el mar y el cielo.
En esta incandescencia
se está hablando un lenguaje
inaccesible al hombre.
Algo más grande
que nosotros se está diciendo; un mudo
clamor de luz se extiende
y nos envuelve como
una bóveda astral. El pasmo es
nuestro único saber. Sólo nos cabe
asistir al misterio desde este
lado del invisible
muro que nos separa, unir a él
nuestro mejor silencio
y provisionalmente resignarnos
a llamarlo Belleza.
Miguel d´Ors
¡¡¡¡¡¡¡Precioso!!!!!!
ResponderEliminar