domingo, 31 de diciembre de 2017

PARA FINALIZAR EL AÑO

Por eso creo que, después del fin del mundo, hay que vivir como si no hubiera pasado nada. Naturalmente, es preciso recordar lo que ha ocurrido y pensar en lo que ocurrirá, pero, así y todo, hay que vivir como si no hubiera pasado nada. Dar largos paseos. Contemplar las puestas de sol. Creer en Dios. Leer poesías. Escribir poesías. Escuchar música. Ayudar al prójimo. Hacer la pascua a los tiranos. Alegrarse del amor y llorar la muerte. Como si no hubiera pasado nada.
Adam Zagajewski

viernes, 29 de diciembre de 2017

LIBERACIÓN DEL NARCISISMO

Cómo nos molestan las personas engreídas, orgullosas, que se creen por encima de las demás. Nos producen repulsa. No es fácil mantener el temple ante tales personas. Nosotros no queremos vernos así, sino que intentamos cultivar la humildad, no ser ni parecer más que los demás, no alardear de nuestras valías, etc.

Si nos adentramos un poco más en los movimientos de nuestro corazón, percibimos que en esa búsqueda de humildad asoman, casi sin darnos cuenta, otras capas de nuestro ser que quizá estén buscando un nivel alto de virtud. Es decir, que queriendo ser humildes, estamos alimentando una alta estima de nuestro virtuosismo. Es como ese prurito de sentirnos valiosos, merecedores de buena estima, al menos por parte de nosotros mismos, o de Dios... Y si se da el caso, por parte de los demás. Nuestro corazoncito es orgulloso incluso en la búsqueda de humildad. ¿Quién nos sacará de este bucle, de la pescadilla que se muerde la cola?

Hay dos caminos que no tienen salida. El primero es el de la persona perfeccionista que se autohumilla queriendo matar su narcisismo; sería como querer salvarse del ahogamiento en el agua tirándose de los pelos hacia arriba. Hay casos que llegan a formas insanas de vida. La otra salida falsa es la espiritualización: pensar que como Dios nos ama ya tenemos todo superado sin necesidad de atender nuestras contradicciones, como tapando la realidad.

Siempre tendremos que vérnoslas con ese narcisismo que nos habita, pero habrá algunos caminos que recorrer para ir liberándonos, o mejor, dejarnos liberar de esa trampa: volver una y otra vez a la relación con Dios que se muestra en Jesús que acoge al pecador que somos, aprender a aplicarnos un cierto humor en nuestras pequeñas miserias, distinguir entre hacer el mal y sentirnos heridos en nuestro amor propio, acoger con cierta paciencia las humillaciones que los demás nos puedan infringir...

Este camino es para toda la vida pero nos puede ir liberando de nosotros mismos. Es una gracia que Dios concede a los pequeños.
Carta de Asís, diciembre 2017

miércoles, 27 de diciembre de 2017

HIJO DE LA TIERRA

Siempre hemos dicho que la encarnación de Jesús es un “misterio”: Dios que se hace hombre. Y así es. Pero ese tipo de formulaciones ha conllevado tantos desajustes en el imaginario religioso (Dios “disfrazado” de hombre, Dios que baja del cielo, un Jesús que lo sabe todo porque es Dios, etc.) que uno se pregunta si no será mejor buscar por otro camino.

Podríamos pensar a Jesús como un hijo de la tierra. Y si se quiere, el mejor de sus hijos. Él, como nosotros, viene de la tierra y vuelve al fondo de la tierra. No viene de las nubes y vuelve a ellas (ese transcendentalismo es tosco). Al ser tierra, él nos abre al misterio de la tierra, a esa hondura de lo creado que se capta en la medida en que uno echa mística a la cosa.

Esta manera de entender la encarnación nos llevaría también a otra forma de vivir la Navidad, lejos de un historicismo superficial o de un consumo que no nos alegra; más cerca de una mística que nos habla de la suerte de ser tierra, de agradecer el don de la tierra en la que estamos encarnados, en la que se ha encarnado el mejor de los humanos, Jesús el de Nazaret.

Es un intento, en nuestra edad tan adulta, de dar cuerpo a un camino distinto al recibido, sin por ello desdecirnos de lo que nos dieron como bueno. Tal vez la Navidad de 2017 pueda tomar otros caminos de más adultez y de más gozo.

Fidel Aizpurúa, capuchino 

domingo, 24 de diciembre de 2017

BENDICIÓN DE LA CENA DE NOCHEBUENA

Bendice, Señor, nuestra mesa de Nochebuena.
Por una noche, al menos, deseamos que el mundo sea una gran familia,
sin guerra, sin miseria, sin drogas y sin hambre.
Sin refugiados de ningún color.
Con algo más de música y alegría y mucha más justicia y solidaridad.

Que nuestra fraternidad, Jesús recién nacido,
acoja tu palabra de amor y de perdón.
De misericordia y benignidad.

Que vaya siendo la casa de todos.
Consérvanos unidos.
Danos fuerza y ternura, para ser personas abiertas y justas,
que luchen sin cansancios ni desalientos por un mundo
donde haya buenos días y muchas noches-buenas,
como ésta en que quisiste poner tu tienda entre nosotros.

Tú serás bienvenido, Señor, siempre a esta fraternidad
hasta que nos reúnas en la tuya, al final, a todos los hombres y mujeres del mundo,
en la alegría inagotable de tu cielo en el gozo crecido de tu reino sin fin.
Así sea.

martes, 19 de diciembre de 2017

¡QUÉ SUERTE QUE TIENE DINERO, ES FAMOSA Y GUAPA!

La semana pasada escuchaba una conversación en el autobús en la que dos personas mayores decían: “¡Qué suerte ha tenido en la vida la Princesa Leonor! Sin haber hecho nada por su parte tiene mucho dinero, es famosa y guapa. ¡Vaya que lo tiene todo!”. Es verdad que la chica ha tenido fortuna en la vida, pero también creo que es verdad que el dinero, la fama o la belleza que pueda tener no son la clave de su vida, sino la actitud vital con la que afronte lo que le vaya sucediendo.

Lo digo porque tenemos muchos ejemplos de personas que han ganado millones de euros en la lotería y han terminado viviendo en la calle, u otras bellísimas y muy famosas que se han acabado suicidando.

Hay un texto de Pablo a los Filipenses que dice que Cristo siendo de condición divina, tomó la condición de esclavo pasando por uno de tantos. Y “por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre”. Es decir que Jesús haya alcanzado el culmen de la vida verdadera –sobre todo- no es tanto por lo que ha hecho, sino por cómo ha hecho las cosas –tomó la condición de esclavo-, por su actitud de vivir desde abajo, como uno de tantos, de acoger la vida tal y como viene.

Y esto coincide con lo que decíamos al principio, que la clave de la vida no está en lo que nos toca vivir sino desde dónde vivimos las cosas. Por eso no tiene tanto sentido estar suspirando por llegar a ser rico, o ser un buen médico como por aprender a vivir lo que me toca con alegría, agradecimiento y serenidad.

Dice también Pablo, esta vez a los Corintios: “¿Dónde está muerte tu victoria? ¿Dónde está muerte tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado”. Lo que realmente nos hace daño de la muerte no es ella misma, sino el pecado, nuestra incapacidad de aceptarla, o lo que es lo mismo nuestra actitud ante ella. Es decir, lo malo de lo que vivimos como aparentemente negativo no está en el contenido de lo que vivimos sino en el modo en que lo hacemos: sin aceptar la realidad, sin acoger la vida tal y como se presenta, rebelándonos contra ella.
Javi Morala, capuchino

jueves, 14 de diciembre de 2017

UN BAÑO DE REALIDAD

Por mucho que nos quieran vender los anuncios de Navidad que el mundo es maravilloso, lo cierto es que la vida real dista mucho de esa imaginaria y fantástica postal. Sin embargo, este año una marca alemana ha hecho un ejercicio de honestidad con esta atípica campaña que rompe todos esos estereotipos. El anuncio, muestra la vida real de muchas familias desde un plano oscuro y angustioso, muy poco navideño.

El anuncio, obra de la agencia de publicidad Serviceplan para Penny, una cadena de supermercados alemana, muestra a una mujer mayor pensativa enfadada con su hija. Envuelto todo en un ambiente melancólico y de cierta tristeza, la campaña te embarca en un viaje metafórico que te engulle a través de diferentes etapas emocionales de esa travesía hacia la reconciliación: la angustia, la tristeza, el dolor, la fuerza, el valor y el coraje…

El resultado es una pieza muy muy diferente a lo que estamos acostumbrados, y que supone un baño de realidad entre tanta fantasía que nos embriaga por Navidad.

