martes, 30 de diciembre de 2014

ESPÍRITU DE BÚSQUEDA

   Suscitan atracción las personas buscadoras, hombres y mujeres que inician un camino de búsqueda de algo nuevo: identidad, sentido, relación, espiritualidad… saliendo de lo normalizado y prefabricado. En la juventud, en esa búsqueda de la identidad personal, se vive la necesidad de romper con lo conocido adentrándose en una fase de tanteo de quién es uno mismo, sus amistades, su lugar en la sociedad, en el mundo. También en una fase más avanzada uno vuelve a preguntarse por los fundamentos de todo lo que vive y le queda por vivir. Ya no son suficientes los lugares comunes, las respuestas y las referencias que le han servido hasta ahora. Incluso se reconoce que se lleva ya un tiempo con una insatisfacción interior que le hace a uno vivir todo sin brillo. El sentido que le ha iluminado hasta este momento le resulta del todo insuficiente y no puede seguir así. Si siguiera, se traicionaría en lo más íntimo, en lo más verdadero de uno mismo.
   Se inicia la búsqueda. Ya había sido iniciada, pero ahora lo hace libre y conscien- temente. Es un ejercicio de humildad. No es la búsqueda enfermiza del inseguro que no puede encontrar reposo en ningún lugar; tampoco es la búsqueda adolescente del que no sabe nada sobre sí; ni es el consumo compulsivo de lo novedoso y de lo exótico, tan de moda. Este tipo de búsqueda, fruto de la humildad, hace sumergirse a uno en lo más profundo de sí mismo, de las personas con las que vive y de la realidad que le circunda, en búsqueda de una verdad mayor que le sustente, le ilumine y le dé más hondo sentido.
   En el fondo, más allá de lo controlable, la mayor búsqueda es la de Alguien que nos sostenga en esta existencia, que fundamente todo nuestro ser y existir, que nos ame desde y hasta el fondo; es la búsqueda de Dios, de quien nos da la vida. El creyente es el buscador de Dios y el encontrado por Dios.
CARTA DE ASIS, DICIEMBRE 2014


domingo, 28 de diciembre de 2014

CADA PERSONAJE, EN SU SITIO

   No puedo evitar, ni quiero, que cada Navidad resulte una evaluación de lo vivido durante el año. No me pongo a ello concienzudamente, es más bien un proceso ya natural que va surgiendo poco a poco a lo largo de los días y en distintos momentos, pero al final la evaluación se produce. Y en la de este año, y por las circunstancias que en este tiempo estoy viviendo, la evaluación quedaría enmarcada dentro de un claro contexto: dejar que los acontecimientos se desarrollen, dejar pasar y cada cosa y cada persona se coloca por sí misma en su sitio.
    No es tarea fácil, generalmente tenemos prisa, pero nada acontece antes de tiempo. Uno de los protagonistas del Evangelio de hoy dan fiel cumplimiento a esta experiencia. Simeón, anciano, pasó toda su vida esperando ver al Mesías y dejándose guiar por el Espíritu se encontró frente a Él.
   Dejarse guiar por el Espíritu es ni más ni menos que vivir conectado con la fuente y el momento propicio se nos presentará para encontrarnos con nuestro anhelo más profundo. Pero para ello, cada personaje también tenía que ir a ocupar su lugar: María, tras su alumbramiento acudir a la purificación que según la Ley la dirigía al Templo. Ana, la profetisa, como cada día, para ser testigo del encuentro y por supuesto Simeón, sin dudar de lo que de Dios esperaba.
   “Todo tiene su tiempo bajo el cielo”, dice el libro del Eclesiastés en el cap. 3, y saber esperar es a la vez prepararse para cuando tienen que suceder los acontecimientos. Y lo que acontece es porque nos conviene y en el tiempo que nos conviene.
   El tiempo de Navidad es una llamada a la vivencia interna y cuando sucede lo que realmente te hace sentir conectado con lo más profundo de ti, ya sabes entonces que das por bueno vender todo un campo para conseguir una sola perla.
   “Ahora Señor, según tu promesa….” te conozco, ya no hace falta creer por lo que otros me dicen, ya no es tiempo de mirar afuera ni buscar otras experiencias. Ahora ya, es momento de gustar la dulzura de tu Presencia que no se limita al tiempo ni al espacio ni pertenece a nadie. Ahora ya que sé que estás en todo y me limito a dejar que todo acontezca porque nada llegará fuera de su tiempo.
CLARA LÓPEZ RUBIO

jueves, 25 de diciembre de 2014

NATIVIDAD DEL SEÑOR

    De la Navidad hay señales equívocas e inequívocas; no distinguirlas o confundirlas puede tener graves consecuencias. “Esto os servirá de señal: encontraréis un niño acostado en un pesebre” (Lc 2,12).
    La señal de la Navidad no está en las luces, ni en la música, ni en el consumo, ni en los adornos callejeros o domésticos (señales todas equívocas y a veces equivocadas y equivocadoras). La señal inequívoca está en el Niño.
    Ante la celebración litúrgica del nacimiento de Jesucristo, los cristianos debemos hacernos profundas reflexiones sobre el por qué y el para qué de este misterio. Eso nos ayudará a vivirlo con mayor lucidez y coherencia. Porque la Navidad no es un rito, sino un reto para nuestra vida.
    ¿Por qué? El amor de Dios es la razón profunda, el origen íntimo de la Navidad (1 Jn 4,9; Jn 3,16). La venida de Cristo no la motivó el pecado del hombre, sino el amor de Dios. Cristo no es un “parche” a un proyecto estropeado por el hombre, sino el centro de un proyecto originado en Dios “antes de la fundación del mundo” (Ef 1,4), que, a pesar del pecado, el hombre no pudo estropear. La Navidad es, pues, la epifanía, la manifestación del Dios Amor y del amor de Dios. Si no damos con esta clave, no habremos hecho la lectura correcta de su mensaje.
    ¿Para qué? Lo expresa magníficamente el himno de la carta a los Efesios: “para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo…; para hacer que todo tenga a Cristo por cabeza” (Ef 1,3-12). Y en términos parecidos se expresan la carta a los Gálatas: “Para rescatar a los que se hallaban sometidos a la Ley” (4,4), y a los Colosenses: “Para reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, los seres de la tierra y de los cielos” (1,15-20). De todo esto, el Niño es la señal.
    Para verlo no bastan los ojos de la carne y la sangre, se necesitan ojos sacramentales, capaces de trascender lo sensible. De lo contrario volverá a repetirse la historia: “Vino a los suyos, mas los suyos no la recibieron” (Jn 1,11).
    Hoy celebramos el nacimiento de la VIDA, de nuestra Vida, Jesús, quien vino para que tuviéramos vida, “y en abundancia” (Jn 10,10). Y frente a programas y planes anti-vida, deberíamos activar y renovar nuestro compromiso por la vida, en su integridad, sin amputaciones ni reducciones.
Domingo Montero, capuchino


