viernes, 26 de abril de 2024

HERMANOS

Siempre llamé hermanos a los que vivían en mi casa conmigo y con mis padres desde pequeña, vaya los de sangre; y escuchaba en catequesis eso de que Jesús le dijo a Juan en la cruz ahí tienes a tu madre... por María, y a María ahí tienes a tu hijo, por Juan... por esa regla de tres nosotros somos hermanos, nos decían... 

Pero yo no lo sentí hasta que entré en la Familia franciscana y conocí a esos hermanos en la fe que han sido y son apoyo en mi vida , unos cerca y otros que están lejos por las circunstancias pero sintiéndolos conmigo: llamadas necesarias en momentos duros, ese corazón cuando palpita por lo tuyo como suyo, esa disposición para lo que necesites, ese tener su casa en otra provincia y sabes que es también tuya porque te reciben siempre bien...

Que agradecida estoy a Dios de pertenecer a esta gran familia, de ponerme a mis hermanos de sangre primero y a los de fe después en mi camino para andar con ellos la vida, porque todo es mejor acompañada con hermanos, sólo espero estar a la altura de todos y cada uno de ellos, y ser esa hermana en el camino. Siempre Gracias.

Amaya Perales

miércoles, 24 de abril de 2024

ORACIÓN COMUNITARIA DE ABRIL

Haz clic en la imagen para acceder a la oración comunitaria para este mes.

domingo, 21 de abril de 2024

ORDENACIÓN SACERDOTAL DEL HERMANO NACHO

Ayer 20 de abril, Día de la Divina Pastora, el hermano Nacho Moreno recibió la ordenación sacerdotal de manos del Cardenal Seán Patrick O'Malley, capuchino y arzobispo de Boston, que se encontraba en España para recibir el doctorado honoris causa por la Universidad de Salamanca.

El hermano Nacho estuvo acompañado por su familia, amigos y varios hermanos venidos desde distintas fraternidades de la Provincia. Recordamos que Nacho es hermano de sangre de Javier, otro capuchino que actualmente se encuentra cursando estudios de teología dogmática en Roma.

Deseamos a Nacho una fructífera vida de servicio a través de su ministerio sacerdotal y le invitamos a participar en nuestras actividades de Pastoral juvenil para disfrutar de su compañía y carisma.

¡Felicidades Nacho, que el Señor te siga bendiciendo!

Nacho Moreno (a la izquierda) junto al Cardenal O'Malley y Javi Moreno

martes, 16 de abril de 2024

TRES MIRADAS A LA PASCUA DE URBASA

Sorprende en el evangelio del primer domingo de Pascua que no aparezca Jesús resucitado, ni ningún personaje como un ángel anunciándolo. Pero sí hay tres protagonistas que tienen tres formas diferentes de mirar el sepulcro vacío que me parece que pueden ser tres formas de interpretar lo que hemos vivido en Urbasa, en la Pascua joven 2024 de los capuchinos.

La primera es María Magdalena, al ver que han quitado la losa, sale corriendo e interpreta precipitadamente que “han robado el cadáver”. También nosotros podemos tener una interpretación precipitada y superficial de lo que hemos vivido diciendo, que “me lo he pasado muy bien” o “qué maja la gente”, que puede ser cierto o no, pero que no va al fondo de la cuestión, al significado profundo de lo que ha ocurrido.

El segundo protagonista es Pedro que no se limita a ver lo que ha descubierto María –la losa corrida- sino que entra en el sepulcro, investiga y se da cuenta que las vendas están en el suelo y que el sudario está enrollado –ordenadamente- en sitio aparte, lo que parece incompatible con un robo precipitado. Pero Simón Pedro no saca ninguna conclusión de lo que ve. Éste, podría reflejar los que preguntamos a los jóvenes qué les ha gustado más de la Pascua, pasamos un formulario de evaluación y entresacamos aciertos y errores de organización a los que responsabilizamos del éxito o no de la Pascua, pero no vamos más allá.

El tercero es el discípulo amado que deja entrar primero a Simón Pedro, ve lo mismo que él, pero va más allá y cree que Jesús ha resucitado. Los tres han visto, pero sólo el último ha advertido el significado profundo de lo sucedido. Este discípulo, al ver lo que hemos vivido nosotros, también diría que el Espíritu de Jesús ha estado en Urbasa, y no ha dejado de moverse entre sus participantes. ¿Cómo, cuándo? En el desierto nos ha abierto el corazón para darnos cuenta de la riqueza e inmensidad de nuestro interior. Nos ha ayudado a desahogarnos con las lágrimas y a recuperarnos con el consuelo de los demás. Nos ha dado fortaleza para seguir adelante, aunque haya habido momentos de congoja. Nos ha llenado de alegría en las celebraciones, comidas, ensayo de cantos, bailes, etc. Nos ha estremecido al dirigirnos al mismo Jesús “de tú a tú”. Nos ha regalado el silencio cuando nos desbordaba lo que estábamos escuchando o viviendo. Nos ha acercado al compañero o compañera cuando veíamos que lo estaba pasando mal. Nos ha dado su inteligencia para comprender mejor lo que significan las heridas de Jesús y las propias. Nos ha movilizado para ayudar en las tareas de la casa, que otras veces se nos hacen tan pesadas.

Parece que sí, que el Espíritu de Jesús ha estado con nosotros. Puede ser una buena “traducción” de lo que otras veces llamamos “la magia de la puerta roja”; ¿te parece?

Javi Morala, capuchino

jueves, 11 de abril de 2024

ROSTROS DE RESURRECCIÓN

¿Quién no ha sido Tomás en algún momento de su vida? ¿Quién no ha intentado medir y probar a Dios? Lo cierto es que, este pasaje de la resurrección podría hacernos pensar que quizás Tomás no era el más entregado o el más fiel a su Maestro.

Sin embargo, un poco antes, en el Evangelio se relata la intención de Jesús de ir a Betania a resucitar a Lázaro, poniéndose así en peligro. Todos los apóstoles consideraban que era muy arriesgado, que ponían en riesgo su vida. Por lo tanto valentía y fidelidad no le faltaban a Tomás, que no le importaba morir en el intento de acompañar a Jesús.

