miércoles, 24 de mayo de 2023

ABIERTOS A LA ESPERANZA

La solidaridad nace en las personas por muchos motivos. La realidad nos llama a salir de nosotros mismos para volcarnos en auxilio de los demás. Pero la solidaridad también tiene otra vertiente: la de la esperanza. Todo movimiento a favor de los demás está llamado a la búsqueda y logro de una nueva situación mejor para todos, que hoy no se da. Y, por otra parte, la acción solidaria nos ayudará a ir aquilatando la esperanza que nos mueve; porque no todas las esperanzas son de la misma calidad.

Hay esperanzas que son mero optimismo. Se alimentan del sueño de algo nuevo deseable, pero que no ha sido contrastado con las dificultades y reveses de la realidad. En este tipo de esperanza puede más el deseo que otra cosa. No siendo mala, es de poco alcance. Cuando se frustran los deseos, cuando no se logra lo que se había soñado, nos rompemos por dentro. Si no somos capaces de reformular lo que pretendemos, la realidad nos aplastará y la solidaridad se reducirá a mero sueño.

También hay esperanzas que solo pretenden alcanzar lo que se puede controlar; la esperanza está atada al pragmatismo, a lo medible y evaluable. Está prohibido soñar. El porvenir solo será una modalidad de lo presente donde impera una especie de “es lo que hay”. En este tipo de solidaridad no hay lugar para la esperanza más allá de lo que conocemos. No hay proceso hacia lo nuevo. Así, la solidaridad será mera gestión de la realidad.

La solidaridad requiere una esperanza que es deseo y sueño de un cambio de la realidad; y a la vez, haciéndose cargo de las limitaciones y dificultades reales para avanzar en ese cambio. Sin embargo, es más que un mero equilibrio; es la apertura a lo nuevo que no será tal como lo soñamos, pero requerirá de nuestros esfuerzos. En el fondo, la solidaridad está pidiendo la Esperanza de que Dios sigue operando.

Carta de Asís, mayo 2023

jueves, 18 de mayo de 2023

FRATELLI TUTTI EN IMÁGENES DE ANTONIO OTEIZA

DIÁLOGO: Por otra parte, una gran nobleza es ser capaz de desatar procesos cuyos frutos serán recogidos por otros, con la esperanza puesta en las fuerzas secretas del bien que se siembra. La buena política une al amor la esperanza, la confianza en las reservas de bien que hay en el corazón del pueblo, a pesar de todo. Por eso «la auténtica vida política, fundada en el derecho y en un diálogo leal entre los protagonistas, se renueva con la convicción de que cada mujer, cada hombre y cada generación encierran en sí mismos una promesa que puede liberar nuevas energías relacionales, intelectuales, culturales y espirituales». (FT 196).

sábado, 13 de mayo de 2023

RATIO FORMATIONIS: EL MISTERIO

El misterio es la parte no agotada de la realidad. Detrás de lo que se ve hay mucho más. El hombre ha fracasado en el intento de reducir la existencia a las fuerzas de la propia razón. De igual modo, la fe no está exenta del peligro de construir imágenes idolátricas a la medida de nuestras necesidades.

Para evitar esta tentación es necesario confrontar nuestra experiencia con la que Jesús tiene del Padre. Es lo que encontramos en el Evangelio: los encuentros, las palabras y el silencio a través de los cuales Jesús está envuelto en el misterio del Padre. En Él se manifiesta el amor incondicional y gratuito, siempre abierto.

No sin dolor, Francisco tiene que abandonar sus viejas imágenes de un dios que arma caballeros a los fuertes, el que justifica el poder de unos pocos, el que aniquila al que piensa distinto, el que alimenta el odio frente al enemigo. Es entonces cuando experimenta la oscuridad de la noche, la soledad y la ausencia de Dios. En el silencio y contemplando a las criaturas, Francisco comienza a intuir la presencia del Creador.

viernes, 5 de mayo de 2023

NUESTRO RECURSO ORDINARIO

Llega el mes de mayo, y con él todo lo bonito de la primavera, las flores, la antesala del tan ansiado verano… y en muchos sitios nos preparamos ya para vivir lo que llamamos el mes de María. En los coles no paramos de nombrarla, de cantar y de celebrarla, en las parroquias se la adorna con flores y se reza en torno a su imagen. Y es que, qué importante es María que debemos dedicarle un mes entero y si se me permite, poco me parece.

Decía san Marcelino Champagnat que María, la Buena Madre, debe ser nuestro recurso ordinario, aquella a quien debemos recurrir siempre que lo necesitemos. No debemos tener miedo a hacerlo y, además, a hacerlo en cantidad. Ella siempre está. En las buenas y en las no tan buenas (aunque no la llamemos), porque no hay nada más incondicional que el amor y la presencia de una madre.

No perdamos la inocencia de la infancia y nos creamos que de mayores no la necesitamos porque no es así. A María la llamamos casi sin darnos cuenta desde nuestra oración o desde nuestro silencio. Así que no seamos perezosos y nombrémosla en voz alta. Mucho más, tratemos de tenerla presente en todo momento. Y si no es así, ¡tranquilidad! que, como dice la canción, «una madre no se cansa de esperar» y llegará el momento en el que nos demos cuenta de que ha estado todo el tiempo a nuestro lado, acompañándonos (y no sólo en el mes de mayo).

Felipe Gómez-Perretta

martes, 2 de mayo de 2023

MAYO, EL MES DE MARÍA

A lo largo de año nos encontramos con varias fechas en las que la Virgen tiene una resonancia especial. El mes de mayo nos lo confirma. Es el mes dedicado a María; el mes de las flores.

En nuestra tradición cristiana mantenemos una serie de rezos y ritos en los que la Madre ocupa el centro. Sabemos desde hace mucho tiempo que Dios tiene entrañas de madre. Lo aprendimos del profeta Isaías. “Como se preocupa una madre por su criatura, así se preocupa Dios por nosotros”.

Al volver nuestra mirada a la vida y espiritualidad de san Francisco recordamos que él también tenía entrañas de madre para con sus hermanos y quería que los frailes se ocuparan y preocuparan unos de otros con corazón de madre. La palabra “madre” que tanto le gustaba a san Francisco es mucho más que una invitación a la dulzura y al servicio. María era para el Poverello modelo y ejemplo. Francisco amaba a todas las criaturas con todo su ser, pero de modo especial, “amaba con indecible afecto a la madre del Señor Jesús; por eso la constituyó abogada suya y de todos los hermanos”. Él eligió ser pobre porque Cristo y su Madre fueron pobres y vivieron pobres. Solía decir: “hermano, cuando ves a un pobre, ves un espejo del Señor y de su Madre pobre” (2Ce 85).

La historia franciscana nos muestra la predilección de Francisco por los lugares marianos, es decir, por todas esas iglesias que estaban puestas bajo la protección de María. Por eso no es de extrañar que en la familia y tradición franciscana la Virgen tenga un protagonismo especial. En el rezo del rosario solemos añadir a las letanías la de “Madre de la Orden franciscana, Ruega por nosotros”, pues desde el Capítulo General celebrado en Toledo el año 1645 la Orden se puso bajo la protección de María Inmaculada, a la que declaró Reina y Señora de toda la familia Franciscana.

En la tradición capuchina, un día antes del domingo del Buen Pastor, celebramos a María como Madre del Buen Pastor, la Divina Pastora. Esta fue una manera de acercar la figura de María al pueblo sencillo mostrando la sencillez y la humildad de la Virgen que cuida a sus hijos como pastora del rebaño de Cristo.

La celebración del mes de mayo, el mes de María, también nos hace caer en la cuenta de que antes que Madre, María era mujer. Y que un signo claro de nuestro tiempo es la preocupación por el papel de la mujer en la sociedad actual y en diversos puestos, cargos o instituciones. También en la Iglesia. Lo decía el papa Francisco: “Todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Porque el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales” (EG 103).

Benjamín Echeverría, capuchino

viernes, 28 de abril de 2023

NUEVO CONSEJO PROVINCIAL

El V Capítulo Provincial de los capuchinos de España ha elegido los superiores para el próximo trienio. Agradecemos a los hermanos elegidos su servicio y disponibilidad.

martes, 25 de abril de 2023

AGRADECIMIENTO HUMILDE

Siempre se ha dicho que “es de bien nacidos ser agradecidos”; y así es. Ser agradecido, saber dar gracias, agradecer a las personas y a la vida por tanto que hemos recibido nos ensancha el corazón y nos engrandece. Pero hay un tipo de agradecimiento que está a la base de todo: es el agradecimiento humilde.

