domingo, 31 de enero de 2016

ELEGIDOS PARA LA VIDA

Para este domingo sería curioso e incluso bonito poder hacer un “corta pega” de las tres lecturas de hoy. Sería entonces la lectura de Jeremías -Pablo- Lucas, porque las tres esta semana llevan el mismo hilo conductor de un modo muy interesante. Es más, el mismo Jesús, en esta intervención que hace en la sinagoga podría haber aparecido con tres rollos y no sólo con el del Profeta Isaías, como se nos decía la semana pasada, e ir uniendo una lectura con otra. Porque la experiencia espiritual es clara: “te escogí… Te consagré… Yo estoy contigo” dice en el libro de Jeremías. “Hoy se cumple la escritura que acabáis de oír”, dice Lucas. “Ambicionad los carismas mejores” dice Pablo.
   Es clave saberse escogido y consagrado, es clave tener esa experiencia para ir por la vida con un talante renovador y que ésta no sepa siempre a lo mismo.
   Recuerdo un vídeo que nos pusieron una vez en clase, sólo me quedó la imagen, de un grupo de hombres y mujeres que marchaban por la calle en su vida cotidiana en blanco y negro. Sólo uno aparecía en color, no sé con qué dinámica iban cambiando el resto también a ser de color y unos lo hacían antes que otros, ya que siempre hay una gente más reticente que otra pero para todos era posible. Pues así me lo imagino. Es curioso cómo hay gente a la que hay que recordarle que está elegida y consagrada para ser de color y sin embargo viven en blanco y negro. A algunas de ellas la vida ya las ha abrazado con fuerza y no con la cara que más nos gusta pero ya no han sabido salir de ese estado que nos coloca en la escala de grises. Me encuentro casi diariamente padres de mis alumnos a los que tengo que tratar más que a mis propios muchachos, que ni saben de la Luz que hay en ellos desde siempre y para siempre ni ambicionan nada que de verdad les vaya a durar. Por ende, los niños están perdidos y hay que recordarles una y otra vez su valía y sus posibilidades de búsqueda y encuentro.
   A Jesús, recordar delante de la asamblea que esta escritura se cumple casi le cuesta un despeñamiento pero eso no nos suele pasar a nosotros. Muy al contrario. La gente sabe reconocer dónde hay luz y te piden incluso que les ayudes a descubrir la suya. Así que no tenemos ninguna excusa para no vivir acorde a lo que se nos ha regalado.
   Un último detalle. Los orientales que se cultivan por dentro llevan esto mejor que nosotros: ellos reconocen con mayor facilidad una zona en el centro de su cuerpo de donde saben que mana la energía y a partir de ella respiran, se relacionan, sanan, la llevan a sus manos y se la transmiten incluso y de hecho cuando aprendes a canalizarla se nota en las manos como una bola preciosa de energía. Nosotros a eso mismo lo llamamos Espíritu, Presencia, Dios y está siempre pero no nos lo creemos y lo seguimos buscando fuera.
   “Somos elegidos, consagrados, aspirantes a los mejores carismas y todo eso se cumple en la escritura de la vida que cada día se nos presenta”. Ya he conseguido unir las tres lecturas como fue mi objetivo al empezar a escribir.
CLARA LÓPEZ

viernes, 29 de enero de 2016

FORMACIÓN DE ANIMADORES

Queremos sacarle todo el jugo a la encíclica Laudato sí, que tanto engarza con nuestro espíritu franciscano y tan necesaria es para el momento en el que vive nuestro planeta. Nos acompañará Roberto Carnero, una persona muy sensible a los temas de justicia social, que ha participado en diferentes actividades de nuestras presencias.
   Este curso de formación está dirigido, exclusivamente, a actuales o futuros agentes de pastoral juvenil de nuestras presencias capuchinas. Podeis encontrar toda la informacion en el siguiente ENLACE

