viernes, 27 de diciembre de 2019

NOSTALGIA Y ESPERANZA

Todos tenemos, de un modo u otro, el recuerdo entrañable de alguien que ha sido importante en algún momento de la vida: un amigo, nuestros padres, algún profesor... ¡Qué no daríamos por volver a estar con esa persona, conversar, saber de ella! Quizá ya no pueda ser posible porque está lejos, o ha fallecido. Pero queda esa nostalgia agradecida.

Hay una forma de mantener la relación con esa persona que no supone una presencia física como nos gustaría. Dicha relación se da cuando somos fieles a aquello que vivimos juntos, a esa relación que nos marcó. Es posible que algunos lean esa fidelidad como terquedad, como una reducción al mero recuerdo para no asumir que aquello pasó, que la relación ya no es posible. Sin embargo, también se da la fidelidad a aquella persona para mantener vivo lo mejor de lo que uno mismo es, ya que fue aquella relación la que despertó en nosotros lo que ahora somos. Así, si no mantenemos esa fidelidad traicionamos lo más auténtico de nosotros mismo.

Esta especie de nostalgia de aquella relación vivida, y que sigue marcando nuestra vida hoy, señala que dicha relación sigue vigente, aunque de otro modo. Si hubiera caducado, nuestra vida actual no haría ningún tipo de referencia a aquella relación. No; no podemos negar que la nostalgia nos hace vivir, y vivir con sentido y gozo. Es más; incluso nos abre a la esperanza de que aquello vivido se nos dará en el futuro, aunque ahora se nos escapen del todo el cuándo y el cómo.

¡Cuánto nos marcan las relaciones que han configurado nuestras vidas! No digamos nada cuando se ha dado la relación con Dios mismo. En esta sociedad tan secularizada donde Dios ha desaparecido del horizonte, hay muchas personas, más de las que pensamos, que añoran a Dios. Y no precisamente como reacción al ambiente de increencia en que se ven envueltas, sino como esperanza fiel a lo mejor que les ha sucedido en sus vidas.

Carta de Asís, diciembre 2019

miércoles, 25 de diciembre de 2019

martes, 24 de diciembre de 2019

LA FIESTA DE LAS FIESTAS

Con preferencia a las demás solemnidades San Francisco de Asís celebraba con inefable alegría la del nacimiento de Jesús; la llamaba la fiesta de las fiestas. (2Ce 199). Me gusta la percepción y la sensibilidad de Francisco ante esta fiesta siempre especial de la Navidad.

Estos días volvemos a experimentar que el ser humano es festivo. En la nuestra y en todas las culturas celebramos la vida y la muerte, el nacimiento, el amor, los aniversarios y los pasos fundamentales en las etapas de la vida. Y cuando celebramos algo lo hacemos de corazón donde cada pequeño detalle esté lleno de vida y alegría.

En Navidad celebramos que Dios se ha regalado al mundo, que lo más importante de la vida nos ha sido dado gratuitamente. El amor que Dios nos tiene no es algo que se comprar, sino que se recibe gratis. Celebrar esta fiesta, aunque esté envuelta en compras, regalos, comidas, encuentros… nos lleva a recuperar el sentido de lo gratuito, de lo que no es útil, de la importancia de compartir sin calcular, de entregarse sin medida, de alegrarse de verdad, de dentro hacia afuera.

La Navidad es la celebración del nacimiento de Jesús, que debe ser al mismo tiempo, un renacer en nuestra propia vida, un cambio que evidencie fe y coherencia. “Es de bien nacidos ser agradecidos”. Las personas agradecidas hacen más feliz y más alegre la vida de los demás y la suya propia. Y es que no se puede ser agradecido e infeliz al mismo tiempo. Los corazones agradecidos no pierden el coraje en las circunstancias más difíciles y saben vivir lo que les toca vivir. En cambio, las personas ingratas pueden hacer que la vida se vuelva insufrible para ellos y para los demás. Por eso la Navidad es un momento de reconciliación, de paz interior, de amor.

Decimos también que “la caridad empieza por uno mismo” y algo similar debe suceder con la Navidad. La primera esfera de acción debe ser la familia. En esta época en la que somos llamados a vivir el amor, la paz y la fraternidad, debemos comenzar por donde debe ser, por la familia.