martes, 23 de diciembre de 2014

PERSONAS DE ESPERANZA

   En medio de la crisis, como la que estamos viviendo, una de las peores cosas que nos puede pasar es perder la esperanza. De ella decimos que es “lo último que se pierde”. Pero cuando se pierde, todo corre el riesgo de resquebrajarse y degradarse. Somos conscientes de que muchas personas se mueven en unos niveles muy bajos de esperanza.
   Hace un año el Papa en una de las entrevistas decía: “Yo veo claramente qué es lo que más necesita la Iglesia hoy: la capacidad de curar las heridas y de calentar los corazones de los fieles, la cercanía y la proximidad…”. Por eso el nuestro es un tiempo de sanar, de curar, de reponernos y de ayudar a otras muchas personas a rehacer sus vidas.
   Todos estamos invitados a que seamos personas que acogen, que al dolor o a la búsqueda de las personas no respondamos con legalismos y exigencias, sino con comprensión; personas que infunden paz y regalan ánimos a todas esas que están desfalleciendo por el camino. Estamos llamados a ser testigos y portadores de esperanza, que es una de las cosas que más falta hace en este mundo. Hoy, como nunca, nuestra sociedad necesita una Iglesia afectada, con sensibilidad profunda y auténtica. Éste es el verdadero tesoro que los cristianos llevamos en vasos de barro para que los demás puedan beber consuelo y esperanza.
   Estamos llamados a vivir y trasmitir la alegría de la Navidad y tal vez a muchas personas esta alegría les parezca insoportable, casi algo indecente. Aun así, no tenemos derecho a desesperarnos por nuestro mundo. Dios nos pide que lo miremos con ternura y que trasmitamos esa gran convicción de que el amor es más fuerte que la muerte. Dios es “amigo de la vida”. Dios es la vida y la vida viene a nosotros. Que sepamos estar atentos en ese momento en que el amor se hace tan cercano y, al mismo tiempo, tan secreto.

Benjamin Echeverría, capuchino


domingo, 21 de diciembre de 2014

JESÚS ES LO QUE ACONTECE

   "Jesús es lo que acontece cuando Dios habla sin obstáculos en un hombre" (Jean Sulivan).
   Este es realmente para mí el sentido de la Navidad y por eso desde aquí se puede hablar de que es Navidad durante todo el año.
   Requiere un arduo trabajo. Requiere acallarlo todo, hacerse como hueco y dejar que Dios pase a través de ti para, siendo el hombre la caja de resonancia, Dios se exprese con toda su música. Desde esa experiencia haremos en nosotros realidad el mismo misterio de María. Su parte humana y su parte divina, la que todos llevamos dentro, se dieron la mano y desde ahí dejó que la vida, con todo lo que tuviera que acontecer se hiciera realidad siendo ella instrumento. Por eso fue Virgen.
   Desde hace muchos años a mí ya no me preocupa otra perspectiva. Las intervenciones de Dios desde lo externo hace tiempo que no forman parte de mi vida desde el Espíritu. Dejarme hacer y hacerme eco de los procesos que van sucediéndose forman más parte de mí. La tentación de adelantarme a las consecuencias de los acontecimientos que de repente se me presentan, está siempre llamando a mi puerta, pero cada vez la “pesco” antes.
   María tuvo todos los ingredientes para plantarse delante de ciertas situaciones en su vida y pedir explicaciones, pero demostró su virginidad al vivir sin juicios un presente completamente consciente.
   Si queremos vivir en clave de Navidad hagamos el trabajo interno de vivir en libertad y en plena consciencia, haciéndonos huecos por dentro, para que cuando Dios hable a través de la vida, no encuentre obstáculos y entonces todo nuestro vivir y actuar y sentir serán… Jesús.
CLARA LÓPEZ RUBIO


martes, 16 de diciembre de 2014

DE BICICLETAS Y TAXISTAS…

   No es por chafar el título en la primera línea, pero un día de estos de otoño, salía con la bici a hacer unos recados, inspirando ese aire maravilloso que respiras encima del biciclo, y me fijé en un taxista, que dentro de su vehículo, esperaba a sus clientes manejando su móvil…
   Y me entró una sensación de pena; pena porque el mundo de aquel hombre fuera tan reducido… Luego pensándolo un poco mejor me dije que tampoco tenía muchas posibilidades dentro de su lugar de trabajo, donde todo está marcado por la utilidad, donde todo tiene sentido en la medida en que sirve para hacer algo: volante, taxímetro, asiento, móvil, etc. En cambio las cosas más bonitas de la vida no tienen que ver con el “hacer”, con la utilidad, sino que tienen que ver con el “ser” y no estaban tan accesibles a este hombre: una sonrisa, una conversación mirando a los ojos, tener un hijo, existir, orar, un amanecer…
   Pero no sólo eso, me di cuenta, que no es sólo un problema del taxista, es un problema que tenemos la mayoría de los urbanitas, porque casi todo lo que nos rodea lo hemos puesto ahí para que realice una función, muy útil, muy necesaria, pero que nos aleja del ser profundo de la realidad. Y es que hemos construido unas ciudades llenas de servicios, de diversión, incluso de posibilidades de promoción de las personas -educación, sanidad, ¿trabajo?-. Unas ciudades muy versátiles, muy funcionales pero que nos alejan de la naturaleza, de pasar el tiempo sin que esté encorsetado en un horario, de simplemente “estar” jugando con mi hijo, o con los amigos; nos alejan de la posibilidad de un paseo, por el hecho de pasear sin que sea para adelgazar, para ir a algún recado o para hacer deporte.
   De esta forma perdemos la percepción de que las cosas tienen sentido por sí mismas, no en la medida en que sirven para algo: perdemos la mirada contemplativa de la realidad. Y no sólo la mirada, perdemos una forma de relacionarnos con la realidad que no está ligada a la utilidad. Y por eso, también ese mecanismo se va transfiriendo a la percepción que tenemos de nosotros mismos y nos resulta extraño saber que nuestra vida tiene valor por sí misma, por el hecho de existir, por el hecho de ser, sin necesidad de hacer nada: “Yo soy” decía Jesús de Nazaret (Jn 13, 19), y eso es suficiente…

Javi Morala, capuchino


viernes, 12 de diciembre de 2014

LA OTRA CARTA

Una conocida marca ha realizado un experimento con 10 familias reales, donde los niños nos enseñan lo que realmente quieren hacer esta Navidad. ¿Qué escribirán los niños en la carta a los Reyes Magos? Y, si tuvieran que escribir una carta a sus padres ¿que pedirían?

martes, 9 de diciembre de 2014

UNA IDENTIDAD RELACIONAL

   Este pasado verano coincidí en el santuario de Arantzazu (Guipuzcoa), en unos días de retiro, con un arquitecto. Al hilo de las reflexiones de aquellos días, me dejó un articulito suyo que titulaba “Arquitectura relacional”. No era fácil seguirle para uno que no es de ese mundo. Hacía filosofía sobre la arquitectura y era bastante crítico con muchas actuaciones arquitectónicas modernas. Su insistencia podría recogerla en este párrafo:

Frente a ese entorno disperso y atractivo que ha sido siempre, en todas las épocas históricas, el lugar de acción de los arquitectos cuya vocación originaria ha sido y será proponer un orden, siempre diferente, en el caos de la realidad para que la vida fluya, sólo queda mirar con ojos limpios y humildes lo que nos rodea, aprender a asumir sus contradicciones y actuar con decisión para localizar lo global.
La obra de arquitectura no es un objeto sino un conjunto de relaciones expuestas ante un espacio y un tiempo históricos. Recíprocamente, la naturaleza objetiva, real, de la arquitectura se pierde en la consideración de la obra como un objeto sin relación o con relaciones externas a sí misma”.