Armando Hueso

martes, 12 de diciembre de 2017

INESPERADAMENTE

Lo esperado sucede inesperadamente.
A veces no hay campana, no hay trompeta, no hay canto
ni heraldo ni siquiera jilguero que declare
la entrada del milagro. Es la vida de un hombre
en su mundo de límites cada vez más pequeños.
Como el agua que fluye pasarán muchos meses
hechos de muchos días. Habrá que darlo todo
por perdido. Dormirse muy cerca de la nada.
Pero despertaremos. Un día de febrero
respiraremos aire que contendrá futuro.
Se acabará el desorden de nuestros corazones
y se ensanchará el pecho de los que se angustiaron.
Con el mismo silencio y la misma dulzura
con que llega la nieve, se cumplirá de pronto
el nombre del arcángel que significa Dios
ha curado.

Juan Antonio González Iglesias

 

sábado, 9 de diciembre de 2017

HAPPINESS


Último trabajo del artista Steve Cutts, un cortometraje que nos muestra el vacío de la sociedad actual, donde el protagonista busca incansablemente la felicidad en distintas realidades y nunca termina de conseguirla.

jueves, 7 de diciembre de 2017

MADRES DE JESUCRISTO

Durante este tiempo anterior a Navidad volvemos a recordar en la liturgia aquellos grandes sueños que ha tenido el ser humano a lo largo de la historia de poder vivir en un mundo en paz y en armonía con todo lo creado.

El profeta Isaías, animó a su pueblo para que no perdiera de vista ese deseo de Dios para el ser humano. Nos habló de un Dios que tiene entrañas de madre. De la misma manera que se preocupa una madre por su hijo, así se preocupa Dios Padre por nosotros (Is 66,13; 49,15).

La palabra “madre”, que tanto le gustaba a San Francisco, es mucho más que una simple imagen que invita a la dulzura y al servicio a los demás. Ser madre conlleva toda una tarea de alumbramiento, acompañamiento, alegría y preocupación por lo que sucede en la vida de los hijos. “Quiero, decía Francisco, que mis hermanos se muestren hijos de una misma madre… Que exponga confiadamente el uno al otro su necesidad, porque si la madre quiere y nutre a su hijo carnal, ¿cuánto más amorosamente debe cada uno querer y nutrir a su hermano espiritual?”. San Francisco fue una madre para sus hermanos después de haber descubierto en María y en la Iglesia una madre cariñosa, fecunda y misericordiosa. Él asoció a la Virgen María con la presencia de su hijo Jesús. Ella nos lo dio. Y el tiempo de Navidad es un tiempo especial para fijarnos y contemplar la maternidad de María.

En una de las cartas que escribió Francisco, en la Carta a todos los fieles, encontramos una frase llamativa. Nos dice que también nosotros podemos ser madres de nuestro Señor Jesucristo. “Y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo (Mt 12,50)… Somos madres, cuando lo llevamos en nuestro corazón y en nuestro cuerpo (1Cor 6,20) por el amor y por una conciencia pura y sincera; lo damos a luz por las obras santas que deben ser luz para ejemplo de otros” (Mt 5,16) (2CtaF 53).

La celebración de la Navidad llenaba de alegría el corazón de San Francisco. Celebraba esta fiesta con más solemnidad que las demás, nos dice su biógrafo Celano (2Ce 199). Tratemos de celebrar este año la Navidad acercándonos al pesebre con la misma simplicidad que Francisco en aquella noche de Greccio. Recibamos la Palabra de Dios en nuestro corazón, hagámosla vida en nosotros por la oración y el amor a los demás, y demos a luz a Cristo por nuestras buenas obras. Así nos convertimos en Madres de nuestro Señor Jesucristo.

Que la Paz y el Bien que nos deseamos estos días, podamos hacerlos realidad ahora y en el nuevo año.
Benjamín Echeverría, capuchino

martes, 5 de diciembre de 2017

ITINERARIO DE ADVIENTO

Ya sabemos que es fácil vivir la Navidad, al son de lo comercial, en maneras muy superficiales. Podríamos, ya desde ahora, anhelar este año vivir la espiritualidad de la encarnación desde el extraño y hermoso valor de lo secreto. Quizá apuntando a las raíces de la encarnación vayamos descubriendo un mundo de muchas más posibilidades. Puede que esto nos sea útil para este año.

Proponemos un itinerario espiritual para las tres semanas de Adviento de este año bajo la perspectiva de una mirada que profundiza, que ahonda, que se sitúa en lo secreto:

1) Semana del 3 al 10: Mirar adentro: Intensificar la oración, la contemplación, la lectura sosegada, el silencio, escuchar música, pasear en el campo o en el jardín. Encontrarse con el propio interior de manera jugosa, cayendo en la cuenta de que hay vida dentro y de que puede ser una vida gozosa. Llevar a la sala de estar, al comedor, algo recogido en el campo que hable de la hermosura de lo creado y de la vida que late dentro de cualquier realidad.

2) Semana del 10 al 17: Mirar al lado: Intensificar la mirada en la dirección de aquellos con los que convivo, familia, comunidad, parroquia, barrio, país incluso. Tratar de ver al otro en eso que hay más allá de las apariencias. Llevar a la oración la realidad del otro. Poner nombres a las personas por las que rezo. Dejarlos a los pies del altar.

3) Semana del 17 al 24: Mirar adelante: Hacia la Navidad como lugar de verdad, de secreto gozoso, de posibilidad de una vivencia jugosa y entrañable del misterio de la encarnación. Regalarse algún texto poético hermoso creyendo que la verdad poética puede ayudarnos a sensibilizarnos por dentro. No creer que es mero adorno, sino cauce de espiritualidad.

domingo, 3 de diciembre de 2017

ADVIENTO 2017

Sin llamarle,
sin haber pensado siquiera en Él,
sin saber muy bien quién es,
sin tener oídos para escucharle,
sin comprender su palabra,
sin comprender su palabra.

Alguien viene
a sentarse a nuestro lado para estar con nosotros.

Alguien viene
y tiene tantas cosas
que cambiar dentro de nosotros...
No viene para que todo siga igual
ni para hacer silencio a nuestro lado.
Viene porque
ES POSIBLE SER DE OTRA MANERA
Y COMPARTIR EL PAN A MANOS LLENAS...

sábado, 2 de diciembre de 2017

LA VERDAD EN LO SECRETO

En una cultura de la publicidad globalizada, del bombo y platillo de los medios de comunicación, de las redes sociales que todo lo muestran, hablar ahí de “lo secreto” es algo casi incomprensible y, de salida, extraño. Lo que no se publicita, lo que no aparece en la tv, lo que no circula en las redes no existe. Bien lo saben los políticos, los “influencers”, y demás. Por eso, los jóvenes quieren ser “youtoubers”, personajes de las redes. Lo dicho: hablar aquí de lo secreto es hablar ruso.

Y, sin embargo, a nada que uno reflexione, más allá de cualquier parafernalia, lo secreto encierra una verdad. Y en esta época de la posverdad, cuando se confunden los hechos y las opiniones, el anhelo de intimidad es una constante. La demandan los famosos, las personas que enmarcan su vida en la farándula y lo demandan las personas corrientes cuando se trata de asuntos delicados. Respetar la intimidad, preservar el secreto es la manera humana de tratar lo que es delicado. Echarlo a la arena de la plaza pública es, con frecuencia, maltratarlo.

Por eso decimos que lo secreto, lo íntimo, lo que es delicado como para ser tratado de cualquier manera tiene un valor: el valor de la profundidad. En lo profundo hay una verdad que difícilmente anida en lo superficial. Ya decía Tillich que la profundidad era “la dimensión perdida” que la persona de hoy habría de recuperar si quiere vivir una vida verdadera y una fe verdadera. En la superficie todo se distorsiona; en la profundidad brota la verdad. Esta, la profundidad, tiene que ver con el corazón de la persona, con sus mejores valores. La superficialidad, nuestro gran enemigo, desfigura las cosas y hace de lo relativo algo importante y de lo importante algo relativo.

¿No podríamos vivir la espiritualidad del Adviento de este año en esa perspectiva del valor de lo secreto? ¿No sería una buena opción trabajar la espiritualidad de lo secreto para vivir este año una Navidad más ahondada, menos superficial, más centrada en la contemplación de un Dios que se entrega del todo a lo humano en Jesús? ¿No nos animaría a centrarnos en nuestros mejores valores este anhelo de lo vivido en la verdad de lo secreto? ¿No nos ayudaría a percibir en otros, sobre todo en los más pobres, valores que al superficial le pasan desapercibidos?

El peligro de rutina y empobrecimiento acecha a nuestro camino humano y cristiano. Merece la pena intentar poner dique a ese peligro. Y quizá una forma de hacerlo sea trabajar, en modos sencillos, la espiritualidad de lo secreto. Intentémoslo.

Fidel Aizpurúa, capuchino

martes, 28 de noviembre de 2017

QUE TORPES SOMOS PARA AMAR

Lo que más deseamos en esta vida es amar y ser amados. Sabemos que eso es lo que nos llena y da sentido a nuestras vidas. Sabemos que estamos llamados a vivir eso, que estamos hechos para el amor. Jesús nos lo ha repetido insistentemente. Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto?, ¿por qué nos resulta tan difícil centrar nuestras vidas en lo que nos da vida, en lo que de verdad nos llena?