Sabemos muy bien que no existe la familia perfecta. Pero como dice el Papa Francisco, no hay que temerle a la imperfección, a la fragilidad, ni a los conflictos: «Hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva. Por eso, la familia en la que, con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una escuela de perdón».

Durante este tiempo conviene que estén presentes en medio de nosotros tres palabras importantes que expresan tres actitudes distintas: "permiso", "perdón" y "gracias". A juicio del Papa son "en la vida de la pareja y de la familia", "palabras que abren el camino para vivir bien en la familia, donde el amor recíproco y el respeto son las mejores armas para luchar contra las actitudes que amenazan la relación”.

Benjamín Echeverría, capuchino

lunes, 23 de diciembre de 2019

CELEBRAR LA NAVIDAD

Muchas personas reniegan explícitamente de la Navidad. Les agobia el consumo alocado, las comidas innecesariamente pantagruélicas, el cansancio de reuniones forzadas, la alegría convencional que no tiene raíces. Por eso anhelan que pasen estos días, a la vez que, inútilmente, hacen campaña contra unas fiestas que no sienten ni desean.

Tienen una cierta razón porque la superficialidad humana nos lleva a celebrar aunque no haya contenidos o aunque los presuntos contenidos de la fiesta sean tópicos, rutinarios, embadurnados en un consumo del que no sabemos ni queremos desprendernos. Efectivamente, si hay, según sus detractores, unas fiestas vacuas esas son las de Navidad.

Y, sin embargo, podrían tener un sentido si entendiéramos estas y otras celebraciones similares como el afán, quizá por sendas equívocas, que los humanos tenemos de celebrar el misterio de la vida, esa maravilla que es que, mal que bien, los tres mil millones de unidades químicas que conforman cada una de nuestras moléculas de ADN funcionen.

Se podría celebrar la maravilla que es la identidad individual y la brillante y emocionante diversidad que acompaña a la vida, la certeza honda de que la vida proviene de la vida. El pasado y el futuro abrazados en una estructura molecular en forma de doble hélice. Toda vida surge de otra vida sin necesidad de invocar ningún fenómeno sobrenatural para explicar un proceso tan natural.

¿Y dónde queda, para un creyente, el misterio de la encarnación? Pues justamente en eso: en la contemplación del misterio de ser carne en Jesús de Nazaret y de cada persona que ha transitado por las sendas de esta misteriosa vida. Quizá bastaría un buen paseo por el campo, un rato de silencio, una lectura luminosa para celebrar la Navidad en modos alternativos que nos ayuden a superar el disgusto social con el que muchas personas nos acercamos a estos días.

Fidel Aizpurúa, capuchino

viernes, 20 de diciembre de 2019

ADORACIÓN DE LOS PASTORES

Giorgione 1510
Esta noche es distinta. En las alturas
bailan llamas de cirios y en los valles
tiembla, helado, el rocío. Mi rebaño
levanta la cabeza como si el aire fuera
un alimento nuevo. Qué alta esfera nos guarda
yo no lo sé. La noche huele a mar.
Y las gentes no saben que en las olas
de la cúpula intacta que nos cubre, los astros
cuchichean. Yo escucho cómo tiemblan las notas
de una canción antigua que propagan los soles.
Por eso no camino igual que antes
y mis ovejas bajan como ausentes.
Me pregunto esta noche
qué nueva luz nos guía hasta el remanso
de unas aguas que crecen invisibles
bajo el aliento cálido de las bestias. Un niño
ríe sobre un pesebre, y en sus ojos
brilla la luz primera que separó las formas
cuando todo era nada. No se escucha
más que el latido de la tierra
levantando la hierba de los campos.
Y nosotros, los pobres, nos postramos
ante un niño más pobre
que las vainas vacías de las semillas secas.
Porque en las hojas de los lirios vemos
que lo inmenso es pequeño en la mañana.
Veo en el horizonte
cómo se abren las alas de un ángel que se acerca
llevando la corona de la risa.
Como un lento paisaje que se inunda de rojo:
así crece la luz en esta hora.
Y mi cuerpo cansado se echa sobre la tierra.
Me duermo como un pájaro en su rama,
bajo la atenta luz de estas miles de estrellas
como cirios brillando, como bocas
que cantan en la noche su aleluya.

