Hay muchas formas de celebrar la Navidad. Jóvenes de Jufra de Zaragoza, Logroño y también algún representante de Valladolid y Tudela hemos querido hacerlo redescubriendo la confianza que supone sabernos profundamente acompañados por Jesús. El que Dios se haga niño vulnerable, nos convence que todas nuestras miserias están acogidas y cuidadas por el Dios de la Vida.
Los de Zaragoza se pegaron el madrugón para llegar a las 9:30 a Logroño y una “cálida” comitiva les dio la bienvenida con abrazos de esos que nos gustan. Un chocolate, un cafecito y unas palmeras nos hicieron entrar en calor y aprovechamos para saludarnos y ponernos al día con los que venían de lejos.
Luego vino una presentación de lo que íbamos a vivir y de lo que íbamos a hacer por la mañana. Fueron cuatro talleres: uno de calle, otro de oración, el tercero alrededor de unos vídeos y el cuarto con dinámicas de confianza. La presentación corrió a cargo de “David Bisbal”, “Rosarito”, “Laura Pausini” y un tal “Vázquez”… bueno también de cuatro cantantes noveles que nos sorprendieron con su capacidad bocal y corporal. La confianza nos acompañó toda la mañana y creo que todavía nos sique acompañando.
Comimos lo que habíamos traído, en ambiente de jolgorio y alegría. Sobró bastante pero luego en la merienda dimos cuenta de casi todo. Después de un ensayo de cantos con villancicos y ese “Anda levántate” de Álvaro Fraile, nos fuimos a comentar cómo había ido la mañana y preparar la eucaristía. Nos visitaron varios amigos que no habían podido venir por exámenes y demás obligaciones y nos alegró darles un abrazo.
Y terminamos con la eucaristía llena de esperanza, llena de imágenes, de alegría, de música, de vitalidad, de cierta armonía, de mensajes con vida. Uno de estos mensajes que nos aglutinó durante toda la jornada, fue el poema “Confiado”, de Juan Antonio González Iglesias:
Pongo mi corazón en el futuro.
Y espero, nada más.
De los monosílabos prefiero
el más claro, el sencillo, el que despliega
un lienzo en el que todo
podrá ser. El amor
dará firmeza a lo que digo. Estoy
con los que creen sin ver, con los que andan
sobre las aguas. Cuando el mundo entero
o mi mundo se hunden
tantas veces, entonces
algo relacionado con los pájaros
y los lirios me salva. (…)
Prefiero abril. No sé cómo decirlo.
En una calle estrecha de Venecia
he encontrado una casa con un lema
breve sobre el dintel, inscrito en piedra
hace siglos, legible todavía,
que franquea la entrada. Ancora spero.
Tenemos que elegir. Ésa es mi puerta.
Javi Morala, capuchino
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