viernes, 29 de mayo de 2015

LAS 10 VIRTUDES PARA SER UNA PERSONA COMPLETA

Vivimos en una sociedad en la que todo el mundo entiende que vayas al gimnasio para entrenar tus músculos. Pero si dices que estás trabajando “para transformarte en una persona más completa”, muchos te miran como si fueses “un rarito”. Yo no lo entiendo. ¿Acaso hay algo más importante?
  1. Resiliencia: Seguir adelante cuando sólo vemos oscuridad en nuestro futuro. Aceptar que las decepciones y los reveses forman parte de cualquier vida humana. No asustar a otras personas con nuestros miedos.
  2. Empatía: La capacidad de conectar con las experiencias de otra persona. Y también el coraje de ponerse en el lugar del otro y mirarse a sí mismo con honestidad.
  3. Paciencia: Con frecuencia perdemos los nervios porque creemos que las cosas tendrían que ser perfectas. Los humanos hemos avanzado mucho en algunos aspectos (por ejemplo en la tecnología) pero muy poco en otros: por ejemplo, en la capacidad para aceptar que las cosas no siempre son como queremos.
  4. Sacrificio: De forma natural, todos buscamos nuestro propio beneficio. Pero también tenemos una capacidad milagrosa para, en algunas ocasiones, olvidar nuestros intereses personales y sacrificarnos por otra persona o por una causa.
  5. Buenos modales: Los buenos modales tienen mala fama. Normalmente asumimos que “ser educado” es sinónimo de “ser falso” y lo contrario de “ser nosotros mismos”. Pero los modales son una regla necesaria para cualquier civilización y están íntimamente asociados a la tolerancia: la capacidad de vivir junto a personas con las que nunca estaremos de acuerdo.
  6. Sentido del humor.
  7. Consciencia de uno mismo: No hacer responsables a los demás de todos nuestros problemas o cambios de humor.
  8. Perdón.
  9. Esperanza: El pesimismo no es necesariamente un signo de “inteligencia y profundidad intelectual”, ni el optimismo un reflejo de necedad.
  10. Confianza: A veces no alcanzamos nuestros sueños por el simple hecho de que no nos atrevemos a intentarlos. La confianza no es arrogancia, sino la consciencia de que nuestras vidas son cortas y de que, en realidad, tenemos muy poco que perder cuando nos arriesgamos a luchar por lo que queremos.
Alain de Botton

martes, 26 de mayo de 2015

UN VIAJE A ASIS, TIERRA DE SAN FRANCISCO I

En la región de Umbría (Italia) acostado sobre la ladera del monte Subasio, se encuentra Asís, tierra de FRANCISCO, el santo que ha inspirado a millones de hombres y mujeres de todo el mundo y que hoy sigue caminando e intercediendo por nosotros, todos los que formamos el Colegio S. Buenaventura de Murcia.
   Francisco está vivo en Jesús de Nazaret, nuestro DIOS, resucitado para siempre, por el Amor de DIOS–PADRE.
   Fue en S. Damián donde Francisco se encontró con Cristo. Dentro de una iglesita semiderruida, escuchó la voz del Crucificado: Francisco, ve y repara mi iglesia, que como ves, amenaza ruina.
   Allí, le encontró un Nuevo sentido a su vida, una nueva fuerza que le impulsaba por dentro, a seguir un camino incierto.

Reflexión: ¿Seremos nosotros capaces de hacer el suficiente silencio interior para escuchar la voz…? Allí en el fondo, Jesús nos habla a cada uno por nuestro nombre. Nos quiere a todos, nos necesita a todos para amar y para amarnos, tiene una sed inextinguible de todos los hombres…
Carmen Mª Meseguer Martínez