Todos tenemos experiencia de haber recibido cosas importantes en la vida, las cuales no son mero fruto de nuestro esfuerzo. Y aunque lo sean, encontramos una cierta desproporción básica entre el empeño puesto por nosotros y lo recibido. Así, estamos agradecidos por nuestras capacidades, por las oportunidades que la vida y las personas nos han brindado, por el cariño recibido, por la confianza puesta en nosotros, etc. Son cosas que agradecemos de corazón. Agracemos por todo aquello que nos coloca en alguna posición en la vida: un amor, una capacidad, un logro, una posibilidad…

Sin embargo, hay otro tipo de agradecimiento, que asumiendo todo lo anterior, se da incluso cuando uno se siente pequeño y pobre. Se da cuando en la vida uno descubre que todo lo vive sostenido por alguien que lo precede. No es fruto de un logro, o de alguna capacidad, o de haber conseguido algo por fortuna, sino que toda la existencia la percibe como inmerecida y con gozo; un gozo que hace que la vida y sus cosas, incluso las que estorban y distorsionan en más de una ocasión, merecen la pena vivirse. Es el agradecimiento humilde del que sintiéndose pequeño se vive amado previamente a todo y después de todo. Parece un contrasentido, pero ser pobre, sin méritos y amado gratuitamente, hace que la vida se sostenga en alguien más allá de mí. Es el agradecimiento humilde que vivió Francisco: “Te alabo, Señor, por…”

Carta de Asís, abril 2023

viernes, 21 de abril de 2023

RATIO FORMATIONIS: LA BÚSQUEDA

El hombre descubre quién es cuando se lanza a caminar (Gn 12, 1). La itinerancia (el movimiento por fuera y por dentro, el contacto con otras personas, otras culturas y otras ideas) pertenece a lo más hondo de la condición humana. Es esta actitud la que nos mantiene alertas frente al conformismo y el acomodamiento de los que Dios, seduciéndonos con el regalo de una vida siempre nueva y abierta, nos protege (2R 6, 1-3).

Seguir a Jesús significa vivir como Él vivió: anunciando, siempre en camino, el Reino de Dios. El modelo de vida itinerante nos centra en lo fundamental (1R 9,1; 2R 6,2). Nuestra tradición franciscana nos invita al seguimiento de Cristo pobre y desnudo, descubriendo que su pobreza libera de lo superfluo y su desnudez nos introduce en el misterio de la verdad: Nudus nudum Christum sequi (LM 2,4; Const 60,5).

La vida de Francisco se llena de preguntas: ¿por qué los hombres se matan unos a otros? ¿Por qué la pobreza y la exclusión? ¿Por qué el sufrimiento? Camino hacia la Pulla, en su intento de convertirse en caballero, un sueño le despierta: ¿a quién quieres servir: al siervo o al Señor? (TC 6). Francisco comprende que quien huye de sí mismo nunca se encuentra. Tiene que abandonar su armadura, bajarse de su caballo y de su orgullo, pasar por cobarde y fracasado, y volver a empezar. Desentrañar el sentido de aquel sueño en Espoleto le llevará toda la vida (AP 6; 2Cel 6).

Vivir es intentarlo siempre de nuevo. El horizonte permanece abierto para recordarnos que el sentido de la vida se construye paso a paso, que el camino está lleno de las huellas que desvelan una parte del misterio. Nos toca buscar con pasión y caminar con confianza.

miércoles, 19 de abril de 2023

FRATELLI TUTTI EN IMÁGENES DE ANTONIO OTEIZA

COLABORACIÓN INTERNACIONAL: Si esto fue siempre cierto, hoy lo es más que nunca debido a la realidad de un mundo tan conectado por la globalización. Necesitamos que un ordenamiento mundial jurídico, político y económico «incremente y oriente la colaboración internacional hacia el desarrollo solidario de todos los pueblos». Esto finalmente beneficiará a todo el planeta, porque «la ayuda al desarrollo de los países pobres» implica «creación de riqueza para todos». Desde el punto de vista del desarrollo integral, esto supone que se conceda «también una voz eficaz en las decisiones comunes a las naciones más pobres» y que se procure «incentivar el acceso al mercado internacional de los países marcados por la pobreza y el subdesarrollo». (FT 138).

sábado, 15 de abril de 2023

EN TU VIDA CREO

Llega cada año la Pascua con un impulso nuevo, regalo del Padre para alimentar y sostener el anhelo de quienes somos caminantes. Pasan los años y siempre es Pascua de brillo nuevo, Pascua con destellos que siempre alegran. No decae su vigor, no se detiene el latido de su hondo corazón.

El itinerario Cuaresmal nos ha confirmado en la certeza de que la dignidad de Jesús nos dignifica, de que la suya es una fuente de dignidad de la que todos bebemos en el marco concreto de nuestra sencilla vida. Esta realidad “entre dos nadas”, como decía F. Brines, está iluminada, siquiera tenuemente, por la cierta dignidad de un Jesús que nos dignifica.

La Pascua nos lleva a algo más: es una profesión de vida más que una profesión de fe. No se cree en un dogma, sino en una vida que bulle. No se cree en una doctrina, sino en una vida que late. No se cree en lo que dice el catecismo, sino en lo que habla el corazón

Esa es nuestra certeza Pascual: JESÚS, CREEMOS EN TU VIDA. No tanto en tu doctrina, en tu Iglesia, en tus liturgias, sino en la verdad de tu vida. Esa es nuestra máxima verdad, de ella bebe nuestra fe.

Tal ha de ser la luz que nos guíe en esta Pascua. Algo nos dice que, desde ahí, la Pascua de este año puede ser para nosotros una Pascua fecunda.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 13 de abril de 2023

CREACIÓN NUEVA Y SIEMPRE RENOVADA

Este mes de abril está marcado por el tiempo de Pascua. Tiempo de vida, de Resurrección, de confianza, de encuentro con el Señor resucitado. Eso es lo que estamos llamados a celebrar.

La Palabra de Dios nos recuerda que todos estamos llamados a recorrer el mismo camino que los discípulos para experimentar a Jesucristo vivo en nuestra vida. Es lo que hicieron quienes habían vivido con Jesús. Partían de una pérdida, de su muerte, y por eso les costó experimentarlo vivo. Seguían mirando hacia atrás y no les fue fácil entender que Jesús había resucitado.

Tras la muerte de Jesús todos volvieron a sus tareas preguntándose si había merecido la pena esos años de vida compartida con Jesucristo. Todo había terminado. Esa sensación de fracaso, de dolor, de derrota, hacía difícil reactivar la esperanza. Cuando estamos marcados por el desengaño nuestro corazón tiende a resignarse porque no queremos volver a decepcionarnos.

La espiritualidad y la dinámica de este tiempo de Pascua nos lleva a la vida. La misma creación, con su dinámica de renovación tras el invierno nos invita a ello. Es la Pascua florida, “día de la creación nueva y siempre renovada”. Dondequiera que estés en tu vida, sea cual sea el momento por el que estés pasando, nos encontramos con un mensaje que nos anima a buscar, a no desanimarnos, a recorrer ese camino de encuentro con el Resucitado, por quien nos sentimos amados, para convertirnos en testigos suyos.

En ese recorrido nos fijamos en dos de los discípulos preferidos de Jesús, en Pedro y Juan. En la mañana de resurrección ellos corren al sepulcro alertados por María Magdalena, preocupada poque no sabe dónde está el cuerpo de Jesús. Los dos corren. Pedro, más viejo, se queda atrás y llega más tarde. Podemos imaginar que Pedro y Juan nos presentan dos formas de buscar al Señor. Pedro puede reflejar la imagen de una fe cansada, que quiere correr, pero no puede. Es una fe marcada por la negación y por eso necesita todo un proceso de reconciliación. Juan, el discípulo joven, el discípulo amado, siempre ha tenido la experiencia de sentirse querido y amado por Jesús. Permaneció con él hasta la cruz y anhela volver a encontrarse con su maestro. Es la imagen de una fe joven, centrada en el amor y eso le basta para creer.

Es la Pascua. Tiempo en el que ha de resonar en nosotros la música del Evangelio. El papa Francisco nos recuerda que "si la música del Evangelio deja de vibrar en nuestras entrañas, habremos perdido la alegría que brota de la compasión, la ternura que nace de la confianza, la capacidad de reconciliación que encuentra su fuente en sabernos siempre perdonados?enviados… Otros beben de otras fuentes. Para nosotros, ese manantial de dignidad humana y de fraternidad está en el Evangelio de Jesucristo”. (FT 277).