Esto me lleva a pensar que lo que quizás sí faltó no estaba sólo en él, sino en los discípulos que pudieron ver a Jesús resucitado. Les faltó esa fuerza al transmitir el mensaje, entusiasmo alegría desbordante en sus caras, esperanza, salvación. ¿Por qué si no Tomás hubiera dudado? Puede que efectivamente tuviera una crisis de fe como nos ocurre a todos, pero quizás sus compañeros no mostraran con suficiente alegría esta buena nueva.

Por tanto, es necesario expresar esta alegría de la resurrección de un modo sencillo y sincero. Que nuestros gestos, actitudes y nuestra manera de vivir expresen de tal manera que Jesús vive y reina, que las personas que tengamos enfrente no duden ni por un segundo que Jesús ha resucitado y está vivo ahora y siempre, esperando a que le abramos las puertas de nuestro corazón.

Ojalá que esta alegría se reflejara de tal modo en nosotros que, si Tomás estuviera entre nosotros y le contásemos que Cristo ha resucitado, nos creyese, no tanto por pruebas empíricas o racionamientos, sino por el brillo en nuestros ojos, y la alegría, la paz y la esperanza de nuestro rostro.

Irene Parada

martes, 9 de abril de 2024

RATIO FORMATIONIS: LA FRATERNIDAD

El Señor me dio hermanos (Test 14). A Francisco le fue revelado que para poder vivir como Jesús son imprescindibles los hermanos. Dios nos ha creado diversos e irrepetibles, únicos. La fraternidad no niega la identidad personal, al contrario, la protege del individualismo; no destruye la persona, sino que la enriquece, regalándole un espacio más amplio. Nuestra identidad de hermanos se construye solamente desde la relación.

El proyecto de Clara y Francisco consiste en seguir a Jesús como hermanos y hermanas, a través de estilos diferentes y complementarios. Mientras que Francisco recupera el modelo apostólico (itinerancia, predicación y fraternidad), Clara se centra en la escucha y el servicio a Jesús, al estilo de Marta y María en la casa de Betania.

Nuestra identidad carismática se expresa en el modo de vivir las relaciones. La pobreza nos centra en lo fundamental, evitando que las cosas materiales se conviertan en obstáculos entre nosotros: Y aquellos que venían a tomar esta vida, daban a los pobres todo lo que podían tener y no queríamos tener más (Test 16-17). Todos los hermanos son iguales: corresponde a todos trabajar con las propias manos, la predicación no es exclusiva de los clérigos, el lugar de origen no cuenta.

La fraternidad garantiza la libertad y propicia la gratuidad en las relaciones interpersonales, que exigen, de modo incondicional a todos los hermanos, la renuncia a cualquier tipo de poder. Para Francisco, sin libertad, sin creatividad y sin responsabilidad no existen verdaderas relaciones fraternas: Cualquiera que sea el modo que mejor te parezca de agradar al Señor Dios y seguir sus huellas y pobreza, hazlo con la bendición del Señor Dios y con mi obediencia (CtaL 3).

Las dificultades experimentadas por Francisco en las relaciones fraternas hacen creíbles las palabras que dirige a un hermano que le pidió ayuda: los problemas fraternos no se resuelven huyendo a un eremitorio ni deseando que los otros sean mejores cristianos. Solo así se abren espacios de gratuidad que nos libran del ansia de expectativas y de dominio. El secreto para vivir a la altura de estas exigencias está en la contemplación, espacio irrenunciable en el que nuestros ojos se cargan de misericordia: Que no haya hermano en el mundo que haya pecado todo cuanto haya podido pecar, que, después que haya visto tus ojos, – no se aleje jamás de ti - sin tu misericordia (CtaM 8).

miércoles, 3 de abril de 2024

PASCUA URBASA 2024

Todo comienza con una puerta roja, una puerta roja que limita todo lo que se va a vivir en su interior del frio exterior y de la gente ajena a lo que está ocurriendo. Esa puerta, Pascua tras Pascua, ha visto pasar a animadores y participantes que entran con miedo e incertidumbre y se van llenos de ilusión y esperanza, pero ¿por qué ocurre esto?

Bien pues hoy os lo vengo a contar. Como primer año que iba a la pascua he vivido una experiencia en cuatro días que no podría explicar con palabras en un mes; entré con incertidumbre y desconcierto al inicio por ser todo nuevo, el lugar, los compañeros… pero sin darme cuenta al segundo día ya me sentía en casa. Este suceso, los holandeses lo describen con la palabra gezelligheid que explica esa sensación de calidez e intimidad que se consigue cuando estás a gusto con tus amigos o pareja y que tras esta puerta roja se consigue de forma general sintiéndonos en fraternidad todos los que estamos dentro.

Alguien que no lo haya vivido podría pensar que estoy exagerando, pero es que no ve que durante esos cuatro días compartes tus sentimientos con tus compañeros, tratas temas muy variados, nos acompañamos unos a otros en la muerte de Jesús, el silencio y la reflexión, el vacío que sentimos sin Él y la inmensa alegría cuando Él resucita. Así celebramos la vida y nuestra razón de vivir que es seguirle, aprender de él y agradecer día tras día que diera su vida por nosotros. A pesar de las veces que nos equivoquemos, él estará ahí siempre para acogernos de vuelta y querernos.

Así que sí, a pesar de haber sido solo cuatro días, os puede asegurar que esa puerta roja es mágica y que en su interior se guardan recuerdos y sentimientos maravillosos que se pueden palpar en las paredes desde el primer día que entras.

Como datos concretos, diré que fuimos 44 participantes venidos de Gijón, Madrid, Logroño, Tudela y Zaragoza, y que estuvimos desde el jueves 28 hasta el domingo 31 de marzo.