domingo, 24 de mayo de 2015

ESPIRITU, ENERGÍA… DIOS

Celebra este Domingo la Iglesia la fiesta de Pentecostés. Una fiesta que como otras tantas pasa desapercibida para un gran número de católicos y es tremendamente celebrada por otros. Yo era de éstos últimos hace años. Pero hoy en día, y después de tantos y tantos cambios en mi vida en la que ya no son necesarias tantas liturgias ni símbolos, lo vivo desde una perspectiva más “ecuménica” y de una forma más cotidiana. No puedo celebrar este Domingo la venida del Espíritu de una forma más especial que cada uno de los días de mi vida en los que me levanto y tengo por delante el gran tesoro de vivir un día más con todo lo que tenga que suceder. Y menos aún, celebrar esta “venida” como algo externo que se me concede, sino como la gran fuente de Luz que llevo siempre dentro, que siempre me ha acompañado y que puedo irradiar a mi alrededor. Es esa fuerza que los chinos llaman Chi, los japoneses llaman Qi y el mundo oriental llama Energía. Forma parte de mí y se instala en mis entrañas donde todo se conecta en Dios.
   Desde ahí, soy portadora de La Paz, la que Jesús nos desea y por Él, por el Espíritu, puedo desatar todo lo que a lo largo de la vida he ido atando, para dejar que la vida siga fluyendo.
   Aún así, Pentecostés me resitúa y me subraya la gran realidad que hay en la vida de cada hombre: el ser seres espirituales viviendo una aventura humana. Y vuelvo a caer en la cuenta de que llevo conmigo el aliento de Dios en una realidad que cada día se va haciendo, que es susceptible de resquebrajarse y que es posible volver a ser reformada, pero que por ningún concepto pierde el aliento que ya le fue concedido desde el principio de los tiempos.
CLARA LÓPEZ RUBIO


viernes, 22 de mayo de 2015

5 PALABRAS PARA NUESTRO EQUILIBRIO ESPIRITUAL

El sánscrito es una lengua de la vibración, lo que significa que las energías se llevan a cabo en las palabras. Hoy en día todos somos familiares con la palabra OM, el sonido del universo o el saludo Namaste. Pero hay otras palabras en sánscrito que son menos conocidas, pero también nos ayudan a dirigir lo mejor de nosotros y encontrar un balance.
   Podemos incluir el significado de estas palabras en nuestros corazones y práctica repitiéndolas muchas veces. Aquí te damos a conocer 5 simples palabras en sánscrito:

1. Santosha: Satisfacción
Es la práctica de recordar que lo que tenemos ahora es precioso y transitorio. Utiliza esta palabra todos los días para cultivar cierta gratitud a quién tú eres y ya tienes.

2. Upeksha: Ecuanimidad
La ecuanimidad hace posible encarar la vida con todas sus vicisitudes en calma y tranquilidad sin perturbar la mente. Utiliza esta palabra cuando estás lleno de pensamientos que no te están siendo útiles.

3. Sraddha: Fe
Es la creencia interior e intuitiva de que estás caminando por hacia las metas de tu vida. Recuerda esta palabra cuando necesites coraje para creer que todo lo relacionado con tu vida se desarrolla exactamente como debería.

4. Bhavana: El cultivo del amor
Para cultivar debes sacar las malas hierbas y plantar las conductas o maneras de ser que quieres traer a tu vida. Es ahí cuando puedes empezar a sembrar amor, bondad, alegría, felicidad, humildad, gratitud y paz.

5. Satya: Verdad y honestidad
La belleza de esta palabra radica en el efecto que puede tener en nuestras vidas. Si vivimos de acuerdo a nuestra verdad, nuestra vida será más libre de sufrimiento. Es cuando nos fijamos sin juicio alguno en todas las partes de nosotros mismos, estamos cómodos con nuestro conjunto. Dejamos toda la culpa y la vergüenza. Reconocemos que lo que somos en este momento y en un momento dato está perfectamente bien.

