de la miseria en que nos empeñamos
y que ahí se acumula y fosiliza.
Tiran de ti fantasmas del ayer,
ansiedad del presente y entelequias
de lo que piensas que a lo lejos fragua.
Al margen de lo vivo permaneces,
administrando sombras. Y mascullas
en todos sitios y en ninguna parte
tu mendrugo secreto y desabrido
de espanto y desamor.
Pero no es tarde.
Está rompiendo el día. Es muy temprano,más temprano que nunca.
Deja que entre
el alba hermosa en tu rincón tristísimo
y sal a este minuto prodigioso
que sin comienzo ni final se cumple:
el único que existe, el verdadero,
el que te da a beber de su agua pura.
Eloy Sánchez Rosillo
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