Laura Claro Romero

lunes, 1 de abril de 2024

JESÚS VIVE PARA AMARME

Quizá hayáis visto la última película de Wim Wenders titulada Perfects days donde se narra la vida simple y gozosa de un señor que trabaja limpiando wáteres en Tokio. Reconciliado con todo, disfruta con lo pequeño de cada día. La vida que lleva, tan humilde, es para él un tesoro, agradecido del don sagrado que es vivir, respirar, ver la luz cada día, tener plantas y un poco de compañía humana. Ahí se calma la herida de la vida, el deseo de vivir siempre y para siempre.

Es que, cuando hablamos de resurrección, nos ponemos trascendentes y creemos que se trata de grandes ideas, de hondos misterios que no alcanzamos, planteamientos que no encuentran nunca solución. Pero se puede uno aproximar a ello de manera simple: la resurrección es la certeza de que estás llamado a la dicha plena y que la prueba de que es así son las dichas pequeñas que puedes vivir cada día. Cuenta con cuidado los disfrutes pequeños de cada día y verás que la lista es larga.

El mensaje de Jesús resucitado es claro, como lo dijo el sabio jesuita Teilhard de Chardin: “Coloca en el fondo de tu alma, antes que nada, como fuente de energía y criterio de verdad, todo aquello que te llene de la paz de Dios. Recuerda: cuanto te deprima e inquiete es falso. Te lo aseguro en el nombre de las leyes de la vida y de las promesas de Dios”.

Celebra con gozo la Resurrección de Jesús. Déjate llevar por la alegría más honda que tengas. Mira los ojos de tus hermanos y hermanas que celebran contigo y descubre en ellos la presencia de Jesús vivo que sigue con nosotros incansablemente. Repítete: “Jesús vive para amarme”.

Pocas veces se dice que Francisco de Asís fue alguien que disfrutó de lo pequeño a tope. Pero en ese disfrute oculto está la prueba de su abrazo con el resucitado. Si no hubiera sentido el calor del sol, el brillo de la luna, la caricia del viento, los colores de las flores, el amor de los que perdonan, la paz de quienes mueren, el abrazo de quienes se quieren no habría amado a Jesús con la fidelidad con la que lo amó. Vive esta Pascua en el gozo humilde y compartido de quienes saben de esto.

Fidel Aizpurúa, capuchino

martes, 26 de marzo de 2024

¿CREES?

Si ser creyente fuera cuestión de opinión, la respuesta sería: “Yo opino que Dios es” o “no es”. Pero sabemos que ser creyente no es una manera de pensar, sino una manera de ser (que incluye también el pensamiento). ¿He sido siempre creyente? Fui bautizado de niño/a y tomo parte en las celebraciones cristianas. Es un dato interesante, y sin embargo, no llega a tocar el fondo de la pregunta de si creo en Dios. Porque, siendo sincero, no siempre vivo lo que celebro, lo que se dice, lo que se propone, etc. También es cierto que a lo largo de la vida no he vivido estas cosas de la misma manera, sino según el momento de mi historia y de las circunstancias. Por tanto, la pregunta de si soy o no soy creyente afecta a algo más al fondo de mi existencia.

No solo eso; también percibo que ser creyente no es algo adquirido de una vez para siempre, ni una posesión de la que puedo disponer, sino que es un caminar con sus altos y bajos, sus idas y venidas, como entre claroscuros. Además, está aderezado de muchos ingredientes diversos y a veces contrarios: certezas y dudas, preguntas y respuestas, recuerdos y olvidos, tiempos de tranquilidad y tiempos revueltos…

El referente para nuestra fe es el Evangelio, Jesús de Nazaret. Tenemos los recuerdos de los primeros discípulos que fueron aprendiendo a seguir a Jesús. También tenemos otros referentes como los santos y santas, que nos cuentan sus avatares en su camino de creer, de la fe. Y tenemos también los hermanos y hermanas de hoy, que van viviendo esta relación con Dios de modo del todo personal.

Y, sobre todo, tenemos aquellas palabras de aquel hombre ante la pregunta de Jesús: “-¿Crees? -Creo, pero aumenta mi fe”. Porque antes de tener o no tener fe es confiar en la misericordia de Dios.

Carta de Asís, marzo 2024

sábado, 23 de marzo de 2024

lunes, 18 de marzo de 2024

AMOR MÁS GRANDE

Unos griegos que querían ver a Jesús, se encuentran con un personaje que les dice algo desconcertante: “Si el grano de trigo no cae en el surco y muere, no produce fruto”.

O sea: ¿buscáis a alguien maravilloso? Pues yo soy, como vosotros, uno destinado al surco, uno cuyo horizonte es la muerte. Pero ojo: no penséis que eso no vale: quien muere, puede dar fruto como la semilla que muere en la oscuridad de la tierra. Jesús es, como nosotros, uno para la muerte, pero con vida dentro.

Dicen que la cultura moderna tiende a ocultar la muerte porque la considera sin valor y por ello, hablar de la muerte y fruncir el ceño es todo uno. Pero algo nos dice que en el morir hay fecundidad. Si no fuera así, la muerte de Jesús habría sido inútil y la nuestra también. La vida está bien hecha porque el morir es, aunque no nos lo parezca, tiempo de cosecha.

Dice un viejo himno de Cuaresma: “La gracia está en el fondo de la pena y la salud brotando de la herida”. En esta Cuaresma valoramos a Jesús que cura nuestros corazones y nos proponemos ser también nosotros sanadores heridos. Eso es porque creemos que caer en el surco, ir dando la vida, es el “amor más grande”, como dice el mismo evangelio. Curémonos, amémonos.

Fidel Aizpurúa, capuchino

viernes, 15 de marzo de 2024

ENCUENTRO DE FORMACION DE ANIMADORES DE PJ

¿Qué mejor forma de aprender que de convivencia en familia? 

Así es como hemos vivido los animadores de la pastoral juvenil de los capuchinos de España nuestro fin de semana de formación en la Casa de Ejercicios de El Pardo, Madrid, los días 8, 9 y 10 de marzo.

