sábado, 14 de diciembre de 2019

DISMINUIR PARA QUE DIOS CREZCA

El Adviento es una invitación a hacernos pequeños, ser cada día más humildes, disminuir nosotros para que el otro crezca, ser conscientes de nuestra verdad, que sólo somos unos pobres portadores del fuego que es capaz de cambiar la historia. No somos el fuego, sólo sus portadores. Admitir esto es muy difícil en un mundo donde se nos bombardea con la importancia de ser ricos, de ser poderosos, de ser influyentes, populares… Es muy difícil entender que el más grande de todos, el más rico de todos, el más poderoso de todos, Dios en persona, se haga niño, frágil, pobre… Esto sólo puede comprenderlo el corazón de un niño, que no tiene nada que dar, y que en su fragilidad espera recibirlo todo de sus padres. Quien se hace pequeño se vacía de sí mismo para dejarse llenar por lo único que nos hace grandes: la misericordia de Dios. ¿Te atreves a disminuir para que el otro crezca?

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