   Al tiempo, esa idea de relación me hizo pensar y evocar a Francisco desde ese mismo ángulo. Tuve la intuición, nada sorprendente, pero que para mi tuvo algo de novedad, de que la identidad franciscana es una identidad relacional. Ser hermano menor es como “proponer un orden en el caos de la realidad para que la vida fluya…, un conjunto de relaciones expuestas ante un espacio y un tiempo históricos”. Francisco fue transformado en sus modos de relación: consigo mismo, con Dios, con los demás, con el mundo, con los adversarios… Quiere crear relacionalidad a través de todo: del éxito y del fracaso, de la enfermedad y del bien…
   Quisiera ir desgranando a Francisco, lo franciscano, desde palabras, claves, que saben a relación, que llevan a ese núcleo unificador de muchas cosas; rastrear sus textos desde esta sensibilidad. Decía la madre Teresa de Calcuta que “Jesús no vino a traer una nueva religión, sino una nueva relación”. En el fondo, lo cristiano, el evangelio de Jesús, esa relación nueva quiere crear y extender en cada discípulo y discípula. Francisco así lo proclama.
Jesús Torrecilla, capuchino


domingo, 7 de diciembre de 2014

EL SÍ, SE DESPOSA

   Llevo años leyendo la mítica frase de este II Domingo de Adviento, “no soy digno ni de desatarle la correa de sus sandalias” que sale de labios de Juan el Bautista y esos mismos años sin saber realmente qué es lo que eso significa. Por fin cae en mis manos hace pocos días un comentario al evangelio que lo explica perfectamente. Tal versículo del evangelio hace referencia a la “ley del Levirato”. A continuación os copio la explicación del gran Enrique Martínez Lozano: “Marcos presenta a Jesús como el esposo del nuevo pueblo, de la humanidad. El rito de “desatar la correa de las sandalias” –tal como narra el Libro del Deuteronomio 25,5-10- remite a la “ley del levirato” –del latín “levir”, cuñado-. Según esa ley, cuando moría un hombre casado sin haber dejado descendencia, su hermano debía desposar a la viuda; en el caso de que él se negara, ella, delante de los ancianos del pueblo, “le quitará la sandalia del pie y le escupirá en la cara” (Deut 25,9).
   Con ese trasfondo, “no quitarle la sandalia” significa que Jesús está dispuesto a desposar al pueblo. De esta manera, Marcos lo presenta con una de sus imágenes preferidas –lo será también para el cuarto evangelio-: la de novio o esposo. Así como los profetas cantaban a Yhwh, que desposaba al pueblo por amor, Marcos muestra a Jesús como el nuevo esposo del nuevo pueblo”.
   Interesante ¿verdad? Vamos ahora de piel hacia dentro. La Ley del Levirato está presente tomando como referencia al Dios que todos llevamos dentro. Seamos de la condición, raza, religión que sea, a todos nos une la esencia de Dios y Él, hagamos lo que hagamos ya firmó para todos los tiempos su unión con el hombre. Nosotros lo que hacemos es vivir de espaldas a esa realidad que ya no hay que conseguir. Por eso, como dice el título que le he puesto hoy al comentario, “El sí de Dios se ha desposado con el hombre”.
   Pero esto lleva por parte del hombre un compromiso, preparad el camino, y un lugar, el desierto. Como siempre, la referencia es lo cotidiano lo que todos los días vive el hombre. La Unión de Dios con el hombre no hay que hacerla realidad, ya es. El encuentro consciente de Dios y el hombre sí es parte humana. Hasta que el hombre no se despoja de sus juicios, barreras, miedos, asideros…y allana sus propios senderos, no se entera de lo que puede vivir con Dios y eso se hace en el día a día.
   El Adviento es especial para esta experiencia. Antes de darnos cuenta estaremos metidos en la gran marea de las compras y los preparativos. Urge hacer la experiencia de descalzarse, pisar lugar sagrado, que es lo más profundo de nosotros mismos y vivir desde la sinceridad y el desapego. Preparemos lo justo, compremos lo justo y vivamos todo ello desde dentro y con atención. A veces no hay que cambiar mucho nuestros hábitos, pero si la atención e intención que ponemos en ellos.

CLARA LOPEZ RUBIO


sábado, 6 de diciembre de 2014

CAMINAR Y RECREAR EL CAMINO

Hacer el camino implica caminar como si fuera la primera vez, caminar como si fuera la única, caminar como si fuera la última: ligeros (sin atarnos), sensibles (captando todo y apoderándonos de los que vemos o vivimos), libres (sin endurecernos). Así podremos después recrear el camino sin nostalgias, contagiando el gozo de mirar y de vivir.

Tierra enamorada
¿Recordáis al viajero, el que nos dijo
que él mismo era su camino interminable?

Ha dejado de andar y se ha sentado
con nosotros a hablar de los países
recorridos...
                       ¡Oh, todos eran suyos
pues el amor es el que da la posesión
y nadie puede arrebatarnos
el gozo de mirar lo que sentimos nuestro!

Ha enseñado sus manos como mapas
abiertos y ha contado
hombres, ciudades, ríos, cielos, mares.

Los tenía en los labios cuando hablaba.
Los tenía en sus ojos transformados en luz.
Los tenía en su pecho como un nido interior.

Nunca un hombre tan propio y tan ajeno:
podía ser un árbol, podía ser un ave.
Nuestras eran su cercanía o su distancia,
igual que su palabra o su silencio.

Se ha asomado al balcón.
Ha alzado la mirada hacia los astros
y, la mano en el pecho, ha dicho por tres veces:
¡Oh, tierra, tierra, tierra enamorada!
RAFAEL ALFARO


martes, 2 de diciembre de 2014

OS SERVIRÁ DE SEÑAL (Lc 2, 12)

   A veces vivimos como si la realidad no fuera más que lo que nos aparece en el Street View del Googlemaps. Pero detrás de las apariencias nuestras vidas están llenas de significados y sentidos. Algunas personas hablan de que las vida les da “señales” que les ayudan a descubrir esos significados profundos. Este Pregón 2014 en Zaragoza, de la mano de las señales del cielo, las estrellas, vamos a aprender a mirar la vida con toda su densidad. ¿Te atreves?
   Aquí tienes el video de presentación...

domingo, 30 de noviembre de 2014

NO ESTÁS DEPRIMIDO, ESTÁS DISTRAÍDO

   Si generalmente todos los comentarios que hago al evangelio domingo tras domingo quedan basados en el estar atentos al momento presente, más aún ahora que entra un nuevo Adviento.
   Me vienen además a la mente las sabias palabras de Facundo Cabral, un cantautor y poeta sudamericano que muy acertadamente nos decía: “no estás deprimido, estás distraído”. Y eso, así rápidamente leído puede ser un sin sentido: “¿qué tendrán que ver la depresión y la distracción?” Y hoy en día se sabe que la depresión es un mal del alma que solucionaríamos si pusiéramos en nuestra vida el ingrediente de la atención a todo lo que vivimos y sólo a lo que vivimos y no a lo que viviremos próximamente o a lo que fue en un tiempo pasado.
   Sin embargo, el Adviento es el tiempo genial para vivir a la vez los tres tiempos verbales que conocemos: lo que viví, lo que vivo y lo que viviré. Porque ninguno como estos días para echar de menos, para desear tiempos mejores y para andar a toda prisa en el presente. Total, que el único tiempo que realmente existe lo malvivimos y ponemos más energía de la que toca en los tiempos equivocados. Eso general tal estres que consecuentemente vivimos la angustia y seguidamente la depresión, porque vivo en una continua disonancia y disociación. Eso es estar distraído y para eso no hay más tratamiento que darse cuenta, tomar las riendas de la vida y hacer en cada momento lo que toca. “Bástale cada día su propio afan”, dice el Eclesiastés.
   A partir de hoy, como tarea para la semana pondría como deberes, echar el freno. Dejar atrás los recuerdos que generan expectativas imposibles de conseguir y vivir sólo hoy el día que es. Mañana ya se levantará con el sol de mañana.
   Así qué démosle bien el significado al imperativo de hoy: "Velad", que es lo mismo que estar atentos, sin anclajes en otros tiempos. Para que cuando de verdad vengan días en los que surgen las dificultades o incluso sé nos pida que entreguemos nuestra vida, tengamos la certeza de haber vivido despiertos todo lo que nos tocaba y no tengamos que decirle al amo de la Hacienda: “espera, estaba distraído preocupado por el futuro” o “no estoy preparado, me paré en los recuerdos del pasado y ahora no sé lo que me toca”.
   ¡A despertar! Urge estar atentos, urge vivir con atención.