El tema elegido era "PASTORAL JUVENIL 5G: para llegar a todos". 5G es la evolución de la tecnología que nos permite estar interconectados, abiertos al futuro. También en la pastoral con jóvenes queremos estar interconectados y abiertos a nuevos modos y estilos que hagan más efectiva nuestra tarea.

Para ello hemos contado con dos ponencias de expertos en pastoral con jóvenes e itinerarios de pastoral, Daniel Diaz-Rincón, responsable de juventud en Acción Católica General, y Juan Carlos de la Riva, escolapio, que ocuparon todo el día del sábado. Los momentos de compartir en grupos ayudaron a reflexionar la manera de aplicar lo aprendido en la tarea pastoral de nuestros grupos y parroquias.

Por la noche contamos con la inesperada y fantástica actuación del Mago Ra, que nos hizo reír e ilusionarnos con su magia, su buen humor, y sobre todo su cercanía y familiaridad. ¡Gracias Rafa por compartir con nosotros!

El domingo, el hermano José Manuel Laseca, capuchino de esa fraternidad, puso el acento franciscano al hablarnos de las etapas de conversión de san Francisco y como podemos aplicarlas en nuestra pastoral con jóvenes.

La mañana terminó con la eucaristía preparada por todos los participantes y presidida por el hermano Rosendo Pérez, capuchino. La exquisita comida y los abrazos y despedidas pusieron fin a nuestro encuentro formativo.

Agradecemos a todos los ponentes su tarea y disposición, y a las trabajadoras de la Casa de Espiritualidad su trabajo y esfuerzo para que todo estuviera a punto: Samanta, Mariana, Sandra, cocineros...

¡Gracias! y hasta la próxima.

martes, 12 de marzo de 2024

¿QUÉ DIRÍA HOY SAN FRANCISCO? 6/6

6. Mirar con lágrimas las lágrimas de los pobres

Los pobres han vertido muchas lágrimas. No os acostumbréis a ellas. Mirar llorando a los pobres que lloran. Si no, os olvidaréis de su dolor.

La peor de las opresiones es la violencia y el menosprecio con los pobres, la génesis inhumana de situaciones establecidas de pobreza, la división del mundo entre los que cuentan y los que no cuentan. Es muy difícil entender que las pobrezas son el lado más inhumano de la historia cuando no se pertenece a ese mundo, cuando se está lejos de las garras que destrozan y de las hambres que devoran. Dos absolutos: Dios y el hambre, decía Casaldáliga. Ni siquiera el primero; sólo el segundo.

Las lágrimas de los pobres que nadie recoge, que no importan a nadie, que se pierden en el mayor de los olvidos. Dios las recoge. Hacer llorar a un pobre es una iniquidad. Esa opresión se “perpetra”, igual que un crimen. De alguna manera, es preciso generar consuelo, interés, preocupación.

La violencia que nadie detiene. Pero, en realidad, hay muchos que se oponen tenazmente a la violencia con riesgo de sus vidas. Sin esa oposición, la violencia habría destruido ya la tierra. La violencia contra los pobres supera la impunidad en la resistencia de los pacíficos. El silencio en el que discurren las lágrimas de los empobrecidos, se hace, algunas veces, clamor elocuente.

Todo esto os diría en la alegría de reunirme con vosotros. Pero con vosotros estoy en vuestro recuerdo vivo y gozoso. Sed menores, sed compañeros, sed hermanos.

viernes, 8 de marzo de 2024

RATIO FORMATIONIS: LA MIRADA

Me parecía extremadamente amargo ver leprosos (Test 1). Apartar la mirada y permanecer ciegos es siempre una tentación, ¿Quién puede romper la tendencia que tenemos a mirarnos solo a nosotros mismos? La conversión consiste precisamente en cambiar nuestro modo de mirar, pasando de la indiferencia a la compasión, permitiendo que aquello que vemos nos afecte y nos transforme.

Para Dios no hay nadie invisible: Él mira a los pobres y escucha su lamento, los convierte en las pupilas de sus ojos. Dios nos contempla a través de ellos. Son las paradojas del Evangelio: somos vistos por aquellos a quienes no queremos ver. Solo cuando Francisco se deja mirar por los ojos del Dios de los leprosos es capaz de abrir sus ojos y aprender a mirar.

El Cristo de San Damián se convierte en el espejo en el que Clara y Francisco nos invitan a mirar. En sus ojos, los nuestros se llenan de misericordia. En la forma de mirar de Jesús pasamos del silencio a la escucha, de la soledad a la solidaridad, de la contemplación a la compasión. Así se inicia el proceso de transformación de nuestros deseos: se empieza por mirar las cosas como Jesús y se acaba viéndolas como Él. Más aún: acabas siendo otro Jesús. Y aún más: tú mismo te conviertes en otro espejo y quien te ve a ti ve a Jesús.

La contemplación invita al seguimiento y el seguimiento a la contemplación. Ambas realidades sostienen el sentido de nuestra vida de hermanos. Juntos, desde el espacio de la fraternidad, prolongamos de manera profética la mirada de Dios sobre el mundo, denunciando lo injusto y convirtiéndonos en testigos de la esperanza y de la alegría del Evangelio.

martes, 5 de marzo de 2024

25 ANIVERSARIO DE SERCADE

  • La de Don Tobías en Coca, Ecuador, que logró por fin arreglar sus papeles y volver a su finca en medio de la selva después de hablar con los Comités de Derechos Humanos de la Pastoral Social del Vicariato.
  • La de Doña Úrsula en Caracas que reparte comida en la Olla Solidaria de la Orden Franciscana Seglar y que ha visto como la crisis política se llevaba adelante su sueño de viajar a Isla Margarita.
  • La de Enrique, el cura de aquel valle minero de Asturias que decidió hacer actividades con los mayores a través de Punto de Apoyo y logró llenar la Iglesia de vida, vida de gente mayor, de la valiosa, de la que acumula experiencia y huellas en la mirada…
SERCADE lleva 25 años compartiendo vidas de gente como ellos. Vidas que se cuentan en los pequeños relatos que habéis leído.

