domingo, 16 de noviembre de 2014

CULTIVAR LOS TALENTOS

   A medida que nos acercamos al final del año litúrgico, a través de las lecturas y oraciones se nos quiere concienciar sobre la responsabilidad ante los talentos recibidos de Dios y alertar para vivir correctamente una dimensión tan fundamentalmente humana como es el tiempo.
   Las lecturas del domingo son una invitación a sacudirse la somnolencia que parece caracterizar la vida de no pocos cristianos. Hay que estar vigilantes.
   Pero, ¿cómo? ¿Boquiabiertos, mirando al cielo? Esa actitud fue descalificada por los ángeles el día de la Ascensión. ¿Refugiados en rezos interminables? Esta la descalificó el mismo Jesús. ¿Inmersos en el compromiso mundano, hasta el punto de desoír la voz de la trascendencia?
   ¿Cómo vivir, entonces, nuestra espera del Señor? ¡Creando! La vocación del hombre es enriquecer con su actuación la obra de Dios
   Dios ha constituido al hombre señor de la creación; un señorío no despótico, sino de promoción. Pero Dios no se ha retirado definitivamente del mundo. Respeta la obra del hombre, pero llegará la hora del balance. Entonces el hombre, cada uno, tendrá que responder de su gestión. Sin posibilidad de fraudes ni camuflajes. Con claridad y sencillez el relato evangélico de hoy nos ilustra esta verdad: toda inhibición es culpable, mucho más para un creyente.
Domingo Montero, capuchino


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