Benjamín Echeverría, capuchino

domingo, 9 de abril de 2023

DOMINGO DE PASCUA: SPYWARE

Para ver a Jesús resucitado hay que espiarle, hay que entreverle en gestos sencillos, hay que intuirle a través de acciones cotidianas. Espía de Jesús, ése es el que puede hacerse una idea de la resurrección de Jesús. Para ello hay que nombrarlo, olfatearlo, mirarlo con brillo en los ojos, atisbarlo. La resurrección es más cuestión de amor que de fe.

Así les pasó a sus primeros amigos. En el evangelio de la Vigilia de anoche, se les dice claramente: “Va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. Espiadle en Galilea, en los caminos sencillos de su pueblo, en la gente con la que vivió, en los enfermos que curó, en las lágrimas de las que fue confidente. Espiadlo allí.

Espíalo tú también en tus caminos cotidianos: de camino a tus estudios, con los amigos con los que convives, en las sendas de tu vida familiar, en las vidas de los compañeros de trabajo. Espíalo en la belleza de la naturaleza, en el descanso de la fiesta, en el esfuerzo del deporte, en la dureza del trabajo. Espíalo en los rostros de quienes amas y en los de quienes te cuesta mirar, espíalo en las manos que te cuidan y en las que te hieren, espíalo incluso en esas sendas extraviadas por las que, a veces, te vas.

Francisco de Asís se pasó la vida espiando a Jesús hasta hacerse uno con él. ¡Qué bien lo dicen sus primeros hermanos! Uno de los que convivieron con él dice que, con toda naturalidad, hablaba siempre de Jesús: “Jesús en el corazón, Jesús en los labios, Jesús en los oídos, Jesús en los ojos, Jesús en las manos, Jesús siempre presente en todos sus miembros”. Espía de Jesús, ése ha sido siempre Francisco de Asís.

No creas que para espiar a Jesús hay que ser un tío/a raro, un enajenado. Quizá haya que ser un “colgado” de Jesús uno, que lo ha bajado al fondo del corazón, uno que ya no quiere despegarse de él. Es posible enamorarse hoy de aquel Nazareno que vivió con nosotros hace muchos años. Y no solamente porque su recuerdo sigue vivo, sino porque muchos lo sienten como alguien que está vivo hoy. Bien lo dice Cristina Fallarás (que no es precisamente una persona religiosa): «El Nazareno está vivo. Está vivo, no importa cómo ni dónde. Está vivo porque su palabra permanece y permanecerá en el alma de aquellos que vieron su vida transformada al escucharle».

Para la reflexión personal:
  1. ¿Cómo podrías espiar a Jesús?
  2. ¿Qué puede significar estar “colgado” por Jesús? ¿Se puede estar así?
  3. Repasa los caminos cotidianos que aparecen en el texto: “de camino a tus estudios, con los amigos con los que convives, en las sendas de tu vida familiar, en las vidas de los compañeros de trabajo. Espíalo en la belleza de la naturaleza, en el descanso de la fiesta, en el esfuerzo del deporte, en la dureza del trabajo”. ¿Hay algo en esos momentos de lo que vivió Jesús?
  4. ¿En qué caminos tuyos percibes que hay algo de lo que Jesús vivió, que hay algo del Resucitado?

sábado, 8 de abril de 2023

SÁBADO SANTO: QUIET QUITTING

Hay quien habla en los ámbitos laborales y también en las redes sociales de “renuncia silenciosa”. Este Sábado Santo podría ser, de algún modo, una renuncia silencia: renunciar a la prisa, al ruido, al estrés para dejarle sitio a Jesús y a su Palabra, para mirar de nuevo lo que tantas veces hemos visto y encender otra vez la chispa que puede hacer arder el corazón.

Se trata de intentar entender y apreciar a este Jesús que pasa por el camino de su muerte y que termina, a pesar de todo, en triunfo de vida generando experiencias personales. Es que, generalmente, creemos por lo que nos dicen otros. Y eso está bien. Pero la parte más importante de la fe es la que construye cada uno. Se trataría de creer más por sí mismo, por la propia experiencia, aunque sea pequeña.

Desde ahí, ¿cómo entender al Jesús de la pasión que “calla”? Parece que debería hablar, que tendría que confundir a quien le maltrata con argumentos incontestables. Pero él calla. Aprende hoy el valor del silencio, de la escucha, de no querer estar siempre en el candelero. El Jesús de la pasión es alguien que se sabe vivo por dentro, aunque por fuera se le trate como a un desarraigado.

Y ¿cómo entender al Jesús resucitado? No como un “vencedor” que derrota a sus enemigos y los machaca, sino como uno que triunfa del desconsuelo, que emerge del mar de las lágrimas, que vuelve a sonreír con amor vivo. Él, que sabe de llagas, toca las llagas de nuestra vida para irlas curando con nuestra colaboración.

Cuando Francisco oraba ante el Cristo de san Damián, decían los que le conocieron que “salía distinto que cuando había entrado” a la oración. Algo de esto tendría que pasarte en esta Pascua 2023: terminar un poco distinto, un poco más enamorado de Jesús, un poco más responsable de tu fe, un poco más agradecido de tener hermanos y hermanas que hacen camino contigo. Que el Jesús “Humano, más humano” que Pilato muestra cuando dice “Ahí tenéis al Hombre” en la pasión y el Señor que llama “hermanos” a sus discípulos después de la resurrección avive tu corazón y transforme un poco tu vida. Pídeselo con deseo.

Para la reflexión personal:

  1. ¿Cómo estás últimamente, las últimas semanas? Párate y hazte consciente de lo que estás viviendo últimamente.
  2. Respira hondo y mira la naturaleza que tienes alrededor, solamente deja que te inunde, sin pensar en nada más solo déjate invadir por ella.
  3. ¿Qué te parece el Jesús de la pasión que “calla”?
  4. ¿Qué piensas de un Jesús que es “vencedor” sin derrotar a nadie?
  5. ¿En qué tienes que ser más humano/a?

viernes, 7 de abril de 2023

VIERNES SANTO: JESUS33_XTI

Es fácil que, a lo largo de tu vida cristiana, te hayan dicho que Jesús se sacrificó por ti. Incluso habrá quien te diga que murió por tus pecados o por obediencia a Dios. Nada de eso: murió por sus propias opciones. Murió por amor, a ti y a tantas personas frágiles, pero no fue un sacrificio que necesitara Dios. Murió porque echó su suerte con los humildes, porque soñó que su sufrimiento no podía durar siempre, porque decía que todo el mundo tiene derecho a una vida feliz, porque quería que las lágrimas de los humildes cesaran. Por eso, bendijo a los pobres y maldijo a los opresores, compartió su vida y expulsó a los mercaderes, abrió su corazón a los humildes y a los soberbios les desenmascaró. No es de extrañar que los poderosos lo borraran del mapa. Pero su camino lo han seguido y lo siguen todavía muchas personas.

El relato de la pasión que leeremos esta tarde es el resultado, la suma de sus opciones. Le llevaron al desastre. Y, aunque en el relato de san Juan que escucharemos hoy parece que Jesús no pierde los papeles, él mismo se sintió perdido y abandonado, por más que el Padre estuviese a su lado como nunca lo había estado.

Esas opciones de entrega, quizá sin saberlo, apuntaban a nosotros. Querían decirnos que el dolor del otro me concierne y que quien entiende bien a Jesús hace suyo dolores que son de otros. Así, la respuesta que damos al sufrimiento del otro desvela qué tipo de persona y de creyente eres: ¿te importa el sufrimiento del otro? Eres buena persona y buen creyente. ¿No te importa? No lo eres. Más que sacrificado por ti, Jesús ha muerto para que tú también te impliques en la vida de los que no tienen tanta suerte.

Entre los primeros franciscanos hubo uno, el hermano Ángel, que fue soldado. Cuenta que se hizo compañero de san Francisco porque un día, cuando colgaban a uno por ladrón, vio que Francisco pugnaba con los soldados por liberar al que iban ahorcar. “Es mi hermano”, repetía. Ángel no entendía que un ladrón convicto pudiera ser hermano de nadie. Hasta que comprendió, como Francisco, que, de alguna manera, el dolor de otro, aunque se lo merezca, me concierne.

Esto es lo que celebraremos esta tarde, la entrega de Jesús por sus opciones y la responsabilidad nuestra ante el caído en el camino. Las dos cosas. Por un lado, agradecemos incansablemente a Jesús su entrega. Por otro nos hacemos la pregunta de si nos van interesando cada vez más los sufrimientos ajenos. Ambas cosas van unidas.