Alejandro Martín Navarro (De El oro y la risa)

martes, 17 de diciembre de 2019

DOMESTICAR A JESÚS DE NAZARET

Hemos domesticado la figura de Jesús de Nazaret. Hablamos de él con normalidad como si su vida no tuviera nada de extraordinario. Hemos racionalizado tanto sus propuestas que hemos suprimido lo que había en ellas de acicate y de detonante de algo diferente. Llevamos muchos siglos socializándonos con las palabras del Evangelio, y éste ha dejado de ser una alternativa cultural, una oferta sorprendente y desestabilizadora, una propuesta de Dios. Acostumbrándonos a las actitudes de Cristo, además de banalizarlas, hemos desactivado mucha de su capacidad transformadora y renovadora. Ya no nos cuestiona su propuesta de amar a los enemigos, de perdonar hasta setenta veces siete o de confiar completamente en nuestro Padre más allá de otras seguridades. Hemos descafeinado al Abbá.

Pero como escribe Álvaro Pombo en su Vida de San Francisco de Asís, este sí “se arriesgó aceptando la insólita subreabundancia que encierra la idea de un Dios hecho hombre”. Algunos hombres y mujeres sí han descubierto la anchura ilimitada, la inmensa altura y la profundidad abismal del Dios de Jesús. Como dicen los primeros hermanos de Francisco, en la pluma de este escritor santanderino: “¡Pero eso insólito era lo originante, lo que provocó un día la extrañeza y el entusiasmo en nosotros, (…) había conducido nuestras conciencias al asombro asombroso, al prodigio prodigioso de la encarnación de Dios, a nuestro Señor Jesucristo!”

¿Cómo conectar con el exceso de Dios, con la riqueza infinita de su encarnación, con su amor desbordante? ¿Cómo cultivar el asombro, la contemplación pasmada, la extrañeza ante lo creado, la gratitud vital, la alabanza del corazón? ¿Cómo desacostumbrarnos de Dios, cómo dejar espacio para lo que no podemos entender? ¿Cómo hablar sobre Dios sin desactivar su misterio, cómo decir de Él sin racionalizarlo todo y desinflar la belleza de la gracia? ¿Cómo vivir estas Navidades abiertos a la subreabundancia inagotable de Dios y de su encarnación?

Javi Morala, capuchino

sábado, 14 de diciembre de 2019

DISMINUIR PARA QUE DIOS CREZCA

El Adviento es una invitación a hacernos pequeños, ser cada día más humildes, disminuir nosotros para que el otro crezca, ser conscientes de nuestra verdad, que sólo somos unos pobres portadores del fuego que es capaz de cambiar la historia. No somos el fuego, sólo sus portadores. Admitir esto es muy difícil en un mundo donde se nos bombardea con la importancia de ser ricos, de ser poderosos, de ser influyentes, populares… Es muy difícil entender que el más grande de todos, el más rico de todos, el más poderoso de todos, Dios en persona, se haga niño, frágil, pobre… Esto sólo puede comprenderlo el corazón de un niño, que no tiene nada que dar, y que en su fragilidad espera recibirlo todo de sus padres. Quien se hace pequeño se vacía de sí mismo para dejarse llenar por lo único que nos hace grandes: la misericordia de Dios. ¿Te atreves a disminuir para que el otro crezca?

jueves, 12 de diciembre de 2019

¿QUÉ DICEN LOS EVANGELIOS SOBRE EL DINERO?

Lo primero que hay que decir es que el tema económico, en sentido amplio, ocupa un lugar amplio en los evangelios. Aunque Jesús fuera un hombre sin cultura, él sabe que el dinero mueve la sociedad y que muchas situaciones de vida dependen de la economía.

Por otra parte, aunque gran parte de la economía de aquella sociedad fuera una economía de trueque, Jesús sabe lo que es el dinero porque, con toda probabilidad trabajó de peón en las grandes obras públicas que los romanos construyeron en su tierra aquellos años: Cesarea marítima, Séforis, Magdala, etc… La pregunta de 22,20 es meramente literaria.
  • Jesús tiene una gran prevención contra el dinero (Lc 16,9: dinero injusto) porque, en el fondo, piensa, como todos los pobres de la época, que quien tiene dinero lo ha robado a otro, sobre todo si es mucho.
  • Por eso, tiene entre ceja y ceja el mecanismo de la acumulación. Le parece de una necedad tal que quien cae ahí se olvida del valor que tiene la vida y la relación (Lc 12,13-21). Habría que desacumular, ser “ricos para Dios” (Lc 12,21).
  • Pero si, como ocurre en esta época nuestra de más liquidez monetaria, tenemos un cierto dinero, piensa Jesús que lo que hay que hacer es “hacerse amigos con el dinero injusto” (Lc 16,9), es decir, orientar lo más posible nuestros bienes hacia la necesidad del otro por un simple criterio de igualación.

