martes, 30 de enero de 2024

ÉL NOS AMÓ PRIMERO

Cuando me describes,
muestras la belleza
que todos ignoran.
Cuando me convocas,
al decir mi nombre
cantas de contento.
Cuando yo me alejo,
cuentas cada hora
hasta que regreso.

Eres quien comprende
lo que yo no entiendo.
Eres quien escribe
con mis garabatos
los versos más ciertos.
Eres quien me saca
de los laberintos.
Eres quien disipa
mis abatimientos.
Eres, en mis dudas,
el ancla que aferro.
Eres, en mis noches,
el faro que guía
mi llegada a puerto.
Eres la sonrisa
que calma mi furia.
Eres la caricia
que alivia mi duelo.

Eres la promesa,
la pasión luchada,
la muerte vencida,
el amor primero.

José María R. Olaizola, sj

jueves, 25 de enero de 2024

LA SOLIDARIDAD MARCA LA VIDA

Hace unos pocos años una cooperante de una ONG, al volver de una campaña de trabajo con refugiados sirios, decía que ella ya no volvería a ser la misma persona que antes. Más que el trabajo realizado, el trato personal con los refugiados la había marcado para siempre. Al volver a la vida habitual del día a día en nuestra sociedad esas primeras impresiones después del servicio realizado seguramente se atemperaron. Pero ciertamente que a esa cooperante le dejó una marca indeleble.

La solidaridad, en todas sus formas, lleva a las personas a cambiar la mirada sobre uno mismo y el mundo. Si la solidaridad va un poco más allá de meros actos puntuales de generosidad pilla a la persona por dentro y la cambia. Primeramente nos descoloca, nos saca de nuestros esquemas y maneras de percibir a las personas. Aparecen otros valores, otras miradas sobre las personas y sobre las situaciones que no se percibían antes. Uno mismo se ve transformado poco a poco y comienza a percibir a los demás y sobre todo a los más vulnerables de otra manera. Los proyectos solidarios podrán tener éxito o no; habrán sido adecuados o desenfocados; la entrega realizada a favor de alguien enfermo, débil, frágil habrá resultado eficaz o no. Pero si ha habido entrega generosa, la persona que se ha expuesto a la fragilidad de los demás, queda marcada, y en su vida se abrirán nuevas dimensiones no sospechadas un poco antes.

Ciertamente, hay personas que dan un viraje en la vida y se vuelven solidarias. Pero también es cierto que un acto de solidaridad hace cambiar a la persona que la lleva a cabo. No es el mero hecho del movimiento solidario el que nos cambia; es más bien el encuentro con los vulnerables que nos da otra perspectiva. El trato con personas que, siendo como nosotras, por las circunstancias de la vida o las estructuras injustas, han sido colocadas en situaciones inhumanas nos dejará una marca en nuestra vida para siempre.

Carta de Asís, enero 2024

martes, 23 de enero de 2024

¿QUÉ DIRÍA HOY SAN FRANCISCO? 4/6

4. LA ECOLOGIA REDESCUBIERTA

Modernamente habéis redescubierto el valor de la ecología y el cuidado de la casa común.

La ecología franciscana es algo que conecta con la esencia de lo humano, que no se queda en la mera superficie, que percibe el hondo beneficio que es para el todo de la persona y de la creación la incorporación hábitos ecológicos la vida. Son las verdaderas raíces de la espiritualidad ecológica.

La tendencia al dominio y a la explotación de la naturaleza ha desterrado el asombro, el brillo en la mirada, el estupor de quien descubre cada día el color de cada cosa. El asombro es el lenguaje del respeto y del amor. Quien se asombra, no invade ni explota, sino que agradece.

La ecología franciscana es la ecología del asombro sencillo, renovado cada día, simple pero profundo, exultante pero sensato. Sin ese asombro nos deslizaríamos al abismo del dominio, al pozo negro de la explotación, a la mirada que calcula todo sin admirarse de nada.

La ecología franciscana es una ecología creyente, conectada a la experiencia de Dios. Para el franciscano una creación sin la amorosa presencia de Dios sería una ecología sin alma. No se trata de “bautizar” nada, sino de descubrir el hálito que sostiene el universo y que el creyente sabe que es el modo con que Dios se hace vivo en la vida del cosmos.

martes, 16 de enero de 2024

ORACIÓN COMUNITARIA DE ENERO: ¿DONDE VIVES?

