jueves, 30 de junio de 2022
martes, 28 de junio de 2022
EXPECTATIVAS INCUMPLIDAS
Pueden ser solo momentos pasajeros. Pero también puede que sean signos de que la fraternidad, la familia, la comunidad no cumple ni cumplirá lo que me había imaginado, deseado, buscado. Surge ese sentimiento de soledad no buscada, esa soledad que incomoda y duele. No es fácil acertar en el reparto de responsabilidades por la situación creada. Quizá yo mismo había puesto excesivas expectativas en la fraternidad; o son los demás quienes no caen en la cuenta de mi necesidad de ser atendido; o tal vez sean las dos cosas.
Hay tres actitudes que nos ayudarían a manejarnos en estas situaciones de soledad. La primera es comunicar de algún modo a los demás sobre la soledad que vivo y sobre mi necesidad de ser querido y correspondido, de mis pequeñas o grandes frustraciones en ello. La segunda actitud sería acertar en acomodar mis expectativas a lo que de verdad puede dar la fraternidad, asumiendo mi cupo de soledad. Y la tercera actitud será la de mirar si no les sucede algo parecido a los demás con respecto a mí, si no soy yo también alguien que ha frustrado sus expectativas a mis hermanos y hermanas.
En fraternidad aprendemos a darnos permiso para desear, para anhelar, para soñar y esperar lo que otros pueden aportarnos. Pero sin convertir el deseo en exigencia, el anhelo en obligación o la respuesta en condición.
jueves, 23 de junio de 2022
FRATELLI TUTTI EN IMÁGENES DE ANTONIO OTEIZA
HOMBRE Y MUJER IGUALES: De modo semejante, la organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje. Es un hecho que «doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos»
martes, 21 de junio de 2022
¿QUÉ DICEN LOS EVANGELIOS SOBRE EL FUTURO?
En la época de Jesús había una preocupación popular por la venida del Mesías que coincidiría con los días finales del mundo. No se tenía el panorama evolutivo del cosmos que todos conocemos hoy por la ciencia moderna. Jesús mismo parece que heredó este pensamiento que pasó a ser una de las primeras preocupaciones de los cristianos (como se ve en 1 Tesalonicenses). No obstante, el pensamiento de Jesús sobre el futuro pasa por los modos del presente. No es uno que olvide el presente sino, como decimos modernamente, el futuro que tendremos pasa por el presente que tenemos, que construimos.
- En las parábolas ecológicas que hemos visto (Mt 6,24-34) se repite varias veces: “no andéis preocupados”. Las excesivas preocupaciones no solamente bloquean la posibilidad de aceptar la propuesta de Jesús, sino que también malean y llenan de sinsabores el presente.
- En Mt 10,23 y en Mc 13,30 se desvela el pensamiento de Jesús sobre un futuro inmediato en que el mundo llegará a su plenitud. Quizá sean textos que pertenecen a las primeras comunidades porque el actuar de Jesús no está marcado por ningún frenesí de esperanza inminente.
- Es, sin duda, la comunidad cristiana la que ha elaborado una teoría sobre un futuro inmediato influenciada por el ambiente (Mt 24,29). Estando en situación difícil, han imaginado el futuro como una consumación, un cataclismo. No conocían las teorías del expansionismo del cosmos que conocemos nosotros. Pero ni aún así, el cristianismo primitivo ha logrado mantenerse en el marco de una indudable valoración de la historia, del presente: es necesario pasar por él para entender el proyecto de Jesús
- Es la quinta de las instrucciones del evangelio de Mateo. La más importante: el reino alborea cuando modifica el presente a favor de los frágiles. No se trata de que triunfe una religión, sino de que las necesidades humanas, la cuota de dicha de cada cual, sea un logro.
- Una fe que no influye el presente no es la que propone Jesús. La suya es una religión hecha para modificar la historia a favor del humilde. Si eso no se da, el reino no alborea.