Por un lado porque nos creemos que sabemos, porque pensamos que eso de amar es natural, es algo que nos brota espontáneamente... hasta que nos damos de bruces con nuestra frágil realidad de desengaños, de infidelidades, de torpezas, de fracasos... Incluso en esas situaciones pocos de entre nosotros se atreven a confesarse que no saben amar. Preferimos decirnos que ha sido una mala experiencia.

Pero por otra parte porque queremos manipular el amor buscando nuestra propia seguridad y nuestros propios intereses. También con Dios. Demasiadas veces confundimos el amor con nuestro deseo. Y nuestro deseo no es nada desinteresado sino que está muy mezclado de intereses nada claros como son la necesidad de seguridad, de significación, de satisfacción, de dedicación... Prueba de ello es que nos cuesta amar a quienes no responden a nuestros deseos, a quienes rompen nuestras expectativas, frustran nuestros deseos o no responden a nuestros requerimientos. Nos pasa entre nosotros, y nos pasa con Dios.

Con palabras bien precisas lo decía una mujer de hace ocho siglos, Hadewijch de Amberes: “Hoy día todo el mundo se ama a sí mismo y quiere vivir con Dios en el consuelo, el reposo, la riqueza y el poder, y compartir el gozo de su gloria. Todos deseamos ser Dios con Dios, pero, Dios lo sabe, pocos de entre nosotros quieren ser humanos con su humanidad, llevar su cruz, ser crucificados con él. Cada uno puede rendirse cuentas a sí mismo: generalmente sabemos sufrir muy poco. Una pequeña contrariedad que nos estorbe, una maledicencia, una calumnia, todo lo que nos despoja de un poco de honor, de reposo, de libertad, ¡qué rápida y profundamente nos hiere!”

A Dios no le estorba en absoluto nuestra torpeza. Y no olvidemos nunca que a amar se aprende amando.

Carta de Asís, noviembre 2017

sábado, 25 de noviembre de 2017

TENEMOS QUE VERNOS MAS

El ritmo de vida actual, un tanto deshumanizado, puede causar que muchas veces se pierda de vista lo importante. Por eso, Ruavieja lanza “Tenemos que vernos más”, una campaña con la que quiere reflexionar sobre la necesidad de dar espacio en la vida a aquellas cosas que verdaderamente merecen la pena.

jueves, 23 de noviembre de 2017

AQUEL SILENCIO

Cuántas veces Dios se acordará
de aquel Silencio de antes,
de aquel silencio que hubo que ni Dios aguantaba,
-el silencio culpable de que estemos ahora-,
cuando perdió su calma y arañando la tierra cogió barro y nos hizo,
y se acabó el silencio,
y empezó el alarido
sólo a veces variado por un piar muy leve
cuando amamos dormidos.
Gloria Fuertes

lunes, 13 de noviembre de 2017

DÍA MUNDIAL DE LA AMABILIDAD

El Día Mundial de la Amabilidad se celebra todos los años el 13 de noviembre con el propósito de hacer un llamamiento para ser felices y contribuir a la felicidad de todas las personas a nuestro alrededor. Este día se originó en los años 60 como respuesta a los altercados violentos entre estudiantes y policías en la universidad de Tokio; y a partir de 1997 fue promovida por la World Kindness Movement de Tokio con la idea de dedicar un día a la amabilidad. Su presidente pensaba que, si cada uno tenía una pequeña atención diaria con los demás, la amabilidad acabaría por llenar el campus, la ciudad y el país. A lo largo de los años, más países se han unido a esta iniciativa que valora la importancia de la amabilidad a nivel mundial. También llamado Día de la Bondad, este movimiento la define como una actitud y una forma de relacionarse con los demás y establece que las personas amables son:
  1. Empáticas: que significa que intentan comprender lo que motiva la actitud de los demás.
  2. Modestas: al no presumir de sus éxitos ante los demás.
  3. Pacientes: para no enfadarse frente a las acciones de los que los rodean.
  4. Generosas: al ofrecer su tiempo y comprensión.
  5. Respetuosas: escuchando sin juzgar.

jueves, 9 de noviembre de 2017

FRAGILIDAD Y FELICIDAD

A menudo suelo ir a pasear a orillas del río Pisuerga. El otro día mientras disfrutaba del camino vi una escena muy expresiva. Un señor anciano intentaba caminar ayudado por otro más joven, que yo interpreté que era su hijo. El mayor no se sostenía, iba arrastrando las piernas con la boca abierta y con un babero que le cubría todo el pecho. El más joven no sólo le mantenía en equilibrio sino que le cargaba y hacía toda la fuerza necesaria para el movimiento. La fragilidad de la escena era máxima.

Esa situación me revelaba que la vida es debilidad, que la vulnerabilidad es una condición propia no sólo de la persona, sino también del universo, de la historia. Como que la fragilidad atraviesa toda la realidad y esta persona mayor estaba ayudándome a mí, a su hijo y a muchas personas a adentrarnos en esa verdad apabullante. Dicho así, “asumir nuestra fragilidad” no nos asusta demasiado porque parece una frase filosófica, teórica. Pero si ponemos rostro a esta idea con el dolor, la incapacidad, la enfermedad, la limitación, la injusticia y la muerte concretas, ya nos cuesta mucho más. Por eso es tan importante que personas como aquel anciano, nos ayuden a integrar la debilidad porque instintivamente tendemos a rehuir de la vulnerabilidad, creemos que es una maldición, como pensaba Francisco de los leprosos antes de su conversión. Preferimos y prefiero mantenerme en el control de las situaciones, en la racionalidad y seguridad que me da sentirme con recursos suficientes ante cualquier dificultad.

Cuando en la capilla miro al crucificado, me está alertando de la misma realidad: “la humanidad, que yo he asumido –me dice Jesús- , es pura vulnerabilidad. Y para zambullirme en este mundo no podía otra cosa sino aceptar y vivir en mí esta fragilidad, expresada en la violencia, el abandono, el dolor, la humillación, el sinsentido y la muerte que sufrí”.

Pero es que la debilidad no es ni mucho menos una maldición, una tara que me marca e incapacita durante toda la vida, una carga que aplasta la realidad y al ser humano. Aceptar la debilidad es la condición de posibilidad para una vida plena: es lo que me permite ralentizar el ritmo existencial; lo que me obliga a buscar un sentido de la realidad más allá de lo funcional; lo que me abre a la vida y a los demás liberándome de mi autosuficiencia; es lo que me capacita para la compasión y el perdón; es lo que me centra en el ser y no en el poder, en el aparentar o en el tener; asumir la propia debilidad también es condición necesaria para vivir la fraternidad; y es también lo que hace posible que adecue mis expectativas a la realidad y por tanto que disminuya mi nivel de frustración.

La fragilidad como camino para una existencia plena la expresa la Palabra: derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes (Lc 1, 52); porque los sedientos, los perseguidos, los pobres, los que lloran, los débiles pueden ser los verdaderos bienaventurados, los auténticamente dichosos (Mt 5, 1-12). Muy parecido a lo que decía Pablo: “la fuerza se realiza en la debilidad” (2Cor 12, 9). Por eso los ídolos de nuestra sociedad nunca van a responder a lo que nuestra persona necesita: deportistas, modelos, adinerados, famosos, etc., todos parecen esconder la fragilidad que nos sustenta y nosotros nos hacemos la ilusión de que es posible prescindir de esa parte esencial del ser humano.
Javi Morala, capuchino

martes, 7 de noviembre de 2017

MESA DE ROLDÁN

Algo se están diciendo aquí la roca,
el mar y el cielo.
         En esta incandescencia
se está hablando un lenguaje
inaccesible al hombre.
                                   Algo más grande
que nosotros se está diciendo; un mudo
clamor de luz se extiende
y nos envuelve como
una bóveda astral. El pasmo es
nuestro único saber. Sólo nos cabe
asistir al misterio desde este
lado del invisible
muro que nos separa, unir a él
nuestro mejor silencio

y provisionalmente resignarnos
a llamarlo Belleza.

Miguel d´Ors

viernes, 3 de noviembre de 2017

ACOMPAÑAR EN EL SENTIMIENTO

Llegamos a noviembre. Para los romanos era el noveno mes del año, de ahí su nombre. Con los cambios que sufrió el calendario ha quedado en el penúltimo puesto del año. “Glorioso mes…” que empieza con la celebración de Todos los Santos y con el recuerdo de los difuntos, la visita al cementerio, el comienzo del frío… Es el mes de días cortos.

Al pensar sobre él me ha venido a la cabeza el lugar que tiene en estos días el recuerdo, la nostalgia y la oración por los difuntos. Ante la muerte de alguien cercano experimentamos distintos gestos de cercanía y solidaridad. Es un momento difícil, por mucho que lo esperemos o nos lo vayamos tragando.

Quien se acerca a nosotros suele expresar su apoyo con un beso, con el silencio, un abrazo o una frase: “lo siento”, “mi más sentido pésame” o “te acompaño en el sentimiento”. Tal vez pensemos que éstas son frases hechas, puro formalismo, al que recurrimos para salir de esa situación. Sin embargo, a través de ellas expresamos lo importante que es la necesidad de manifestar el apoyo desde la comprensión emocional de la situación que se está viviendo.

