su modo, el latido de Dios.

José María Rodríguez Olaizola, sj
 
 

martes, 19 de enero de 2021

MATIZANDO LA ENTREVISTA ENTRE SMDANI Y CRESPO

Muchos conocemos al marianista @SMDani y al fundador del canal @QuantumFracture: ambos con mucho éxito en redes. Os ofrecemos más abajo un dialogo entre ellos muy recomendable tanto por la actitud que muestran como por lo que dicen. Eso sí, en mi opinión, hay un tema en el que no aciertan: en el minuto 25, cuando José Luis Crespo dice que muchos científicos no tendrían problema en aceptar la existencia de un Dios, pero que “sí hay una contradicción entre ser científico y creer en el Dios católico”. En referencia a la cuestión de la virginidad de María y los milagros de Jesús, Crespo afirma que “para ser católico hace falta aceptar que sucedieron cosas mágicas y sobrenaturales (…) y eso es muy conflictivo con una mentalidad científica”. Y Daniel Pajuelo, en el vídeo, asiente diciendo que “se suspenden las leyes de la naturaleza”.

Aquí se plantea una cuestión muy compleja, que es el modo en que Dios interviene en la historia, y cómo lo entendemos los cristianos católicos. No estoy de acuerdo en que esa intervención, que tradicionalmente hemos llamado como “milagrosa”, se deba a acciones mágicas de Dios, como indica el divulgador científico.

Lo primero que hay que entender es que en tiempos de Jesús no había esa división tan marcada que tenemos en la actualidad entre el cuerpo y sus enfermedades, y la situación anímica o social de una persona. Como dice José Antonio Pagola, un campesino de Galilea percibía la enfermedad no tanto como una dolencia orgánica, sino como una incapacidad para vivir como los demás. Por ejemplo, la tragedia de los leprosos de aquel tiempo no consistía tanto en el mal que desgarraba físicamente su cuerpo, cuanto en la vergüenza y humillación de sentirse seres sucios, pecadores y repulsivos, de los que todos rehuían. Cuando Jesús sana, no sólo aborda el mal biológico, sino que trata las consecuencias perjudiciales para el individuo y el grupo social. La forma de sanar que aparece en el Evangelio estaría más en la línea holística de la que tanto se habla ahora, que incluiría la dimensión corporal, psicológica, espiritual y social. Casi nadie tendría problema en afirmar que cuando Jesús sana a un enfermo psicológicamente o en su relación con la comunidad lo puede hacer “sin suspender las leyes de la naturaleza”.

Por otro lado hay que saber que Jesús es reconocido por la investigación histórica de los textos evangélicos como un sanador al igual que tantos otros que también existían en su tiempo. Por tanto no estamos hablando de hechos necesariamente sobrenaturales -aunque así los considerasen algunos- no obstante, sí hablamos de acciones extraordinarias que transformaban la vida de las personas.

También tenemos que tener en cuenta que el que no sepamos las causas o la forma en que Jesús realizó esas curaciones, no significa que sean mágicas. Esas sanaciones pueden haber tenido un origen que desconocemos. Eso no implica que sean sobrenaturales –en el sentido de más allá de las leyes naturales-, y tampoco significa que no fueran especiales, y realizadas por Dios a través de Jesús. Es decir, puede haber “variables ocultas” en esos hechos que denominamos “milagros”, como también han aparecido en la historia de la misma mecánica cuántica.

Y por último quiero matizar a Daniel Pajuelo cuando, referido a los milagros, afirma: “se suspenden las leyes de la naturaleza”. Cuando hablamos de la “trascendencia de Dios” queremos decir que Dios trasciende nuestra realidad material, que está más allá de ella. Eso significa que Dios no interviene con una barita mágica quitando un cáncer o evitando una guerra. Podríamos decir que Dios no interviene directamente en la “materialidad” de este mundo, sino que da autonomía a este universo para que funcione según sus leyes. Por tanto los científicos creyentes no tienen que considerar si algún día Dios va a cambiar dichas leyes. Si no fuera así, estaría en juego la libertad de las personas y la autonomía de este mundo, que entiendo que están estrechamente unidas. ¿Entonces cómo interviene Dios? Eso lo dejaremos para otra entrada del Blog, ¡que me estoy alargando! Un abrazo de paz y bien.

Javi Morala, capuchino

jueves, 14 de enero de 2021

¿QUÉ DICEN LOS EVANGELIOS SOBRE LA POLÍTICA?

Los evangelios, lógicamente, no hablan de política en sentido técnico, de estrategias o de pertenencia a grupos con alguna actividad política. A veces se ha querido hacer de Jesús un activista político, una especie de guerrillero zelota al estilo de la Judas el Galileo o de Teudas (Hech 5,36-37). Pero, con los datos evangélicos en la mano, es muy difícil sustentar esto. Quizá no se pueda eliminar de los evangelios un “tufillo político” que aparece, sobre todo, al final de la vida de Jesús (dos espadas: Lc 22,38; rey de los judíos: Jn 19,21; etc.). Pero esos datos no dan para mucho.