CLARA LOPEZ RUBIO


DESPERTAD O PERDERÉIS EL AUTOBUS

   Hoy se nos invita a realizar un viaje, un viaje apasionante.
   Este viaje ha sido concertado con anterioridad y el autobús partirá el día y a la hora señalados. La ruta constará de cuatro escalas fijadas en los cuatro domingos de Adviento y la partida es este primer domingo.
   Por tanto, no olvidéis poner el despertador, para no llegar tarde a la cita, pues si no estáis puntuales a la hora establecida, el autobús tendrá que iniciar el viaje irremediablemente.

« Estad atentos y vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. No sabéis si será al atardecer o a media, noche: al canto del gallo o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos. ¡Velad! » (Mc 13,33,37)


sábado, 29 de noviembre de 2014

DÍA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO PALESTINO

   En 1977, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) solicitó que se observara anualmente el 29 de noviembre como Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Ese mismo día, en 1947, la Asamblea General había aprobado (Resolución) el fin del Mandato británico sobre Palestina y la partición de la misma en dos estados, uno judío y otro hebreo. 67 años después, no sólo la Resolución no ha sido cumplida, sino que el pueblo palestino sigue viviendo trágicamente, con sus territorios ocupados militarmente, y con millones de refugiados que viven en otros estados de Oriente Próximo.
   En palabras de Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, “la observancia anual del Día de Solidaridad nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la crítica situación que afronta el pueblo palestino y sobre nuestras contribuciones y responsabilidades colectivas como gobiernos, organizaciones internacionales u organizaciones de la sociedad civil en aras de la paz entre israelíes y palestinos”.
   El motivo por el que se sigue conmemorando este es inequívoco: poner fin a la ocupación que comenzó en 1967 y crear un Estado de Palestina soberano, independiente y viable basado en las fronteras de 1967 que coexista en paz con un Estado de Israel seguro.

ACTÚA
  • Infórmate de la situación palestina. Por ejemplo, navega por la web de la RESCOP (Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina) www.nodo50.org/causapalestina
  • Participa en alguna de las iniciativas, concentraciones o manifestaciones que se celebrarán en tu ciudad con motivo del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino.

viernes, 28 de noviembre de 2014

CAMINAR CON SENTIDO

Caminar con sentido nos da fortaleza para llegar a la meta, aunque la meta se nueva cada día, cambiante, distinta. Los encuentros profundos nos darán ganas de vivir.

¡Vaya encuentro!
Salgo corriendo atolondrada,
                                                 loca,
y tropiezo con Dios.
–¿Dónde vas Leocadia? –así suele llamarme–.
Después... me convence en silencio
                  me convierte en paloma,
                  me nombra caballera andante,
                  me arma de paz y ciencia
                  y me quita la gana de matarme.

GLORIA FUERTES

miércoles, 26 de noviembre de 2014

NO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Desde el Cole de capuchinos de Usera nos llega este video con un mensaje más que rotundo contra la violencia de género. ¡Buen trabajo chic@s!

martes, 25 de noviembre de 2014

TENTADOS

   Vivimos tiempos en que la publicidad, la propaganda, el marketing han adquirido dimensiones insospechadas. Se nos han metido por todas partes ofreciéndonos una gratificación inmediata de nuestras necesidades, de modo que llegan a crear en nosotros un modo de funcionar y de responder a la realidad a base de expectativas inmediatas: “Aprenda inglés en diez lecciones”, “consiga un cuerpo perfecto ya”, “felicidad garantizada”…
   La publicidad juega con nuestras necesidades básicas y con nuestros mejores deseos, de modo que toca nuestras fibras más sensibles: familia, hogar, bienestar, felicidad, salud. ¡Es tan tentador pensar que así es la vida real! ¡Es tan fácil creer en las promesas de solución inmediata que nos ahorran esfuerzos, compromisos y quebraderos de cabeza! (“y si no, le devolvemos su dinero”).
   Incluso oímos mensajes que hablan de Dios con esas mismas claves: “¿Por qué lo de Dios tiene que ser tan difícil? ¿Acaso no es la vida mucho más simple?”
   Frente a planteamientos en los que la relación con Dios exige de nosotros determinación, constancia, fidelidad, andar en verdad, olvido de sí… es posible que se nos hagan más atractivas otras ofertas de espiritualidad que prometen sensaciones y vivencias gratificantes, inmediatas, novedosas…
   Ocurre eso cuando buscamos en la espiritualidad una especie de huida de la problemática diaria, un bálsamo de paz y de tranquilidad que compense la complejidad de cada día.
   También puede ocurrir cuando Dios no responde a nuestros deseos, a nuestros manejos, a nuestro afán infantil de que satisfaga (y pronto) nuestras necesidades más inmediatas de seguridad, de tranquilidad, de bienestar para nosotros y los nuestros.
   Pero hay que escuchar a Dios mismo, a quien le importa mucho más la vinculación con nosotros que el darnos gusto. El Padre se ha vinculado a nosotros “entera y eternamente”; se nos ha dado todo Él en su Hijo Jesús. Y eso puede colmar enteramente nuestro corazón (mucho más que el hecho de que Dios haga o no nuestro gusto, o de que, como en cualquier relación valiosa, tengamos que esforzarnos o nos cueste conflictos). Si dejamos a Dios ser Dios, estamos expuestos a una relación de amor como nunca habíamos imaginado.

Carta de Asís, noviembre 2014

domingo, 23 de noviembre de 2014

CERRAR APLICACIONES

   En la vida es necesario poner punto final a muchas situaciones que se abrieron un día y que ya no crecen más o no se desarrollan. Cada proceso de cambio no se puede hacer con toda su fuerza si antes no se dan por concluidos otros y ahí creo que radica la razón de tantos nuevos proyectos que iniciamos y no van a ningún sitio.
    A nivel visual y tecnológico podríamos tener un ejemplo claro en los móviles que tanto nosotros como nuestros hijos manejamos ya con habilidad en estos tiempos: sabemos de la capacidad de los mismos para cargar y abrir aplicaciones continuamente, pero hemos aprendido también la necesidad de ir cerrándolas para que el dispositivo no trabaje de forma lenta. Esa es la actitud que deberíamos poner en práctica continuamente en nuestra vida y aún más, en ocasiones como en esta en la que celebramos con Cristo Rey el final del año litúrgico, es importante localizar las “aplicaciones” abiertas e ir cerrándolas. Son procesos en algunos casos dolorosos pero necesarios. Amistades que se arrastran y que ya no son nada más que viejos recuerdos en los que la energía se ha parado. Rencores y juicios que no dejan vivir generando incluso síntomas enfermizos que se acoplan en nosotros en forma de enfermedades, proyectos de vida que un día se abrieron con ilusión y sentido pero que hoy ya se han quedado obsoletos… Son aplicaciones que están gastando la energía de nuestra batería y acaban por apagarnos espiritualmente.
    Para comenzar el Adviento urge reiniciarse y hacer del camino de cada día una gran aventura, porque “la meta es el camino” y en él se mueve la energía de Dios a cada momento.
    Dejemos libre esta energía que crece en lo más profundo y que nutre los nuevos proyectos. Aprendamos a cerrar lo que ya no se desarrolla y cortemos así, con decisión, con un corte limpio, lo que no viene de Dios y no conecta con lo más esencial.
    Es hora de arriesgarnos, es hora de conocer al hombre interior que somos, porque sólo en él habita la verdad: “No vayas fuera, vuelve a ti mismo. En el hombre interior habita la verdad” (San Agustín).
CLARA LÓPEZ RUBIO