Visto en upsocl.com

miércoles, 20 de mayo de 2015

CAMINOS NUEVOS

El peso de los años, unido a la rutina, hace que andemos nuestros caminos en la manera cansina del asno que, interminablemente, da vueltas a la noria. La posibilidad de iniciar caminos nuevos en nuestra vida se diluye y, con el tiempo, se la deja de considerar como una puerta abierta. Y cuando los caminos nuevos desaparecen de la vida, empieza una adormecedora cuenta atrás que lleva derecha a la esterilidad con sus crónicas desazones. ¿Se puede romper ese círculo vicioso peso de los años - rutina - olvido - esterilidad?
   La Resurrección de Jesús, si se la comprende y vive más como un dinamismo de vida que como una doctrina, puede ser la "prueba" de que siempre es posible iniciar nuevos caminos. Y esto, porque ella misma fue el camino de más novedad para el mismo Jesús. Es, ciertamente, el camino nuevo de la compañía cálida del Padre, del disfrute sin mezcla de tristeza amarga, de la presencia más amable con toda persona y con toda realidad.
   La teología, los estudiosos de la Palabra se han preguntado muchas veces cuando han pensado en la resurrección: ¿Cómo fue posible un nuevo comienzo? ¿Quién fue el primero (quizá la primera) que dijo: está vivo? Y más todavía, como lo hemos indicado, ¿qué supuso para el mismo Jesús comenzar su camino más nuevo, su comienzo más deslumbrador?
   Si nos acercamos a estas "preguntas sin respuesta" quizá podamos atisbar la "gloria de la Pascua" tras las celosías de los días. Podría ser entendido y vivido este tiempo de Pascua como un tiempo bueno para renovar la certeza de que, a la sombra del camino nuevo de Jesús, nosotros/as también podríamos comenzar sendas nuevas que dieran una dimensión nueva a nuestros días.
 Fidel Aizpurúa, capuchino

lunes, 18 de mayo de 2015

ASCENDER Y SANAR

Contar a los demás cómo nos va la vida y como conseguir el elixir de la felicidad creo que es de las cosas más antiguas que acompañan al hombre. Proponer no es convencer ni mucho menos coartar libertades. Es acompañar y generalmente es lo que más nos cuesta. Quisiéramos ahorrarles hasta a nuestros amigos cualquier experiencia en la que intuyamos algo de dolor, con lo que de esa misma forma lo que les negamos directamente es crecimiento.
   Sin embargo, cuando comprendemos el tesoro que cada uno llevamos dentro y las posibilidades de equivocarnos que todos tenemos, el acompañamiento se transforma, se hace desde lo mas profundo y desde ahí se conecta con el otro en su dimensión más profunda, observando la Presencia de Dios en el otro tanto como en ti.
   Esto tuvo que tenerlo Jesús tan claro que los milagros que de Él se cuentan se tuvieron que tornar en lo más cotidiano. Cuando el ser humano lo que busca es comprensión, cariño, ternura y conexión, una mirada, un abrazo, una mano que agarra son instrumentos de sanación segura. Lo que los orientales llaman energía y nosotros Espíritu se transmite con facilidad y fuerza cuando se conecta y se expresa y desde ahí se pueden expulsar hasta los “demonios” mas arraigados.
   Esto, que es algo que todos podemos desarrollar porque el Espíritu habita en nosotros se ha encriptado y forma parte de un lenguaje bíblico que no vemos posible en nosotros. Se hace urgente “ascender” a nuestro cielo, a esa parte más interna en la que se encuentra lo más esencial y que es fuente de cualquier milagro para nosotros mismos o para los demás.
   La Ascensión de Jesús supone todo un reto personal al que todos estamos llamados, la máxima libertad que tendrá lugar cuando conectemos con todo aquello que forma parte de nosotros sin necesidad de juzgar nada.
CLARA LÓPEZ RUBIO

viernes, 15 de mayo de 2015

4 CONSEJOS QUE TE AYUDARÁN A GENERAR UN CAMBIO POSITIVO EN EL PLANETA

La vida es difícil, eso lo sabemos, pero no todos están haciendo algo para crear un mundo mejor. Es necesario que el ser humano tome consciencia y actúe en este tema particular, ya que él mismo se ha hundido en el estrés de la rutina y en la insensibilidad que a veces parece dominar a las masas. Los temas ecológicos también nos han estado deprimiendo como sociedad, porque desde muchos ámbitos diferentes nos llega información sobre lo mal que están las cosas hoy en día. Sin embargo, hay que saber que no todo está perdido, todavía hay un futuro que somos capaces de modificar y el primer paso para ello es partir por uno mismo:

