“Hoy se cumple esta Escritura” … Y así tendríamos que poder decir siempre. Porque el Evangelio está para vivirlo y no sólo leerlo. Y resulta que cuando se vive en el presente, cuando se vive la Presencia es mucho más común de los que creemos que éste se cumpla pero no solemos estar lo suficientemente atentos para percatarnos.
Los que a menudo leéis estas reflexiones que hago cada semana podréis decir que en casi todas ellas hablo de lo mismo, del presente y de todo lo que en él se encuentra y es que ésta es la mejor y casi mi única experiencia últimamente. Es en la atención plena, en la cual soy toda una alumna recién comenzadas las prácticas, donde tienen lugar los más grandes milagros de los que está lleno el evangelio.
Sanar, multiplicar el pan y saciar, ser ocasión de encuentro… son en realidad frutos y consecuencias de una sola disposición, la de estar presente allí donde en cada momento corresponde. Pero es eso tan difícil… Estamos tan atareados en tantas faenas, como Marta, que nos perdemos la riqueza de hacer una sola, pero haciéndola bien y con todos los sentidos, contemplándola.
Cuando Jesús en la sinagoga proclamó este texto, muy bien sabría él que iba a levantar ampollas con su comentario, pero sentía desde lo más profundo que Él era ese que tenía que venir y desde ahí, desde el Espíritu, fue capaz de verse como el que había venido a sacar adelante a todos los que lo buscasen. Cuando se vive en la Presencia, sabes para lo que has sido llamado y se puede decir con total seguridad: “Hoy se cumple esta escritura”, a pesar de que ésta fuera incluso uno de las causas por las que juzgaron y condenaron a Jesús años después. Y sucedió en Nazaret, en su tierra, donde en principio más le conocían. Lo juzgaron por ser distinto, lo criticaron por no ser como ellos y no cumplir sus expectativas. Cuidado con esto y más aún con lo que sucede dentro de nosotros mismos, nuestra Nazaret más cercana, porque pudiera ser que pudiéndose cumplir la Escritura, la que sintoniza más con nosotros mismos y nos hace vivir una experiencia de Dios, no nos enteremos y salgamos a buscar fuera donde no hay.
CLARA LÓPEZ
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