- Por eso, la propuesta de Jesús modifica el tiempo, no el cronológico, sino el humano: cuanto más nos apuntamos a la justicia, tanto antes llega la plenitud; cuanto menos trabajamos la justica, tanto se retrasa el día del reino.
- La propuesta de Jesús quiere mejorar las relaciones humanas del presente a todos los niveles. Si esa propuesta no influye en este momento está siendo estéril.
Tiene razón el papa Francisco cuando dice: “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien” (EG 3).
Para ello será necesario asomarse al interior del hecho social para sufrir un triple impacto: a) la percepción de la implicación creatural: por el hecho de ser criatura se crea una responsabilidad común con toda otra criatura; b) la activación del sentido de familia, ya que vivir con otros humanos nos hace iguales a ellos y crea lazos de familia básica de los que no sería ético renegar; c) llegar a percibir las situaciones ajenas de dolor como algo que es parte del propio dolor, ya que la respuesta al sufrimiento del otro da la talla de nuestra propia humanidad. Si no se cultiva este mundo de relaciones internas en el seno del hecho social, la deriva hacia la conciencia aislada será siempre un peligro que acecha.
Todo ello habría de llevar a la persona a sentir un temblor común por el futuro de la vida, ya que la conciencia aislada es, sin duda, el mayor enemigo de tal futuro. Por el contrario, sea cual sea, el futuro de lo que vive está mejor garantizado cuando uno se abre a la realidad de lo otro sintiéndose parte de un todo que no anula sino que es garantía de futuro para cada persona, para cada criatura.
domingo, 19 de junio de 2022
CORPUS CRISTI
La Eucaristía nos habla del amor de Dios hecho entrega. “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo”. Y éste se tomó a sí mismo, se hizo Eucaristía y dijo: “Esto es mi Cuerpo entregado...; esta es mi Sangre derramada; tomad”.
La Eucaristía nos habla del amor de Dios hecho comunión: “Comed, bebed...; el que come mi carne tiene vida eterna”.
jueves, 16 de junio de 2022
AGARRARTE A LA VIDA
martes, 14 de junio de 2022
domingo, 12 de junio de 2022
LA TRINIDAD, UN MISTERIO QUE DA VIDA
Celebramos la fiesta del Misterio de la Santísima Trinidad: la verdad íntima de Dios, su misterio. Y la verdad fundamental del cristiano. Para unos resulta prácticamente insignificante; para otros, teóricamente incomprensible...Y así, unos y otros, por una u otra sinrazón, “pasan” de él. ¿Tanto nos habremos insensibilizado y distanciado de nuestros núcleos originales? En su nombre somos bautizados; en su nombre se nos perdonan los pecados; en su nombre iniciamos la Eucaristía; en su nombre vivimos y morimos: en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Hoy se constata una tendencia a prescindir de Dios. Insensibles, vamos acostumbrándonos o resignándonos a eso que ha dado en llamarse “el silencio de Dios”, y que otros, más audaces, denominaron “la muerte de Dios”; sin percatarse de que, en esa atenuación o desaparición del sentido de Dios, el más perjudicado es el hombre, que pierde así su referencia fundamental (Gén 1, 26-27), hundiéndose en el caos de sus propios enigmas.
¿Quién es Dios? Una pregunta desigualmente respondida, pero una pregunta ineludible, inevitable, porque Dios no deja indiferente al hombre; lo lleva muy dentro para desentenderse de Él.
Para nosotros, ¿quién es Dios? Dios no puede ser afirmado si, de alguna manera, no es experienciado. ¿Qué experiencia tenemos de Dios? ¿Tenemos alguna? ¿O solo lo conocemos de oídas? Estamos expuestos a un grave riesgo: acostumbrarnos a Dios, un Dios cada vez más deteriorado por nuestras rutinas. Un Dios al que llamamos “nuestro dios”, quizá porque le hemos hecho nosotros, a nuestra medida, y que sirve para justificar nuestras cómodas posturas, sin preguntarnos si ese “dios” es el Dios verdadero.