1. Sé optimista y no dejes de sonreír a pesar de los obstáculos
Siempre habrá algo o alguien que destruirá tus ilusiones para decirte que debes ser serio y mirar la vida desde un punto de vista pragmático. Lo más común es hacer caso a esa tendencia, porque puede aparentar ser lo más maduro y que así es como funciona el mundo, pero finalmente no es lo que te da alegría ni lo que te activa a ir más allá. Lo ideal es combinar tu optimismo y entusiasmo con una mentalidad capaz de concretar tus sueños originales, de esa forma irás teniendo los resultados que te darán la seguridad para saber que estás en el camino correcto y que puedes lograrlo sin dejar de ser la persona que eres.

2. Amplía tus conocimientos
Leer, estudiar, conocer gente y países nuevos te dará nuevas experiencias que enriquecerán enormemente tu vida. Trata de hacer esto lo más que puedas y cuando tomes decisiones importantes considera si te llevarán a una amplitud mental. Nadie se vuelve una gran persona de la nada, para eso hay que tener disciplina y trabajar en uno mismo, de a poco irás entendiendo tus actitudes y vicios, serás consciente de aquello que te hace crecer y de aquello que te denigra.

3. Modera tu consumo de carne
El consumo de carne conlleva sufrimiento, por lo tanto se puede decir que el que se alimenta de ella es el que está creando una realidad dolorosa para otro ser. Hay animales que viven su vida entera en jaulas, no ven la luz del día, algunos ni siquiera han estado al aire libre ni comido otra cosa que no sean alimentos procesados. A ellos los llenan de químicos, les inyectan hormonas, los tratan como esclavos y sufren los castigos de quienes se preocupan de hacerlos engordar y finalmente les dan muerte. ¿Qué tipo de energía genera eso? No cabe duda de que si uno está pensando en un mundo mejor, la conversión a una alimentación que no incluya carne es fundamental. Evita el sufrimiento, es algo que puedes lograr, hay opciones.

4. Trata de liberarte de la concepción materialista
Puede ser difícil, ya que todo a tu alrededor apunta a lo contrario, pero una concepción materialista puede ser muy dañina y llevarte a una actitud avara. Busca el placer en las cosas cotidianas, disfruta de la naturaleza, comparte con tus amigos, sé austero y te ahorrarás muchos problemas. La gente tiende a malinterpretar este punto: no estamos diciendo que no debas tener posesiones materiales, ni te estamos incentivando a vivir como salvajes. Más que una decisión radical, esto tiene que ver con una actitud que se va formando y adoptando con naturalidad.

¿Te animas a provocar un cambio?

Visto en upsocl.com

martes, 12 de mayo de 2015

¿DÓNDE ESTÁ MI VALOR?