Jean Giono dijo en aquel libro maravilloso del hombre que plantaba árboles que “para que el carácter de un ser humano revele cualidades verdaderamente excepcionales, hay que tener la suerte de poder observar su acción durante muchos años. Si dicha acción está libre de todo egoísmo, si el propósito que la impulsa es de una generosidad sin falla, si es absolutamente cierto que no ha buscado recompensa alguna y que, además, ha logrado dejar una huella palpable en el mundo, entonces podemos afirmar, sin riesgo de error, que se trata de una personalidad fuera de lo común”.

Las personas construyen relaciones y estas configuran las prioridades de una sociedad. No despreciemos la capacidad de los seres humanos para construir el bien.

Habitar, Nombrar, Nutrir, Fortalecer, Acompañar… son acciones que configuran nuestra manera de trabajar en cada uno de esos lugares, las pinturas con las que dibujamos huellas en el mundo.

Todos y cada uno de vosotros, aquellos que habéis compartido estos 25 años, sois seres extraordinarios, fuera de lo común. Compartir vuestras heridas y permitirnos acompañarlas ha sido y es el mayor privilegio de quienes conformamos SERCADE. Gracias por confiar en nosotros.

Celebremos que el mundo está repleto de vidas maravillosas y construyamos un mundo en el que las heridas se curen con amor fraterno. Paz y bien.

SERCADE


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viernes, 1 de marzo de 2024

PRIMER VIERNES DE MARZO

La veneración a Jesús de Medinaceli, arraigada en siglos de historia y tradición, encuentra en este día un momento cumbre. La imagen del Cristo, que se guarda con gran reverencia en la basílica situada en el corazón de Madrid, es el foco de una devoción que no entiende de fronteras, uniendo a creyentes de todos los rincones en una sola voz y espíritu.

A medida que el calendario da vuelta a una nueva página, la capital española se prepara para una jornada de fervor y espiritualidad sin igual. Este viernes 1 de marzo, Madrid se convierte en el corazón palpitante de la fe cristiana con la celebración del Primer Viernes de Marzo dedicado a Jesús de Medinaceli. Este evento, marcado por la devoción y el amor inquebrantable de sus fieles, promete ser un día de encuentro espiritual y de renovación.

Desde este jueves día 29 de febrero a las 12 de la noche, se espera que miles de devotos hagan fila para pasar frente a la venerada imagen, cumpliendo así con una tradición que se ha mantenido viva a través de generaciones. El acto de besar los pies de Jesús de Medinaceli, símbolo de humildad y entrega, es uno de los momentos más emotivos por los fieles devotos del Señor de Madrid.

Las puertas de la Basílica permanecerán abiertas desde la citada hora del jueves por la noche y hasta que, en la noche del Viernes, pase ante la imagen del Cristo el último devoto de la fila. La jornada estará marcada por misas cada hora, oraciones y actos litúrgicos, diseñados para facilitar un encuentro profundo con la fe y con el prójimo. A las 19:00 horas del Viernes presidirá la celebración el Excmo. Y Rvdmo. Sr. Don José Cobo Cano, Cardenal y arzobispo de Madrid.

Como cada año contaremos con la visita de un miembro de la Casa Real en esta fiesta popular del Cristo de Medinaceli.

En un mundo donde el ruido y la prisa a menudo nos alejan de lo esencial, el Primer Viernes de Marzo emerge como una valiosa oportunidad para detenerse, reflexionar y reencontrarse con uno mismo y con los demás a través de la fe. Madrid, por un día, se transforma en un santuario de esperanza, un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la luz de la devoción brilla con fuerza.

Este 1 de marzo, la invitación está abierta a todos los que deseen sumarse a esta manifestación de fe y amor. Ya sea en persona, en Madrid, o en espíritu, desde cualquier rincón del mundo, Jesús de Medinaceli nos espera para compartir su mensaje eterno de amor y redención.

martes, 27 de febrero de 2024

LA GENEROSIDAD

Es una creencia que la sociedad adulta es el equilibrio de fuerzas adquirido entre individuos autónomos. Pero la experiencia humana de las personas también enseña que nos hace más humanos, más plenos si nuestras relaciones están marcadas por la generosidad y no por el egoísmo.

Si solo voy a lo mío, puede que haya épocas en las que parezca que la vida me va bien. Pero llegará el momento en el que me encuentre solo. Quizá rodeado de gente, pero solo; porque no he podido generar con otras personas lazos basados en unas relaciones humanas libres de algún interés más allá de mi persona. Si solo voy a lo mío, no me encontraré con nadie más que conmigo mismo; no sabré qué es la amistad, la hermandad, la fraternidad. Quizá llame amigos a personas, pero solo tanto en cuanto consiga algo a cambio; y eso no es amistad, no llena la necesidad del encuentro humano.

La generosidad es un ingrediente imprescindible en la convivencia entre los hermanos, entre las hermanas. Es esa capacidad de darnos sin buscar nada a cambio; es esa entrega por el bien de la otra persona; es ese encuentro desinteresado a favor de otros. Esa entrega -parece mentira- nos hace más grandes, nos ensancha y nos esponja. La fraternidad es uno de los ámbitos donde podemos desplegar la generosidad; y precisamente, cuanto más nos demos, más recibiremos a cambio; pero no de ida, sino de vuelta.

La atención de mi entrega no está puesta en mí, sino en la otra persona. De algún modo, la generosidad es un descentramiento de uno mismo, dejar de ser el centro del universo y poner al otro en el punto de mi interés. Dios ha puesto a cada uno de nosotros en el punto de su interés: “No he venido a ser servido sino a servir”. Él es el modelo para nuestra entrega fraterna.

Carta de Asís, febrero 2024

jueves, 22 de febrero de 2024

UNA CUARESMA DE SANACIÓN

Estamos en Cuaresma y una manera de “convertirse” es sanar heridas y para ello, inicialmente, hay que comenzar por encarar las situaciones difíciles. ¿Cómo hacerlo, cómo mirar de frente aquello que se nos hace muy cuesta arriba?