Texto: Mt 25,14-30: «Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo

Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes».
  • Siguiendo la interpretación del antiguo padre de la iglesia Eusebio de Cesarea, quizá quien mejor obró fue el que recibió un solo talento: una luz se ha encendido en él y le ha hecho ver que todos trabajaban para enriquecer a un rey injusto. Él ha decidido cortar con esa línea y se ha sublevado: no le dará al injusto ni siquiera las ganancias del banco.
  • Es que el dinero tiene que tener muy claro el para qué y el para quién: si la ganancia beneficia al opresor, esa ganancia es “pan negro”, como dice el papa Francisco, pan que procede y que engendra injusticia.

Actualización:
  • España es, después de Letonia, el país de más desigualdad social y económica de la UE. El AIREF (Autoridad independiente de Responsabilidad Fiscal) propone una renta mínima estatal que acabaría con las desigualdades que existen entre comunidades en cuantía, porcentaje de hogares cubiertos y duración: País Vasco da 727 euros y Murcia 300 (La Rioja 403); País Vasco cubre el 100% de hogares, Castilla la Mancha solo el 10%; País Vasco es indefinida, Comunidad Valenciana seis meses. Estamos hablando de 3.500 millones (presupuesto de gasto para 2019 472.000 millones).
  • Hay quien piensa que esto no debería darse, que siga la pobreza como siempre. SI no, sería una incitación a la vagancia y efecto llamada para los pobres de Marruecos, por ejemplo. Es como si la desigualdad no fuera problema social real.
  • ¿No sería una forma mínima de redistribuir la riqueza nacional con el fin de rebajar algo la desigualdad? ¿No sería esta la forma de des-acumular de la que habla el evangelio? ¿Cómo es que decimos que el evangelio nos interesa y estas cuestiones de dinero reorientado parece que no nos interesan tanto o, incluso, las consideramos sacadas de quicio? ¿Tiene algo que ver el pensamiento de Jesús sobre el reino y esto? ¿Cómo podemos hablar de esto en nuestros entornos concretos?
Fidel Aizpurúa

martes, 10 de diciembre de 2019

LA REALIDAD DE NUESTRA PARROQUIA

La parroquia de San Antonio está situada en el céntrico y populoso barrio de Cuatro Caminos, en el distrito de Tetuán, Madrid, concretamente en el número 150 de la calle Bravo Murillo. Esta parroquia no es una parroquia cualquiera, sino que se trata de una parroquia franciscana capuchina. Los padres capuchinos llevan el espíritu de San Francisco de Asís a cada rincón de la parroquia, desprendiendo sencillez, humanidad y cercanía.

Nuestra parroquia es un reflejo también de nuestro barrio. Cuatro Caminos es un barrio singular, importante nudo de comunicaciones madrileño y lugar de encuentro de diferentes nacionalidades y culturas. Esta multiculturalidad está presente también en San Antonio. No es raro encontrar más de cuatro o cinco nacionalidades entre las gentes que se reúnen en el salón parroquial.

En San Antonio, no solo los frailes desprenden ese carisma franciscano anteriormente citado. Los miembros de los distintos grupos de trabajo de la parroquia comparten también la visión de la vida que tenía San Francisco, en lo que se refiere a servicio a los miembros de la comunidad en la que está situada la parroquia.

Son muchas las actividades que se desarrollan dentro de nuestra parroquia. La trabajadora social se ocupa de atender las necesidades de las personas que están en posible riesgo de exclusión. Una de sus responsabilidades es la asignación de los alimentos que se recogen todos los años en el mes de diciembre en la Operación Kilo, actividad en la que también participan otros miembros de la parroquia.

En el periodo inmediatamente anterior a la Navidad se celebra también el mercadillo de Navidad, cuyos beneficios se destinan a distintas obras de los frailes en el continente americano, concretamente la recaudación de este año se ha destinado a Venezuela.

