sábado, 27 de febrero de 2016

CONFÍO EN TI, HERMANO, HERMANA

Las relaciones fraternas están sustentadas en la confianza. No sólo en la confianza que se muestra en la complicidad de la vida, sino en la apuesta vital que hacemos de los unos por los otros.
   La fraternidad se construye cuando consigo mirar al hermano más allá de que éste cumpla o no mis expectativas. Hay situaciones en las que siento a la hermana en la misma onda que yo: proyectos comunes, ideas parecidas, caminos recorridos coincidentes, pertenencia al mismo grupo, lugar, parroquia… En otras ocasiones podemos estar en desacuerdo, sentimos la frustración de no poder avanzar por el mismo camino, topamos con la imposibilidad de vivir la misma vida… Sin embargo, cuando en mi relación con la otra persona comienzo a mirarla desde su misterio y no desde mis expectativas cumplidas o frustradas, cuando me arriesgo por creer en ella estoy llegando a confiar. Ella es más que lo que veo, siento y controlo porque percibo su misterio más allá de mí.
   La fraternidad no se basa en unos acuerdos, sino en la confianza que deposito en el hermano, la hermana. Mi confianza es resultado de mi fe, de una mirada como la que Dios mismo me ha dirigido primeramente a mí, no desde mis logros, sino desde su amor. Esta mirada es capaz de reconocer el pecado, el límite, la contingencia del hermano, de la hermana, porque no es ni ilusa ni buenista. Sin embargo, se niega con todas sus fuerzas a reducir a la otra persona a su defecto dominante o a su bloqueo psicológico. Esta mirada deja abierta la posibilidad de Dios en el hermano, en la hermana.
   “Confío en ti, hermana/o porque Dios ha tenido misericordia de mí y te mira a ti con esa misma misericordia”.
Carta de Asís, febrero 2016

miércoles, 24 de febrero de 2016

LA VIDA TIENE UNA DENSIDAD EXPLOSIVA

Siempre me ocurre lo mismo cuando me adentro en esos paisajes impresionantes de los Pirineos. Repito año tras año a mis compañeros de travesía: “¡no me dan ninguna envidia los que van de vacaciones a Nueva York, Indonesia o cualquier playa paradisiaca! ¡Cada año me sigo impresionando por estas montañas y valles de nuestra misma tierra!”.
   Pero en el fondo, esta afirmación encerraba una intuición mayor que todavía no había hecho consciente y que el otro día emergió ayudado por un texto que Christian Bobin tiene en la página 17 de su libro “Las ruinas del cielo”, traducido en Sibirana Ediciones: 

¿Por qué viajar? Salgo diez metros y ya estoy invadido de visiones, inundado:
no ando bajo el cielo sino inundado en el fondo del mismo,
con tonos de azul sobre mi cráneo.
Me asfixio de tanto respirar, saciado del aire y de luz.
En diez segundos he hecho un paseo de diez siglos.
La vida tiene una densidad explosiva. Un guijarro minúsculo contiene todos los reinos.
Cuando siento los cristales de aire helado chocar en mis mejillas,
sé inmediatamente que yo existo y que Dios existe conmigo.
No hay más que una sola vida y ésta no tiene fin”.

¡Qué bien expresa que cada instante lo encierra todo, todas las posibilidades, toda la densidad de la vida! Pero para adentrarte en la vida no hace falta buscar en experiencias únicas, sorprendentes, novedosas, impactantes, emocionantes, en experiencias bondadosas, siempre placenteras, sin conflicto. Porque lo cotidiano lleva en sí mismo lo maravilloso, sólo hay que dejar que se muestre, dejar que cada momento sea él mismo, sin pretender nada de él, sin instrumentalizar la existencia.
   Pero nos lo ponemos complicado a nosotros mismos porque creemos que vamos a sacarle todo el jugo a la vida si acumulo experiencias, y cuanto más novedosas y emocionantes mejor. Y probablemente en un momento de la historia personal venga bien llenarse de nuevas vivencias, conocer y abrirte a otras culturas y sensibilidades. Pero también la vida se nos presenta con toda su fuerza en cada instante, con toda su carga de humanidad y de sacralidad y la búsqueda continua de experiencias nos inhabilita para este encuentro. Salir de este engaño, puede ayudar a rebajar el nivel de exigencia respecto a tantas cosas que nos obligamos a hacer para ser felices y atemperarnos en una atención vital que nos pueda permitir adentrarnos en cada momento de la vida, con toda su serenidad e infinitud. ¡Suerte en el intento!
Javi Morala, capuchino

sábado, 20 de febrero de 2016

FORMACIÓN DE ANIMADORES 2016

El finde del 13 y 14 de febrero nos juntamos en el convento de El Pardo de Madrid unos 30 animadores de Gijón, Zaragoza, Logroño, Valladolid, Madrid y Totana para aprender, reflexionar y orar con la carta encíclica del papa Francisco "Laudato si". Contamos con la presencia de Roberto David Carnero que con la ayuda de Araceli nos ayudaron a hacer una lectura creyente del mundo y sus relaciones con el ambiente a la luz de la encíclica.
   Os dejamos una foto de algunos de los participantes y un video de la canción de Migueli que tiene mucho que ver con lo que aprendimos.


