El camino nos impulsa a seguir buscando. Caminamos porque tenemos seguridad en lo que esperamos, aunque a veces no seamos capaces de ver el sentido. Caminamos y en ese camino descubrimos la luz en las tinieblas, la fuerza en medio de la duda, la meta en el mismo caminar. Y descubrimos desde el principio a quien buscamos al final.
Te busco desde siempre
Te busco desde siempre. No te he visto
nunca. ¿Voy tras tus huellas? Las rastreo
con ansia, con angustia, y no las veo.
Sé que no sé buscarte, y no desisto.
¿Qué me induce a seguirte? ¿Por qué insisto
en descubrir tu rastro? Mi deseo
no sé si es fe. No sé. No sé si creo
en algo, ¿en qué? No sé. No sé si existo.
Pero, Señor de mis andanzas, Cristo
de mis tinieblas, oye mi jadeo.
No sufro ya la vida, ni resisto
la noche. Y amanece, y yo no veo
el alba, no podré decirte: "He visto
tu luz, tus pasos en la tierra, y creo"
JUAN JOSÉ DOMECHINA