viernes, 21 de noviembre de 2014

CANSANCIOS Y RUTINAS

A veces nos cansamos de caminar porque todo es lo mismo: los caminos se hacen viejos y el corazón se amustia. Es entonces cuando habrá que recordar que “no hay camino sino que se hace camino al andar”. Y que tenemos la vida por delante.

Qué día tan largo
¡Qué día tan largo
y qué camino tan áspero,
qué largo es todo, qué largo,
qué largo es todo y qué áspero!
En el cielo está clavado
el sol iracundo y alto.
La tierra es toda llanura, llanura, toda llanura,
y en la llanura... ni un árbol.
Voy tan cansado
que pienso en una sombra cualquiera.
Quiero descanso, descanso, sólo descanso.
¡Dormir! Y lo mismo me da ya
bajo un ciprés que bajo un álamo.

LEÓN FELIPE

martes, 18 de noviembre de 2014

CUANDO LA VIDA TE REGALA PASTILLAS DE SABIDURÍA

   Las caminatas en la montaña son muy productivas en todos los sentidos. Haces ejercicio físico, te encuentras con la naturaleza, contemplas mucha belleza, descubres un poco más a las personas con las que vas y disfrutas mucho de ellas.
   Pero de vez en cuando, en estos lugares, se te regalan pequeños o grandes descubrimientos. Son como pastillas de sabiduría que se te ofrecen, como flashes que te descubren una forma de ver las cosas que no tenías, un secreto que la vida te había escondido hasta entonces.
   Este verano caminando por Benasque contemplamos desde una ladera un bosque de pinos con infinidad de árboles muertos, caídos. Apareció un sentimiento de pena al ver tanto árbol muerto y al no poder aprovecharse para madera. Una compañera de camino nos explicó que había leído en un panel informativo de un parque natural, que esa madera muerta aparentemente inútil no lo es tal, sino todo lo contrario. Es esencial para la vida del bosque porque supone un elemento básico para el ciclo de la vida de éste. Muchas especies tanto animales como vegetales dependen para vivir de estos árboles muertos: musgos, líquenes, hongos, insectos, aves, mamíferos, anfibios, reptiles.
   Caímos en la cuenta de que lo que parecía inútil y muerto, era generador de vida, era la compañía necesaria que animaba la vida desde su apariencia inerte. Parecía ésta, una forma de funcionar de la vida, un mecanismo propio de todo lo viviente, de todo lo fallecido. Y me vino a la cabeza la gente cercana que también ha muerto y me di cuenta que ellos también podían estar acompañándonos y alentando nuestra vida, cuidando nuestra existencia, animando, apoyando nuestro devenir diario. Y se instaló en mí, un sentimiento de paz, de agradecimiento y de profunda compañía, al saberme cuidado por mi abuela, por mi padre, y por otras muchas personas que han dejado esta forma de existencia. Es lo que algunas veces decimos: “desde arriba estarán mirándonos y seguro que nos echan una mano”, la comunión de los santos técnicamente hablando. Ya nos lo dijo Jesús: “Os aseguro que, si el grano de trigo caído en tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn 12, 24).
Javi Morala, capuchino


domingo, 16 de noviembre de 2014

CULTIVAR LOS TALENTOS

   A medida que nos acercamos al final del año litúrgico, a través de las lecturas y oraciones se nos quiere concienciar sobre la responsabilidad ante los talentos recibidos de Dios y alertar para vivir correctamente una dimensión tan fundamentalmente humana como es el tiempo.
   Las lecturas del domingo son una invitación a sacudirse la somnolencia que parece caracterizar la vida de no pocos cristianos. Hay que estar vigilantes.
   Pero, ¿cómo? ¿Boquiabiertos, mirando al cielo? Esa actitud fue descalificada por los ángeles el día de la Ascensión. ¿Refugiados en rezos interminables? Esta la descalificó el mismo Jesús. ¿Inmersos en el compromiso mundano, hasta el punto de desoír la voz de la trascendencia?
   ¿Cómo vivir, entonces, nuestra espera del Señor? ¡Creando! La vocación del hombre es enriquecer con su actuación la obra de Dios
   Dios ha constituido al hombre señor de la creación; un señorío no despótico, sino de promoción. Pero Dios no se ha retirado definitivamente del mundo. Respeta la obra del hombre, pero llegará la hora del balance. Entonces el hombre, cada uno, tendrá que responder de su gestión. Sin posibilidad de fraudes ni camuflajes. Con claridad y sencillez el relato evangélico de hoy nos ilustra esta verdad: toda inhibición es culpable, mucho más para un creyente.
Domingo Montero, capuchino


viernes, 14 de noviembre de 2014

LOS PELIGROS Y TENTACIONES DEL CAMINO

Ante los peligros del camino, tenemos la tentación de sentarnos o ausentarnos (Pero esto sería huir por otro camino: y otros nos pasarían y pisarían). Necesitamos caminar, que es lo mismo que vivir. Caminar con otros (toda la humanidad) sin perder el sentido ni caer en la tentación de dejarse vencer por la soledad.

Voces me llaman
Voces me llaman y piden que ande
dentro de un silencio macizo.
Camino por un estrecho camino
peligroso de lados peligrosos.
(Hay que estar en lo que estamos).
Si no miro donde piso
puedo poner un pie en el vacío,
y si miro, para poner el pie
adonde debo, me mareo.
Haga lo que haga todo es expuesto.
¡Ah! Puedo hacer otra cosa, sentarme,
montarme en el camino
con las piernas colgando a cada lado…
¡Qué va! Tampoco puedo,
-no está permitido dejar de caminar-,
me pisarían la cabeza los que vienen detrás,
con sus botas de Fuego.
Esto de vivir es tan estrecho
que sólo cabemos uno.
¡Es la fila!
Por eso voy detrás de alguien,
o alguien viene detrás de mí.
¡Firmes!
¡Formen fila!
¡Arrestado el que rompa!
¡marchen!
Toda la humanidad en línea
y a tu lado no hay nadie,
vamos solos.

