sábado, 30 de noviembre de 2024

ESTAR DESPIERTOS EN TODO TIEMPO

En este primer domingo de Adviento se nos llama a ESTAR DESPIERTOS EN TODO TIEMPO. Ocurre que la fe, y más si es heredada como la nuestra, tiende a adormecerse, a caer en la rutina, a empobrecerse. Es como una prenda usada muchas veces: se deshilacha, pierde color, se rompe. Por eso, viene bien que se nos dé una sacudida. ¿Vives una fe despierta o dormida? ¿Vibras con tu fe o es para ti un peso que te agobia?

Jesús es para nosotros un modelo de fe despierta: ora con pasión durante la noche, se encuentra con la gente en los caminos y toma partido por los desfavorecidos, se entrega con valentía sin medir las consecuencias, respira con todo lo creado. Jesús es un creyente de fe despierta.

¿Cómo podemos nosotros vivir hoy una fe despierta?
  • Tener los ojos abiertos: dicen algunos que necesitamos “místicos de ojos abiertos”. El creyente se interesa por lo que pasa y lo que nos pasa, le inquietan las situaciones de injusticia, le preocupan las situaciones de los frágiles, se pregunta por el futuro de la sociedad y del mismo evangelio. Un creyente de mirada apagada, distraída, desinteresada no es un ejemplo a seguir.
  • Tener una mirada horizontal: mirar hacia la vida, no estar interesado en las cosas religiosas descuidando la familia, el trabajo, la oración. No ser demasiado espiritual, sino lo justo. No rezar demasiado, sino hacerlo con confianza.
  • Tener sentido positivo de la vida: no ser un negativista, alejarse de aquellas tóxicas maneras que entendían la vida como un valle de lágrimas, amar la tierra en la que vives, agradecer a Dios el hecho de haber sido creado, no situarte entre los cristianos que todo lo ven de color negro.
La fe despierta descubre motivos de esperanza en el hoy: la sensibilidad de los jóvenes en la DANA, la voluntad de algunos políticos que no buscan la confrontación sino el entendimiento, los trabajos impagables de quien siembra amabilidad y bonhomía en las relaciones crispadas. Si no encuentras nada positivo en la sociedad, tu fe está desconectada de la vida.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 28 de noviembre de 2024

DIOS MÍO, ¿QUÉ HE HECHO?

Cuando uno es joven y tiene el futuro abierto, es tiempo de hacer proyectos, de proponerse caminos, soñar posibilidades. Casi no hay pasado, pero sí mucho porvenir. Por lo que, si he hecho algo malo, quizá tenga posibilidad de reparar el daño generado. Cuando la persona va entrando en años, hay más pasado que futuro y se hace balance de lo vivido, junto a motivos de agradecimiento -que habrá muchos, gracias a Dios-, también habrá males realizados que han generado sufrimiento a personas que se han cruzado en la vida. Y ya no hay reparación posible. Siempre ha habido errores cometidos, cuyas consecuencias las han pagado otros; se ha generado injusticia y sufrimiento. ¿Qué hacer con ello?

Uno puede aducir que fue fruto de las circunstancias, de su inmadurez o fragilidad o inconsciencia. Somos muy dados a aligerar nuestra culpa. No resulta fácil asumir que los errores en la convivencia, en las decisiones tomadas, en lo hecho o en lo omitido sean fruto de uno mismo. No es fácil reconocer que uno ha ido generando el sufrimiento de personas concretas. Pero al final, hay que reconocer la responsabilidad.

Y ¿qué hacer con la culpa reconocida? Si la vida se ha llevado apoyada exclusivamente en uno mismo, si todo ha sido proyecto de su libertad, la culpa se vivirá como un peso que aplasta porque la persona no tiene otro agarradero que sí mismo. Sin embargo, si la vida se ha fundamentado poco a poco en la confianza en Dios, se irá aprendiendo a dejar el juicio sobre la vida y sus pecados en la misericordia de Él. Esto no borra para nada la responsabilidad del mal realizado, aunque sí alivia el peso de la culpa. La culpa reconocida no aniquilará al que haya generado el sufrimiento, sino que será sumido en la confianza en la misericordia de Dios.