  • Pongamos nombre a la dificultad: no temamos llamar por su nombre a la enfermedad, al cáncer, al dolor, a la muerte incluso. No escondamos la dificultad, no obviemos su dentellada. Nombrar la dificultad es una manera inicial de atajarla.
  • Tratemos de vivirla con la mayor paz posible: tras la tempestad de una mala noticia, tratemos de recuperar la paz del corazón. No solucionará el problema pero, al estar menos alterados, podremos descubrir caminos nuevos para vivir lo difícil de manera más humana.
  • Apoyémonos en Jesús: él ha experimentado fuertes dificultades. Su valor y su generosidad puede animarnos y pueden hacernos descubrir algo hermoso: que más allá de la dificultad hay margen para la vida, aunque sea escaso. Que la alegría también es posible cuando las lágrimas brotan.
Hay un valor humano y espiritual del que se habla poco: la ecuanimidad. Una persona ecuánime es aquella que sabe mantener un cierto equilibrio ante los avatares de la vida. Contamos, para ello, con la ayuda de Jesús que nos dice: “No se altere vuestro corazón” (Jn 14,27). Es posible y deseable esta ecuanimidad.

​San Pablo dice que “la fuerza se realiza en la debilidad” (2 Cor 12,9). Es paradójico, pero puede ser verdadero. En esta Cuaresma, tiempo para sanar heridas, podemos experimentar esto: siendo frágiles, como somos, seremos fuertes si nos apoyamos en Jesús y si nos damos, unos a otros, nuestro más sincero apoyo.

martes, 20 de febrero de 2024

ORACIÓN COMUNITARIA DE FEBRERO: HECHOS CON AMOR, PARA EL AMOR

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jueves, 15 de febrero de 2024

¿QUÉ DIRÍA HOY SAN FRANCISCO? 5/6

5. Un lugar para los animales

A muchas personas les parece una desproporción extender el tema de la dignidad a los animales o a las otras creaturas, a la tierra en su conjunto. Hay que decir que la dignidad es diversa en sus formas, pero única en su esencia. Y por ello, los humanos tendrán unos derechos, los animales otros, los árboles otros, pero el denominador común es la dignidad. Y ello, simplemente, porque el espacio es común y eso genera unas relaciones de convivencia que no se pueden eludir.

Se impone, pues, un reparto de la dignidad que no se puede obviar y que tampoco puede hacerse por ley, aunque las leyes puedan construirse siempre con ese presupuesto. El reparto de la dignidad supone el control y el reparto del poder, porque la negación de la dignidad común brota del antropocentrismo desviado de una parte que ve como lógico imponer su ley al resto.

Esto lleva a revisar el antropocentrismo como poder de intervención en el mundo y a superar el paradigma moral del sufrimiento de los animales en una ética animal respetuosa y liberadora. Y lo mismo habría que decir de la instauración de una ética de liberación cósmica. Un intervencionismo que considere obvio el enriquecimiento de lo humano saltándose los derechos de animales y cosas es una parte del imaginario occidental que habría de ser superado. Un intervencionismo desde la dignidad abriría caminos de novedad en la relación cósmica con el consiguiente beneficio para todos los intervinientes.

En todo esto, la espiritualidad franciscana tiene una enorme posibilidad y la familia franciscana una responsabilidad. En el franciscanismo primitivo se produjo un acontecimiento histórico nuevo: la obligación de hacer entrar en un mundo común, es decir, en una comunidad moral, la vida de los animales no humanos y a la naturaleza toda. El siglo XIII, con este acontecimiento, supuso una ruptura histórica fundamental en la ética animal y de la naturaleza. Que tal intuición pueda ser recuperada hoy es tarea, en parte, de la espiritualidad franciscana.

martes, 13 de febrero de 2024

CUARESMA: SANAR HERIDAS

Al llegar la Cuaresma, la llamada a la conversión resuena en la Iglesia. Puede tener el peligro de ser algo cíclico que deriva en rutina. Pero también es posible hacerle un sitio en el itinerario del creyente. No es un mero deseo; también es una posibilidad.

Hay quien define la conversión como una “revolución del alma” (J. Baggini). Podría parecer excesivo, pero de algo de eso se trata: apuntar al corazón, a la interioridad y creer que la propuesta de modificación, de cambio, que hace el evangelio tiene que ver con uno. No es un brindis al sol, sino un dardo al propio corazón.

La concreción para la conversión que proponemos este año es SANAR HERIDAS. Cualquiera sabe que las heridas son elemento de la más concreta realidad. Están siempre ahí, con mayor o menor profundidad, con diverso grado de dolor, con repercusiones de distinto calado. Pero están ahí. Mejor encararlas que obviarlas.

Y también está comprobado que, en parte al menos, podemos ejercer con ellas una acción sanante, mitigadora, curativa. Eliminar las heridas no está en nuestra mano; sanarlas sí en la medida en que nos inclinemos a ellas, las acojamos, las cuidemos.

Comenzar la Cuaresma de este año con un planteamiento tal puede ser algo más que un anhelo. Puede ser tomarse en serio la capacidad “samaritana” de la vida y de la fe ante la evidente presencia de las heridas en nuestra vida. Pasar del deseo al trabajo con ellas; he ahí el desafío y el marco de la conversión.

Fidel Aizpurúa, capuchino

martes, 6 de febrero de 2024

RATIO FORMATIONIS: EL DESEO

Ninguna otra cosa deseemos, ninguna otra queramos,
ninguna otra nos plazca y deleite, sino nuestro Creador (1R 23,9)

La búsqueda del sentido despierta el mundo del deseo. Se trata de una llave que pone en movimiento todo nuestro ser, abriéndonos al encuentro con la realidad. El deseo se reviste siempre de experiencias concretas, nos mantiene atentos a la fuerza de la vida, nos une a Jesús, impulsándonos a compartir sus sentimientos, a ser como Él. Francisco, varón de deseos, permite que Dios transforme su deseo de ser caballero en un deseo todavía más alto: ser como Jesús.

viernes, 2 de febrero de 2024

LUZ PARA ALUMBRAR

En 1997, el Papa Juan Pablo II instituyó un día de oración por las mujeres y hombres que forman parte de la vida consagrada. Esta celebración está asociada con la Fiesta de la Presentación del Señor, el 2 de febrero, conocida tradicionalmente como el Día de la Candelaria.