GLORIA FUERTES


martes, 11 de noviembre de 2014

LAS GAFAS DE DIOS

   Dicen que un día llegó un hombre al cielo. Su sorpresa fue inmensa cuando descubrió que en la puerta del cielo no había nadie. San Pedro se había ido a alguna emergencia. Siguió avanzando el hombre y descubrió que en la pared estaba el anuncio de despedida de Dios. Se coló y también se dio cuenta de que en el despacho no estaba Dios. Miró todas las estanterías. Curioseó todo lo que tenía Dios en su despacho. Se fijó largamente en que en la mesa del despacho había unas gafas. Se las puso y comprobó que a través de ellas veía el mundo y a cada hombre que vive en este planeta.
   Sintió gran curiosidad por saber algo de su socio, el que había trabajado codo con codo con él y se sospechaba que no era buena persona. Las gafas le hicieron descubrir la vida de su socio, sus negocios sucios, su infidelidad a su esposa y, sobre todo, que se había reído de él. En un momento no pudo contener la rabia, tomó la maceta que tenía al lado en la mesa de Dios y trató de tirársela a su socio a la cabeza.
   Cuando estaba en el intento de usar violencia contra aquel de quien tenía tantas sospechas, entró Dios. Le preguntó: “¿Qué haces?”. Le respondió: “Me he puesto tus gafas y no aguanto tanta maldad, tanto pecado”.
   Dios le miró con cariño y le dijo: “Has cometido un gran error. Para mirar con esas gafas hay que ponerse antes mi corazón". 

domingo, 9 de noviembre de 2014

UN JESÚS AUTENTICO

   Evangelio como poco el de este domingo, emblemático, que no puede dejar indiferente. La imagen de un Jesús fabricando con sus propias manos un látigo y tirando las mesas de los cambistas no es ni mucho menos asidua. Y si nunca algún lector se había parado al leerlo, si más bien a alguien este comportamiento del Maestro le había pasado desapercibido, le pediría que volviera a leer el texto de este domingo con toda la atención que se merece y se deje impregnar por él, porque no tiene desperdicio.
   No puedo negar que es de mis favoritos, porque en su día, caí en la cuenta de la planta y temperamento de este Hombre que tanto por desgracia se nos pinta, y más en mi niñez y juventud, de blandito, misterioso y casi sin sangre en las venas.
   Muy lejos de ello, Jesús es un hombre que vive el presente en toda su esencia y porque poco a poco ha ido aprendiendo a dejarlo todo, a desprenderse de todo, no teme ya en que en un momento así alguien pueda arrebatarle algo esencial. Por eso, lo que le quema en la sangre tiene que gritarlo.
   Jesús no atenta contra nadie, atenta contra el sistema basado en la mentira. No olvidemos que el negocio que en el templo se practicaba era en su esencia legal, pero claro, no así el procedimiento. Eso es lo que le duele a Jesús, y por supuesto la callada por respuesta de aquellos que en principio tenían que ser los fieles guardianes de la verdad.
   Pero rasquemos un poco y veamos de puertas hacia dentro: nuestro ser más profundo es el único lugar en el que nada ni nadie puede arrebatar la paz que brota de saberse en la Presencia de Dios. Pero hasta llegar ahí hay muchos puestos de venta, de cambistas, de carneros y palomas, de negocios mal cerrados que se alejan mucho de aquello para lo que hemos sido creados. Nuestra vida, los entresijos que en ella se han ido forjando nos han ido haciendo “complicados” y los juicios, los apegos y los complejos planteamientos de vida desde la cabeza, han ido haciendo poco a poco que negociemos desde la mentira y nos vendamos al mejor postor olvidando a veces que solo por ser creados por Dios ya somos valiosos y dignos ante Él de merecer su amor gratuito.
   Cuando todo esto se vive desde la revolución y no desde la serenidad es necesario que la vida confeccione de cualquier forma un látigo que nos eche por tierra todo lo que en nuestra mente está férreamente formado y empecemos a vivir de una forma nueva.
   Los guardianes de nuestros pensamientos, nuestros fariseos, se incomodarán y se prometerán unos a otros que harán todo lo posible para nuestra cercana ejecución. Con lo que no cuentan es con que “ni muerte, ni vida, podrán jamás separarnos del Amor de Dios”, por lo que ya no habrá pensamientos ni juicios, ni apegos que nos muevan un ápice de nuestra esencia y sabremos descubrir en nosotros el Santa Santorum. Esa morada interior, como diría Santa Teresa de Jesús, donde solo el alma y Dios hablan en la intimidad de aquello que les ocupa.
CLARA LÓPEZ RUBIO

viernes, 7 de noviembre de 2014

CAMINOS NUEVOS

El camino puede ser nuevo cada día, aunque nos lleve al mismo destino. (También el mismo camino puede llevarnos a destinos distintos: hiel o miel. ¿Cuál es nuestro camino virgen?

Nadie fue ayer
Nadie fue ayer
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol...
y un camino virgen
Dios.
                                 LEÓN FELIPE

martes, 4 de noviembre de 2014

LOS MIEDOS

   “¿Quién dijo miedo?”, gritan animosos los héroes de los cuentos… Y sin embargo, estamos muchas veces rodeados de miedos que nos encierran en nosotros mismos y nos bloquean en el encuentro con los demás. A veces tenemos miedo de presentarnos tal y como somos, de no gustar a los demás y ser rechazados o incomprendidos; en ocasiones nos fijamos demasiado en nuestra imagen superficial exterior, como si para ser aceptados tuviéramos que cumplir requisitos imposibles.
   Esos miedos nos dificultan, en la vida fraterna del día a día, el vivir como hermanos. Nos tienen enganchados y no nos dejan dar pasos en el encuentro con el otro. A veces, son un reflejo de la falta de confianza en nosotros mismos y en los demás. Pero otras veces son cosa seria, honda: los miedos nos agarrotan, enredan y aíslan. Provienen de heridas profundas y, actuando desde ellos, herimos a otros. A veces no tenemos miedo: el miedo “nos tiene”.
   Reconocerlo es un paso de verdad: podemos pasar por el miedo sin instalarnos en él; sabernos necesitados de ayuda y pedir que nos rescaten; agradecer a los que nos acompañan. El miedo implica soledad. Contra el miedo, confianza. La confianza implica relación, y solo se aprende confiando: dando los pasos necesarios para conocernos y aceptarnos “miedosos”, querernos con nuestras grandezas y pobrezas (narcisismo, perfeccionismo…) para acercarnos a los otros.
   Dios cuenta con nuestro miedo; pero no nos deja en él: Jesús repite muchas veces “no tengáis miedo”. Podemos crecer en la confianza viviendo un proceso de relación con Dios, que nos conoce y nos ama tal y como somos, y pone en el camino de nuestra vida personas con quienes crear una fraternidad de hermanos, haciéndose presente Él en cada uno de sus rostros.
CARTA DE ASÍS OCTUBRE 2014


domingo, 2 de noviembre de 2014

NO SABEMOS A DÓNDE VAS...