“A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado” (Jn 1 ,18). Jesús es quien esclarece el auténtico rostro de Dios, su auténtico nombre. Y no recurrió a un lenguaje difícil, para técnicos, sino accesible a todos: Dios con nombres familiares: Padre, Hijo y Espíritu de Amor. Dios es familia, diálogo, comunión. Jesús no tuvo interés en hacer una revelación teórica de Dios, esencialista, sino concreta. Por eso Dios para nosotros más que un misterio, aunque no podemos por menos de reconocer un porcentaje de misterio, es un modelo de vida (Mt 5, 48; Lc 6,36).
Porque Dios es Familia, quiere que “todos sean uno, como Tú y Yo somos uno” (Jn 17,21); porque es Diálogo, quiere veracidad en nuestras relaciones: “Vuestro sí sea sí...” (Mt 5,37); porque es Salvador, quiere que nadie se coloque de espaldas a las urgencias del hermano: “Tuve hambre...” (Mt 25,35); porque “es Amor” (8I Jn 4,), quiere que nos amemos...
Esto es creer en Dios, vivir a Dios. “Si vivimos, vivimos para Dios” (Rom 14,8)... Ser creyente es una cuestión práctica y de prácticas. Dejar que Dios sea Dios en la vida. Dejar que Dios sea realmente lo Absoluto, el Primero y Principal. Lo Mejor. Solo Dios. Pero no solos con Dios, porque Dios no aísla. Quien abre su corazón a Dios de par en par experimenta inmediatamente que ese corazón se convierte en “casa de acogida”.
REFLEXIÓN PERSONAL
- ¿Qué experiencia tengo y testimonio de Dios?
- ¿Es un “por si acaso” en mi vida?
- ¿Con qué pasión busco su rostro?
jueves, 9 de junio de 2022
ESPÍRITU DE HUMILDAD
Tal vez pedagógicamente no fuera perfecto, pero esas enseñanzas que hoy ya no se imparten no han sido sustituidas de forma eficaz. La Iglesia, y nosotros como Iglesia, seguimos necesitando humildad y también espíritu de sacrificio.
La humildad es necesaria, pero es muy difícil reivindicarla. Si a un especialista en marketing le pides una campaña sobre la humildad se echa a llorar. ¿Qué promocionas ahí, a qué estímulos apelas?
La humildad es necesaria porque no somos perfectos, y hemos de ser capaces de reconocer nuestras limitaciones. Implica ver en el otro no a un competidor, sino a un maestro, en tanto que es mejor que uno mismo en determinados aspectos.
La humildad se predica de las personas, pero la misma palabra lleva implícita un matiz peyorativo o, peor aún, conmiserativo. «Humildes orígenes», decimos, para añadir: «pero supo labrarse un porvenir»… Es una 'cualidad' a superar, no es algo en lo que instalarse.
Sin embargo, es una cualidad cada día más necesaria en este mundo de petulantes en el que todos sabemos de todo y nunca nos equivocamos.
Un sacerdote fallecido en la pandemia predicaba mucho sobre la humildad. De las personas, y de las instituciones. De la Iglesia. Porque cuanta mayor altura intelectual se tenga, decía, más humilde se debe ser.
De poca gente se puede decir que sea humilde como algo positivo. No sabemos reconocer la grandeza de la humildad, no hemos sido educados para ello. Por eso nuestra cultura no es completa. Trabajamos para el reconocimiento, y llegamos a creer, humanamente, que nuestros logros nos pertenecen, que nos los hemos ganado.
No sabemos reconocer la mano de Dios en nuestros talentos, muy raras veces se los agradecemos. Y mucho menos admitimos que Dios también se ha esforzado en los demás, y los ha hecho mejores que nosotros. Aceptar una cosa tan simple nos cuesta tanto, que optamos por no hacerlo. Y no voy a echarle la culpa al mundo, a los anuncios y al modelo de sociedad que se nos propone. Porque es la propia Iglesia la que tiene que predicar desde la humildad y recordarnos, a día de hoy, esa actitud que mantiene su vigencia. Y somos nosotros los que debemos aceptar nuestra limitación, y hacerlo de buen grado, aceptando la humildad no como una pose, sino como una actitud de agradecimiento a Dios y reconocimiento a los otros.
martes, 7 de junio de 2022
DADOR DE VIDA
Esta acción de Dios en nosotros se produce casi siempre de forma discreta, silenciosa y callada; el mismo creyente solo intuye una presencia casi imperceptible. A veces, sin embargo, nos invade la certeza, la alegría desbordante y la confianza total: Dios existe, nos ama, todo es posible, incluso la vida eterna.