Para la reflexión personal:
  1. ¿Has oído alguna vez eso de que Jesús se sacrificó por nuestros pecados? ¿A qué te sonaba?
  2. ¿Qué te parecen las opciones de Jesús de estar al lado de los que sufren?
  3. ¿Qué añade la frase “Jesús murió para que tú” a la que habíamos oído hasta ahora: “Jesús murió por ti”?
  4. ¿Qué sufrimientos ajenos te interpelan? ¿Cómo te interpelan?
  5. ¿Qué es más importante, la cruz o los crucificados?

jueves, 6 de abril de 2023

JUEVES SANTO: STORYTELLING

Los antiguos cristianos se contaban entre ellos historias guardadas sobre Jesús. No querían que su recuerdo desapareciera, sino que estuviera bien vivo. Por eso, repetían historias queridas sobre él. Una de ellas, que ya la sabes, la vas a escuchar esta tarde de Jueves Santo: aquella en que Jesús lavó los pies a sus discípulos para que entendieran algo muy simple, que se es seguidor suyo cuando se lava pies, cuando se sirve. Y si no sirves, serás otra cosa, pero no de su grupo.

Como te digo, hoy te van a contar de nuevo esa historia: lo hacen para conmoverte, para tocarte por dentro, para provocar gozo y agradecimiento. Si te deja frío, es que no has escuchado bien la historia. Los cristianos de la primera hora la contaban con lágrimas en los ojos, como recuerda san Pablo. Si no te toca por dentro es que aún no has llegado.

La historia del lavatorio de pies habría de provocar algo muy simple: la certeza de que se puede estar contento sirviendo, la seguridad de que cuando sirves es cuando eres más humano, la alegría de hacer algo que tenías que hacer para ser tú mismo. Mientras quieras que todo el mundo te sirva y tú no aportes nada a la convivencia, estás todavía lejos de conectar con aquella historia viva.

Si estás atento a la historia verás que hay un pequeño diálogo entre Pedro y Jesús donde se viene a decir algo simple: que si uno no sirve, Jesús va por un camino y tú por otro. Que el camino de Jesús y el tuyo solamente pueden coincidir en el servicio a la persona. O sea: que servir es la única manera de ser seguidor de Jesús.

San Francisco entendió muy bien esta historia. Un día, poco antes de su muerte, reunió a sus hermanos y él, que no era sacerdote y que les tenía mucho respeto, organizó una especie de cena del Señor: partió un pan y se lo dio a sus hermanos diciéndoles que aquel era el pan de la fraternidad y que, sin ella, su vida de hermanos no tenía sentido. Es otra manera de contar la historia pero con la misma finalidad.

Cuando esta tarde te cuenten la historia, escúchala con las antenas levantadas, métela bien dentro en tu interior, guárdala como un tesoro y, sobre todo, dale vida cada jornada. Ponte a ser servidor con tu familia, con tus amigos, con tu grupo, con tu país incluso. Mientras haya quien sirva, esta historia vivirá.

Para la reflexión personal:
  1. ¿Cómo contarías tú esta historia del lavatorio de los pies?
  2. ¿Alguna vez te has sentido contento al hacer algo por alguien?
  3. Muchas veces creemos que lo más verdadero es estar centrado en mí mismo, estar pensando solo en mí. Y aquí me dicen que lo más auténticamente humano es servir a los demás. ¿Cómo entiendes estas dos realidades?
  4. ¿Sirves o te sirven?
  5. Piensa en personas que hagan el bien a los demás, ¿qué piensas de lo que hacen, las tienes bien o mal consideradas? Habla de alguien que, para ti, sea un servidor/a .

martes, 28 de marzo de 2023

EL SEÑOR DE MI HISTORIA

Vivimos en una cultura donde cada vez se vuelve más problemático creer en Dios y sus cosas. No es solo porque se cuestione la religión y Dios desde la ciencia o la razón como sucede desde el siglo XIX, sino que Dios no está dentro del horizonte del hombre y mujer actuales. Se puede vivir la vida con sentido sin que Dios aparezca para nada en la historia de las personas y de la sociedad. Así, creer en Dios sería una opción ideológica más, entre otras.

Pero lo extraño es que el Dios que Jesús proclama rompe todos los esquemas culturales de todos los tiempos. Y esto es precisamente porque, aunque no es necesario creen en Dios para vivir humanamente, Dios aparece vivo y actuante en la vida de las personas. La Biblia, aunque utilice abundante lenguaje mítico, no es principalmente una serie de historias fantásticas y míticas de hace unos cuantos miles de años; sino que es, sobre todo, el testimonio de hombres y mujeres que han vivido en propia persona un camino de relación viva con Dios; una relación donde al final Dios se vuelve el Señor de sus historias. ¿Y si también a mí me ha llegado la hora de entrar en esta aventura de relación con Dios? Jesús de Nazaret es la proclamación absoluta de que Dios quiere entrar en mi vida personal por amor.

Ya no es una cuestión de maneras de pensar, de creencias religiosas, de pruebas de su existencia y cosas de esas. Es cuestión de relación personal de cada uno de nosotros con Él. Y si eso se da, la vida ya no es solo lo que opto por vivir, sino que me abro a que Él entre en mi vida y sea el Señor de mi historia. Eso cambia radicalmente toda mi vida y la vida del mundo.

Carta de Asís, marzo 2023

domingo, 26 de marzo de 2023

UNA MIRADA CORONADA

La pasada semana estuve en un curso en Madrid sobre espiritualidad franciscana y en uno de los puntos el ponente nos habló de la importancia del rostro de las personas. En un rostro queda dibujado el pasado y el presente de las personas y es el modo más claro de acercarse a una realidad. Un rostro reflejará cansancio, tristeza, amargura, soledad… o ganas de vivir, esperanza y fortaleza. Un rostro te llevará siempre a una experiencia concreta y nunca te dejará indiferente, pero claro, esto sucederá siempre y cuando nos paremos aunque sea un instante a mirarlo de verdad.

Unida a esta reflexión que tuve la suerte de escuchar, el fin de semana acudí a una representación-concierto de la Pasión que puso en escena una coral donde en un momento determinado, Pilato y Jesús quedan frente a frente, y durante toda la interpretación del tema musical permanecen en silencio rostro frente a rostro sosteniéndose la mirada.

No pude por menos que imaginar aquellas dos miradas de Pilato y Jesús en el momento de la condena en aquella mañana del viernes, encuadradas en esos dos rostros con sus historias grabadas en cada gesto, uno bajo una corona de laurel y otro bajo una corona de espinas. Tengo muy claro que Jesús, con esa mirada penetrante que debía tener sí pudo mirar de frente el rostro de Pilato y no juzgarle pero… ¿y Pilato, pudo mantenerle la mirada a Jesús?

Ahora vuelvo a mí y me interrogo: ¿miro a los rostros que pasan por mi vida? y si los miro, ¿cómo lo hago? “Saber mirar es saber amar”, pero para mirar hay que pararse , tomar distancia y no juzgar y esto lo puedo hacer con respecto al otro y a mí, porque, y ahí va otra frase, “solo se ama lo que se conoce”. Conocernos es la mayor aventura que podemos vivir y eso no se acaba nunca, así que tomemos aliento y recorramos el camino que lleva al corazón de Dios que está en el otro y en nosotros mismos y que tiene la puerta en la mirada que hay en cada rostro. ¿Te atreves?

Clara López

martes, 21 de marzo de 2023

MÁS HUMANOS

Estamos en plena época de Cuaresma, tiempo litúrgico de la Iglesia Católica, una siempre nueva oportunidad propicia para meditar, reflexionar y encontrarnos con nuestro lado más humano desde nuestro seguimiento de Jesús Maestro. El crecimiento personal es una decisión que debe surgir de lo más profundo de nuestro ser, empieza con el imperativo de creer en nosotros mismos, con la actitud que tenemos frente a la vida y la lectura que hacemos de nuestra realidad, con los actos que nos definen y con un estilo de vida auténtico y coherente (real), sin tener miedo a ser, amar -con amor del bueno-, crecer y vivir.

Estamos convencidos que la Fortaleza, es una palabra clave ligada con la Cuaresma, la capacidad de permanecer siempre firmes a nuestros ideales, valores, sentimientos, propósitos, cualidades y talentos, a todo aquello que nos vuelve seres únicos e irrepetibles, tal y como lo hizo Jesús, que a pesar de las dificultades, dudas y tormentas ante (de) su trayecto (o proyecto) de humanización divino, no desfalleció, decidió aferrarse a su infinito amor al Padre, sus convicciones (creencias) , su propósito y continuó con mucha más fortaleza (fuerza), con un espíritu y una fe renovada, con Luz y Fuerza.

Sin lugar a duda, el Evangelio es un relato inspirador, ya que nos muestra lo importante que es la fuerza de voluntad y la fortaleza en el caminar (al que llamamos vida) para poder vivir a profundidad la vida.