Sin embargo, Jesús no ha sido un marciano, ni un profeta que baja del monte como si no hubiera tenido contacto con la gente. Al contrario: es uno en medio de la gente, uno de la gran masa de pobres, casi sin derechos, pero viviendo como puede el hecho de ser de los humildes.

  • No hay que olvidar que Jesús ha entrado como ciudadano de un país vasallo en las dinámicas políticas del imperio, por ejemplo el censo de Quirino (Lc 2,1-5). Ya dijimos que Augusto durante su mandato ordenó realizar varios censos a fin de controlar el número de habitantes de su Imperio para establecer tributos directos e indirectos, y con fines militares. La mayoría de historiadores modernos, tanto laicos como cristianos, sostienen que Lucas cometió un error al hacer coincidir el censo de Quirino (que tiene lugar durante el 6 d.C) y los hechos que rodearon al nacimiento de Jesús, que Mateo en su Evangelio sitúa en tiempos del rey Herodes (4 a.C). El fallo fue cometido por el deseo de Lucas de dar un cariz histórico al hecho de que el nacimiento del Mesías se produjera en Belén, tal y como proclamaba el Antiguo Testamento. De cualquier manera, Jesús está inserto en la corriente política general de la época.
  • A veces ha encarado de frente el poder establecido en su comarca, como en Lc 13,32 donde llama a Herodes Antipas “zorro”, don nadie. Eso muestra que Jesús no teme al poder y que sabe plantarse ante autoridades de la época que son pequeños dictadores.
  • Algo parecido ocurre en Jn 19,10 y Mc 15,5 donde Jesús permanece mudo ante Pilato en una actitud de igualdad; un marginado que se mantiene en pie ante el dictador dueño de su vida. Si el dato es históricamente veraz denota una visión delo político de gran igualdad, cuando menos.

Texto: Mt 22,15-21: «Se retiraron entonces los fariseos a elaborar un plan para cazar a Jesús con una pregunta. Le enviaron a sus discípulos con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: -Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios con verdad; además, no te importa de nadie, porque tú no miras lo que la gente sea. Por eso, dinos qué opinas: ¿está permitido pagar tributo al César o no?Calando Jesús su mala intención, les dijo:- ¿Por qué me tentáis, hipócritas? Enseñadme la moneda del tributo.Ellos le ofrecieron un denario y él les preguntó: -¿De quién son esta efigie y esta leyenda?Le respondieron: -Del César.Entonces les replicó: -Pues lo que es del César devolvédselo al César, y lo que es de Dios, a Dios».

  • Los partidarios de Herodes, rey vasallo, rabian contra el César, contra el imperio, pero no desechan su moneda. Es una trampa porque parte de una actitud hipócrita: quieren cuestionar, porque les duele pagar, aquello de lo que se benefician.
  • Jesús conoce las monedas. Habría trabajado como peón en las grandes obras romanas de la comarca, donde se pagaba con dinero romano. Su grupo lleva bolsa (Jn12,6); se supone que ahí había también monedas romanas.
  • Jesús propone como modo de comportamiento ante los políticos el “devolver”, es decir, no beneficiarse de aquellos modos de la política que consideramos injustos. Los calificamos de injustos, pero nos beneficiamos de ello. Devolver es un ideal: cómo vivir ante las normas políticas con la mayor libertad posible, con la menor sumisión posible. Tener un talante de ciudadanía sin saquear a la ciudadanía, ni en poco ni en mucho.

Aplicación: Uno de los trabajos evangélicos de tema político es mediar políticamente para construir la paz. Hay numerosos grupos embarcados en estas tareas. Se cuentan, en primer lugar, los trabajos, arduos y con frecuencia improductivos, de la mediación política. Sentar a dos contendientes armados en la mesa del diálogo es un milagro. Y lograr que su actividad bélica se frene o se acabe es casi inalcanzable, dada la belicosidad y el horror que anida en el fondo de los humanos. Pero hay organizaciones, tanto laicas (ONU, Harvard University) como religiosas (Comunidad de san Egidio, Fundación Labaka) que se empeñan en esta batalla desigual. Los conflictos, profundamente arraigados, persistentes, amplios, internacionalizados a veces, hacen muy difícil este camino. Quienes se empeñan en él son auténticos constructores de humanidad. Su tarea es que, como dice Mt 10,12, la humanidad se vaya haciendo “digna” de la paz y de la buena relación, ya que tales bienes históricos no se consiguen por mérito, sino por trabajos en el campo de lo humano.