La parroquia también pone a disposición de los vecinos del barrio y de otros barrios el servicio de dispensario y asesoría jurídica con asistencia médica, distribución de medicamentos y consejo legal sobre todo para los inmigrantes.

El centro para mayores de la calle Jaén ofrece a este colectivo actividades de ocio y también culturales.

En cuanto a las actividades de catecumenado, contamos con el grupo de catequesis de primera comunión, confirmación para adolescentes y catequesis para adultos. Estas catequesis están impartidas por un grupo de catequistas ilusionados y comprometidos con su tarea.

No podemos olvidarnos de los distintos grupos que llenan de vida, y de música la parroquia, personas de todas las edades que se reúnen para compartir vivencias y crecer en la fe.

Nuestra parroquia es un lugar donde cabemos todos, un espacio de tolerancia, respeto a la diferencia, solidaridad y vida bajo la dirección de los Padres Franciscanos Capuchinos según el espíritu de San Francisco.
Almudena Muñoz

viernes, 6 de diciembre de 2019

REPARTO DE ALIMENTOS

Cuando repartes alimentos y das unas galletas o un simple paquete de arroz, descubres que hay reacciones de todo tipo.

Cuando hoy en día , uno se dispone a hablar de pasar necesidad de alimentos, sensación de hambre o no tener nada para comer; todavía hay mucha gente que piensa que estás hablando de otra época , de otros tiempos ya vividos o de historias y batallitas de abuelos…

Sorprendentemente para muchas personas de nuestra sociedad, hoy en nuestras ciudades también hay gente que tiene carencia de alimentos, ya que no pueden obtener viandas de primera necesidad.

En el centro Social San Antonio disponemos de dos espacios donde tratamos de ayudar a paliar este apuro, nuestro Comedor Social (en el que atendemos a personas sin hogar) y el Espacio de Reparto de Alimentos. Este último es un espacio dedicado principalmente a familias y personas autónomas e independientes que están capacitadas para cocinar en sus casas.

El espacio de reparto de alimentos es un espacio dedicado a personas que ya han pasado por diferentes servicios e instituciones pero que no han podido encontrar una repuesta a esta carencia tan especial como es la falta de alimentos. Es en este espacio donde vemos en primera persona esa escasez de alimentos, tan ajena al mundanal ruido de nuestra sociedad y de la vorágine de nuestro día a día.

Cuando repartes alimentos y das unas galletas o un simple paquete de arroz, descubres que hay reacciones de todo tipo. Hay gente que simplemente te das las gracias , personas que te miran y te transmiten una sonrisa, personas que se avergüenzan de su situación y no son capaces de decir nada, o personas que se emocionan porque quizás llevan varios días sin comer nada caliente .

Estas situaciones te hacen reflexionar y pensar en la suerte que tiene gran parte de nuestra sociedad más cercana de tener sus necesidades alimentarias cubiertas Pensar que si no tenemos nada en casa, bajas al súper a hacer la compra y no solo compras alimentos de primera necesidad sino que también compras esos productos que no son tan importantes que son caprichos, para paliar la gula, el aburrimiento o simplemente para calmar el estado de ansiedad.

Mientras tanto hay personas, posiblemente muy cerca de nosotros, mucho más de lo que llegamos a imaginar. Estas familias o esos niños, donde en su casa viven como racionalizan la comida o el paquete de galletas de chocolate para que llegue a fin de mes. Que son las mismas que agradecen y sonríen como si les hubiera tocado la lotería cuando les das una botella de aceite de oliva o una tableta de chocolate.

Son estos rostros invisibles para mucha parte de nuestra sociedad, por los que trabajamos día a día el equipo de Sercade, formando por Voluntarios y trabajadores. Tratando de ayudar a darle la vuelta a la invisibilidad de estas personas y a sus problemas. Porque cambiando de actitud es posible construir una sociedad más digna. A veces es bastante con hacer un poquito de magia haciendo visible lo invisible.

Óscar Matés

miércoles, 4 de diciembre de 2019

CRÓNICA DE LA FUENTE DE SILOÉ 2019

Llegas con la mente llena...

Llena de ocupaciones, responsabilidades, dudas, prisas, algún enfado aislado, emociones pendientes de resolver..

Llena también de ganas...

Ganas de descanso, de espacio, de un poco de tregua, de un poco de luz que aclare y alguna flecha que indique...