Carta de Asís, noviembre 2024

sábado, 23 de noviembre de 2024

CRECER EN HUMANIDAD

Jesús vino para dar testimonio de la verdad. Pero ¿de qué verdad se trata? No de la verdad de los sabios, los filósofos, los científicos. Ni siquiera de la verdad que se atribuyen las religiones. Se trata de la verdad humana, aquella que dice que esto nuestro, tan humilde, tan menospreciado a veces, tendrá éxito, que alcanzaremos la dicha, que habrá horizonte para esta vida nuestra, que el bien terminará derrotando al mal, que las penas tienen fecha de caducidad, aunque sea lejana. Una verdad para la esperanza. Esa es la verdad de la que Jesús da testimonio.

¿Y cómo lo ha hecho? Con su vida humilde, Jesús se ha esforzado en ofrecer y proclamar esa verdad. Él no ha sido un profesor, ni un teólogo, ni uno con autoridad. Pero con su total entrega ha dado testimonio de la verdad sencilla de que lo nuestro merece la pena, aunque sea una cosa humildísima y casi insignificante en el conjunto de lo creado. Por eso ha sido fuente de esperanza para muchos; de ahí que haya iluminado el camino de quien andaba en tinieblas. Una pequeña luz en la oscuridad de lo humano esperando que llegue el amanecer: eso ha sido Jesús.

Este testimonio podemos darlo cualquiera de nosotros en nuestra vida diaria. No se trata de hacer cosas notables, sino de tener un corazón lleno de humanidad. Cuando al final del día puedas responder positivamente a esta pregunta ¿he sido hoy humano?, habrás dado testimonio de la misma verdad de Jesús. Si los planteamientos humanos han quedado lejos, tienes que reiniciar el trabajo.

Este domingo acaba el año litúrgico. Buen momento para preguntarte si el evangelio va haciendo su obra en tu vida. Mira el termómetro de lo humano: ¿eres más humano que el año pasado? El evangelio actúa. ¿No lo has sido suficientemente? Tienes por delante otro año para intentarlo. No lo desaproveches.

Fidel Aizpurúa, capuchino

miércoles, 20 de noviembre de 2024

ORACION COMUNITARIA, NOVIEMBRE 2024

Haz clic en la imagen para acceder a la oración comunitaria para este mes.

lunes, 18 de noviembre de 2024

EJIF 2024

Un fin de semana intenso con jóvenes de toda España de los diversos grupos de toda la familia franciscana: Capuchinos, Franciscanos, Amigonianos, Jufra, OFS, Franciscanas de la Purísima, Terciarias capuchinas, Alcantarinas... donde hemos celebrado el octavo Centenario Franciscano por todo lo alto.

Disfrutamos de un sábado intenso con un creativo taller belenista, los testimonios sobre heridas en la vida, una sentida adoración en torno a los estigmas y un animado concierto de Aisha. El domingo aprovechamos la mañana con un desierto en el Retiro, y terminamos con la Eucaristía donde celebramos el paso de Dios por nuestras vidas.

Tras la comida nos despedimos hasta la próxima ocasión que nos veamos que, si no antes, será en el encuentro de la familia franciscana en Roma durante el Jubileo de los jóvenes. ¡Gracias a todos los que hicisteis posible este maravilloso encuentro!

jueves, 14 de noviembre de 2024

EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS DE GIUSTINA DE TONI

Giustina de Toni nació en Padua donde todavía vive y trabaja. Su investigación artística no puede separarse del viaje espiritual que atraviesa las distintas fases de su vida, desde sus estudios artísticos, pasando por su carrera como iconógrafa, hasta la compleja búsqueda de la síntesis entre tradición e innovación y el equilibrio entre misticismo y eros.

Sus obras sugieren itinerarios contemplativos a través de referencias simbólicas que evocan lugares de interioridad y espiritualidad. Su producción artística está mayoritariamente ligada a los encargos que le encomiendan, que se alternan con periodos en los que se dedica a ciclos pictóricos de inspiración más libre.

Entre ellos recordamos el "Cántico de los Cantares", el "Cántico de las Criaturas" y el "Saludo a la Virgen" de San Francisco.

En la obra que presentamos titulada "Altissimo", Francisco "es una flecha hacia el cielo". La pregunta a lo largo de su vida fue: "Señor, ¿qué quieres que haga?". En Asís, ante el Crucifijo; en Gubbio, frente al lobo; en La Verna, en Tierra Santa, en Greccio, en la Porciúncula...

También nosotros llevamos en el corazón -y más a menudo en la cabeza- muchas preguntas, muchos pensamientos que a veces crean bastante confusión en el alma.