miércoles, 27 de enero de 2016

EL PODER PARA SERVIR

Nuestra condición humana nos lleva a desear cuotas de poder de muy distinto valor y condición. Deseamos tener poder los padres sobre los hijos, los hijos sobre los padres… unos amigos sobre otros, el rico sobre el pobre… y la mayoría de las veces con la pretensión de que lo mío es mejor que lo del otro y hay que imponerlo como sea.
   También parece que tenemos mayor valor personal si tenemos más capacidad de poder: dinero, intelectual, carismas con seducción personal de todo tipo, y todo ello nos hace sentir bien, sentirnos “importantes”, porque al final eso es lo que cuenta en esta sociedad.
   Incluso a nivel espiritual parece que es más importante aquel que hace más oración, porque se considera que está más cerca de Dios, ¿cómo oramos? O aquel que se dedica más a los demás pero quizá buscando satisfacción personal o por sentirse más que el otro.
   Hay muchas maneras de tener poder o de querer tener poder y no es malo. El problema es qué hacemos con ese poder adquirido, prestado, regalado…
   Todas las capacidades que tengo puedo utilizarlas como dominio para mirar al otro por “encima del hombro” o puedo ponerlas al servicio de los demás.
   Puedo disponer de tiempo, dinero, conocimientos intelectuales de muchos tipos, capacidad de escucha, capacidad de acogida y todo ello puedo utilizarlo para beneficio propio y estar en un nivel social más elevado o puedo ponerlo al servicio de lo demás.
   Quizá tenga un relación con Dios especial y ello puede llevarme a sentir orgullo espiritual o puedo humildemente entregarme a los otros para acompañarles de la mano de Dios haciendo un mundo más solidario y justo.
   Mirar hacia fuera de mí mismo y dar todo lo que tengo para hacer un mundo más solidario sería cambiar el poder por el servir.
Carta de asis 87, enero 2016

lunes, 25 de enero de 2016

HOY SE CUMPLE ESTA ESCRITURA

“Hoy se cumple esta Escritura” … Y así tendríamos que poder decir siempre. Porque el Evangelio está para vivirlo y no sólo leerlo. Y resulta que cuando se vive en el presente, cuando se vive la Presencia es mucho más común de los que creemos que éste se cumpla pero no solemos estar lo suficientemente atentos para percatarnos.
   Los que a menudo leéis estas reflexiones que hago cada semana podréis decir que en casi todas ellas hablo de lo mismo, del presente y de todo lo que en él se encuentra y es que ésta es la mejor y casi mi única experiencia últimamente. Es en la atención plena, en la cual soy toda una alumna recién comenzadas las prácticas, donde tienen lugar los más grandes milagros de los que está lleno el evangelio.
   Sanar, multiplicar el pan y saciar, ser ocasión de encuentro… son en realidad frutos y consecuencias de una sola disposición, la de estar presente allí donde en cada momento corresponde. Pero es eso tan difícil… Estamos tan atareados en tantas faenas, como Marta, que nos perdemos la riqueza de hacer una sola, pero haciéndola bien y con todos los sentidos, contemplándola.
   Cuando Jesús en la sinagoga proclamó este texto, muy bien sabría él que iba a levantar ampollas con su comentario, pero sentía desde lo más profundo que Él era ese que tenía que venir y desde ahí, desde el Espíritu, fue capaz de verse como el que había venido a sacar adelante a todos los que lo buscasen. Cuando se vive en la Presencia, sabes para lo que has sido llamado y se puede decir con total seguridad: “Hoy se cumple esta escritura”, a pesar de que ésta fuera incluso uno de las causas por las que juzgaron y condenaron a Jesús años después. Y sucedió en Nazaret, en su tierra, donde en principio más le conocían. Lo juzgaron por ser distinto, lo criticaron por no ser como ellos y no cumplir sus expectativas. Cuidado con esto y más aún con lo que sucede dentro de nosotros mismos, nuestra Nazaret más cercana, porque pudiera ser que pudiéndose cumplir la Escritura, la que sintoniza más con nosotros mismos y nos hace vivir una experiencia de Dios, no nos enteremos y salgamos a buscar fuera donde no hay. 

