Sus obras sugieren itinerarios contemplativos a través de referencias simbólicas que evocan lugares de interioridad y espiritualidad. Su producción artística está mayoritariamente ligada a los encargos que le encomiendan, que se alternan con periodos en los que se dedica a ciclos pictóricos de inspiración más libre.
Entre ellos recordamos el "Cántico de los Cantares", el "Cántico de las Criaturas" y el "Saludo a la Virgen" de San Francisco.
En la obra que presentamos titulada "Altissimo", Francisco "es una flecha hacia el cielo". La pregunta a lo largo de su vida fue: "Señor, ¿qué quieres que haga?". En Asís, ante el Crucifijo; en Gubbio, frente al lobo; en La Verna, en Tierra Santa, en Greccio, en la Porciúncula...
También nosotros llevamos en el corazón -y más a menudo en la cabeza- muchas preguntas, muchos pensamientos que a veces crean bastante confusión en el alma.
Francisco nos enseña a preguntar una sola: Señor, ¿qué quieres que haga? Vivir apuntando hacia arriba, o mejor dicho hacia el Altísimo. Porque nuestros sueños también pueden ser elevados, también pueden ser santos, pero Francisco descubrió que hay Uno más alto, Uno más poderoso, Uno más bueno, y recurrir a Él, en cada ocasión, como una flecha apuntando hacia arriba.
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