Desde la fraternidad de Valladolid ofrecemos un “espacio de encuentro” a través de diálogos personales en los que las personas pueden expresar sus inquietudes, sus dificultades, sus sueños, sus ilusiones, etc. El otro día vino un señor inmerso en una depresión y con un cierto desorden en la vida cotidiana. Quería buscar ánimos en los pequeños avances que iba realizando pero todo lo que le quedaba por hacer, todos sus objetivos que no cumplía -que en su situación eran muchos- le hacían sentirse mal. En el fondo, se alojaba una cuestión: ¿de dónde extraemos nuestro valor, nuestra dignidad? Es una pregunta que podemos hacernos todos, porque buscamos y encontramos nuestro valor como personas en unas fuentes que pueden hacernos crecer o por el contrario introducirnos en círculos de difícil salida.
   Hay tres niveles en los que podemos buscar la valía de nuestras personas. El primero consiste en vivir persiguiendo el valor de nosotros mismos en lo que tenemos, en lo que parecemos. Si miramos por la ventana o observamos la televisión, vemos que muchas de las personas e instituciones que nos rodean, y a menudo también nosotros mismos nos movemos desde aquí. Esta forma de vivir desde el exterior está abocada a la insatisfacción.
   Una segunda posibilidad es vivir apoyando nuestra valía en nuestras capacidades, en nuestras actitudes positivas, en todo lo que hacemos, etc. Esta forma de entender la vida funciona mientras las cosas te van bien, pero en el momento en que no actúas adecuadamente, no te salen las cosas bien, o no tienes las capacidades o resultados que tú o la sociedad espera, la frustración te puede llevar a la minusvaloración personal. Este es un paso de profundización respecto al anterior pero corremos el peligro de buscar justificarnos a nosotros mismos con lo que hacemos, de olvidarnos que la vida se nos ha regalado y que nuestro valor está mucho más allá de lo que hacemos.
   Y la tercera opción es vivir reconociendo nuestro valor por el hecho de existir, en nuestro SER. En este caso no necesitamos hacer nada, ni tener nada, ni aparentar nada, ni incluso actuar moralmente bien para reconocernos en nuestro valor, en nuestra dignidad. Simplemente es suficiente con SER y vivir desde ahí. Podemos ponerle distintos apellidos a este SER dependiendo de las sensibilidades o creencias. Es suficiente con vivir desde el SER hijos de Dios; es suficiente son vivir desde el SER uno con todo lo que vive; es suficiente con EXISTIR; es suficiente con haber sido creado. Porque el valor profundo que está en mí y me sustenta, se me ha dado, no tengo que ir persiguiéndolo ni mendigándolo. Ahora nos toca dejarnos sustentar en él.
Javi Morala, capuchino


domingo, 10 de mayo de 2015

EL AMOR FUE PRIMERO

Y es que en esta historia del Amor no vale perder el tiempo en pensar qué fue primero, “si el huevo o la gallina”. El Amor fue y punto. Y de ahí surgió todo. Un todo que en su comienzo no tenía ningún interés de manifestarse en distintas formas separadoras, sino en todo caso en distintas formas que entre todas dieran lugar a UNO. “Yo y el Padre somos uno”. Jesús lo tenía clarisimo, ahora tenemos forma como de dos, por contar al Padre como forma, cuestión ridícula, por cierto, pero sólo será esto mientras que me tenga desarrollar en las coordenadas espacio-tiempo, algo que pasa “volando”.
   Y nos cuenta esto Jesús para… ¿Que hagamos un doctorado, o quizá un montón de documentos, o nos demos la vara colocándonos cada uno en un lado como si se tratara de un casillero? Jesús nos cuenta esto para que nuestra alegría sea grande, llegue incluso a plenitud. Pero es muy difícil que nos enteremos.
   Para mí, que el Padre y yo seamos uno, esa parte de mí que ya lo sabe todo de mí, que no depende de nada porque ES, es lo que me da la mayor tranquilidad, porque ya no hay búsqueda fuera, solo dentro, es decir, todo está en mí. Y se resolverá hacia fuera con multitud de formas según las circunstancias o los momentos que se están viviendo, pero en lo esencial ya SOY. ¿Las posibilidades de ser feliz? Todas, porque eso no es un sentimiento transitorio, es un estado de vida. En sí mismo no está basado en nada externo pero como hemos aprendido a plasmarla en determinados condicionantes nos hemos perdido. La perla de nuestra vida, que es esa unicidad con Dios, la hemos ido recubriendo de capas y capas de todo lo innecesario que creíamos que era lo que nos hacía felices y ahora cuesta trabajo rascar. Pero merece la pena, por una alegría que permanece. La que llamó Francisco de Asís, “la perfecta alegría”.