CLARA LÓPEZ 


miércoles, 20 de enero de 2016

SLOW: OTRA FORMA DE VIDA ES POSIBLE

Existe un movimiento reivindicativo, denominado Slow, que ha terminado convirtiéndose en una filosofía, una forma de vida.
   En la sociedad actual, vivimos de una forma en la que el tiempo se ha convertido en nuestro guía y también en una pesada carga:. Cuantas veces hemos dicho y escuchado frases como: “…no tengo tiempo para nada”, “!no me da tiempo!” o “el tiempo es oro”. Tiempo, tiempo, tiempo.
   Es curioso como el preciado tiempo, o más bien, la medida de éste, un artefacto creado por el hombre para hacernos la vida más fácil o –al menos- más ordenada-, finalmente nos ha convertido en esclavos.
   El tiempo está para aprovecharlo pero también para “perderlo”. Y entrecomillo esta palabra porque parece que decir esto es un sacrilegio. ¡Nadie quiere perder el tiempo! Nos plantamos delante del ordenador y leemos las noticias de soslayo para no perder mucho tiempo; si un artículo es largo, directamente ni nos molestamos en leerlo, por muy bueno que éste sea. No llamamos a nuestra madre para ver que tal está porque no tenemos tiempo; y a las madres hay que llamarlas a diario (eso es un axioma que todos deberíamos cumplir). No quedamos con algunos amigos por falta de tiempo: “A ver si un día de estos quedamos, que últimamente no tengo tiempo para nada”. ¿Estamos seguros de que esto es cierto? ¿De verdad nos hacen falta días de 36 horas? Y así con todo.
   Vivimos acelerados, vagamos por la ciudad convertida en un lugar anónimo en el que no miramos ni a los ojos de la gente, llegamos al trabajo, producimos, producimos y producimos, salimos del trabajo, entramos en el metro o autobús con la música puesta para aislarnos del entorno, llegamos a casa y solamente queremos meternos en la cama (ni siquiera tenemos fuerzas para ver el capítulo 8 de The Walking Dead)
   Así es como vivimos. Pero otra forma de vida es posible.
   La filosofía Slow no es una secta, ni una hermandad de la Universidad de Illinois, ni una nueva marca de refresco sino un movimiento que trata de mostrarnos que se puede llevar una vida más plena y desacelerada. Que hay momentos del día en que puedes parar el cronómetro y deternerte a contemplar, a percibir y sentir lo que te rodea, la gente de tu entorno y el ambiente (sí, y también la polución). Y esto no es un rollo ecologüay ni nada por el estilo. Se trata de dejar que despierten tus sentidos a lo cotidiano para evitar que el día a día se convierta en una pesada carga difícil de soportar.
   Hay que correr cuando hay que correr….como diría Usain Boolt.
   Debes aprender a marcar el tempo de tu vida, como en una pieza musical y saber cuando parar y evitar que el estrés que dirige tu vida te haga envejecer más rápido de lo que deberías. Toma una actitud contemplativa que te permita ver las cosas con perspectiva, sin caer en el positivismo obligado (y absurdo) que muchas marcas intentan venderte, porque aunque hay que afrontar los problemas con optimismo, no debes permitir que el buenrrollismo metido con calzador te impida ser consciente de tu realidad.
   Aprende a tomarte tu tiempo, sobre todo para la toma de decisiones. No dejes nada al azar y reflexiona. Pero ojo, no confundas todo esto con convertirte en una persona perezosa, inactiva o desinteresada. Nada más lejos de la realidad. Esta filosofía pretende que no pases la mayor parte de tu tiempo paseando por un escenario carente de sentimientos.
   En definitiva; tómate el tiempo que necesites, sin prisa pero sin pausa, aprecia las cosas que valen la pena de todo lo que te rodea, para el tiempo por un minuto (menuda paradoja, eh!) y -en definitiva- disfruta.
   A partir de aquí, puedes comenzar a introducir este tipo de filosofía en tus hábitos alimenticios, en tu forma de hacer turismo (¿qué es eso de visitar Roma -por ejemplo- y tener que ver todo corriendo, sacar la foto de turno y ni siquiera pararse a saborear un buen café macchiato disfrutando del movimiento de la Piazza Navona?) o –incluso- en tu forma de trabajar.
   Este movimiento internacional, que comenzó en la Plaza de España de Roma, a finales de los años 80, se ha extendido como la pólvora aunque tú, si siquiera te hayas dado cuenta.
   Recuerda: “Un camino de mil pasos comienza en un solo paso”. Así que ¿te apuntas?