¿Cuántas veces hemos llegado a sentir que la vida nos tiene entre la espada y la pared? No vale la pena calificar como bueno o malo, si no tomar consciencia que experimentamos que a veces las cosas no marchan de acuerdo a nuestros planes, anhelos o deseos, momentos en los que caemos y tocamos fondo; podemos ver esto como las oportunidades que nos da la vida misma para volver a empezar y reconstruirnos, renovarnos. Es tiempo de cambiar,

Son esos momentos difíciles donde necesitamos salir delante de cualquier manera, y el primer paso para lograrlo, es darnos cuenta que sí se puede creer en nosotros mismos, podemos aferrarnos a lo mejor de mí, aprender a vivir, ser felices y ayudar a los demás a que también sean felices, crecer y ayudar a crecer, acompañar y ser acompañado, ser cada día más humanos, mejorar y empezar a vivir de nuevo, vivir de forma auténtica.

Alex Alarcón y Sergio Mesa

sábado, 18 de marzo de 2023

LA HORA DE DIOS

Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca.” (Isaías 53, 7)

No parece que esta sea la forma de vida que nos encontremos ahora, ni siquiera la encuentro siempre en mí. Sin escudo, sin arma que le defendiera, se dejó llevar y eligió danzar sobre las olas de la vida, de esta vida que en algunos momentos aprieta y nos pone frente a las cuerdas.

Para esta semana aparece una propuesta muy del día a día. Toca estar atentos a lo que el otro necesita sin que llevemos puesto un escudo que de primeras genera una distancia. Dejar al otro hablar, expresarse , sin que estemos elaborando ya en nuestra mente el próximo comentario que nosotros queremos hacerle. No adelantarnos a lo que creemos que alguien nos quiere decir y de lo que pensamos que nos vamos a tener que defender cuando la realidad es que no hay ataque.

Más que nunca, cuando este mundo se mueve por los intereses de una y otra parte surge un grito de protesta en favor de los pacíficos y de los que no juzgan. De los que no se adelantan y no dan el primer paso que da lugar al conflicto. Es la hora de la espera fecunda en la que el silencio de una parte da lugar al compartir de la otra y la intención de unos no lleva al juicio injusto de los otros.

Es la hora de romper una lanza por los que saben esperar, callar y respirar. Es la hora de Dios.

Clara López

jueves, 16 de marzo de 2023

FRATELLI TUTTI EN IMÁGENES DE ANTONIO OTEIZA

EL AMOR: La altura espiritual de una vida humana está marcada por el amor, que es «el criterio para la decisión definitiva sobre la valoración positiva o negativa de una vida humana». Sin embargo, hay creyentes que piensan que su grandeza está en la imposición de sus ideologías al resto, o en la defensa violenta de la verdad, o en grandes demostraciones de fortaleza. Todos los creyentes necesitamos reconocer esto: lo primero es el amor, lo que nunca debe estar en riesgo es el amor, el mayor peligro es no amar (cf. 1 Co 13,1-13). (FT 92)

sábado, 11 de marzo de 2023

ANTES MUERTA QUE SENCILLA POR DENTRO

«Antes muerta que sencilla», escuchábamos hace unos años en una canción de no sé qué personaje del mundo de la canción. Nunca me gustó el mensaje y siempre estuve en desacuerdo y más aún cuando la vida te va poniendo por delante ejemplos de individuos que están tan adornados por abalorios externos que parecen árboles de navidad. Y no me refiero solo a la apariencia externa, sino a los atributos de personalidad que se van desarrollando en la vida y que hacen de nosotros seres humanos con una carcasa que no deja ver ni un ápice de nuestra esencia.

A mí también me pasa. Este mundo tan aparente, contradictorio, complicado, ha ido llenando mi vida de prisa, de ruido, de falta de conexión. Me ha hecho complicada, con la necesidad de un gran folleto de instrucciones para poder entenderme a mí misma cuando la vida aprieta y como no logro entenderme ni aceptarme, entonces me agobio y viene la ansiedad. Y es que se me olvidó lo más sencillo de esta vida: respirar y respirar… en Dios.

Cuando Jesús en los últimos días de su vida se vio envuelto en la aventura de tener que entrar en Jerusalén para celebrar la Pascua, buscó la manera más sencilla de hacerlo, otra cosa es que la gente se lo complicara. Sin hacer alardes, sin aparentar lo que no era, aceptó montar su vida en un burrito y fluir con el clamor del pueblo. Dejarse hacer, bailar con lo que tocaba… sin juzgar la pretensión de la gente, a pesar de saber que sería una razón más para las autoridades de Israel para condenarlo a muerte. El gesto no fue gratuito pero hasta ahí se vislumbra claramente la forma sencilla de vivir de Jesús.

Así que volviendo al principio, para esta Cuaresma, antes sencilla, que muerta por dentro víctima del juicio, la apariencia, el autoengaño y la desconexión. No sé si lo conseguiré pero es un comienzo.

Clara López

jueves, 9 de marzo de 2023

TRES VERBOS PARA ESTA CUARESMA

En esta Cuaresma quisiera invitaros a reflexionar sobre tres verbos que nos pueden acompañar durante este camino que lleva a la Pascua. Estos verbos son: volver, mirar y amar.

Volver: en el Antiguo Testamento, cuando se habla de la conversión se suele utilizar una palabra hebrea que significa «volver». Este verbo lo encontramos en un precioso texto del segundo capítulo del libro del profeta Oseas. Oseas explica que Dios ama a su pueblo apasionadamente. Sin embargo, este amor no es correspondido. Pese a esto, Dios jamás pierde la esperanza de que algún día su pueblo regresará a Él. Para ello lo invita a volver a la fe que vivió en el desierto durante el tiempo del éxodo de Egipto. También a nosotros nos puede pasar lo mismo con Dios. Él nos ama de todo corazón, pero no siempre le correspondemos. Dios nos invita a volver a Él para ofrecernos su amor y compartir con nosotros su alegría. Dios no se cansa nunca de perdonarnos.

Mirar: Dios nos invita a mirar como Jesús miraba. Solo así vemos a cada ser humano, especialmente a aquel que es más vulnerable, como un regalo para nuestra vida. Dice el profeta Samuel que el hombre ve solo lo que está delante de sus ojos y que, en cambio, el Señor mira el corazón (cf. 1Sam16,6). Así nos contempla Jesús. Su mirada siempre va más allá de las apariencias. Él nos ve como frágiles vasijas de barro que, a través de sus grietas, dejan ver el amor de Dios.

Amar: estos días de Cuaresma podemos orar y pedir a Dios que purifique nuestro corazón para que podamos amar a los demás como lo hacía Jesús. El apóstol Pablo nos lo dice con estas bellas palabras: «Tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo» (Flp 2,5). Los evangelistas recogen en muchas ocasiones el amor incondicional de Jesús por sus discípulos. Él les ama fielmente a pesar de sus caracteres, sus errores, sus impaciencias, sus dudas, su abandono e incluso su traición.

Cardenal Juan José Omella

martes, 7 de marzo de 2023

RATIO FORMATIONIS: EL SENTIDO

Dios, amando, crea al ser humano y le invita a vivir, le regala la libertad, otorgándole de este modo la capacidad de construirse a sí mismo (1R 23,1). Esta lógica de la creación nos enseña que vivir consiste en asumir la responsabilidad del camino, en dar forma a la propia existencia, tratando de descubrir nuestra vocación: aquello que el mundo está esperando de nosotros, el regalo que el Creador nos da. La vida es don que exige nuestra responsabilidad.

El centro del Evangelio es la forma de vida de Jesús, quien eligió no agotar la propia existencia en beneficio propio, sino viviendo para los demás (Flp 2, 6-11; 2CtaCl 19-20). En él descubrimos que la vida consiste en el arte del encuentro. Jesús, abriéndose a Dios y haciendo de sí mismo una puerta abierta al encuentro con los otros, nos enseña cuál es la paradoja del cristiano: quien guarda la vida la pierde, y quien la da la gana para siempre (Jn 12, 24-25).

¿A quién no le gustaría ser un gran caballero? En su juventud, Francisco no sueña con otra cosa: ser el más grande, el más poderoso, el más admirado. Parece estar en posesión de todas las respuestas, hasta que un día se enfrenta a la guerra y experimenta el sufrimiento y la sombra de la muerte. Los sueños se convierten en pesadillas. Cae prisionero en la batalla de Collestrada y, en la cárcel de Perusa, descubre que el mundo no es como él piensa. A la experiencia de la cárcel, sigue la enfermedad, la crisis y la pérdida de sentido: ante su vista aparecen solo conflictos y enemigos, fragmentos de un mundo roto. Se siente perdido (1C 3; TC 4; 2Cel 4).

