viernes, 4 de octubre de 2024

CANTOR DE LA VIDA

Francisco de Asís cantó al Dios que se hace humano, que se sitúa en lo más bajo de la creación para reconocer su dignidad. Cantó al coro de lo creado, la hermosura que reside en la conjunción y belleza de ese coro al que Dios mismo ofrece su amor y se anonada en él. Vio que la contemplación de la creación no puede hacerse sin espíritu de familia y ello mismo le llevó a ver que no es lícita ninguna violencia contra familiares, por lo que es preciso tratar a la creación con el cuidado esencial del amor. Para Francisco, cantar a las creaturas no puede hacerse sin anhelar esa conciencia cósmica de fraternidad.

La creación y el canto fueron el consuelo que, a veces, le negamos los mismos hermanos. Cuentan que Francisco, cuando estaba para morirse, pidió a un hermano músico que aliviara su dolor tocando para él, peroel superior se lo prohibió porque los vecinos iban a pensar que los frailes estaban de fiesta. Pero también cuentan que por la noche, un ángel del cielo tocó para él la más dulce de las melodías.

Lo que sí sabemos cierto es que recibió a la muerte cantando. ¡Manera única de recibir a quien tanto se teme! Es que él ya había entendido aquello del evangelio sobre la alegría que nadie os podrá arrebatar. El canto de Francisco sobrenadaba las dificultades de la vida y conectaba con el amor a Jesús ya sus hermanos, amor limpio y fresco como las aguas más escondidas de la montaña. Cantó porque amó.

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