misedades.wordpress.com

domingo, 17 de enero de 2016

LA BODEGA INTERIOR DE CANÁ

Las bodas de Caná es uno de los evangelios más conocidos a nivel popular pero al igual que otros como el del Hijo Pródigo creo que más pobremente interpretado.
   Durante muchos años he oído hablar del milagro de convertir por parte de Jesús el agua en vino y de cómo María está atenta a este momento. Pero con el paso de los años he ido leyendo, escuchando y descubriendo por mí misma un sentido más profundo que me hace situarme con él en la vida del Espíritu y es lo que espero en este domingo transmitiros.
   Caná es el lugar de la fiesta, donde se celebra una boda. A diferencia de otros evangelios que apuntan quizá a la sequedad de la vida donde nada parece tener sentido, Caná es el momento de la alegría, de la cima, del primer encuentro con Jesús. Me recuerda a todos aquellos momentos en los que comenzamos a caminar con un grupo y todo nos parece genial o esas situaciones en las que nada nos falta y creemos tocar el cielo.
   Así estaban Jesús y los discípulos que lo acompañaban aquel día, hasta que salta la noticia, el desasosiego, el sentimiento de desarraigo: lo que antes estaba ya no está, el sentimiento que me acompañaba se ha esfumado.
   ¿ Qué hacer con el agua? Es lo único que tengo y no sé cómo convertirlo. Crisis, ruptura, replanteamiento de vida… bajada a algo más profundo. En esta situación caben dos posicionamientos: o niego por un tiempo lo que me sucede e intentó tirar hacia adelante distrayéndome o me doy cuenta que los escalones que antes me ayudaban a subir ya ni están, se han esfumado y solo queda avanzar pero sin referencia alguna. El avance solo tendrá una dirección: hacia dentro, a la “bodega interior”. Toca entonces tomar decisiones desde otra perspectiva y soltar amarras. Toca transformar lo sencillo de la vida, lo que tengo, lo más auténtico y esencial en extraordinario y sentir que eso es en realidad el vino bueno, el que deja sabor y hace maridaje con la presencia, con lo que acontece dentro.
   Caná es una invitación a probar el vino que todos tenemos dentro y descubrir en él a cada momento lo que nos aporta, sin juicios y con el sabor del presente. La distracción del pasado, del futuro, del juicio y las expectativas nos mantendrán por poco tiempo en un estado de embriaguez del que tarde o temprano la propia vida nos sacará. ¿Qué tal si somos nosotros los que comenzamos a elegir el buen vino que ya existe en la bodega interior de nuestra vida? ¡Salud!
CLARA LÓPEZ 


martes, 12 de enero de 2016

PROPÓSITOS PARA EL NUEVO AÑO

Hace unos pocos días hemos comenzado un año nuevo. Naturalmente el nuevo calendario no cambia las cosas. Los problemas y sufrimientos siguen ahí. ¿Qué tendré que hacer yo para sentirme bien?
   A veces pensamos que lo decisivo es que cambien las cosas a nuestro alrededor. Esperamos que nos sucedan cosas buenas, que las personas nos traten mejor, que todo nos vaya bien y responda a nuestros deseos.
   Pero, con el pasar de los años, es imposible tanta ingenuidad. Una pregunta comienza entonces a despertarse en nosotros: Para sentirme mejor, ¿tiene que suceder algo fuera de mí o justamente dentro de mí mismo?
   Por eso, al comenzar el año, son bastantes las personas que se proponen vivir de manera más sana y ordenada, cuidar más su cuerpo, estar más en contacto con la naturaleza.
   Otras han descubierto que es su vida interior la que está descuidada y maltrecha. Y con esfuerzo admirable se ejercitan en técnicas de interiorización y meditación, buscando paz y sosiego interior.
   Pero llega fácilmente un momento en que la persona siente que su yo más profundo pide algo más. Al parecer, el ser humano no puede crecer de manera plana y armoniosa si faltan dos experiencias fundamentales.
   La primera de ellas es el amor. Parece un tópico decir que la gente está enferma por falta de amor y que lo que muchos necesitan urgentemente es sentirse amados, pero realmente es así. La segunda es el sentido. No hay vida humana completa, a menos que la persona encuentre una motivación y una razón honda para vivir.
   La fe cristiana no es ninguna receta para encontrar la felicidad. Ser creyente no hace desparecer de nuestra vida los conflictos, contradicciones y sufrimientos propios del ser humano. Pero en el núcleo de la fe cristiana hay una experiencia básica que puede dar un sentido nuevo a todo: Yo soy amado, no porque soy bueno, santo y sin pecado, sino porque estoy habitado y sostenido por un Dios santo que es amor insondable y gratuito.
   Contra lo que algunos puedan pensar, ser cristiano no es creer que Dios existe, sino que Dios me ama y me ama incondicionalmente, tal como soy y antes de que cambie.