miércoles, 17 de febrero de 2016

HACIA UNA CONVERSIÓN ECOLÓGICA

El Papa Francisco ha levantado su voz en su encíclica sobre la ecología animando a una conversión ecológica. Jamás en la historia de la conversión se le dio ese adjetivo de “ecológica”. La conversión siempre era espiritual o ascética, raras veces moral. Pero ¿ecológica? Nunca se nos hubiera ocurrido.
   La verdad es que las conversiones al uso han perdido mucho fuelle; casi no tienen incidencia alguna sobre la vida de los cristianos. Como quien oye llover. Por eso, quizá haya aquí una posibilidad no solamente de iniciarse en una ecología “cristiana” sino, de rebote, darle este año a la conversión cuaresmal un perfil identificable y, por lo tanto, practicable.
   De entrada hay que decir que, como lo veremos, esta conversión es más que unas prácticas tópicas de comportamiento ecológico superficial. Como toda conversión, demanda un adentramiento, una profundización, un situarse en las raíces porque la verdadera conversión o es “radical” (en las raíces) o se queda a medio camino.
   Es posible que un planteamiento así nos suene poco a los cristianos porque la espiritualidad ecológica ha llegado tarde a nuestro mundo religioso. Pero después del aldabonazo del Papa cuestionar si esto hace parte o no de nuestra espiritualidad es una discusión bizantina: hace parte y ya es tarde. Por eso, hay que abrir la mente y el corazón a esta espiritualidad que nos empuja con fuerza.
   La Cuaresma prepara la resurrección de Jesús. Esta resurrección camina a la par de una resurrección de la tierra. Del mismo modo que se celebra la vida plena del Resucitado, se quiere celebrar también la tierra resucitada “sin luto, sin llanto, sin muerte” (Ap 21,4). Celebrar la resurrección de Jesús sin celebrar la resurrección de la tierra no tiene sentido.
FIDEL AIZPURÚA

miércoles, 10 de febrero de 2016

MARCHANDO QUE ES CUARESMA

El tiempo de Cuaresma es importante y no sé si los cristianos le damos importancia. El ambiente exterior da importancia a los acontecimientos “mercantiles”, fechas en las que nos pueden sacar los “euros”. Pero la Cuaresma no es mercantil: es todo lo contrario. Por eso no interesa socialmente. Y entre los que somos cristianos (o intentamos serlo) convendría no perder lo esencial.
   Cuaresma es un tiempo para preguntarnos por lo que hay de evangelio en nuestras vidas; para examinar el “hueco” que Jesús tiene en nuestros corazones; para analizar los criterios de mentalidad que nos movilizan y hacen que tomemos unas opciones u otras.
   Te invito a tener de uno a cinco minutos de paz al día en este tiempo. Elige el tiempo que resistas. Quizás valga un minuto al día para respirar y decir: ¿Qué estoy haciendo en mi vida? ¿Qué estoy haciendo de mi vida? Después basta que exclames con el corazón: ¡Señor, Señor! No digas que esto es muy difícil.
   Tú y yo estamos llamados a ser más y mejores personas, más y mejores creyentes, más y mejores hijos de Dios. Y vale la pena. No perdemos nada y podemos ganar mucho: un aumento de felicidad interior, de alegría profunda (esa que no se compra, esa que mana dentro, en el hondón del corazón).
   ¡Marchando que es Cuaresma!
Juan Jáuregui

miércoles, 3 de febrero de 2016

NOTICIAS DE JUSTICIA Y PAZ

VIVIR CON MENOS PLÁSTICOS
Vivimos en una sociedad cuya máxima es la cultura del envase y lo desechable, si viene envasado mejor y si es desechable todavía mejor. Es de esta forma que terminamos abusando de los plásticos. Pero en un mundo donde el envase importa muchas veces más que el contenido esto es así. Nos han metido a fuego que el plástico indispensable, y en verdad puede que ahorre tiempo en ocasiones, pero tenemos que tomar conciencia y dejar de producir basura innecesaria. Utiliza lo justo; reutiliza.

CHAMPÚ SÓLIDO
No es requisito imprescindible tener el cuarto de baño repleto de botellitas y envases de plástico para asearse cada día. Existen alternativas, que además de saludables son más sostenibles. Un ejemplo novedoso, aunque retomando las técnicas tradicionales, es el champú sólido. Con solo una pastilla se pueden ahorrar 3 envases de plástico. Pero indirectamente se está ahorrando mucho más. Por un lado agua, ya que para su fabricación necesitan menos que los champús comunes; y debido a su reducido tamaño se pueden transportar más en menos espacio.

JORNADAS DE JUSTICIA Y PAZ
Bajo el título “Dios irrumpe en lo fronterizo de la Historia” y con el lema «Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas; porque te extenderás a derecha e izquierda» (Is 54,2-3), él área de Justicia, Solidaridad, Misión y Cooperación de CONFER ha organizado las jornadas de formación que se celebrarán del 19 al 21 de febrero de este año. La inscripción ya está abierta.