CLARA LÓPEZ RUBIO

viernes, 8 de mayo de 2015

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL AGOBIO

Me atrevería a rebautizar a la persona contemporánea como un "homo agobiens". El agobio ha ido adquiriendo tal naturaleza y presencia que está conformándose como un verdadero rasgo de carácter e incluso de personalidad.
   Desde hace tiempo vengo sosteniendo que el agobio no existe, no es ninguna cosa sustantiva con realidad objetiva; lo que no quiere decir que no podamos sentirlo y vivirlo como si realmente fuese de verdad.
   El agobio no es ninguna cosa que existe independientemente de mí sino que es la concreción anímica, el modo temperamental y la actitud con la que acojo y vivo todo cuanto me sucede o he de hacer. Por eso el agobio nunca podrá aislarse y estudiarse al margen del ser humano, de una persona concreta y particular.
   Sólo el ser humano ha desarrollado ese instinto del agobio. ¿Por qué me agobio? ¿Cómo me siento y siento, cómo me vivo y vivo cuando me agobio?
   Voy constatando que me agobio cuando el "deber'', cuando lo que estoy obligado a hacer no coincide con mi inclinación más profunda; cuando mantengo mis aspiraciones a director general de Universo sabiéndome imprescindible en todos sitios y creyendo que no puedo descansar ni siquiera un minuto porque el mundo todo se desplomaría como consecuencia de mi inactividad o descanso.
   El agobio es la manifestación corporal de una crispación mental producida por el deseo de estar haciendo "otra cosa" que justamente aquello que se está haciendo o viviendo en el momento presente.
   Uno puede agobiarse por sobreactuación, por acumulación, por un exceso de peso de aquella carga que la vida nos exige llevar en un momento dado. Pero no podemos hacer desaparecer el agobio a base de esfuerzo: no sería sino una tarea más, una obligación más, un kilo de más...; el agobio se disipa, como la niebla en la mañana, con un sencillo acto de visión (ver su inconsistencia y su carácter ilusorio e irreal) y de entrega (abandonarse por entero a la vivencia sencilla y simple de cada momento presente).

José María Toro

Tomado de "La vida maestra. El cotidiano como proceso de realización personal", Desclée de Brouwer, Serendipity Maior nº 14, Bilbao, 2001, página 56.

martes, 5 de mayo de 2015

ENCONTRAR LA LUZ DEL RESUCITADO

Hay personajes históricos que, desde diversos lados, han sido pioneros de la fraternidad y de la humana solidaridad con quienes son excluidos del justo banquete de la vida. Francisco de Asís, quizá sin pretenderlo explícitamente, ha sido uno de ellos elaborando una hermosa espiritualidad social por vía de una fe humanizadora. Así es, su mirada honda de fe y su percepción de las estructuras elementales de lo humano han tenido como consecuencia un indestructible pacto de familiaridad, amparo y decidida lucha a favor de quien está en condiciones sociales de desventaja. Este es el valor que hoy habría de poner en pie quien se siente admirador del pobre de Asís. Él mismo lo advertía con una agudeza que todavía nos admira cuando decía: "es grandemente vergonzoso para nosotros los siervos de Dios que los santos hicieron las obras, y nosotros, con narrarlas, queremos recibir gloria y honor". Este tipo de mística social no necesita tanto admiradores cuanto seguidores.
   Una espiritualidad como la descrita es muy útil para este "tiempo de torbellinos" en el que nos hallamos metidos. El peligro del torbellino es que uno quede absorbido por él. Pero la solidaridad que se basa en la dignidad y que la percibe con viveza en los lados ocultos de lo humano puede hacer frente al vértigo de cualquier torbellino. Le ampara la certeza de que esto ha funcionado en personas como Jesús, Francisco de Asís y tantos otros. Y tal certeza se ve reforzada por la evidencia de que el nivel de humanidad se eleva cuando la suerte de los pobres está más cerca de la justicia a la que es acreedora.
   El hermano de Asís es hermano de todos. Nadie tiene el privilegio de acapararlo. Es de todos porque se inscribe en el movimiento histórico de liberación que acompaña el caminar humano y cósmico desde sus orígenes. Es de todos porque apropiarse de él, como quien se apropia del amor, es arriesgarse a perderlo. Al ser de toda persona, los valores de la gran fraternidad humana y cósmica pueden ser lugar de encuentro para toda persona que se sienta atraída y enamorada por el simple hecho de ser creatura. Es entonces cuando el esplendor oculto en lo humano nos deslumbrará, hasta el punto de que tal resplandor nos llevará directos a aquella otra luz que da brillo al rostro del resucitado, Jesús de Nazaret.
Fidel Aizpurúa, capuchino