Josep Llunell


domingo, 10 de enero de 2016

LA FIESTA DEL AGUA

Hoy concluye el tiempo de Navidad y es curioso que la Navidad, la fiesta de la Luz, la fiesta del nacimiento termine en el agua. Luz y agua, los dos símbolos de la fiesta de la Pascua. Y es que todo en la vida es circular, todo confluye, empieza y termina en el mismo sitio. Y hoy, el cielo que tenemos en lo más profundo se abre para gritarnos desde dentro que somos hijos, igual que Jesús lo sintió; porque para entrar en el misterio de la relación con Dios todos somos iguales, el camino que tenemos que recorrer hacia dentro es el mismo. Es momento de que abandonemos las imágenes que quizá hasta ahora nos han acompañado y que colocan a Dios fuera de nosotros haciéndonos creer en voces externas y relaciones que parecen ser más importantes que la que cada uno mantiene con Él. 
   Entrar en lo más profundo de la espesura, del río, es igual para Jesús que para nosotros. Es el comienzo de un camino que nadie puede recorrer por nosotros. No tardemos en comenzarlo. 
CLARA LÓPEZ RUBIO


martes, 5 de enero de 2016

¡MEJOR SÍ! PREGÓN 2015

Hay muchas formas de celebrar la Navidad. Jóvenes de Jufra de Zaragoza, Logroño y también algún representante de Valladolid y Tudela hemos querido hacerlo redescubriendo la confianza que supone sabernos profundamente acompañados por Jesús. El que Dios se haga niño vulnerable, nos convence que todas nuestras miserias están acogidas y cuidadas por el Dios de la Vida.
   Los de Zaragoza se pegaron el madrugón para llegar a las 9:30 a Logroño y una “cálida” comitiva les dio la bienvenida con abrazos de esos que nos gustan. Un chocolate, un cafecito y unas palmeras nos hicieron entrar en calor y aprovechamos para saludarnos y ponernos al día con los que venían de lejos.
   Luego vino una presentación de lo que íbamos a vivir y de lo que íbamos a hacer por la mañana. Fueron cuatro talleres: uno de calle, otro de oración, el tercero alrededor de unos vídeos y el cuarto con dinámicas de confianza. La presentación corrió a cargo de “David Bisbal”, “Rosarito”, “Laura Pausini” y un tal “Vázquez”… bueno también de cuatro cantantes noveles que nos sorprendieron con su capacidad bocal y corporal. La confianza nos acompañó toda la mañana y creo que todavía nos sique acompañando.
   Comimos lo que habíamos traído, en ambiente de jolgorio y alegría. Sobró bastante pero luego en la merienda dimos cuenta de casi todo. Después de un ensayo de cantos con villancicos y ese “Anda levántate” de Álvaro Fraile, nos fuimos a comentar cómo había ido la mañana y preparar la eucaristía. Nos visitaron varios amigos que no habían podido venir por exámenes y demás obligaciones y nos alegró darles un abrazo.
   Y terminamos con la eucaristía llena de esperanza, llena de imágenes, de alegría, de música, de vitalidad, de cierta armonía, de mensajes con vida. Uno de estos mensajes que nos aglutinó durante toda la jornada, fue el poema “Confiado”, de Juan Antonio González Iglesias:
Pongo mi corazón en el futuro.
Y espero, nada más.
De los monosílabos prefiero
el más claro, el sencillo, el que despliega
un lienzo en el que todo
podrá ser. El amor
dará firmeza a lo que digo. Estoy
con los que creen sin ver, con los que andan
sobre las aguas. Cuando el mundo entero
o mi mundo se hunden
tantas veces, entonces
algo relacionado con los pájaros
y los lirios me salva. (…)
Prefiero abril. No sé cómo decirlo.
En una calle estrecha de Venecia
he encontrado una casa con un lema
breve sobre el dintel, inscrito en piedra
hace siglos, legible todavía,
que franquea la entrada. Ancora spero.
Tenemos que elegir. Ésa es mi puerta.

Para mí personalmente el Pregón supuso que me llegara más al corazón esa parte de la Navidad que me conecta con Jesús como el que me sostiene pase lo que pase… ¿Y para ti qué se movió por dentro en el Pregón? Un gran abrazo de Paz y Bien.
Javi Morala, capuchino