A mí me gusta esa expresión de “te acompaño en el sentimiento”. Acompañar es compartir, estar junto a la otra persona, empatizar, acercarse y dolerse con su dolor.

Recurriendo al diccionario etimológico, esa palabra tiene un significado especial: “acción de comer un mismo pan”. Eso es acompañar.

“Acompañar en el sentimiento” no es únicamente una frase para salir al paso de esas situaciones, en las que la muerte se hace presente en medio de nosotros.

Expresa también la preocupación y el dolor real por los amigos y amigas que están lejos. Es dejarte afectar por tantas tragedias que suceden en nuestro mundo: ante la noticia de un atentado, de un terremoto, ante el desastre de un huracán… Es ser sensible ante lo que sucede cerca y lejos de nosotros.

En principio, acompañar no significa sentir lo mismo, sino “sentir junto a”. Ayudar a quien está en un pozo no es meterse en ese pozo. Acompañar en el sentimiento es, justamente, una manera de darle importancia a lo que está sintiendo y viviendo la otra persona. De hecho, muchas veces experimentamos que es precisamente el acompañar y el ser acompañado lo que permite a una persona salir del dolor, para seguir sintiéndose persona, por encima de todas las circunstancias a las que tiene que hacer frente.

Benjamín Echeverría, capuchino

martes, 31 de octubre de 2017

EL MEJOR LUGAR DE CONVERSIÓN

En la comunidad humana más cercana, sea esta una fraternidad, un matrimonio o una familia, es donde se da y se constata la conversión de la persona. Es el mejor banco de pruebas para ver si los cambios que se están dando en uno mismo o espero que se den en un futuro son verdad o meras ilusiones que se quedan en sólo deseos. Las relaciones cercanas son el ámbito en el cual comprobamos la verdad de nuestro corazón.

Las otras personas son las que nos hacen salir de nosotros mismos, hacen que saltemos nuestros límites, ponen a prueba nuestras capacidades de aceptación, perdón, aguante... En definitiva, hacen que aprendamos a amar más allá de nuestros deseos. Es donde comprobamos la realidad de nuestras personas, el realismo de nuestras relaciones, porque asumimos las grandezas y miserias de lo que verdaderamente somos.

Vivir en fraternidad, en matrimonio, en familia, es un continuo proceso de conversión. Nos vamos convirtiendo los unos a los otros, vamos construyendo continuamente nuestras relaciones porque la vida no para y nosotros mismos vamos cambiando. No es tarea fácil muchas veces, ni fuente de satisfacciones inmediatas. Y sin embargo, es el territorio donde más somos nosotros mismos, más se nos exige y más damos; y sobre todo, más profundidad y altura alcanzamos.

Esta aventura de la fraternidad no está a la medida humana, a la medida que podamos planificar y controlar; está a la medida de la fe, de la esperanza y del amor. Es el mejor lugar de nuestra conversión. ¿Nos imaginamos a qué fraternidad nos invita Jesús cuando dice que somos hijos de un mismo Padre y hermanos entre nosotros? Como decía alguien: “¿Quieres saber dónde te encuentras en tu vida espiritual? Mira la calidad de tus relaciones personales, de las relaciones fraternas. Ahí está, sin riesgo de equivocación, el verdadero barómetro de tu vida interior”.

Carta de Asís, octubre 2017

martes, 24 de octubre de 2017

MÁS TEMPRANO QUE NUNCA

Qué difícil limpiar el corazón
de la miseria en que nos empeñamos
y que ahí se acumula y fosiliza.
Tiran de ti fantasmas del ayer,
ansiedad del presente y entelequias
de lo que piensas que a lo lejos fragua.
Al margen de lo vivo permaneces,
administrando sombras. Y mascullas
en todos sitios y en ninguna parte
tu mendrugo secreto y desabrido
de espanto y desamor.
                                       Pero no es tarde.
Está rompiendo el día. Es muy temprano,
más temprano que nunca.
                                      Deja que entre
el alba hermosa en tu rincón tristísimo
y sal a este minuto prodigioso
que sin comienzo ni final se cumple:
el único que existe, el verdadero,
el que te da a beber de su agua pura.

Eloy Sánchez Rosillo

martes, 17 de octubre de 2017

LA VICTORIA DE LA DELICADEZA

Iba un hombre andando tranquilamente haciendo su camino, y llevaba un sombrero en la cabeza. El Sol y el Viento lo vieron e hicieron una apuesta: a ver quién era el primero que le hacía quitarse el sombrero al caminante. Lo intentó primero el Viento, y para hacerlo empezó a soplar con mucha furia, con ráfagas muy fuertes que movían montañas de nubes y levantaban polvo de la tierra. Con esto pretendía que el sombrero cayera al suelo. Pero el viajero, para proteger su sombrero de la furia del viento, lo cogía bien fuerte con las manos para que no se le escapara. Finalmente, el viento, cansado del esfuerzo, se dio por vencido.

Y entonces entró en acción el Sol. Éste dejó bien al descubierto su rostro dorado y se puso a calentar la tierra con sus rayos. Y al cabo de poco tiempo, el caminante notó tanto calor y empezó a sudar tanto, que se quitó el sombrero para secarse el sudor que le caía por la frente.

Había ganado, pues, aquel que había utilizado los buenos modales, y había perdido el que había usado la violencia y la furia.

En nuestro trato con las personas también se gana mucho más con las formas educadas y amables que con la violencia, la ira, la impaciencia y el nerviosismo. Pensemos cómo es nuestro trato a los demás, y recuerda: “Tratemos a los demás como nos gusta que nos traten a nosotros”.

viernes, 13 de octubre de 2017

LA ECOLOGÍA ENTENDIDA DESDE EL AMOR

La ecología no puede ser entendida únicamente como el logro de una serie de estrategias que lleven a la sostenibilidad. Ha de ser una cuestión de amor y desde esa perspectiva habrá que plantear las acciones pertinentes. El amor a lo creado encuentra un paradigma en san Francisco de Asís quien “así como sucede cuando nos enamoramos de una persona, cada vez que él miraba el sol, la luna o los más pequeños animales, su reacción era cantar, incorporando en su alabanza a las demás criaturas”.
...
El sueño de una humanidad que cuida de la tierra va hermanado con el sueño de esa misma humanidad que cuida de los pobres. No pueden ir por separado. Es cierto que muchas personas han desistido de tales sueños, pero otras muchas siguen en la brecha. Es, para los cristianos, el mismo sueño de Jesús que creía que las desventuras de los pobres habrían de tener fin algún día. Es el mismo sueño de tantos “centinelas” que leen los signos de los tiempos con novedad y tratan de caminar de su mano.

Fidel Aizpurúa, capuchino
 

martes, 10 de octubre de 2017

ABANDONARSE AL PELIGRO DEL AMOR

Perdonar es abrir sitio al vacío. Prescindir de la memoria y con ella de imágenes y palabras - ¿de qué se hace sino de memoria, ¡ay!, la poesía? Sueltos ya de las nimiedades sentimos ese vacío, ese como estar y no estar. Se ha perdido la oscura religación con el objeto de nuestro rencor, es la debilidad de abrirse. Riesgo y fragilidad del que perdona: se abre a la intemperie, no sabe qué esperar. El rencor es una forma imperfecta de amor, mueve, exalta, hiere, da muerte. Perdonar es un modo imperfecto de inmortalidad: sales del acto concreto, del hecho doloroso para quedar solo con tu tranquilidad, no tienes aún cercano al prójimo, simplemente has abierto el espacio para el amor. No hay grandeza en el perdón si éste queda en el puro sosiego, falta la locura mayor: amar al enemigo, sobre todo si sabemos que puede, fatalmente, volver a dañarnos. Abandonarse al peligro del amor, acto de ciegos, de tontos, de místicos.

Roberto Méndez Martínez

viernes, 6 de octubre de 2017

CALLEJA Y LA ESPIRITUALIDAD

Hace unos años Jesús Calleja tenía un programa de TV con un nombre muy revelador: Desafío extremo. En uno de los episodios guiaba a un grupo en una expedición al Himalaya. En la preparación de ese reto, todos fueron a un monasterio tibetano para compartir con los monjes sus oraciones y ritos sagrados. Independientemente de sus creencias no sólo respetaron, sino que se sintieron inmersos en esa experiencia espiritual.

Probablemente el grupo no hubiera participado de la misma manera si se les hubiera propuesto una celebración cristiana. Pero creo que eso no es lo importante. Lo realmente significativo es que cuando nos liberamos de nuestros prejuicios y estamos abiertos a la vida que se nos propone, podemos contactar con la dimensión espiritual que cada persona posee. Me acuerdo de los rostros y comentarios de los participantes de aquella expedición, que expresaban la empatía con la oración de los monjes budistas, porque conectaban con la inclinación a lo sagrado propia del ser humano.

