Para este domingo sería curioso e incluso bonito poder hacer un “corta pega” de las tres lecturas de hoy. Sería entonces la lectura de Jeremías -Pablo- Lucas, porque las tres esta semana llevan el mismo hilo conductor de un modo muy interesante. Es más, el mismo Jesús, en esta intervención que hace en la sinagoga podría haber aparecido con tres rollos y no sólo con el del Profeta Isaías, como se nos decía la semana pasada, e ir uniendo una lectura con otra. Porque la experiencia espiritual es clara: “te escogí… Te consagré… Yo estoy contigo” dice en el libro de Jeremías. “Hoy se cumple la escritura que acabáis de oír”, dice Lucas. “Ambicionad los carismas mejores” dice Pablo.
Es clave saberse escogido y consagrado, es clave tener esa experiencia para ir por la vida con un talante renovador y que ésta no sepa siempre a lo mismo.
Recuerdo un vídeo que nos pusieron una vez en clase, sólo me quedó la imagen, de un grupo de hombres y mujeres que marchaban por la calle en su vida cotidiana en blanco y negro. Sólo uno aparecía en color, no sé con qué dinámica iban cambiando el resto también a ser de color y unos lo hacían antes que otros, ya que siempre hay una gente más reticente que otra pero para todos era posible. Pues así me lo imagino. Es curioso cómo hay gente a la que hay que recordarle que está elegida y consagrada para ser de color y sin embargo viven en blanco y negro. A algunas de ellas la vida ya las ha abrazado con fuerza y no con la cara que más nos gusta pero ya no han sabido salir de ese estado que nos coloca en la escala de grises. Me encuentro casi diariamente padres de mis alumnos a los que tengo que tratar más que a mis propios muchachos, que ni saben de la Luz que hay en ellos desde siempre y para siempre ni ambicionan nada que de verdad les vaya a durar. Por ende, los niños están perdidos y hay que recordarles una y otra vez su valía y sus posibilidades de búsqueda y encuentro.
A Jesús, recordar delante de la asamblea que esta escritura se cumple casi le cuesta un despeñamiento pero eso no nos suele pasar a nosotros. Muy al contrario. La gente sabe reconocer dónde hay luz y te piden incluso que les ayudes a descubrir la suya. Así que no tenemos ninguna excusa para no vivir acorde a lo que se nos ha regalado.
Un último detalle. Los orientales que se cultivan por dentro llevan esto mejor que nosotros: ellos reconocen con mayor facilidad una zona en el centro de su cuerpo de donde saben que mana la energía y a partir de ella respiran, se relacionan, sanan, la llevan a sus manos y se la transmiten incluso y de hecho cuando aprendes a canalizarla se nota en las manos como una bola preciosa de energía. Nosotros a eso mismo lo llamamos Espíritu, Presencia, Dios y está siempre pero no nos lo creemos y lo seguimos buscando fuera.
“Somos elegidos, consagrados, aspirantes a los mejores carismas y todo eso se cumple en la escritura de la vida que cada día se nos presenta”. Ya he conseguido unir las tres lecturas como fue mi objetivo al empezar a escribir.
CLARA LÓPEZ