   El no saber es la mayoría de las veces el origen de nuestros desequilibrios. Cuántas veces hemos oído comentar y sale también de nuestros labios un sentimiento de miedo o incertidumbre tan sólo porque no nos vemos con capacidad para esperar el momento en el que cada circunstancia irá llegando, capacidad que tenemos pero usamos poco.
   Si a una mujer, el mismo día que se entera que ha quedado embarazada le dijeran que también va a tener a su hijo, de seguro que no sería capaz de seguir con el proceso, porque no le daría tiempo a interiorizar tal realidad y hacer lo propio. Para eso tenemos nueve meses. Y aunque cuando se acerca la fecha nos ponemos nerviosas ante tal acontecimiento que nos desborda psicológica, afectiva y hasta espiritualmente, sabemos que estamos preparadas, porque hemos vivido el proceso paso a paso.
   La vida es un constante aprendizaje cuando se vive de modo consciente y con raíces bien situadas en nuestro centro. Pero el tema de la muerte y del qué habrá después nos sigue saliendo al encuentro una y otra vez porque quisiéramos también controlarlo como pretendemos controlar en ocasiones nuestro día a día y nuestro futuro.
   La experiencia es clara: “Yo soy el camino…”, “¿qué más necesitas saber?”, nos podría decir Jesús.
   Si logramos simplificar nuestra vida hasta el punto de captar en cada momento nuestra esencia, Dios, el que nos habita, el gran Sabio Oculto, nada tendríamos que temer.
   Un día a mis alumnos se me ocurrió al tratar este tema, que por desgracia tanta incertidumbre les crea porque en su corta vida ya han oído más tonterías que palabras de sabiduría, que eligieran entre dos tipos de chocolate que les gustara por igual. Que de verdad tuvieran problema entre elegir uno u otro y prefirieran no elegir, más bien la posibilidad de tener entre sus manos los dos tipos. “Así es la vida antes de la muerte y después de ella”, les dije yo. Ahora nos estamos comiendo un tipo de chocolate y después lo haremos con el otro. ¿Qué más da? Lo bueno es que hay chocolate y lo hay para todos. Es más, el chocolate de antes de la muerte es treméndamente amargo para algunos, cualidad que tiene el buen chocolate, el puro. Qué curioso ¿no? Pero para después de la muerte lo tenemos todos asegurado. Así que con ocasión de la fiesta de los Santos y de los difuntos tomemos conciencia del chocolate que hemos elegido vivir en esta vida y vayamos eligiendo el que nos gustaría comer durante toda la Eternidad. ¡Buen provecho!
CLARA LÓPEZ RUBIO


viernes, 31 de octubre de 2014

BÚSQUEDA PERSONAL Y COLECTIVA

El camino nos impulsa a seguir buscando. Caminamos porque tenemos seguridad en lo que esperamos, aunque a veces no seamos capaces de ver el sentido. Caminamos y en ese camino descubrimos la luz en las tinieblas, la fuerza en medio de la duda, la meta en el mismo caminar. Y descubrimos desde el principio a quien buscamos al final.

Te busco desde siempre
Te busco desde siempre. No te he visto
nunca. ¿Voy tras tus huellas? Las rastreo
con ansia, con angustia, y no las veo.
Sé que no sé buscarte, y no desisto.

¿Qué me induce a seguirte? ¿Por qué insisto
en descubrir tu rastro? Mi deseo
no sé si es fe. No sé. No sé si creo
en algo, ¿en qué? No sé. No sé si existo.

Pero, Señor de mis andanzas, Cristo
de mis tinieblas, oye mi jadeo.
No sufro ya la vida, ni resisto

la noche. Y amanece, y yo no veo
el alba, no podré decirte: "He visto
tu luz, tus pasos en la tierra, y creo"

JUAN JOSÉ DOMECHINA

martes, 28 de octubre de 2014

ESPÍRITU DE ASÍS 2014

CONTRA LA TORRE DE BABEL
   La torre es nuestro lugar de desencuentro. Babel es el lugar de la confusión y de la dispersión. Babel desde el principio es el resultado de pretensiones y afanes que no saben de comunicación sino de competitividad, que no tienden puentes, sino que erigen pirámides. Babel es el preámbulo de la opresión. Babel y su sistema piramidal están llamados a no concluirse porque Dios no quiere una construcción basada en la incomunicación. Dios no quiere una humanidad que olvida quién es y a qué está llamada. Dios no quiere proyectos que no tengan en cuenta las consecuencias antes de realizarse. Dios no quiere que la tierra sea un lugar donde el opresor acampe y la violación establezca sus redes.

domingo, 26 de octubre de 2014

SHEMÁ

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”

   Realmente, no hay manera mayor de amar algo. Lo que dudo es que sepamos amar así, porque lo queramos o no, nuestra mente inquieta y limitada no deja de poner etiquetas que provocan continuamente el juicio sobre todo lo que vivimos y conocemos.
   Pero Jesús, que no se anda con medias tintas, apunta bien alto para que tengamos millas y millas donde desarrollar nuestras posibilidades como si cada uno de nosotros fuéramos un gran atleta.
   Amar a Dios así, como hoy nos propone el Evangelio, es amarlo con todo lo que somos y hacemos sin tener más remedio, por habitar dentro de nosotros. Y en ese viaje al interior, en su búsqueda pasaremos por todo aquello que no conocemos o no nos gusta de nosotros mismos y que sin más remedio tendremos que aceptar. Con lo que de nuevo surge la necesaria observación o advertencia: no busquemos a Dios fuera ni a través de nada, Dios ya está y es imposible que no esté. Doble consecución por tanto: al mirar hacia dentro, lo encuentro a Él y me encuentro a mí. Y ¿cómo hacer eso? En mi experiencia, tomar conciencia de todo lo que es, lo que acontece y cómo resuena en mí. No dejar nada al azar sino al fluir normal de la vida y acogerlo como todo lo que forma parte del plan de Dios en mí, sólo hay que dejar que se aposente y forme parte de mi crecimiento y experiencia de Dios.
   Y en un segundo paso, conocer, no etiquetar y por tanto amar todo aquello que aún no puedo llamar que es mío y que considero como prójimo porque salta a mi vida como extraño. En ese prójimo están contenidos los que me rodean, y los acontecimientos o aspectos de mi vida que desconozco o que no me gustan tanto, porque en el abanico que somos, Dios está en todo.
   En el marco de la puerta de mi casa tengo una pequeña placa con la oración que llamamos del Shemá que aparece para este domingo y que tan importante es para los judíos. No siempre lo hago, pero cada vez que lo recuerdo la toco con la mano al entrar y al salir como recuerdo de qué es lo único cierto y que se mantiene en mi vida: “Dios es”, lo demás… No sé.
CLARA LÓPEZ RUBIO


viernes, 24 de octubre de 2014

CAMINAR EN GRUPO, CAMINAR CADA UNO

El camino nos cura. El camino nos cambia. La invitación a caminar, como peregrino, vendrá de quienes han recorrido el camino, de quienes lo han vivido personalmente y a la vez han caminado en grupo. Es una experiencia única, contagiosa y dichosa: es necesario decirla y comunicarla a los demás. Y no la vivirá quien se queda sentado al borde del camino. 

Ven con nosotros
Cuando me han visto solo y recostado
al borde del camino,
unos hombres
con trazas de mendigos
que cruzaban rebeldes y afanosos
me han dicho;
–Ven con nosotros, peregrino.
Y otros hombres
con portes de patricios
que llevaban sus galas
intranquilos,
me han hablado
lo mismo:
–Ven con nosotros, peregrino.
Yo a todos los he visto
perderse allá a lo lejos del camino...
y me he quedado solo,sin despegar los labios, en mi sitio.
LEÓN FELIPE


sábado, 18 de octubre de 2014

SAN FRANCISCO EN EL COLE DE MURCIA

Desde el Colegio san Buenaventura de Murcia nos mandan este precioso montaje del homenaje a san Francisco de Asís que le hicieron en la víspera de su fiesta.