Cuando las cosas pierden sentido la vida se llena de miedos, que se adueñan de nosotros y nos impiden saber quiénes somos. Entonces, surgen sentimientos que no conocíamos y que nublan nuestro camino: el ansia de poder, el afán por competir, la tentación de la exclusión. La falta de sentido se convierte en soledad y la soledad, convertida en egoísmo, nos impide ver quiénes somos (2CtaF 63-71). Sin embargo, en el fondo del corazón humano late siempre el deseo de Dios.

viernes, 3 de marzo de 2023

EL CRISTO DE MEDINACELI

Dulce Jesús Nazareno,
que estás mirando, mirando,
mientras sus penas te dicen
miles y miles pasando.

Tu corazón compasivo
a nadie rechaza airado:
todos al verte sentimos
que a todos estás amando.

Volvemos a casa en paz,
con un secreto milagro,
la plegaria que hemos hecho,
tú, Jesús, has escuchado.

Muchos guardaron consigo,
para besar, tu retrato;
tu amor, abrazo y ternura
en mi corazón yo guardo.

Te ofrezco, Jesús, mi vida,
que tú me la has regalado;
quiero seguir tu Evangelio
cual verdadero cristiano.

Gracias, Jesús Nazareno
por el gozo que me has dado:
seré tu testigo fiel
en medio de mis hermanos.

Rufino Mª Grández, capuchino

martes, 28 de febrero de 2023

LA CUARESMA, TIEMPO PARA VIVIR UNA FE DESPIERTA

La Cuaresma, todos los sabemos, es tiempo en el que se apela a la conversión. Pero, al no concretar más, queda un poco todo en agua de borrajas. Si se intenta concretar, es otra cosa (como cuando el papa Francisco habla de una “conversión ecológica”). Pues bien, intentemos concretar para que la Cuaresma no pase sin pena ni gloria.

Hay una clara diferencia entre vivir una fe despierta y una fe dormida. Esta es la que se vive en el tran-tran de cada día, siempre lo mismo, en la rutina instalada, en la repetición de ritos que se perpetúan año tras año, siglo tras siglo. Si alguna vez se altera, es porque se la saca de esa rutina. Si no, sigue dando vueltas. Es la fe del bostezo, de la distracción, de lo ya sabido. La sorpresa, la novedad, están lejos.

Por el contrario, la fe despierta es la que anhela horizontes nuevos, la que se vive con las antenas levantadas, la que se sorprende, la que no ha perdido el brillo en los ojos, la que encuentra motivos nuevos de disfrute de la Palabra, la intenta nuevo caminos por sencillos que sean, la que aleja el cansancio y tiene a raya a la rutina.

Esta segunda es a la que se refiere el pasaje de Ezequiel 33,7 cuando dice Dios al profeta que le nombra “centinela” (atalaya, traducen otros), alguien que vigila, que está en tensión, con los ojos abiertos y los oídos atentos, dispuesto a dar la voz de alerta.

Ojalá esta Cuaresma sirva para vivir la fe de manera más despierta, atentos a la vida y al momento cristiano, como centinelas que esperan la aurora.

domingo, 26 de febrero de 2023

A DÓNDE NOS EMPUJA EL ESPÍRITU

Desde hace unos años me pasa que no soy capaz de dejar el evangelio en paz cuando lo leo. Y aunque estoy muy lejos de querer interpretarlo, no tengo de hecho la menor intención, sí es verdad que me gusta darle una vuelta de tuerca cuando tengo alguna intuición que me asalta y no precisamente procedente de la cabeza ni de una reflexión sesuda, simplemente conecta conmigo. Y eso es lo que me ha vuelto a pasar con el Evangelio de este domingo. Conste que no voy a destapar nada que no se sepa pero me apetece compartirlo.

¿A dónde llevó el Espíritu a Jesús cuando tras ser bautizado por Juan dice que lo dirigió al desierto? No sé, eso de imaginarme a Jesús en el desierto durante no sé cuánto tiempo, porque ya sabemos que lo de los cuarenta días es simbólico, me deja un poco indiferente.

El desierto es lo cotidiano, el lugar y el tiempo donde Dios nos habla, se nos revela, donde Dios es. Recuerdo que de joven andaba de retiro en retiro y de convivencia en convivencia y de algunos de esos encuentros volvía más llena y de otros volvía desinflada. La cuestión es que cada vez los necesitaba más y vivía menos en la vida y más fuera de ella hasta que por causas diversas comenzaron a faltarme. Entonces qué, me decía, dónde voy ahora a encontrarme con Dios… uff menos mal que eso ya pasó.

¡La vida! La vida, el día a día es el encuentro. Ahí es donde surgen todas las experiencias y se dan todas las tentaciones. Ahí es donde el Espíritu empujó a Jesús, a la vida, a sus calles y sus gentes, a sus idas y venidas con todas las tentaciones y ahí día a día Jesús le dijo a Satanás y a sus impulsos cotidianos: ¡no! No voy a ser más que estos, no voy a conseguir el pan fácilmente, no voy a permitir no vivir la vida hasta sus últimas consecuencias… y así me siento salvada y redimida.

Así que en los caminos de esta vida, durante los “cuarenta días” que sean necesarios para tener una experiencia personal de Dios seguiré dejándome hallar por el Dios que sale a mi encuentro.

Clara López

miércoles, 22 de febrero de 2023

40 DÍAS DE “APAGÓN” PARA PODER VIVIR LA FRATERNIDAD

Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo…” Queremos invitarte a que acompañes a Jesús en este desierto, y te desprendas ahí de todo lo que te impide vivir y poner en práctica el mandamiento del amor con tu prójimo.

Por esta razón te proponemos hacer esta experiencia, este compromiso personal de cuaresma: los 40 días de “APAGÓN”. Consiste sencillamente en que a lo largo de 40 días hagas estos ocho apagones que ahora te proponemos para que en este tiempo hagas posible a tu alrededor, y en ti mismo, un mundo más fraterno y comprometido.
  • APAGÓN del consumismo para practicar el consumo responsable. No comprar cosas superfluas o innecesarias. Comprar productos respetuosos con el medio ambiente. Comprar productos de la zona. Adquirir algún producto que provenga del comercio justo.
  • APAGÓN de las palabras frías, secas o distantes, para practicar palabras cálidas, acogedoras, fraternas, cordiales, amables con las personas con las que vas a convivir estas semanas.
  • APAGÓN del “Todoparamí” para practicar el compartir. Durante estos 40 días comparte algo tuyo con los que te rodean, o con quienes veas que puedan necesitarlo (tiempo, cualidades, capacidades, cosas, etc.). Regálate.
  • APAGÓN del ser manada, hacer lo que todos hacen, para practicar el ser yo mismo. Dedícate tiempo a ti mismo. Párate a pensar ¿hacia dónde camino en la vida? ¿hacia dónde me dejo arrastrar? ¿qué es lo que quiero hacer de mi vida?
  • APAGÓN de la indiferencia e insensibilidad para practicar el abrir los ojos y el corazón para detectar el sufrimiento que hay a mi alrededor, y hacer la parte que me corresponde para ayudar solidariamente.
  • APAGÓN del individualismo para practicar el abrirme a los que están a mi lado y crear convivencia, diálogo, fraternidad… para no vivir encerrado en mi mundo.
  • APAGÓN de las discordias para practicar palabras y actitudes que contribuyen a pacificar, reconciliarse y convivir.
  • APAGÓN del “ruido interior” y del “activismo” para encontrar cada día un tiempo para hacer silencio interior, para hacer oración, para meditar, para darte la oportunidad de sentir la Presencia y la Palabra del Dios que te habita en lo más hondo de tu ser, y desde ahí, te habla de mil maneras cada día… mientras estás ensordecido por mil ruidos...
Si pones en práctica esto… demostrarás que OTRO ESTILO DE VIVIR ES POSIBLE. Y, ojalá, lo que hagas realidad en estos 40 días, lo puedas prolongar y llevar a la práctica durante muchos más, para que el APAGÓN pueda dar lugar a una nueva era… donde todas las personas seamos y nos sintamos realmente HERMANOS/AS.

lunes, 20 de febrero de 2023

ILUSOS NO; SÍ CONFIADOS

No hay duda de que la convivencia, la amistad, las relaciones entre hermanos y hermanas es una labor constante. Siempre se ha dicho que la convivencia se construye. Hay que poner manos a la obra, desear vivir con otros, proyectar la comunidad donde todos podamos convivir con gusto y llenos de sentido. Siempre hemos vivido este sueño que se plasma de muy variados modos: familia, fraternidad, las viejas amistades que iluminan la historia personal…

Esa ansia de una fraternidad, de una convivencia gozosa, se sustenta en haber vivido la experiencia de ser acogido, protegido, amparado en la vida. Quien no ha sido amado no sabe lo que es amar. Cuando una criatura nace, la primera experiencia es de ser cuidada sin habérselo propuesto de antemano. Es una experiencia fundamental básica para poder adentrarse en la vida con esperanza. Esa vivencia nos impulsa a adentrarnos en las diversas etapas de la vida, nos abre a la relación grupal, a la relación personal, incluso a la relación con Dios. Si la vivencia básica fuera amenazante y frustrante nunca jamás nos abriríamos a lo nuevo.