Francisco nos enseña a preguntar una sola: Señor, ¿qué quieres que haga? Vivir apuntando hacia arriba, o mejor dicho hacia el Altísimo. Porque nuestros sueños también pueden ser elevados, también pueden ser santos, pero Francisco descubrió que hay Uno más alto, Uno más poderoso, Uno más bueno, y recurrir a Él, en cada ocasión, como una flecha apuntando hacia arriba.

martes, 12 de noviembre de 2024

RATIO FORMATIONIS: LA HERIDA

Francisco no olvida que todo empezó con un beso. Las heridas de los leprosos curaron las de su corazón y fue entre ellos donde dio los primeros pasos en su vocación de hermano. También Jesús, el Maestro, se hizo discípulo de una mujer herida, y aprendió de ella el arte de lavar los pies. Así funciona la gratuidad: dar sin esperar retribución, dar por el gozo de dar, darlo todo, sin reservas.

Cuando los conflictos fraternos son más tensos y sus heridas se abren nuevamente, Francisco recupera en su memoria la historia de aquel beso y, una vez más, allí encuentra su sanación.

Las llagas en el cuerpo de Francisco son las marcas de Jesús, su plena participación en el Misterio Pascual, las señas de su identidad: el amor haciéndole igual al Amado. El sentido es claro: cuando tocas y amas a los hombres, tocas y amas a Jesús. Y él te toca y te ama. Todo vuelve a tener sentido. Todo -incluso la fragilidad de los hermanos- es visto como gracia. En su propio cuerpo, llagado ahora como el cuerpo de Jesús, Francisco toca una certidumbre: no es posible vivir sin hermanos.

domingo, 10 de noviembre de 2024

ECHAR EN EL ARCA DE LAS OFRENDAS

El evangelio de este domingo propone como modelo de ciudadana del reino a aquella viuda pobre que dio de su falta. Por eso Jesús la alabó por encima de los que daban mucho porque tenían más. Esto queda claro.

Pero puede haber para nosotros una luz en ese ECHAR EN EL ARCA DE LAS OFRENDAS del que se habla. No podemos negarlo: el dinero ha estado y está mezclado a la religión, como lo está mezclado a la vida. Pretender una Iglesia sin considerar el lado económico es un angelismo que no tiene salida. ¿Cómo influye el evangelio hoy para que esa relación entre religión y dinero sea lo más correcta posible? ¿Cómo echar hoy en el arca de las ofrendas de manera sensata, razonable y generosa? Damos algunas pistas por si sirven:
  • Organizadamente: vamos aprendiendo que nuestra generosidad hay que encauzarla por las vías organizadas que tenemos: Cáritas, Manos Unidas, Domund, Iglesia Diocesana, etc. Es verdad que dice el evangelio que “lo que hace tu mano izquierda no lo sepa la derecha”, pero hoy la unión resulta imprescindible para que la acción social sea más eficaz y más eclesial.
  • Presentando cuentas: a algunas entidades eclesiales les cuesta presentar cuentas. Muchas parroquias no tienen un sencillo Consejo Económico. Todo se lo guisa el cura. Solamente se dan cuentas de las grandes colectas. No está mal, pero no parece que hoy sea suficiente. Ya decían hace siglos los cristianos que lo que concierne a todos en la Iglesia ha de ser gestionado por todos.
  • Avanzando en la fiscalidad: muchas de las donaciones y colectas aún no están reguladas fiscalmente. Hemos de avanzar en esa dirección porque la fiscalidad es una obligación ciudadana y redunda en beneficio de todos. La opacidad en la cuentas no beneficia a nadie.
Hay que seguir cultivando el dinamismo que mueve todo este asunto y que no es otro que la generosidad. Si avanzamos en organización, en claridad, en cumplimiento de las obligaciones fiscales hemos avanzado mucho.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 7 de noviembre de 2024

HAZLO DE TODAS FORMAS

A menudo la gente es irrazonable, ilógica y egocéntrica.
Perdónalos de todas formas.

Si eres amable, la gente puede acusarte de egoísta o de tener segundas intenciones.
Sé amable de todas formas.

Si eres exitoso, ganarás algunos falsos amigos y algunos verdaderos enemigos.
Ten éxito de todas formas.

Si eres honesto y franco, la gente puede engañarte.
Sé honesto y franco de todas formas.

Lo que tardas años en construir, alguien puede destruirlo en un instante.
Construye de todas formas.

Si encuentras serenidad y felicidad, pueden tener celos.
Sé feliz de todas formas.