Una convivencia difícil que demanda un delicado trabajo de construcción de la convivencia es aquella que se da, en un ámbito más cercano, cuando en el mismo país, en el mismo pueblo a veces, tienen que convivir víctimas y victimarios que han cumplido ya su condena penal. Los viejos fantasmas, los odios anquilosados y sosegados por la cárcel, los temores a la reincidencia, las heridas nunca cerradas del todo vuelven a surgir con una potencia inusitada. Los trabajos por una convivencia que se sitúe en terrenos de relación posible se hacen imprescindibles. En ello están tanto organizaciones públicas como personas privadas (Fernando Buesa, Universidad de Deusto). Se necesitan en esta clase de trabajos toda prudencia, la generosidad y la paciencia que Mt 10,16 acuña en la dialéctica “palomas-serpientes”. La manera de contrarrestar el temor que producen los trabajos por la paz es, al decir de Mateo, la confianza en el apoyo de Dios y la certeza de que la persona encierra posibilidades de construir la difícil convivencia.

Fidel Aizpurúa, capuchino

martes, 12 de enero de 2021

AÑO INTERNACIONAL DE LA PAZ Y DE LA CONFIANZA

Al final del año me gusta “enredar” por internet para ver qué se nos dice o avanza del nuevo año. Me gusta mirar las páginas y mensajes de Naciones Unidas para ver qué siguen proponiendo sobre nuestro mundo. Como cada año se trabaja sobre una intención especial, tenía curiosidad para ver qué se propone para el 2021, año que esperamos sea mucho mejor que el que hemos dejado.

Es el año internacional de las frutas y las verduras. Es año Jacobeo, también. Entre los distintos motivos y objetivos que se proponen para el 2021 me he encontrado con una resolución aprobada por la Asamblea General el 12 de septiembre de 2019 en la que se declara este año como el año internacional de la Paz y de la Confianza.

Reconocemos que todos los esfuerzos que hagamos por promover una cultura de paz benefician a toda la humanidad. La paz y la confianza, como indica Naciones Unidas, entrañan aceptar las diferencias y ser capaces de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir en paz y unidad. El hecho de que se declare este año con esta finalidad es un medio de movilizar los esfuerzos de la comunidad internacional para promover la paz y la confianza entre las naciones sobre la base del diálogo político, el entendimiento mutuo y la cooperación, para ser capaces de lograr una paz, una solidaridad y una armonía sostenibles.

Ser capaces de crear un mundo en el que podamos vivir en paz y desde la confianza, sigue siendo una gran tarea y sueño. No estamos solos, no podemos vivir aislados unos de otros, necesitamos mirar juntos hacia adelante. Somos conscientes, cada vez más, que lo que suceden en un lugar del mundo repercute en el resto. Lo hemos comprobado muy bien con esta pandemia todavía por vencer.

Al escribir estas palabras no puedo menos de recordar los que nos dice el papa Francisco en la su última encíclica, Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y amistad social: “la historia da muestras de estar volviendo atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos… el bien, como el amor la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día. No es posible conformarse con lo que ya se ha conseguido en el pasado e instalarse, y disfrutarlo como si la situación los llevara a desconocer que todavía los hermanos nuestros sufren de injusticia que nos reclaman a todos” (FT 11)

El comienzo del año es un buen momento para levantar la vista, mirar hacia adelante y creer que se nos abre un nuevo calendario para soñar por un mundo mejor para todos. En ese sueño hay mucho de lucha, pues dejar de luchar es dejar de soñar.

Benjamín Echeverría, capuchino

lunes, 4 de enero de 2021

FELICES

Felices los que poseen como mayor riqueza una enorme, auténtica, continúa, permanente y millonaria sonrisa.

Felices los que mitigan el sufrimiento de los demás y el suyo propio sacando de "la chistera de Dios" una sonrisa.

Felices los que sonríen "a todas horas" con la maravillosa certeza de que no son nada, pero que lo son todo para Dios.

Felices los que tienen hambre y sed de la sonrisa del Señor.

Felices los que ayudan a los más pequeños, a los más necesitados sin perder nunca la sonrisa ni en los labios ni en el corazón.

Felices los que poseen una sonrisa sincera, transparente, contagiosa.

Felices los que responden a la violencia, a los insultos, a las malas caras con un buen surtido de sonrisas.

Felices los perseguidos por construir un reino ya aquí en la tierra, a base de sonrisas, a modo de cimientos, procedentes del mismísimo corazón de Dios.

Y felices vosotros, y ellos y aquellos y tú, si tú, si al acabar este texto te unes a Jesús y empiezas a sonreír sin mayor motivo que experimentar la dicha de un Dios que te quiere con locura y que este año, si tú quieres, nacerá en tu corazón.

José María Escudero