sábado, 11 de octubre de 2014

UNA BODA CELEBRADA EN LO PROFUNDO

   Voy a aventurarme a hacer el comentario de este Evangelio en las claves del Reino que se vive en lo profundo. Ante la cercanía ya de la festividad de Santa Teresa, viviremos esta invitación a la boda en clave personal e intimista.
   El primer dato que salta a la vista es que el Rey celebra las bodas de su Hijo y llama a los convidados a su fiesta. Ante una llamada así, al principio son muchos los convidados pero también muchos los que no quieren ir. En apariencia, son muchas las partes de mi vida las que se “enteran” que hay mucho por lo que apostar pero cuesta cambiar para ir acallando los juicios, las expectativas, la forma de vivir desde fuera… y si no se libra una batalla desde el Espíritu, terminamos abortando la misión y por tanto declinando la invitación al Reino.
   Es necesario un segundo paso, una nueva invitación. A Dios le “toca” removerse y a mí rascar más adentro, en las entrañas e invitar a todo aquello que se mueve en lo más profundo para sentir que todo lo que forma parte de nosotros es digno de acudir a este banquete, porque Dios nos quiere con todo lo que somos.
   Y es en las encrucijadas de la vida cuando aprendemos a ponerlo todo sobre la mesa para conocerlo primero y amarlo después.
   Aún así, en mitad de este proceso, numerosas veces se nos presentarán “convidados” que aún vivirán en las claves de la apariencia y que cuando creamos que más controlamos aquello de vivir en el Espíritu más nos sorprenderán saliendo con fuerza en forma de juicio, de apego, de no estar viviendo el presente. Ya no habrá vuelta atrás, ya no podremos ser condescendientes con ese que se nos cuela “sin traje” de fiesta, pronto será echado al fuego, porque en la Morada más interior del Castillo, sólo se vive con un traje, el del encuentro con el Dios que todo lo habita más allá de etiquetas y otras connotaciones.
CLARA LÓPEZ RUBIO

jueves, 9 de octubre de 2014

SI ME PUSIERA EN TU PIEL

Compartimos este montaje muy chulo realizado por Andrea González y Han Liu del Colegio Sagrado corazón de Usera. Gracias!


domingo, 5 de octubre de 2014

EL REINO DE DIOS ESTÁ DENTRO DE VOSOTROS

   Por eso nadie nos lo puede arrebatar ya nos ha sido concedido y constituye nuestra esencia, lo que más nos identifica. Eso que todos sabemos que es inmutable de nosotros mismos, es el Reino. Y lo más curioso es que no le pertenece a ningún grupo humano en particular, a ninguna religión o tendencia. Es esa parte de Dios que todos tenemos y que nos unifica.
   No conociéndola del todo, cuando vivimos más fuera que dentro, creemos que con nuestras prácticas religiosas la podemos conseguir y más aún, la sentimos en peligro por si alguien nos la arrebata. De ahí que a veces nos comportemos como los que trabajan en el lagar y “asesinemos” aquello que nos llega como extraño y consideramos amenaza cuando en realidad es una riqueza.
Cierto es que hay que estar alerta como las vírgenes prudentes, pero hay cantidad de matices de otros pueblos, creencias o religiones que enriquecen nuestra espiritualidad y no hay necesidad de deshechar, al menos sin conocer primero de qué van.
   Jesús vino a su viña y los suyos no lo recibieron y lo mataron. Vino al mismísimo centro de la historia de Israel, al corazón de su pueblo y lo asesinaron por no darle la oportunidad de al menos ver cómo podía vivir entre ellos. Sólo los que no estaban asidos a nada y tenían un espíritu libre y desapegado, supieron reconocer en Jesús al que venía a completar el perfil del Reino, que no estaba fuera sino dentro de cada uno.
   Hace ya unos años, algo cambió en mi esencia y ese Dios que yo buscaba y creía haber encontrado más fuera que dentro, se me manifestó con fuerza y sin ataduras y me enseñó a integrar en mí todo aquello que antes creía una amenaza y ahora eran las mismas experiencias aunque con otros lenguajes. No era necesario matar, sino integrar, porque la esencia del Dios que me habita es mi propia esencia.
   Por eso Francisco de Asís, del cual este fin de semana celebramos su fiesta, no quiso en ningún momento fundar ninguna orden. Libre como se percibía, sólo se dedicó a vivir el Reino , no a imponerlo ni a enjaularlo. Su propia vida fue un desapego total en el que todo le hablaba de Dios y le conectaba con Dios. No se creyó nuca el dueño del lagar, muy al contrario sabía en quién se había fiado y en esa intuición caminaba. 

CLARA LÓPEZ RUBIO


 

sábado, 4 de octubre de 2014

FIESTA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

Francisco de Asís es uno de los arquetipos de la humanidad reconciliada. A través de él podemos tener esperanzas de redimirnos, de reconciliarnos con todas las cosas y de anticipar la utopía del Reino de Dios dentro de nosotros, que brota hacia fuera como utopía y como realización histórica. Por eso, Francisco es alguien que habla a la subjetividad más profunda de los seres humanos, de todos los que están buscando. Por eso él es actual, y nosotros nos hemos quedado viejos. Él, que vivió hace 800 años, es más joven que nosotros. Consiguió una síntesis con su Yo profundo, con la naturaleza y con la sombra, haciendo del pecado y de la humillación un camino humilde hacia Dios. Llegando hasta la identificación con el mismo Dios. Y lo hizo con tanta ligereza, con tanta ternura y cuidado que nosotros nos sentimos envueltos en un aura de benevolencia y cariño. Su caminar hacia Dios es un camino suave que lo abarca todo, sin excluir nada, sin dejar nada por detrás.

Leonardo Boff


lunes, 29 de septiembre de 2014

HACEMOS CAMINO

   Los colegios capuchinos de España, llevamos unos años queriendo caminar juntos, y este curso se hace explícito este deseo con el lema "Hacemos camino". Esta frase hace referencia al octavo centenario del paso de Francisco de Asís por España, de camino a tierra santa o, quién sabe si también, a Santiago. Queremos revivir toda la sabiduría de Francisco como peregrino, como persona que recorre la vida, paso a paso, despacio, con esfuerzo, viviendo cada instante, con lo puesto, en búsqueda, abierto a lo que se encuentra, libre, sólo o con otros, pero siempre sabiéndose acompañado por el Dios de la Vida.
   Somos, y así aparecen en el vídeo, la Escuela profesional San Francisco de León, Colegio Rey Pastor de Logroño, Colegio San Antonio de Madrid, Colegio Sagrado Corazón de Madrid, Colegio San Buenaventura de Murcia, Colegio de San Antonio de Santander y Colegio de San Antonio de Zaragoza. Todo un raudal de ilusión, de ganas de hacer todo lo posible para que los chavales y chavalas crezcan como personas en todas sus dimensiones. Y comenzamos un curso para vivir intensamente todos estos intentos.

martes, 23 de septiembre de 2014

LA META ES EL CAMINO

Francisco de Asís fue, en su época, un hombre de caminos. Él no entendió su vida ni de la de sus hermanos en la estabilidad de una gran abadía, ni en la quietud de una finca de buenas tierras. Como Jesús de Nazaret que ofreció su propuesta de vida en los caminos, así Francisco hizo de los caminos, del mundo, su propia casa, tal era su confianza en el corazón de los humanos. De esta manera hizo el itinerario hacia el sentido de su vida, descubriendo que ese sentido era, como el de Jesús, asentarse sobre el valor de la fraternidad y del amor a lo creado, pensar que había sido afortunado con haber sido llamado a la vida, sentirse llamado a ser hijo del Padre y con ello a la fraternidad global. Por eso, los caminos no fueron para él peso, desamparo, desvalimiento y peligro. Fueron, sobre todo, encuentro, disfrute, ánimo y lugar de fraternidad.

Ya está disponible en la sección de RECURSOS el material que la Comisión de Pastoral Juvenil ha preparado para este curso. Esperemos que sirva para tu reflexión personal y para el trabajo con los grupos.