jueves, 14 de enero de 2021

¿QUÉ DICEN LOS EVANGELIOS SOBRE LA POLÍTICA?

Los evangelios, lógicamente, no hablan de política en sentido técnico, de estrategias o de pertenencia a grupos con alguna actividad política. A veces se ha querido hacer de Jesús un activista político, una especie de guerrillero zelota al estilo de la Judas el Galileo o de Teudas (Hech 5,36-37). Pero, con los datos evangélicos en la mano, es muy difícil sustentar esto. Quizá no se pueda eliminar de los evangelios un “tufillo político” que aparece, sobre todo, al final de la vida de Jesús (dos espadas: Lc 22,38; rey de los judíos: Jn 19,21; etc.). Pero esos datos no dan para mucho.

Sin embargo, Jesús no ha sido un marciano, ni un profeta que baja del monte como si no hubiera tenido contacto con la gente. Al contrario: es uno en medio de la gente, uno de la gran masa de pobres, casi sin derechos, pero viviendo como puede el hecho de ser de los humildes.

  • No hay que olvidar que Jesús ha entrado como ciudadano de un país vasallo en las dinámicas políticas del imperio, por ejemplo el censo de Quirino (Lc 2,1-5). Ya dijimos que Augusto durante su mandato ordenó realizar varios censos a fin de controlar el número de habitantes de su Imperio para establecer tributos directos e indirectos, y con fines militares. La mayoría de historiadores modernos, tanto laicos como cristianos, sostienen que Lucas cometió un error al hacer coincidir el censo de Quirino (que tiene lugar durante el 6 d.C) y los hechos que rodearon al nacimiento de Jesús, que Mateo en su Evangelio sitúa en tiempos del rey Herodes (4 a.C). El fallo fue cometido por el deseo de Lucas de dar un cariz histórico al hecho de que el nacimiento del Mesías se produjera en Belén, tal y como proclamaba el Antiguo Testamento. De cualquier manera, Jesús está inserto en la corriente política general de la época.
  • A veces ha encarado de frente el poder establecido en su comarca, como en Lc 13,32 donde llama a Herodes Antipas “zorro”, don nadie. Eso muestra que Jesús no teme al poder y que sabe plantarse ante autoridades de la época que son pequeños dictadores.
  • Algo parecido ocurre en Jn 19,10 y Mc 15,5 donde Jesús permanece mudo ante Pilato en una actitud de igualdad; un marginado que se mantiene en pie ante el dictador dueño de su vida. Si el dato es históricamente veraz denota una visión delo político de gran igualdad, cuando menos.

Texto: Mt 22,15-21: «Se retiraron entonces los fariseos a elaborar un plan para cazar a Jesús con una pregunta. Le enviaron a sus discípulos con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: -Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios con verdad; además, no te importa de nadie, porque tú no miras lo que la gente sea. Por eso, dinos qué opinas: ¿está permitido pagar tributo al César o no?Calando Jesús su mala intención, les dijo:- ¿Por qué me tentáis, hipócritas? Enseñadme la moneda del tributo.Ellos le ofrecieron un denario y él les preguntó: -¿De quién son esta efigie y esta leyenda?Le respondieron: -Del César.Entonces les replicó: -Pues lo que es del César devolvédselo al César, y lo que es de Dios, a Dios».

  • Los partidarios de Herodes, rey vasallo, rabian contra el César, contra el imperio, pero no desechan su moneda. Es una trampa porque parte de una actitud hipócrita: quieren cuestionar, porque les duele pagar, aquello de lo que se benefician.
  • Jesús conoce las monedas. Habría trabajado como peón en las grandes obras romanas de la comarca, donde se pagaba con dinero romano. Su grupo lleva bolsa (Jn12,6); se supone que ahí había también monedas romanas.
  • Jesús propone como modo de comportamiento ante los políticos el “devolver”, es decir, no beneficiarse de aquellos modos de la política que consideramos injustos. Los calificamos de injustos, pero nos beneficiamos de ello. Devolver es un ideal: cómo vivir ante las normas políticas con la mayor libertad posible, con la menor sumisión posible. Tener un talante de ciudadanía sin saquear a la ciudadanía, ni en poco ni en mucho.

Aplicación: Uno de los trabajos evangélicos de tema político es mediar políticamente para construir la paz. Hay numerosos grupos embarcados en estas tareas. Se cuentan, en primer lugar, los trabajos, arduos y con frecuencia improductivos, de la mediación política. Sentar a dos contendientes armados en la mesa del diálogo es un milagro. Y lograr que su actividad bélica se frene o se acabe es casi inalcanzable, dada la belicosidad y el horror que anida en el fondo de los humanos. Pero hay organizaciones, tanto laicas (ONU, Harvard University) como religiosas (Comunidad de san Egidio, Fundación Labaka) que se empeñan en esta batalla desigual. Los conflictos, profundamente arraigados, persistentes, amplios, internacionalizados a veces, hacen muy difícil este camino. Quienes se empeñan en él son auténticos constructores de humanidad. Su tarea es que, como dice Mt 10,12, la humanidad se vaya haciendo “digna” de la paz y de la buena relación, ya que tales bienes históricos no se consiguen por mérito, sino por trabajos en el campo de lo humano.

Una convivencia difícil que demanda un delicado trabajo de construcción de la convivencia es aquella que se da, en un ámbito más cercano, cuando en el mismo país, en el mismo pueblo a veces, tienen que convivir víctimas y victimarios que han cumplido ya su condena penal. Los viejos fantasmas, los odios anquilosados y sosegados por la cárcel, los temores a la reincidencia, las heridas nunca cerradas del todo vuelven a surgir con una potencia inusitada. Los trabajos por una convivencia que se sitúe en terrenos de relación posible se hacen imprescindibles. En ello están tanto organizaciones públicas como personas privadas (Fernando Buesa, Universidad de Deusto). Se necesitan en esta clase de trabajos toda prudencia, la generosidad y la paciencia que Mt 10,16 acuña en la dialéctica “palomas-serpientes”. La manera de contrarrestar el temor que producen los trabajos por la paz es, al decir de Mateo, la confianza en el apoyo de Dios y la certeza de que la persona encierra posibilidades de construir la difícil convivencia.

Fidel Aizpurúa, capuchino

No hay comentarios:

Publicar un comentario