Disfrutamos de un sábado intenso con un creativo taller belenista, los testimonios sobre heridas en la vida, una sentida adoración en torno a los estigmas y un animado concierto de Aisha. El domingo aprovechamos la mañana con un desierto en el Retiro, y terminamos con la Eucaristía donde celebramos el paso de Dios por nuestras vidas.
Tras la comida nos despedimos hasta la próxima ocasión que nos veamos que, si no antes, será en el encuentro de la familia franciscana en Roma durante el Jubileo de los jóvenes. ¡Gracias a todos los que hicisteis posible este maravilloso encuentro!
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