Desde Tudela nos mandan la oración comunitaria para este mes. Haz clic en la imagen para acceder a la misma.

jueves, 11 de enero de 2024

RATIO FORMATIONIS: LOS PÁJAROS Y LAS FLORES

Un gran obstáculo para el seguimiento de Jesús es el miedo, que consiste en traer hasta el presente algo malo que pensamos que nos puede suceder en el futuro, quedando de este modo impedidos para caminar. Lo contrario del miedo es la confianza: la afirmación serena y alegre del presente que nos encamina hacia lo que tenga que venir. Mirad las aves que vuelan en el cielo… mirad cómo crecen los lirios del campo. Pájaros -símbolo de la libertad- y flores -imagen de la providencia- son propuestos por Jesús como modelos del discípulo confiado, aquel que se siente sostenido por la bondad de Dios y trata de vivir la profundidad de cada instante.

En Francisco se nos revela una nueva forma de santidad. Se enamora de las flores, conversa con los pájaros y mantiene encuentros cercanos con las criaturas; se siente, en medio de ellas, uno más. Frente a las piedras de los espacios cerrados, él prefiere el claustro del mundo, lleno del color de las flores, que testimonian la belleza del Creador, y de la música de los pájaros, que cantan la gloria de Dios. Cansado de los discursos vacíos de experiencia, Francisco aprende de los lirios y de las aves un nuevo modo de hablar, una palabra libre y gratuita, confiada y capaz de invitar a la confianza absoluta en el Señor.

martes, 9 de enero de 2024

SANANDO HERIDAS

Estos tres años, del 2023 al 2026, la familia franciscana celebra los 800 años de una serie de acontecimientos que marcaron la vida de San Francisco de Asís y forman parte de nuestra identidad como familia espiritual.

Este año 2024 celebramos la impresión de las llagas de San Francisco. Recordamos que, en 1224, hace 800 años, Francisco se retiró al monte Alverna para realizar una cuaresma de ayuno y oración, como era su costumbre. En este contexto de silencio y oración tuvo una experiencia espiritual especial: se hizo realidad el encuentro con el Crucificado, y quedaron impresos los estigmas, signos del amor, en su corazón y en su cuerpo.

Para muchas personas las llagas son un signo de la unión espiritual que tenía san Francisco con Jesús y su amor por él. La cercanía a quienes sufrían, le llevó a San Francisco a comprender y contextualizar mejor los sufrimientos de Cristo. Junto a ese momento tan especial que se produjo en la vida de Francisco, creemos que las llagas también reflejan a todas aquellas personas que llevan una vida llena de heridas: las personas que sufren el abandono, la pobreza, la vergüenza o la culpa.

Para celebrar este acontecimiento en la vida de Francisco, para actualizarlo y tratar de vivirlo en nuestra vida, los Capuchinos hemos elegido como lema para nuestra acción pastoral este este año “SANANDO HERIDAS”. Va a ser el hilo conductor de muchas de nuestras actividades y acción pastoral en los lugares e iglesias en las que estamos. Os lo proponemos también a quienes vivís vuestra fe junto a nosotros o con nosotros, pues paradójicamente, los estigmas son heridas capaces de sanar.

Los frailes que han trabajado sobre este lema y los materiales que nos ofrecen para la pastoral, nos recuerdan además que la herida propia, aceptada, se convierte en ungüento para las de los otros. Sólo si nos acercamos a nuestras fragilidades con serenidad, podemos acompañar a los demás en sus incapacidades.

El Papa Francisco hace ya varios años que dijo que «misión de la Iglesia es curar las heridas del corazón, abrir puertas, liberar, decir que Dios es bueno, perdona todo, es padre, Dios es afectuoso y nos espera siempre». Los que queremos vivir el carisma franciscano debemos ser sanadores de heridas, curadores de estigmas y costureros de corazones rotos. Sanar heridas significa asumir la parte de responsabilidad que tenemos en la construcción de una fraternidad con sus propios estigmas, pero capaz de solidarizarse con los estigmatizados de nuestro mundo.

Benjamín Echeverría, capuchino

miércoles, 3 de enero de 2024

UN NOMBRE

Buscaba un nombre
que pudiera describir lo absoluto,
que se elevara sobre todo nombre.
Un nombre para definir a los humanos,
para llamar a Dios.
Buscaba un nombre
que pudieran pronunciar, con júbilo,
niños y viejos,
que evocase los instantes
más importantes de cada historia.
Buscaba un nombre
que dejase callados a los malos poetas
y soltase la lengua de los hombres rudos,
que se tradujese en besos,
en abrazos,
en gestos de compasión,
en manos limpiando heridas,
en llanto fecundo,
en canciones eternas,
en silencios vivos.
Desechó muchos nombres
que encorsetaban la vida en leyes,
cálculos y méritos. Y otros tantos
que exigían aplausos, reverencia o miedo.
Arrojó por la borda proclamas absurdas,
palabras vacías, promesas efímeras.
Al final lo encontró.
Y el nombre se hizo verbo,
y el Verbo se hizo hombre,
y habitó entre nosotros.

José María R. Olaizola, sj