Pero no seamos ilusos. La vida en comunidad, aunque esté llamada a la plenitud, está amenazada constantemente por el fracaso. Y este fracaso es debido a factores exteriores e interiores de los miembros de la fraternidad. Se da frecuentemente que el sueño de la convivencia a la que estamos llamados se frustra y se nos cuela en el corazón la sospecha de la imposibilidad de la fraternidad.

El sueño de la fraternidad solo se podrá sustentar en la experiencia del amor primero de Dios. Más allá de todo fracaso, el corazón del hermano, de la hermana, estará sostenido por la confianza probada de que, a pesar de todos los pesares, su amor, el de Dios, es previo y más fuerte de todos los pecados nuestros y de las hermanas y hermanos. Ilusos no, confiados sí.

Carta de Asís, febrero 2023

jueves, 16 de febrero de 2023

FRATELLI TUTTI EN IMÁGENES DE ANTONIO OTEIZA

EL SAMARITANO: Esta parábola recoge un trasfondo de siglos. Poco después de la narración de la creación del mundo y del ser humano, la Biblia plantea el desafío de las relaciones entre nosotros. Caín destruye a su hermano Abel, y resuena la pregunta de Dios: «¿Dónde está tu hermano Abel?» (Gn 4,9). La respuesta es la misma que frecuentemente damos nosotros: «¿Acaso yo soy guardián de mi hermano?» (ibíd.). Al preguntar, Dios cuestiona todo tipo de determinismo o fatalismo que pretenda justificar la indiferencia como única respuesta posible. Nos habilita, por el contrario, a crear una cultura diferente que nos oriente a superar las enemistades y a cuidarnos unos a otros. (FT 57).

jueves, 9 de febrero de 2023

CENTENARIO FRANCISCANO



San Francisco ha sabido encontrar en el símbolo del pesebre lo esencial del misterio de la encarnación que coincide con el misterio que Dios mismo es: pequeñez que nos colma, vulnerabilidad que nos sana, filiación de dónde nace la fraternidad. En el nacimiento de Jesús, comprendemos que lo más profundo de la naturaleza humana tiene que ver con la atención y el cuidado de todo lo que es frágil. Formarse para ser un verdadero hermano menor consiste en hacer nuestra la misión del Hijo, anunciando al mundo que en Jesús todos somos hermanos y compartimos un mismo futuro: ser y vivir como hijos de Dios.

martes, 7 de febrero de 2023

RATIO FORMATIONIS: EL SILENCIO

La Ratio formationis es el documento que inspira y acompaña la formación de los candidatos a la vida capuchina en toda la Orden. En el capítulo I presenta la figura de san Francisco desde el lenguaje poético para que, a través de su carácter universal y simbólico, pueda inspirar nuestra forma de vida en las diversas culturas. Os invitamos a conocer este documento con la publicación de estas entradas en nuestro blog.

EL SILENCIO

Oh alto y glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón, dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para cumplir tu santo y veraz mandamiento (OrSD 1-3)

Bienaventurados los que escuchan el silencio: sus ojos se llenan de luz y sus pasos se encaminan a lo profundo del corazón. Quien se deja tocar por el silencio se relaciona más hondamente con el mundo, se abre a la paz y vive de una forma más auténtica.

En el silencio se intuye la presencia del Misterio y se aprende que, para dejarse encontrar por él, es preciso convertirse y buscar la verdad de uno mismo, cuidando el espacio interior, que traspasa los límites de lo superficial y permite una relación fecunda con los otros: en ellos descubrimos también quiénes somos nosotros. El silencio es fuente de deseo, diálogo, belleza y, cuando se hace contemplación, es ocasión para acoger el susurro de la voz de Dios.

jueves, 2 de febrero de 2023

HACER PRESENTE A DIOS

El mes pasado dialogaba con un chico de diez y seis años, de primero de bachillerato, y me decía que él era el único creyente de su clase. Sus amigos le decían que eso de la fe es de personas mayores, de “viejos”, de gente de otros tiempos.

Él se sentía “descolocado” por el contraste entre su vivencia interior y la presión de su entorno. Esta es una realidad que vivimos en nuestra sociedad. A menudo se piensa, y las generaciones jóvenes especialmente, que la fe o la religión católica en este caso, ya no es tan necesaria en nuestro mundo como lo ha sido en otros tiempos.

Generalmente no se vive ni se entiende la fe como una fuerza para vivir. No se aprecia la capacidad innovadora que tiene porque no se la considera capaz de generar una nueva cultura para afrontar los problemas que surgen en nuestro mundo. Sin embargo, como creyentes tenemos la experiencia y la convicción que pone por escrito el Papa Francisco en su Encíclica Fratelli Tutti, Hermanos todos, con la siguiente afirmación: “los creyentes de distintas religiones sabemos que hacer presente a Dios es un bien para nuestras sociedades”. (n.274)

A menudo suelo recordar que la fe tiene siempre una dimensión personal. Nadie nos puede obligar a creer. Cada uno tenemos nuestra propia experiencia y recorrido. Junto a esa dimensión personal, la fe tiene también una dimensión social. Esta nos anima a mirar más allá de nosotros mismos y a seguir contribuyendo con la construcción de una sociedad más justa, fraterna, solidaria, respetuosa con la dignidad de toda persona. Por eso a nosotros también nos interesan los asuntos públicos, lo que es de todos, su gestión.

Queremos ser buenos cristianos y buenos ciudadanos, porque así es como entendemos que se construye el Reino de Dios en este mundo. Así es como esperamos y trabajamos por un cielo nuevo y una tierra nueva en la que habite la justicia. Desde la implicación, la responsabilidad y no el desentendimiento.

Ya hace bastantes años, el Papa Pablo VI, en otro gran documento suyo, al hablar del progreso de los pueblos, decía que “el mundo sufre de falta de pensamiento”. En una sociedad tan interconectada como es la nuestra, con los cambios tan fuertes y tan rápidos que se van produciendo, necesitamos pensar y ordenar nuestro pensamiento. “Pensar” es algo que ya se hace en nuestro mundo. Si no pensamos nosotros, ya hay quien lo hace por nosotros. Por eso necesitamos pensar y saber pensar para permanecer de manera libre y creativa dentro de la realidad en la que vivimos.

Aunque ahora se defina nuestra sociedad como “la sociedad del cansancio”, como creyentes pensamos que Dios no debe desaparecer de nuestro mundo. Lo sentimos como un bien, que pretende ayudarnos a los seres humanos en ese camino de la salvación.

Benjamín Echeverría, capuchino 

lunes, 30 de enero de 2023

CONTRABIENAVENTURANZAS

Promesas de felicidad que nos traen infelicidad:
  • Felices los que tienen como único anhelo ser cada día más ricos. Rechazarán toda tentación de compartir y permanecerán insensibles a las personas en paro, sin casa y pasando hambre. Por no ver disminuida su fortuna faltarán a la palabra dada, traicionarán a los amigos, cometerán injusticias.
  • Felices los guapos, los jóvenes, los ricos, los sanos, los que triunfan sin esfuerzo. No aceptarán la enfermedad y la vejez propias, ignorarán el sufrimiento de los demás y no sabrán lo que es consolar, acompañar en los momentos difíciles, acoger con la palabra, el gesto o la mirada.
  • Felices los que se imponen por la fuerza. Son violentos y responderán a la violencia con la violencia. Toda ofensa, desconsideración o mal trato recibidos tendrán su venganza. Cultivarán el resentimiento y alimentarán la espiral de violencia hasta hacer invivible la vida propia y la de los demás.
  • Felices los que se oponen al plan de Dios de un mundo más justo y más fraterno. Ven peligrar sus propios intereses y son muy capaces de poner toda clase de zancadillas al progreso en la igualdad. Se desentienden del injustamente tratado y se niegan a la solidaridad.
  • Felices los implacables, los que no dejan ningún resquicio a la compasión. Cumplen con la estricta legalidad y no dan ningún paso más. En las situaciones imprevistas remiten a las normas y a los organismos oficiales. Piensan que no hay que dejarse ablandar el corazón por la misericordia.
  • Felices los que hacen de la mentira y del disimulo ley de vida. Cuidarán de no descubrir nunca lo que piensan para tener siempre un as de la baraja disponible. Pisotearán a quien sea preciso para conseguir los propios fines. Serán astutos para dejar a alguien en la estacada y salir ellos sin mancha.
  • Felices los que crean conflictos y están siempre en conflicto. Su relación en la familia, en el vecindario, en el trabajo será siempre conflictiva. Estarán constantemente en contra o pondrán trabas a toda buena causa. Verán en todas partes enemigos a los que derribar. Ni tendrán ni sembrarán paz.
  • Felices los que buscan toda clase de componendas con tal de quedar bien con todos. Les parece arriesgado optar por la verdad, es más cómodo seguir la corriente. Para evitarse complicaciones, apoyarán siempre la opinión más en boga sin medir las consecuencias.
Iñaki Otano