En esta cultura tecnocrática, economicista y utilitarista tenemos el peligro de olvidarnos de nuestra dimensión trascendente porque como decía el Principito: “lo esencial es invisible a los ojos”. Ya hay mucha bibliografía que reivindica la inteligencia espiritual como una más entre las inteligencias múltiples de la persona. Es decir, no es exclusivamente una posibilidad entre otras, una opción personal o una cuestión de educación recibida. Todo esto puede potenciar o diluir una realidad que nos acompaña a todos: es la dimensión espiritual que nos habita. Porque como decía el gran José Ortega y Gasset, que no era creyente: "Igual que existe el sentido del tacto y el del gusto, está el sentido religioso de la vida humana. Desgraciadamente yo no tengo desarrollado ese sentido" (cf. Rafael Díaz-Salazar, Revista de Pastoral Juvenil, nº 520, abril 2017, ICCE-Edelvives, p. 14).
Javier Morala, capuchino

viernes, 29 de septiembre de 2017

EL RIESGO DE PERDER

Vivimos en una cultura donde da mucho miedo la pérdida, salir perdiendo: tiempo, dinero, prestigio, bienes... A la hora de tomar decisiones siempre hacemos una previsión de lo que vamos a ganar y lo que vamos a perder: al hacer un presupuesto económico, al invertir tiempo en alguna tarea, en las relaciones personales...

En nuestra voluntad de vivir solidariamente, también nos resulta esclarecedor calibrar qué intentamos conseguir para nosotros o para los demás y qué ponemos para ello de nosotros mismos, qué invertimos, qué gastamos. Las mismas organizaciones solidarias exigen, cada vez más, un mayor rigor a la hora de adecuar los esfuerzos que invierten a los resultados que prevén lograr. Ciertamente, los bienes son limitados y no podemos andar dilapidando vida sin ton ni son.

Junto a lo dicho, también tenemos que ser conscientes que podemos perder todo lo que ponemos en juego por nuestra parte porque no es seguro que consigamos lo que pretendemos. Ya sabemos que apostar por los demás, dar de nosotros mismos no asegura el éxito; es decir que tenemos el riesgo de que no haya servido para nada.

Asumir este riesgo de perder en el terreno de la solidaridad nos lleva a mirar más arriba y más adentro en las motivaciones que nos mueven. El riesgo a perder da valor al hecho de salir de nosotros mismos sin tener asegurada la vuelta, el logro, el éxito, aunque sea moral. Estamos en el terreno donde ponemos en juego el valor de las cosas y las personas más allá de nuestro control, de lo que vemos y palpamos. Nos hace desprendernos hasta de nosotros mismos independientemente de que se logre o no lo pretendido. El riesgo de perder parece que quita valor a la entrega porque entra dentro de lo posible el fracaso, la quiebra; pero también da hondura y verdad a dicha entrega. Todo depende desde dónde hacemos nuestra entrega solidaria.

Jesús se entregó del todo solidariamente, más allá de lo que veía y controlaba. Francisco quedó maravillado de ello y le marcó su vida entera.
Carta de Asís, septiembre 2017

domingo, 24 de septiembre de 2017

PODER MIRAR A LOS OJOS

Todo transcurría con normalidad. Iba a ser un día más de pura rutina. Era la hora de entrar al Comedor cuando Agustín se mareó y cayó desplomado al suelo. Las personas que estaban a su alrededor rápidamente intentaron ayudar, llamaron a los responsables del Centro Social San Antonio, y entre todos le auxiliamos.

Siempre he pensado que cuando alguien se encuentra débil y hay cualquier desfallecimiento, de primeras los seres humanos no tenemos ningún reparo en ayudar o socorrer al hermano olvidándonos de su condición, pero después de la experiencia vivida aquel día me sigo haciendo preguntas.

El golpe había sido importante. Agustín estaba mareado y con una brecha chorreando sangre de su pómulo.

Los que estábamos allí decidimos llamar a los servicios sanitarios para que lo atendieran con más exhaustividad.

Tardaron poco tiempo, pero el suficiente para observar que Agustín gozaba de poca salud, para ver su mirada perdida y descolocada.

Hablaba poco y se dejaba ayudar, y el equipo médico decidió llevárselo al complejo sanitario para poder atenderle mejor y más profundamente. Todo esto podría haber sido un capítulo más en la rutina del Centro, pero iban a darse los condicionantes para que no fuese uno más; sería un episodio diferente.

Después del traslado al centro sanitario llegó la hora de mi descanso. Como todos los días, me dispuse a saciar el hambre mientras miraba en la televisión el informativo del mediodía. Estaba entusiasmado comiendo un plato de pasta cuando llamó mi interés la noticia de un juicio por el asesinato de una joven. Para mi sorpresa, una de esas imágenes llamo mi atención. Era la imagen de alguien tapándose parte la cara, pero se podía intuir su rostro. Inmediatamente lo reconocí: era Agustín. Me quedé sorprendido, helado y patidifuso. La persona a la cual había estado socorriendo hacía unos minutos podría ser cómplice de un macabro asesinato. Mi cabeza no paraba de preguntarse cosas. ¿He estado al lado de un asesino? ¿No es tan bueno como aparentaba? ¿Se merece que le ayudemos? ¿Le hemos ayudado cuando puede ser cómplice de un asesinato?

El día continuaba con aparente normalidad. Esa misma tarde Agustín volvió al Centro, se acercó hasta a mí y me dio las gracias. Me comentó que tenía poca salud, que se encontraba nervioso y que su desmayo podría haber sido causado por no comer lo suficiente. Lo miraba y era difícil considerarlo como una persona más... Me costaba verlo como a un hijo de Dios o como a un hermano. A mi cabeza venía constantemente la imagen del informativo hablando del cómplice de un asesino. Después de hablar con él, los profesionales del Centro consideraron que había que intervenir y ayudarle.

Valoraron empezar prestándole varios tipos de ayudas comenzando por las más básicas, como la higiene y la alimentación, siguiendo por la reinserción de la persona.

Durante los años que ha durado este largo recorrido de normalización, Agustín nos ha ido transmitiendo su lenta mejoría. Pero también sus grandes miedos, como el rechazo al sentirse juzgado. Nos comentaba que solo salía de casa por la noche para no ser visto por la gente: el miedo lo aterrorizaba.

Todo esto cambió cuando empezó a acudir al Centro, porque era el único espacio en el que no se sentía juzgado, sino atendido.

Nos contaba que en el Centro él siempre era uno más y que se sentía respetado y valorado como persona. El juicio por el asesinato fue celebrado y la justicia consideró que él no estaba involucrado, por lo que fue absuelto.

Han pasado los años y a pesar de ello, cuando hoy viene al Centro, me cuesta mirarlo a los ojos y pensar que, en algún momento, esta persona pudo colaborar para quitarle la vida a otro ser humano. Este pensamiento me incomoda. Pero a la vez soy consciente de la suerte que tengo al tener un apoyo tan grande como el de Jesús de Nazaret, y como si fuese un rayo de luz viene a mi mente el texto del evangelio de Mt 25: 40 “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños a mí me lo hicisteis”.

Este es el sentido, la energía más fuerte para entender y poder comprender mejor estas situaciones y a estas personas con grandes dificultades, y para seguir trabajando por la dignidad de todas las personas, también por Agustín, que nos hacen plantearnos grandes retos y grandes preguntas…

Oscar Matés

viernes, 15 de septiembre de 2017

UNA VIDA PLENA

Caminaba sobre el agua, llenaba las redes,
los pescadores abandonaban su oficio por seguirlo.

En una boda faltó el vino. Él se hizo cargo:
centenares de litros,
un golpe de maestro viñador,
agua en vasos de piedra convirtiéndose en vino.

Es mejor, dijeron los invitados, sí, es mejor
el vino que surge sin pisar la uva,
el pan hecho sin grano ni horno,
el pez que se mete en la barca de un salto.

Desencadenaba el gratis que pertenece a la gracia,
apasionada y violenta.

Venía de un bautismo en aguas del Jordán,
murió poco más allá
sobre un travesaño con forma de T
y, cuando un hierro le atravesó el costado,
brotó agua, como la incisión de un parto.
Murió convertido en fuente.

He aquí el intruso del mundo,
empapado de la grasa de todas las culpas,
perdiendo el color, pálido de frío, en un abril
o incluso en un marzo, más allá de ochocientos metros
sobre el nivel del mar jamás tocado.

Un gargarismo de aguas en el fondo de un pozo seco,
un carraspeo en la tubería de las arterias:
así jarrea su resurrección.

Erri de Luca

***

Vida plena, la de Jesús, dentro de su pobreza social y del desconocimiento en el que se desarrolló. La plenitud que brota del amor más que de la posición sociológica.

Una vida que desencadena lo gratis, lo gratificante, la promesa de la dicha. Porque lo suyo fue anunciar la dicha en la posibilidad, por pequeña que se la quiera, del ahora.

Por eso mismo, su muerte fue algo convertido en fuente, en posibilidad, en promesa, en esperanza. No fue el cerrojazo de la nada, sino la puerta de la promesa.