El bien que haces hoy, a menudo será olvidado mañana.
Haz el bien de todas formas.

Da al mundo lo mejor que tienes y puede que jamás sea suficiente.
Da al mundo lo mejor que tengas, de todas formas.

Verás, el análisis final es entre tú y Dios;
nunca será entre tú y ellos, de todas formas.

martes, 5 de noviembre de 2024

SORTUDOS

Por mucho que las leamos, las bienaventuranzas siempre nos suenan bien, son casa que siempre nos acoge, lugar en que siempre nos espera el Señor. En ellas se habla de gente bienaventurada, dichosa, sortuda. El vocablo makarios significa eso: alguien a quien le ha sonreído la fortuna, que se ha encontrado con un gran premio inesperado, que no sabía que tenía en casa un tesoro y que lo tiene. Por eso, al comprobar su suerte, se siente dichoso, agradecido, solidario.

Pero se dice, además, algo muy interesante: tú puedes ser uno de esos dichosos. Tú eres de los que TIENEN SUERTE. Los bienaventurados no son distintos a ti. Tú haces parte de los bienaventurados, de los sortudos, si te pones en una determinada actitud. Tú tienes suerte con las bienaventuranzas de Jesús porque tú haces parte de los bienventurados.

¿Cómo sonarían las bienaventuranzas desde la certeza de saberse con suerte? Podrían sonar así:
  • Tú tienes suerte si te vas acercando a las pobrezas, porque llegarás a intuir cómo funciona el Dios de Jesús.
  • Tú tienes suerte si mitigas sufrimientos, porque a ti también te consolarán.
  • Tú tienes suerte si eres menor, porque llegarás a una tierra de igualdad.
  • Tú tienes suerte si sientes la justicia como una sed, porque esa sed irá siendo apagada.
  • Tú tienes suerte si ayudas, porque tu debilidad será tu fortaleza.
  • Tú tienes suerte si sacas el mal de tu corazón, porque tu manera de ver la vida cambiará.
  • Tú tienes suerte si eres un artesano de la paz, porque Dios te mira como a un hijo o una hija.
  • Tú tiene suerte si vives en fidelidad, porque gozarás del amparo del Dios fiel.
Entender que tenemos suerte con las bienaventuranzas es lo que nos lleva a la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio, en palabras de la FT 285. Y esto es así porque el saberse con suerte ha de llevarnos a hacer partícipes a otros de esa suerte por los caminos de la justicia y de la dignidad. Suerte y compromiso.

Fidel Aizpurúa, capuchino

sábado, 2 de noviembre de 2024

DIOS CUIDA DE LOS NUESTROS

Al final del Cántico de la Criaturas Francisco escribe esta estrofa: “Y por la hermana muerte. Loado mi Señor. Ningún viviente escapa de su persecución. ¡Ay si en pecado grave sorprende al pecador! Dichosos los que viven la voluntad de Dios, no probarán la muerte de la condenación”.

Al igual que Francisco habla de las criaturas como hermanas, también habla de otra realidad que nos asusta y nos entristece. Habla de la la muerte le llama hermana. ¡Qué curioso!, la muerte es hermana, cercana. Para él los hermanos se quieren y se aman, se acercan. La muerte para él está a nuestro lado siempre, la muerte de aquello que vive. No la considera como algo extraño, sino cercano.

La experiencia de Francisco contrasta con la que tienen muchas personas en nuestros días. Como nos recuerda uno de los teólogos actuales, estamos en un mundo en el que no sabemos qué hacer con la muerte. A veces, lo único que se nos ocurre es ignorarla y no hablar de ella. Olvidar cuanto antes ese triste suceso, cumplir los trámites religiosos o civiles necesarios y volver de nuevo a nuestra vida cotidiana. A medida que vamos viviendo y cumpliendo años experimentamos que la muerte va visitando nuestras familias y amistades llevándose a nuestros seres más queridos. Entonces surgen una serie de cuestiones: ¿Cómo reacciono en esos momentos? ¿Qué actitud adoptar ante quien nos dice su último adiós? ¿Qué hacer ante el vacío que van dejando en nuestra vida tantos familiares y amigos?

Durante el mes de noviembre recordamos de manera especial a quienes han formado parte de nuestra vida y ya han muerto. Recordamos también que todos estamos llamados a vivir ese momento tarde o temprano. Recordamos que es ahora Dios quien cuida de los nuestros, y los cuida bien.

Benjamín Echeverría, capuchino