El signo más claro de la acción del Espíritu es la vida. Dios está allí donde la vida se despierta y crece, donde se comunica y expande. El Espíritu Santo siempre es «dador de vida»: dilata el corazón, resucita lo que está muerto en nosotros, despierta lo dormido, pone en movimiento lo que había quedado bloqueado. De Dios siempre estamos recibiendo «nueva energía para la vida» (Jürgen Moltmann).
Esta acción recreadora de Dios no se reduce solo a «experiencias íntimas del alma». Penetra en todos los estratos de la persona. Despierta nuestros sentidos, vivifica el cuerpo y reaviva nuestra capacidad de amar. Por decirlo brevemente, el Espíritu conduce a la persona a vivirlo todo de forma diferente: desde una verdad más honda, desde una confianza más grande, desde un amor más desinteresado.
Para bastantes, la experiencia fundamental es el amor de Dios, y lo dicen con una frase sencilla: «Dios me ama». Esa experiencia les devuelve su dignidad indestructible, les da fuerza para levantarse de la humillación o el desaliento, les ayuda a encontrarse con lo mejor de sí mismos.
Otros no pronuncian la palabra «Dios», pero experimentan una «confianza fundamental» que les hace amar la vida a pesar de todo, enfrentarse a los problemas con ánimo, buscar siempre lo bueno para todos. Nadie vive privado del Espíritu de Dios. En todos está él atrayendo nuestro ser hacia la vida. Acogemos al «Espíritu Santo» cuando acogemos la vida. Este es uno de los mensajes más básicos de la fiesta cristiana de Pentecostés.
viernes, 3 de junio de 2022
HERMANO SOL
Muchas culturas han celebrado a lo largo de la historia sus ritos en torno al sol. De hecho, la festividad de San Juan, próxima a este día, se cristianizó, y sus hogueras tienen su origen en estas fiestas paganas del culto al Sol.
El Sol en la espiritualidad franciscana ha tenido y tiene un lugar especial. Desde niños aprendimos a llamarlo hermano, “hermano sol”, como lo llamaba Francisco de Asís, a él y a todas las criaturas en su Cántico de la Criaturas o Cántico del hermano sol, por ser la primera criatura citada en tono de admiración. Además, la primera película de San Francisco que recordamos también tiene por título “Hermano Sol, Hermana Luna”. Tal vez sean estos los primeros “documentos” que nos ayudaron a conectar con la visión franciscana de la vida. En ellos aprendimos de Francisco su visión de Fraternidad Universal, vinculada al amor a la creación. Francisco es el primero que en el cristianismo emplea el apelativo de hermano o hermana para las criaturas inanimadas, ampliando el sentido de hermandad que en el Nuevo Testamento se emplea solo para las personas.
Muy pronto también aprendimos que las palabras de San Francisco fueron escritas al final de su vida mientras se encontraba casi ciego y enfermo. A través de su sufrimiento San Francisco compuso este himno de alabanza a Dios por todas las maravillas de la Creación. El Cántico es la música de fondo que acompaña a Francisco a lo largo de su vida. Francisco se expresa a sí mismo al tiempo que hace de sus palabras una expresión de la armonía del mundo. Todo canta el poder, la belleza y la bondad de Dios, el mundo se muestra bello en su simplicidad, las criaturas existen de manera gratuita, ajenas al deseo de poseer.
Hermano Sol, hermana Luna
que nada nunca me separe de los dos.
Hermano Sol, hermana Luna
que nada nunca me separe de mi Dios.