Un intruso en el mundo para apuntalar el ansia de la dicha, el hambre de trascendencia, en nosotros, minúsculas criaturas perdidas en el universo.

Su vida sigue brotando, su resurrección sigue “jarreando”, llenando de agua viva los secarrales de la historia, las gargantas sedientas del alma.
Fidel Aizpurúa

martes, 12 de septiembre de 2017

URBASA 2017

Al pasar siete días en Urbasa, ya sea por primera vez o una vez más, todos coincidimos en algo: cuando te preguntan qué es Urbasa o qué significa para ti no sabes qué responder.

La primera vez que te proponen venir aquí, te lo planteas como un campamento de verano y en el fondo, por muy buenas expectativas que te pongan, no tienes ni idea. Urbasa es mucho más que eso, es una experiencia que tienes que vivir para entenderla. Tienes que sentir cómo te vas impregnando de la magia de la valla roja, y ver, que sin saber muy bien por qué, es capaz de emocionar a cualquiera. Al fin y al cabo te estás abriendo a un grupo de personas que hace unos días ni conocías, y estás aportando una confianza de que no te van a juzgar por mostrarte cómo eres y que cuando acabe la oración van a ir a darte un abrazo. Es por esto que aquí se forman amistades tan fuertes que da igual que esa persona esté a 160 km de ti, porque incluso vas a vivir mucho más que con personas que comparten todos los días contigo, ya que con ellas has compartido Urbasa. No es sólo una unión entre nosotros, sino también con los monitores que hacen todo esto posible, ya que sin ellos Urbasa ni existiría.

Desde las caminatas a las risas, oraciones, pinza, y momentos de fregar cantando en la cocina y en la hamaca. Todo esto hace que esta semana sea insuperable y que quien prueba Urbasa siempre quiera repetir. Debemos sentirnos afortunados por tener un sitio donde encontrarnos, ordenar nuestra cabeza, donde sentirnos preciosos, donde recargar pilas y así formar parte de una auténtica piña. Tras esta semana me vuelvo a casa nueva y confirmando de nuevo que Urbasa no falla y que seguramente no la va a hacer nunca. ¡Nos vemos pronto en nuestra casa, familia!
 Carmen Lorente


domingo, 10 de septiembre de 2017

AMABLE (el amor es otra cosa)

Siguiendo la estela de la Exhortación Apostólica "Amoris Laetitia" el tema de la campaña vocacional para este curso va a ser el amor. El lema escogido es: "AMABLE (el amor es otra cosa)". Según el diccionario de la RAE, amable viene del latín amabĭlis, y tiene dos acepciones: 1. adj. Digno de ser amado. 2. adj. Afable, complaciente, afectuoso.

La primera acepción nos lleva a reflexionar sobre el amor recibido, del que somos más que merecederos, dignos. El amor originario es el de Dios, el primer amor recibido por nosotros.

La segunda acepción nos lleva a preguntarnos cómo es el amor que nosotros ofrecemos. Frente al amor pasional y narcisista (eros ) que domina en el imaginario de nuestra cultura queremos reivindicar un amor de entrega (ágape), el amor de Jesús de Nazaret.

Aunque pueda parecer que alguien cuando ama de forma entregada, "pierde", ocurre todo lo contrario, se te devuelve con creces, recibe el "ciento por uno".

En la pestaña de RECURSOS están disponibles todos los materiales que hemos preparado. Esperamos que os gusten y los utiliceis en vuestras reuniones.

Comisión Pastoral Juvenil Capuchinos de España


lunes, 4 de septiembre de 2017

CAMPAMENTO FRANCISCANO DE JOVENES EN EL AULA DE NATURALEZA “LAS ALQUERÍAS”

Como viene siendo habitual en época estival, tuvo lugar el campamento organizado por las Juventudes Franciscanas de Totana, “JUFRA”, entre los días 5 y 12 de Agosto, que se desarrolló en Las Alquerías, en Sierra Espuña. En la primera tanda, disfrutaron de esta maravillosa experiencia jóvenes de una edad comprendida entre 12 y 16 años, que asisten durante los sábados del año a pasar una hora de aprendizaje en los valores franciscanos con su correspondiente grupo de edad y monitor.

Durante los 8 días que duró el campamento, los 38 acampados vivieron una experiencia intensa, realizando todo tipo de actividades, por grupo o individuales, preparadas por los monitores: talleres, dinámicas, gymkanas, espectáculo por cabañas o diversos juegos, destacando los ratos de oración y canto. Además, hubo tiempo para las tareas, ya que diariamente cada grupo tenía una función asignada para limpiar y cuidar la instalación. También se realizó una excursión sorpresa a Caravaca, donde los componentes del campamento se ganaron el jubileo ascendiendo a la Basílica de la Vera Cruz. El viaje se completó con un baño en la piscina municipal de “La Rafa”, en Bullas

Finalmente, y tras la entrega del regalo del amigo invisible -el cuál realizaron los acampados en los talleres-, los jóvenes se marchaban el sábado dejando una gran vivencia y daban paso al campamento de los pequeños. Se ponía en marcha la cuenta atrás para el campamento del año que viene.

Alberto Heredia Rubio

jueves, 31 de agosto de 2017

SER FIEL

¡Cuánto valoramos la fidelidad! Un amigo fiel es un tesoro impagable. Porque la fidelidad nos muestra una confianza inmerecida, gratuita... porque sí. La fidelidad nos habla de vínculos que van más allá de las razones, nos habla de quereres gratuitos, desinteresados, pero también de apostar por las personas, de decisiones, de permanecer...

No es fácil ser fieles. Ni con los demás ni con nosotros mismos. ¡Es tan difícil controlar nuestro corazón! ¿Quién domina este corazón que, cuando menos lo espera uno, muestra unos quereres que no corresponden con todo lo anterior? Llegamos a decirnos a nosotros mismos: “Ojalá que nadie me vea por dentro, porque vería un corazón infiel.”

Lo cual nos lleva a confesar que no podemos pretender fundamentarnos en la coherencia de una fidelidad intachable, sino en la humildad de quien se sabe frágil y por ello mismo busca no perderse en sus propias trampas ni en sus propios intereses. Sabiéndonos frágiles buscamos ayuda, buscamos apoyos, para así poder caminar mejor en verdad y en fidelidad.

Pedimos ayuda a personas de confianza, y pedimos ayuda a Dios para que nos ayude a vivir en fidelidad, para que nos ayude a seguir confiando en Él en medio de nuestras flaquezas, de nuestras resistencias. Y así ir descubriendo que el gran tesoro, su amor incondicional, lo llevamos en vasijas de barro; ir descubriendo que aunque nosotros no seamos fieles, Él siempre permanece fiel. Y eso es precisamente lo que nos lleva a querer serle fieles.
Carta de Asís, agosto 2017

jueves, 24 de agosto de 2017

SAN BUENAVENTURA

Este año se celebra el octavo centenario del nacimiento de San Buenaventura.

San Buenaventura de Bagnoregio (1217-1274). Franciscano, cardenal, filósofo y teólogo, llamado Doctor Seráfico. Buenaventura enseñó en la Sorbona de París y fue amigo de Santo Tomás de Aquino. Luego de su muerte fue canonizado por el papa Sixto IV en 1482 y proclamado Doctor de la Iglesia por el papa Sixto V en 1588. Escribió la biografía oficial del Santo de Asís –la Legenda Maior– en la cual se inspiró el Giotto para pintar los frescos de la Basílica superior de Asís.

Fue Ministro general de la Orden franciscana por diecisiete años, de la que fue definido “el segundo fundador”. Bajo su guía se publicaron las Constituciones de Narbona, en las que se basaron todas las sucesivas constituciones de la Orden de los Frailes Menores.

Con ocasión del octavo Centenario Bonaventuriano los Ministros generales de la familia franciscana escribieron una carta recordando el perfíl del Santo, su pensamiento teológico y su importante papel en la historia de la Orden Franciscana.

Puedes leer la carta AQUÍ


jueves, 17 de agosto de 2017

jueves, 10 de agosto de 2017

PODER RESPIRAR

Sí, traspaso estos mundos constantemente; y es sin duda el motivo por el que escribo. Necesito respirar y entonces voy a donde hay aire y en el mundo no lo hay: hay dinero, hay voluntades crispadas, hay una fuerza, hay espectáculo, pero no hay aire. No puedo respirar en el mundo. Pero como todos nosotros, estoy en él y he de acudir al mundo por momentos, aunque me alejo del mismo en cuanto puedo para encontrarme con el lugar del aire, con el “gran largo” que me devuelve mis ojos, mis pensamientos y mi vida. Leo mucha poesía, es algo que amo profundamente y cuando abro un libro de poemas es como cuando se va a buscar diamantes en la tierra. Me gustan muchos poetas y a cada vez que abro un libro tengo la impresión de abrir una ventana con vistas al interior (no al exterior). Mientras leo, siento que mis manos se ponen contentas de ese contacto, porque un libro no es un objeto del mundo. Hay otro mundo muy suyo que se mezcla con este otro conocido. Y seguramente se necesitan años para aprender a discernir entre estos dos mundos, aprender a distinguir entre el alimento que nos nutre y el alimento que está muerto. Pero esto se hace constantemente; no creo que haya momentos específicos para hacer esto.
Christian Bobin

jueves, 3 de agosto de 2017

LA DIGNIDAD DE LA PERSONA

Cuando uno entra en el carril o en ese camino paralelo de la vida donde por arte de magia te convierte en invisible, todo cambia a tu alrededor. Eso es lo que les ocurre a las personas que acuden a nuestro Centro Social San Antonio, a las que intentamos ayudar.