martes, 24 de enero de 2023

ELEVANDO LA MIRADA

La solidaridad, el movimiento a favor de los demás generada por la novedad de Jesús, de Dios con nosotros, además de ayudarnos a mirar en profundidad la realidad personal y social, y ayudarnos a vincularnos con otras personas tanto necesitadas y como otras solidarias, nos empuja a transformar el mundo. La solidaridad nos hace alzar la mirada más allá de los casos individuales de las personas y así alcanzar a ver muchos de los mecanismos que hacen que haya tantas gentes sufrientes. El mundo tal como lo conocemos puede ser de otro modo, se puede organizar de otra forma más justa y misericordiosa. Hay sufrimientos que son imponderables, pero también los hay que se pueden evitar si se ponen los medios para ello, o se organiza la sociedad de otra manera.

Esta mirada más elevada a la cual nos empuja la solidaridad implica trabajar por cambiar la realidad social y política en aspectos tanto globales a nivel mundial y planetario como en otros más particulares a nivel más municipal y del entorno más cercano. Es verdad que esto genera un cierto malestar en bastantes ámbitos sociales y eclesiales, pero la doctrina social de la Iglesia siempre ha afirmado esta dimensión importante de la fe: el trabajo por el cambio hacia una sociedad más justa en atención a los pobres y desheredados del mundo.

Ciertamente la solidaridad cristiana nace de la misericordia que Dios tiene hacia nosotros, pero esta dimensión de nuestra fe tiene implicaciones que nos sacan de nuestros individualismos, nos hacen mirar los mecanismos que hacen que el mundo sea así y nos empujan a trabajar por cambiar hacia otros escenarios más justos y misericordiosos para todos.

En medio de esta sociedad donde parece que las decisiones se dejan solo para los expertos y profesionales de lo político y económico, la solidaridad también me lleva a mirar la sociedad y su marcha con una mirada más elevada de lo individual y particular y trabajar por el cambio de la realidad tanto particular como más global.

Carta de Asís, enero 2023

jueves, 19 de enero de 2023

FRATELLI TUTTI EN IMÁGENES DE ANTONIO OTEIZA

TODOS UNIDOS: Ojalá que tanto dolor no sea inútil, que demos un salto hacia una forma nueva de vida y descubramos definitivamente que nos necesitamos y nos debemos los unos a los otros, para que la humanidad renazca con todos los rostros, todas las manos y todas las voces, más allá de las fronteras que hemos creado. (FT 35)

martes, 17 de enero de 2023

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año tiene como tema un texto tomado del profeta Isaías: «Haz el bien; busca la justicia» (cf. Is 1, 17). Nos ayuda a comprender su sentido saber que los materiales para el Octavario de oración han sido elaborados por el Consejo de Iglesias de Minnesota (Estados Unidos), después de la ejecución extrajudicial del joven afroamericano George Floyd el 25 de mayo de 2020. Este hecho injusto y vergonzoso, que provocó una fuerte reacción social, también apela a la conciencia de los cristianos y nos estimula a trabajar juntos para ser fuente de unidad y reconciliación en el mundo.

ORACIÓN

Dios de todo lo creado, te damos gracias con todo nuestro cuerpo y nuestro corazón por poder presentarnos ante ti para confesar nuestros pecados de injusticia y división.

Estamos reunidos ante ti como familia santa unida en la belleza de la diversidad de tu creación: unos procedentes de pueblos indígenas, otros descendientes de esclavos, otros de esclavizadores, otros migrantes, otros refugiados, pero todos miembros del único cuerpo de Cristo.

Te alabamos porque a través de las aguas vivas del bautismo nuestros pecados, rojos como escarlata, fueron lavados y fuimos sanados, y llegamos a formar parte de nuestra querida comunidad, la familia de Dios. Te damos gracias y te alabamos, Dios creador.

Hacemos este camino juntos, con nuestro corazón en fiesta y nuestros ojos atentos para comprender y entender cada vez mejor aquella sabiduría divina que se hace presente y se transmite en todos los pueblos. Ayúdanos a abrazar la unidad entre nosotros, y haznos tomar conciencia de que somos una única familia reunida por el Espíritu Santo, en medio de tu creación. Amén.

jueves, 12 de enero de 2023

CARPE DIEM

Carpe diem, vivir el momento, es una idea que nos rodea como leitmotiv mediático, traducida en no perderse las oportunidades, en probarlo todo sin preocupación por el futuro.

En este periodo post pandemia, ese vivir el hoy y el ahora, se ha ido materializando también, como consejo bienintencionado en la calidez de charlas entre amigos y familiares.

Buscar la vivencia de cada momento es bueno. Resulta fácil en las experiencias nuevas o en los grandes acontecimientos, pero más complicado es encontrar valor en los gestos de la vida cotidiana, con todo lo que tienen de costumbre y de conocido.

Contemplemos, con tranquilidad, al Dios de la historia, cuyo primer lugar de reposo fue un objeto insignificante: un pesebre. Pensemos también en la larga etapa de Jesús ocupado con su oficio de carpintería. Podemos imaginarlo acariciando suavemente o agarrando con fuerza los troncos de madera, distintos según el árbol del que procedieran, con su olor, su color, su grosor.

Pensar en las conversaciones con su padre, tratando de decidir los cortes y los ensambles, la utilización de las herramientas; probando soluciones, equivocándose y acertando. Un día tras otro. Y acompañando su quehacer, Dios presente y a la vez escondido.

CVX Valladolid

sábado, 7 de enero de 2023

ELEGIR AMAR

Elegir amar es una tarea que es preciso hacer de por vida porque el amor, en cualquiera de sus manifestaciones, se construye día a día.
  • Elegir amar la sociedad: La ciudad en la que vivimos, el país del que hacemos parte. Es la fraternidad social de la que habla FT. Es el “amor político”, una forma eximia de amar según Juan Pablo II. Vivir en rechazo con la sociedad es imposibilitarse para entender la encarnación. Puede y debe ser, en ocasiones, un amor crítico. Pero, al fin y al cabo, ha de ser amor. Hay que escuchar los latidos profundos del anhelo de justicia (como se ha visto en el campeonato mundial de futbol) y el sueño de un estilo de vida humana más solidario, por muy lejos que estemos del ideal. Elegir amar la sociedad no puede ser un horizonte que no nos incumba.
  • Elegir amar la Iglesia: Aunque también haya que hacerlo con sentido crítico. Elegir amar las diversas experiencias de vida cristiana que, aunque sea en distinto barco, van al mismo puerto. Elegir amar con dolor el cuerpo herido de la Iglesia (abusos, inmatriculaciones) que es cuerpo herido de todos. Elegir amar la Iglesia de los que resisten, de quienes profetizan, de toda persona creyente que sigue viviendo la fe en maneras alternativas, marginales incluso. Elegir amar la Iglesia de los sencillos, de los cansados, de los crédulos incluso, aunque no se dé cancha a su credulidad.
  • Elegir amar la comunidad: En todos sus miembros, en los brillantes y en los opacos, en los que son un respiro y en los que abruman, en los que colaboran y en quien va desganado. Elegir amar a los hermanos/as cada día para que no se nos muera esta planta hermosa y delicada del vivir juntos. Elegir amar la comunidad en esta hora de reducción y pobreza, amarla aún más si cabe porque su debilidad es más clara.
  • Elegir amar a los frágiles: A los más humildes, a quienes tienen fuertes dificultades económicas, a los más desgastados por la enfermedad o la soledad, a quien tiene poca influencia. Desvelar sus valores escondidos, intuir sus pequeños gozos que también los tienen, sumarse a sus causas o, al menos, mirarlas con cierta simpatía. Que no se nos haga tan lejano ese mundo porque es el lugar privilegiado de la encarnación. Elegir con paz, pero con interés.
Fidel Aizpurúa, capuchino