Esta fiesta se celebra 40 días después de Navidad para recordar cuando María y José presentaron a Jesús a Dios en el templo. Uno de los ritos de este día es la bendición de velas, que simboliza a Cristo, la luz del mundo. De igual manera, las personas consagradas somos llamadas para reflejar la luz de Cristo en el pueblo o sociedad en la que vivimos.

En la familia franciscana estos años están siendo especialmente importantes desde el recuerdo de los últimos años de la vida de Francisco de Asís. Hace 800 años Francisco vivió una serie de experiencias que se nos han trasmitido de tal manera que forman parte de nuestra espiritualidad. Esta Navidad hemos recordado y celebrado su vivencia de la Navidad en 1223 en Greccio. En este nuevo año 2024 recién estrenado, recordaremos y celebraremos el VIII Centenario de la impresión de las llagas en Francisco de Asís. Las llagas o estigmas se refieren a las marcas o heridas en el cuerpo que imitan las heridas de Jesucristo en la cruz. San Francisco experimentó estas marcas misteriosas en sus manos, pies y costado y así lo representan los artistas en sus obras.

Decimos que las llagas son signo de la profunda conexión espiritual que tenía Francisco de Asís con Jesús y su amor por Él. Pero también son signo de su identificación con aquellos que llevan una vida llena de heridas, las personas estigmatizadas socialmente, aquellas que sufren el abandono, la pobreza, la vergüenza o la culpa. La cercanía de San Francisco a los más pequeños, los leprosos, los pobres y las personas que sufrían, le llevó a comprender y contextualizar mejor los sufrimientos de Cristo.

A medida que pasan los días somos conscientes de cómo se nos ha complicado la vida, especialmente a raíz de la pandemia. Pero no somos espectadores de diferentes acontecimientos que provocan crisis y desolación, sino todo lo contrario, queremos comprometernos con nuestro mundo y sus criaturas. Los Evangelios nos dicen que Jesús predicaba, enseñaba y curaba. Estas tres acciones han configurado gran parte de la vida consagrada. De ahí que en la Iglesia haya tantas obras de enseñanza, catequesis o formación y curación.

La verdadera misión de la Iglesia no es poner en funcionamiento una eficiente máquina de ayudas, siguiendo el modelo de una ONG. La misión de la Iglesia es curar las heridas del corazón, abrir puertas, liberar, alumbrar e iluminar…

Benjamín Echeverría, capuchino

martes, 30 de enero de 2024

ÉL NOS AMÓ PRIMERO

Cuando me describes,
muestras la belleza
que todos ignoran.
Cuando me convocas,
al decir mi nombre
cantas de contento.
Cuando yo me alejo,
cuentas cada hora
hasta que regreso.

Eres quien comprende
lo que yo no entiendo.
Eres quien escribe
con mis garabatos
los versos más ciertos.
Eres quien me saca
de los laberintos.
Eres quien disipa
mis abatimientos.
Eres, en mis dudas,
el ancla que aferro.
Eres, en mis noches,
el faro que guía
mi llegada a puerto.
Eres la sonrisa
que calma mi furia.
Eres la caricia
que alivia mi duelo.

Eres la promesa,
la pasión luchada,
la muerte vencida,
el amor primero.

José María R. Olaizola, sj

jueves, 25 de enero de 2024

LA SOLIDARIDAD MARCA LA VIDA

Hace unos pocos años una cooperante de una ONG, al volver de una campaña de trabajo con refugiados sirios, decía que ella ya no volvería a ser la misma persona que antes. Más que el trabajo realizado, el trato personal con los refugiados la había marcado para siempre. Al volver a la vida habitual del día a día en nuestra sociedad esas primeras impresiones después del servicio realizado seguramente se atemperaron. Pero ciertamente que a esa cooperante le dejó una marca indeleble.

La solidaridad, en todas sus formas, lleva a las personas a cambiar la mirada sobre uno mismo y el mundo. Si la solidaridad va un poco más allá de meros actos puntuales de generosidad pilla a la persona por dentro y la cambia. Primeramente nos descoloca, nos saca de nuestros esquemas y maneras de percibir a las personas. Aparecen otros valores, otras miradas sobre las personas y sobre las situaciones que no se percibían antes. Uno mismo se ve transformado poco a poco y comienza a percibir a los demás y sobre todo a los más vulnerables de otra manera. Los proyectos solidarios podrán tener éxito o no; habrán sido adecuados o desenfocados; la entrega realizada a favor de alguien enfermo, débil, frágil habrá resultado eficaz o no. Pero si ha habido entrega generosa, la persona que se ha expuesto a la fragilidad de los demás, queda marcada, y en su vida se abrirán nuevas dimensiones no sospechadas un poco antes.

Ciertamente, hay personas que dan un viraje en la vida y se vuelven solidarias. Pero también es cierto que un acto de solidaridad hace cambiar a la persona que la lleva a cabo. No es el mero hecho del movimiento solidario el que nos cambia; es más bien el encuentro con los vulnerables que nos da otra perspectiva. El trato con personas que, siendo como nosotras, por las circunstancias de la vida o las estructuras injustas, han sido colocadas en situaciones inhumanas nos dejará una marca en nuestra vida para siempre.

Carta de Asís, enero 2024

martes, 23 de enero de 2024

¿QUÉ DIRÍA HOY SAN FRANCISCO? 4/6

4. LA ECOLOGIA REDESCUBIERTA

Modernamente habéis redescubierto el valor de la ecología y el cuidado de la casa común.

La ecología franciscana es algo que conecta con la esencia de lo humano, que no se queda en la mera superficie, que percibe el hondo beneficio que es para el todo de la persona y de la creación la incorporación hábitos ecológicos la vida. Son las verdaderas raíces de la espiritualidad ecológica.