Esto no es tarea fácil y no siempre se logran los resultados esperados, pero otras veces lo que parecía imposible se convierte en realidad y llega a estar muy cerca de lo divino. Este es el caso de Javier, un joven que sufre varios sucesos traumáticos en su vida y que lo llevan a la calle. Durante más de diez años come en nuestro comedor social, durante este largo tiempo todavía está más apartado y arrinconado, y además su deterioro mental va creciendo día a día.

Poco comunicativo y tan reservado que se llega a pensar que es una persona muda. Su mirada es siempre tranquila pero transmite una soledad severa. Estar a su lado no es fácil, su poca higiene, además de problemas con sus necesidades fisiológicas, hacen que estar a su lado no sea nada agradable para nadie. Su desgaste va en aumento día a día, hasta el punto de que llega a desbordar a los voluntarios del comedor, teniéndolo que poner solo en una mesa aparte para comer, ya que estar a su lado se convierte en una tarea difícil. Incluso se llega a plantear su expulsión del comedor.

Pero en este carril en el que vive se ve iluminado por destellos de otras personas y poco a poco su situación irá cambiando de manera asombrosa y, por qué no, milagrosa.

En la vida de este joven aparecen nuevas personas para las que no es invisible. Personas que le saludan todos los días, y aunque no reciban respuesta por su parte para ellos deja de ser invisible. Aun en su deterioro, él al fin se da cuenta y poco a poco va invirtiendo esta situación. Personas que se involucran en su problema de salud e higiene y paulatinamente intentan acercarse a él para ayudarle, convirtiéndose en un proceso largo y costoso y, aunque muy lentamente, comienzan a obtenerse pequeños resultados.

Después de conseguir estos pequeños logros, gracias a los voluntarios y a los técnicos del Centro, es acompañado a los servicios sanitarios. Este es un largo proceso pues la persona con la que trabajamos está muy deteriorada. Cosas tan sencillas como recordar sus apellidos o su pasado se convierten en un trabajo duro y arduo. Aunque también se alcanzan grandes recompensas: su mirada y su sonrisa de complicidad cuando recibe su DNI y su tarjeta sanitaria… no hay palabras, él transmite que a partir de ahí comienza algo nuevo, algo diferente…

El siguiente paso tras una larga espera es la atención en un centro hospitalario para valorar su deterioro psíquico. En este proceso nunca se le deja solo, siempre está acompañado por voluntarios del Centro Social, que de día y de noche le acompañan en estos momentos tan importantes. Su situación comienza a mejorar muy lentamente. Se consigue que después de este ingreso y de esta valoración no vuelva a la calle y pase a formar parte de las personas visibles.

Javier experimenta que, después de mucho tiempo, la vida le vuelve a sonreír. Se le encuentra un recurso apropiado para él, acompañado por especialistas que le hacen sentir importante y querido por los que tiene alrededor, y su salud mejora día a día hasta casi hacerle olvidar que hubo un día en el que era invisible a los ojos de las demás personas.

Javier sigue luchando y dando pequeños pasos para mejorar. Es dado de alta en el recurso en el que han estado ayudándole durante una larga temporada. Y vuelve a dar otro paso de autonomía. A día de hoy se encuentra en un piso tutelado, con más compañeros como él con ganas de vivir y saborear la vida.

Todo este proceso se convierte en realidad gracias a personas invisibles, pequeños duendes que hacen que personas como Javier sean personas importantes y visibles para la sociedad.

Por personas como ésta trabajamos en el Centro Social.
Por las personas, por una mayor dignidad y una menor exclusión.

Oscar Matés


jueves, 27 de julio de 2017

LA ORACIÓN PERSONAL

La oración personal es el espacio privilegiado de encuentro con el Señor. Y hay momentos en la vida, en la historia, en que necesitamos la relación personal con Dios como el respirar; “como la cierva busca corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío”, dice el Libro de los Salmos. En tiempos de crisis, nuestro primer alimento es acudir al Señor. Dicen que las primeras comunidades tuvieron que traba-jar toda una espiritualidad de la resistencia, porque fueron tiempos muy difíciles. Por eso la Carta de Santiago habla de que en tiempos recios es vital la oración. Y lo es para nosotros que tenemos que vivir nuestra búsqueda y nuestra fe a la intemperie, sin cobijos ni ayudas.

Necesitamos la oración para buscar a Dios, para encontrarnos a nosotros mismos, para ser hermanos/as. Necesitamos la oración para vivir de Dios y para vivir la solidaridad. Necesitamos la oración para vivir.

Porque la vida gasta y nos desgasta, y nos dispersa. Porque la vida nos va encerrando en nuestro pequeño mundo y nos va achatando la esperanza. Nos va llenando la mochila de la vida de heridas, rencores y frustraciones que intentamos compensar con sucedáneos de vida; espacios de compensación que nos lleven a distraernos, a evadirnos, a olvidarnos. Pero la relación con Dios nos invita a estrenar vida todas las mañanas, a comenzar cada día frescos, a comenzar el día con gozo y alegría, a sentir con energía la humanidad, la fraternidad, la entrega, el abrazo, la ternura.

Trabajar la espiritualidad es trabajar la relación personal con Dios. Lo central de nuestra espiritualidad es vivir la relación personal con Dios, el ponernos cara a cara ante Él.

La oración nos lleva a la mirada de Dios, a su acción, a su Palabra. Y nos hace mirar y vivir desde Él. Ésa es nuestra fortaleza. Y, como diría Santa Teresa, “en este tiempo son menester amigos fuertes de Dios”.
Carta de Asís, julio de 2017 

jueves, 13 de julio de 2017

INTENTA ALABAR AL MUNDO HERIDO

Intenta alabar al mundo herido.
Recuerda los largos días de junio,
fresas silvestres, gotas rosadas de vino.
Los hierbajos que metódicamente invadían
las casas abandonadas de los desterrados.
Debes alabar al mundo herido.
Mirabas yates y barcos,
uno de ellos tenía que emprender un largo viaje,
al otro le aguardaba sólo la salobre nada.
Veías refugiados caminar hacia ninguna parte,
oías a los verdugos cantar
alegremente.
Deberías alabar al mundo herido.
Recuerda aquellos momentos, en la habitación blanca,
cuando estabais juntos y el visillo se movía.
Vuelve con la mente al concierto, cuando estalló
la música.
Recogías bellotas en el parque en otoño
y las hojas sobrevolaban girando las cicatrices de la tierra.
Alaba al mundo herido
y la pluma gris perdida por un mirlo,
y la luz delicada que vaga y desaparece
y regresa.

Adam Zagajewski

jueves, 6 de julio de 2017

LAS SIETE MARAVILLAS

El maestro pidió a los alumnos que hicieran una lista con las 7 maravillas del mundo. Después les pidió que leyeran su lista. A pesar de algunas diferencias, la mayoría logró ponerse de acuerdo en los seis primeros:

1. Las Pirámides de Egipto
2. El Taj Mahal
3. El Coloso de Rodas
4. Los Jardines Colgantes de Babilonia
5. El Coliseo de Roma
6. La Muralla China

El maestro buscaba consenso para la séptima maravilla cuando notó que una estudiante permanecía callada y no había entregado aún su lista, así que le preguntó si tenía problemas para hacer su elección.

La muchacha tímidamente respondió: “Sí; un poco. No podía decidirme, pues son tantas las maravillas”. El maestro le dijo: “Dinos lo que has escrito, tal vez podamos ayudarte.” La muchacha, titubeó un poco y finalmente leyó: “Creo que las siete maravillas del Mundo son:

1. Poder pensar
2. Poder hablar
3. Poder actuar
4. Poder escuchar
5. Poder servir
6. Poder orar
7. Y la más importante de todas…poder amar.”

domingo, 2 de julio de 2017

UN SOLO DIOS

Buscar ser puente de reconciliación entre nuestros hermanos. Tratar de conciliar sueños, derribar muros y sanar heridas. Quizás sea algo que nos lleve toda la vida, pero al final, habrá merecido la pena dejar que sea Él quien dirija nuestros caminos.

Imagen real de dos lápidas
correspondientes a marido y mujer,
uno católico y otro protestante.

jueves, 29 de junio de 2017

NO SOY MÁS QUE MI HERMAN@

Hay un nivel de fraternidad, de vivir como hermanos, de ser hermanos donde el motor pude ser la buena voluntad, o unos ideales de fraternidad, de comunidad, de parroquia... Nos apoyamos en unos valores de igualdad, de reciprocidad, de querer bien. En un primer momento resulta gratificante que las apuestas sean compartidas porque ponemos lo mejor que somos y tenemos. La sensación es de recibir más de lo que aporto. Los demás son más de lo que soy yo.