Así que llegas con la mente a rebosar, y sintiendo que en el Alma ya no hay cabida para más...

Y piensas que quizás si limpias, aunque sea solo un poquito la mente, puede que consigas algo de espacio en el Alma.

Llegan los reencuentros, las presentaciones... las primeras risas y los primeros abrazos. Todo bien, todo reconocible, todo previsible.

Llega también la distribución de los espacios para el descanso... favorece el diálogo con uno mismo que no sean compartidos... que si despiertas en mitad de la noche o sientes que el sueño tarda en aparecer no te tengas más que a ti para conversar... no para pensar... solo para escuchar

Todo estructurado, organizado y estudiado de forma impecable... como siempre...

Y de repente, en el primer encuentro después de la cena y sin contar con él... sin avisar... el primer soplo de frescura... el primer espacio...

– Desde la propuesta de conectar con el propio silencio, se ofrecen momentos para que cada uno haga lo que necesite... lo que le pida el Alma... leer, caminar, descansar... cada uno sabe... cada uno decide... porque el parar no significa “no hacer”...-

Por supuesto, se facilitan textos para leer y reflexionar... los espacios para el esparcimiento... los lugares para el descanso....

Pero lo que sorprende es que esa propuesta se hace desde el regalo la propia decisión; se te acompaña, no se te obliga... se te indica una posible vía, no se te impone seguirla... se te sugiere una forma, no se te aplasta con ella...

Y sientes que sólo con eso, ya se vacía una parte de la mente... ya se percibe un poquito de espacio en el Alma...

En la primera reflexión expuesta en común se corrobora ese hecho, porque apenas nadie deja pasar la oportunidad de compartir su necesidad... su duelo... su duda... cada uno sus propios nubarrones compañeros de camino, de los cuales necesita desprenderse para que la carga sea algo más ligera..

La dinámica de Siloé ha sido esa... la mano para sujetar, el hombro para llorar, el pie para acompañar en el caminar, el corazón para escuchar, el abrir para abrazar, el estar para compartir...

Y todo ello desde la elección personal... desde el respeto a la opción... desde la oportunidad a dejar ser.

Esa ha sido la grandeza de Siloé 2019... la Minoridad que la caracteriza. La Invitación a que te Permitas cuidar tu Alma.

Nadie se fue con la nostalgia que acontece después de los encuentros... la despedida se antojó especialmente alegre... como si fuésemos a reencontrarnos unas horas mas tarde... Aparecieron lazos fuertes... de esos que que no solo sujetan, sino que también sostienen... No hubo sensación de distancia... se creó Unidad.

Unos alejaron sus nubarrones... otros dieron el primer paso de su camino... otros se reafirmaron en su lugar... otros se reencontraron con sus emociones... otros descansaron en la tregua que les permite seguir senda...

Y todos nos fuimos con la mente limpia, la confianza restablecida y el Alma llena de espacio.

Gracias Ismael
Gracias Luis
Gracias Todos
Geli Muñiz

domingo, 1 de diciembre de 2019

ADVIENTO 2019

Despertad, que empieza un nuevo día, un día que alumbra la esperanza.
Quitad de vuestras vidas la rutina, que la tristeza no invada vuestras almas.

Abrid, que entre la luz, todas las puertas, abrid, que entre la brisa, las ventanas.
Que brote la flor y la sonrisa y se limpien de mal de ojo las miradas.

Habrá muchos, seguro, que lo ignoren, por eso, id a gritarlo por las plazas:
El Dios del amor y la ternura pasará por la puerta de tu casa.
Vigila, estate atento, pues seguro, te pide que le dejes visitarla.

Traerá vestidos nuevos para todos. Vestidos perfumados por su gracia.
Y las viejas rutinas que nos duermen, quedarán para siempre trasnochadas,
porque siempre su luz y su presencia nos regalan la vida renovada.

Que el pánico no cunda entre nosotros, cuando vemos que el mundo tanto cambia.
El Señor está cerca, ¿No lo sientes?, él pasa a nuestro lado y nos levanta.

¡Es Adviento! Que es tiempo inundado por la gracia.
Isaías, María y el Bautista con su cálida voz nos acompañan.
A los desencantados y aturdidos, a los que nada ven, ni esperan nada,
a los que la injusticia ha empobrecido, ¡que alumbre con más fuerza la esperanza!