La tendencia al dominio y a la explotación de la naturaleza ha desterrado el asombro, el brillo en la mirada, el estupor de quien descubre cada día el color de cada cosa. El asombro es el lenguaje del respeto y del amor. Quien se asombra, no invade ni explota, sino que agradece.

La ecología franciscana es la ecología del asombro sencillo, renovado cada día, simple pero profundo, exultante pero sensato. Sin ese asombro nos deslizaríamos al abismo del dominio, al pozo negro de la explotación, a la mirada que calcula todo sin admirarse de nada.

La ecología franciscana es una ecología creyente, conectada a la experiencia de Dios. Para el franciscano una creación sin la amorosa presencia de Dios sería una ecología sin alma. No se trata de “bautizar” nada, sino de descubrir el hálito que sostiene el universo y que el creyente sabe que es el modo con que Dios se hace vivo en la vida del cosmos.

martes, 16 de enero de 2024

ORACIÓN COMUNITARIA DE ENERO: ¿DONDE VIVES?

Desde Tudela nos mandan la oración comunitaria para este mes. Haz clic en la imagen para acceder a la misma.

jueves, 11 de enero de 2024

RATIO FORMATIONIS: LOS PÁJAROS Y LAS FLORES

Un gran obstáculo para el seguimiento de Jesús es el miedo, que consiste en traer hasta el presente algo malo que pensamos que nos puede suceder en el futuro, quedando de este modo impedidos para caminar. Lo contrario del miedo es la confianza: la afirmación serena y alegre del presente que nos encamina hacia lo que tenga que venir. Mirad las aves que vuelan en el cielo… mirad cómo crecen los lirios del campo. Pájaros -símbolo de la libertad- y flores -imagen de la providencia- son propuestos por Jesús como modelos del discípulo confiado, aquel que se siente sostenido por la bondad de Dios y trata de vivir la profundidad de cada instante.

En Francisco se nos revela una nueva forma de santidad. Se enamora de las flores, conversa con los pájaros y mantiene encuentros cercanos con las criaturas; se siente, en medio de ellas, uno más. Frente a las piedras de los espacios cerrados, él prefiere el claustro del mundo, lleno del color de las flores, que testimonian la belleza del Creador, y de la música de los pájaros, que cantan la gloria de Dios. Cansado de los discursos vacíos de experiencia, Francisco aprende de los lirios y de las aves un nuevo modo de hablar, una palabra libre y gratuita, confiada y capaz de invitar a la confianza absoluta en el Señor.

martes, 9 de enero de 2024

SANANDO HERIDAS

Estos tres años, del 2023 al 2026, la familia franciscana celebra los 800 años de una serie de acontecimientos que marcaron la vida de San Francisco de Asís y forman parte de nuestra identidad como familia espiritual.

Este año 2024 celebramos la impresión de las llagas de San Francisco. Recordamos que, en 1224, hace 800 años, Francisco se retiró al monte Alverna para realizar una cuaresma de ayuno y oración, como era su costumbre. En este contexto de silencio y oración tuvo una experiencia espiritual especial: se hizo realidad el encuentro con el Crucificado, y quedaron impresos los estigmas, signos del amor, en su corazón y en su cuerpo.

Para muchas personas las llagas son un signo de la unión espiritual que tenía san Francisco con Jesús y su amor por él. La cercanía a quienes sufrían, le llevó a San Francisco a comprender y contextualizar mejor los sufrimientos de Cristo. Junto a ese momento tan especial que se produjo en la vida de Francisco, creemos que las llagas también reflejan a todas aquellas personas que llevan una vida llena de heridas: las personas que sufren el abandono, la pobreza, la vergüenza o la culpa.

Para celebrar este acontecimiento en la vida de Francisco, para actualizarlo y tratar de vivirlo en nuestra vida, los Capuchinos hemos elegido como lema para nuestra acción pastoral este este año “SANANDO HERIDAS”. Va a ser el hilo conductor de muchas de nuestras actividades y acción pastoral en los lugares e iglesias en las que estamos. Os lo proponemos también a quienes vivís vuestra fe junto a nosotros o con nosotros, pues paradójicamente, los estigmas son heridas capaces de sanar.

Los frailes que han trabajado sobre este lema y los materiales que nos ofrecen para la pastoral, nos recuerdan además que la herida propia, aceptada, se convierte en ungüento para las de los otros. Sólo si nos acercamos a nuestras fragilidades con serenidad, podemos acompañar a los demás en sus incapacidades.

El Papa Francisco hace ya varios años que dijo que «misión de la Iglesia es curar las heridas del corazón, abrir puertas, liberar, decir que Dios es bueno, perdona todo, es padre, Dios es afectuoso y nos espera siempre». Los que queremos vivir el carisma franciscano debemos ser sanadores de heridas, curadores de estigmas y costureros de corazones rotos. Sanar heridas significa asumir la parte de responsabilidad que tenemos en la construcción de una fraternidad con sus propios estigmas, pero capaz de solidarizarse con los estigmatizados de nuestro mundo.

Benjamín Echeverría, capuchino

miércoles, 3 de enero de 2024

UN NOMBRE

Buscaba un nombre
que pudiera describir lo absoluto,
que se elevara sobre todo nombre.
Un nombre para definir a los humanos,
para llamar a Dios.
Buscaba un nombre
que pudieran pronunciar, con júbilo,
niños y viejos,
que evocase los instantes
más importantes de cada historia.
Buscaba un nombre
que dejase callados a los malos poetas
y soltase la lengua de los hombres rudos,
que se tradujese en besos,
en abrazos,
en gestos de compasión,
en manos limpiando heridas,
en llanto fecundo,
en canciones eternas,
en silencios vivos.
Desechó muchos nombres
que encorsetaban la vida en leyes,
cálculos y méritos. Y otros tantos
que exigían aplausos, reverencia o miedo.
Arrojó por la borda proclamas absurdas,
palabras vacías, promesas efímeras.
Al final lo encontró.
Y el nombre se hizo verbo,
y el Verbo se hizo hombre,
y habitó entre nosotros.

José María R. Olaizola, sj