Sin embargo, llegan otros momentos en los cuales la buena voluntad no es suficiente. Van apareciendo los lados no tan brillantes de cada uno, los roces por diversos motivos: caracteres, desencuentros ideológicos, cansancios... Entonces se adueña la sensación de que no hay proporción entre lo que pongo de mí que es mucho y lo poco que recibo a cambio. Los demás son menos de lo que soy yo.

Podemos llegar a otro estadio de fraternidad. Ésta ya no es el resultado de la buena voluntad ni de la confluencia de las ideas y objetivos que nos mueven a los miembros del grupo. A lo largo del recorrido personal y comunitario vamos cayendo en la cuenta de que la fraternidad tiene un misterio que supera la suma de sus miembros, la suma de sus virtudes y sus limitaciones. Hay un plano más básico que no controlamos en el cual es Dios el que misteriosamente hace que se ensamble la fraternidad, la parroquia, la comunidad. Él, en su designio de amor, nos quiere unidos y en paz. La fraternidad siempre será tarea, no siempre será armoniosa y sin conflictos; pero en ella es donde hacemos el recorrido vital personal y comunitario si nos mantenemos abiertos al aliento de Dios que nos sostiene. La sensación es que nadie es más que nadie porque somos sostenidos y amados por Dios.

¿Qué nos mantiene a flote? ¿Quién nos da el plus que necesitamos para la fraternidad, la comunidad, la parroquia, la familia...?

 Carta de Asís, junio 2017

jueves, 15 de junio de 2017

EL OTRO DÍA RECIBÍ ESTE WHATSAPP


El otro día recibí un WhatsApp con esta fotografía, que decía: "La escultura más bonita del mundo".

¡Qué maravilla poder estar en ese lugar contemplando semejante espectáculo natural!

Si te quedas serenamente mirando la imagen, ésta te invita a que te asomes en intimidad a ese horizonte de diferentes verdes y de variadas texturas y volúmenes. Es como si fuera la mano de Dios que quiere mostrarte la belleza de esas inumerables formas.

Pero cuando recibí el mensaje no se me ocurrió nada de esto. Lo que me surgió espontaneamente fue esta respuesta: "la escultura más bonita del mundo, un árbol; ¡alucinante!".

Es que más de una vez me he quedado mirando la belleza de un árbol como una creación única. De una pequeña semilla surgió un tallo que se ha ido engrosando y robusteciendo. Ha ganado altura y se ha poblado de hojas hasta una forma peculiar. Cada árbol es como una especie de monumento natural, una obra maestra de la naturaleza que además ofrece a los animales alimento, cobijo y sombra, a la tierra fijación y a la atmósfera oxígeno.

Y si en un viaje en tren miro el cielo, veo la pintura más hermosa del mundo, con sus diferentes tonos naranjas, las formas de la nubes, y el horizonte de cielo y tierra que se funden.

Y si miro al ser humano no encuentro un robot que se le pueda comparar: infinitas posibilidades de movimientos, y ¡si se entrena qué armonía alcanza! ¡Qué capacidad de aprendizaje, de adaptación, hasta de sanarse a sí mismo cuando se hace una herida o se fisura un hueso! Y sobre todo ¡qué capacidad de superarse a sí mismo, de ir más allá de sus propios límites, de ser creativo incluso!

¿Quién es el artista que hace estas esculturas, estas pinturas? ¿Quién es el ingeniero que ha diseñado esta máquina prefecta que es el ser humano? Y podríamos seguir hasta el infinito... ¿Quién es el arquitecto que ha pensado en esas formas únicas, plenas de armonía y majestuosidad que son las montañas? ¿Quién es el agricultor que llena el campo de mieses y el bosque de árboles y cada rincón de 'hierbitas'? ¿Quién es el químico que ha mezclado los elementos para formar la inmensa riqueza de los diferentes materiales? ¿Y quién es el físico que ha establecido unas leyes que permiten, el movimiento, la materia, la energía, la vida? Es Él, el ausente totalmente presente, el Padre de la Vida, el que habita cada persona y cada instante de esta existencia, el que da sentido y libertad a la persona, el que se entrega totalmente, el que es puro regalo. Es el que "es".

Javi Morala, capuchino

sábado, 10 de junio de 2017

URBASA 2017: ¡VIVIR EN ESTADO PURO!

En medio de una naturaleza preciosa, con muy buenos amigos y con la posibilidad de tocar ese corazón que tiene tantas ganas de vivir.

Del 2 de julio al 9 de julio: nacidos en los años 2000 y 2001. Del 9 al 16 de julio: nacidos entre los años 1996 y 1999. ¡No te lo puedes perder!


Descargate el tríptico AQUÍ

jueves, 8 de junio de 2017

ANUNCIO ANTIYIHADISTA

Coincidiendo con el inicio del Ramadán y con los ecos de los últimos atentados, la empresa de telecomunicaciones árabe Zain Telecom ha difundido un anuncio antiyihadista que pretende promover la tolerancia y rechazar la violencia terrorista en un momento, el Ramadan, que llama a los fieles a la piedad y al recogimiento.

El spot, protagonizado por ciudadanos de países árabes, muestra a un terrorista suicida preparándose para un atentado. Al kamikaze le sigue una multitud que proclama "venera a Dios con amor y no con terror". "Habéis llenado los cementerios con nuestros niños y vaciado las clases de nuestras escuelas", dice un niño en un claro mensaje a los yihadistas. "Sé amable en tu fe", "enfréntate a tu enemigo con paz, no con guerra", son otros mensajes. Y el más importante es éste: "bombardeemos la violencia con el perdón, el odio con el amor".


viernes, 2 de junio de 2017

CONFIRMACIONES EN TOTANA

El pasado 12 de mayo, la Parroquia de las Tres Avemarías de Totana se llenó de alegría por la confirmación de 22 chavales de JUFRA. En este tiempo de Pascua, tiempo de alegría y gozo por la resurrección de Jesucristo, recibieron su mismo espíritu que les hace testigos de la resurrección y mensajeros del Evangelio.

Muchas veces nos sentimos inútiles y creemos que sólo los demás pueden hacer cosas buenas. De este modo nos quedamos paralizados mientras la vida se nos va sin desarrollar aquellos talentos que Dios nos entregó. Pero siempre es momento de despertar. Debemos descubrir que todos, absolutamente todos, podemos hacer algo –o mucho- por Dios y por los demás. Jesús nos llama a todos los creyentes a dedicar la vida a hacer realidad el Reino de Dios, no necesariamente con cosas grandes y llamativas, sino en los detalles de la vida, en las pequeñas cosas de cada día.

Les felicitamos y pedimos que el Padre los haga testigos alegres de la resurrección y constructores de su Reino.

miércoles, 31 de mayo de 2017

BÚSQUEDA DE LA VERDAD

Nunca en la historia de la humanidad se ha dado tan gran posibilidad de conocimiento de la actualidad. Nunca hemos estado tan inmediatamente informados como ahora; y todo gracias a la mediación de los canales de información: radio, televisión, prensa, internet... Casi todo se nos ofrece en vivo y en directo. Vivimos en la creencia de que cada vez conocemos más el mundo y las personas que viven en ella y lo que en ella sucede. Y al mismo tiempo, jamás se ha vivido con tanta intensidad como ahora la sensación de que se nos está manipulando nuestra percepción de la realidad. Hay tantas noticias, tantas opiniones, tantas urgencias... Lo que no se publica no existe. Y además, se presentan con la misma gravedad y emotividad los sucesos más insustanciales como las realidades más inhumanas de millones de seres humanos. No sabemos a qué atenernos.

El lugar que ocupamos en medio de todo esto lo decidimos nosotros en buena parte y tenemos la responsabilidad de que nuestra mirada sea la más justa posible. Ello nos pide una búsqueda y discernimiento de la realidad, una mirada crítica de la información, de las opiniones, de las palabras que escuchamos y decimos. La solidaridad con el mundo y los demás seres humanos requiere un espíritu de búsqueda de la verdad, un continuo seguir el rastro de la equidad y de la justicia. Esa búsqueda también la hacemos en nosotros mismos clarificando en lo posible nuestra manera de mirar, valorar y hacer. Somos conscientes de nuestras grandes limitaciones para ello, pero esta actitud vital nos acercará a las personas y las situaciones con mayor verdad, con una mayor disponibilidad para asumir la realidad en toda su complejidad y descubrir sus riquezas y miserias.

Dios nos empuja a ello para el bien y la justicia de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Jesús supo mirar y ver lo que había en el corazón humano y lo que estaba en juego en medio de las circunstancias concretas que le tocó vivir. Francisco, en su seguimiento a Jesús, no dejó de estar abierto a la realidad en toda su complejidad y vivió el Evangelio en toda su plenitud en esa realidad.

Carta de Asís, mayo 2017