La veneración a Jesús de Medinaceli, arraigada en siglos de historia y tradición, encuentra en este día un momento cumbre. La imagen del Cristo, que se guarda con gran reverencia en la basílica situada en el corazón de Madrid, es el foco de una devoción que no entiende de fronteras, uniendo a creyentes de todos los rincones en una sola voz y espíritu.
A medida que el calendario da vuelta a una nueva página, la capital española se prepara para una jornada de fervor y espiritualidad sin igual. Este viernes 1 de marzo, Madrid se convierte en el corazón palpitante de la fe cristiana con la celebración del Primer Viernes de Marzo dedicado a Jesús de Medinaceli. Este evento, marcado por la devoción y el amor inquebrantable de sus fieles, promete ser un día de encuentro espiritual y de renovación.
Desde este jueves día 29 de febrero a las 12 de la noche, se espera que miles de devotos hagan fila para pasar frente a la venerada imagen, cumpliendo así con una tradición que se ha mantenido viva a través de generaciones. El acto de besar los pies de Jesús de Medinaceli, símbolo de humildad y entrega, es uno de los momentos más emotivos por los fieles devotos del Señor de Madrid.
Las puertas de la Basílica permanecerán abiertas desde la citada hora del jueves por la noche y hasta que, en la noche del Viernes, pase ante la imagen del Cristo el último devoto de la fila. La jornada estará marcada por misas cada hora, oraciones y actos litúrgicos, diseñados para facilitar un encuentro profundo con la fe y con el prójimo. A las 19:00 horas del Viernes presidirá la celebración el Excmo. Y Rvdmo. Sr. Don José Cobo Cano, Cardenal y arzobispo de Madrid.
Como cada año contaremos con la visita de un miembro de la Casa Real en esta fiesta popular del Cristo de Medinaceli.
En un mundo donde el ruido y la prisa a menudo nos alejan de lo esencial, el Primer Viernes de Marzo emerge como una valiosa oportunidad para detenerse, reflexionar y reencontrarse con uno mismo y con los demás a través de la fe. Madrid, por un día, se transforma en un santuario de esperanza, un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la luz de la devoción brilla con fuerza.
Este 1 de marzo, la invitación está abierta a todos los que deseen sumarse a esta manifestación de fe y amor. Ya sea en persona, en Madrid, o en espíritu, desde cualquier rincón del mundo, Jesús de Medinaceli nos espera para compartir su mensaje eterno de amor y redención.