jueves, 29 de mayo de 2025

EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS DE CORTÉS

José Luis Cortés Salinas (Málaga, 1945) es un dibujante religioso y humorista gráfico español. Se caracteriza por representar a Dios de una forma familiar, con el intento de acercar de manera sencilla el mensaje del evangelio a sus lectores.

Estudió en la Congregación Salesiana viajando por Puerto Rico, la República Dominicana y, finalmente, Italia. Fue ordenado como sacerdote secular en Madrid en 1975, ese mismo año comenzó su trayectoria al publicar en la revista Vida Nueva. Desde 1981 hasta la actualidad colabora en el Grupo SM, y desde 2010 hasta hoy lo hace en la revista Religión Digital.

Su obra, de un gran valor teológico, expone en dibujos o viñetas una comprensión de Dios Padre, de Jesús, del Espíritu Santo, de la Iglesia de una manera diferente y jocosa donde la crítica y la ironía son parte de su estilo teológico y donde su único fin es dejar al descubierto una figura un poco más cotidiana de Dios.

En 1976 lanza su primer libro de comics “¡Qué bueno que viniste!”, al que seguiría al poco tiempo “Un Señor como Dios manda” y luego varias biografías como "Teresa la de Jesús", "Francisco el buenagente" y "Agustín el del corazón inquieto", a las que siguieron varios libros y recopilaciones de sus viñetas.

Cortés es el mejor dibujante religioso, sin duda alguna, y la Iglesia debería reconocer su aportación a la evangelización. Sus viñetas han alimentado y siguen alimentando la fe de los sencillos y de los ilustrados. Es lo que tiene ser un genio y un profeta y un hombre libre, que no se debe a nada ni a nadie más que a su conciencia.

"Francisco, el buenagente", impreso en Madrid en 1981 por la editorial PPC, cuenta la historia de San Francisco de Asís, pobre entre los pobres, loco, enamorado de Jesús y del evangelio, y en sus viñetas se descubre la visión de un hombre que vivió hasta el extremo, porque en lo extremo está Dios, ya que es extremo amor, extrema ternura, extremo perdón.

El libro narra su biografía en ocho capítulos donde destaca los aspectos más significativos de su vida como: El comienzo de su historia, la oración en San Damian, El Cántico de las criaturas, la historia de Clara, y Bernardo, su encuentro con la Iglesia (jerarquía) en Roma, sus predicaciones y el final de su vida.



lunes, 26 de mayo de 2025

LANZAMOS EL #CASACOMÚNCHALLENGE

Con motivo del 10º aniversario de Laudato Si’, os invitamos a uniros a esta propuesta impulsada por la Pastoral Juvenil y Vocacional de los Capuchinos de España.

¿Qué tenéis que hacer? Un gesto concreto, visible y comprometido por el cuidado de la Tierra, en grupo o de forma personal; grabadlo en vídeo, o documentadlo con fotos, y enviándnoslo. ¡Tenéis hasta el 24 de junio!

Más info y bases legales de participación aquí.

domingo, 25 de mayo de 2025

VENDREMOS A ÉL Y HAREMOS MORADA EN ÉL

Dice el evangelio de Juan que el Padre y Jesús han tomado una decisión de vértigo: vendremos a él y haremos morada en él. Dicho de una forma gráfica: Dios ha abandonado su cielo para venir a situarse en el fondo de nuestra historia. Ahí se halla el cielo. Y ha venido a quedarse para siempre. Es lo incomprensible de “un Dios dentro”.

¿Qué significa esto? Que Dios ha venido a vivir en el fondo de la vida, que eso que llamamos cielo está dentro de nuestra historia, que Dios se hace acompañante perpetuo del camino humano, que no estamos solos porque nuestra esencial soledad ha sido acogida por el Padre.

Es probable que todo esto nos suene a teoría que no va con nosotros. Creemos que esto es complicar las cosas innecesariamente. Pero hay que intentar entender lo cristiano en modos más adultos. El corazón del cristianismo es este amor extraño y profundo de Dios a lo nuestro. ¿Por qué han venido Jesús y el Padre a hacer morada de lo nuestro? Por un inexplicable amor. Hay cristianos que andan buscan milagros por todas las esquinas. Aquí tienen el mayor de ellos: el volcánico milagro de un Dios que ama su creación.

Decía, y con razón, el obispo poeta Pedro Casaldáliga: “Para cambiar de vida hay que cambiar de Dios. Hay que cambiar de Dios para cambiar la Iglesia. Para cambiar el Mundo hay que cambiar de Dios”. Que no temamos un cambio de Dios si ese cambio nos aproxima al corazón del evangelio.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 22 de mayo de 2025

ORACIÓN COMUNITARIA, MAYO 2025

  Haz clic en la imagen para acceder a la oración comunitaria para este mes.

martes, 20 de mayo de 2025

MIRADA CERCANA

Nunca como ahora estamos tan informados de la situación del mundo. A los pocos minutos estamos al tanto de lo que ha sucedido al otro lado del planeta. Sabemos de la situación de los países en guerra, de los refugiados que están saliendo de su pueblo inundado, de las dificultades de la población en tiempos de sequía. También estamos invitados cada poco tiempo a tomar parte en campañas de organizaciones que socorren a las gentes necesitadas. Sin embargo, parece que nuestros corazones se han endurecido porque nuestra mirada se ha vuelto más distante de todos estos sufrimientos que nos llegan a través de los informativos.

Hay un umbral en la conciencia de la persona que cuanta más información y más noticias, menos atención y menos implicación. Como si fuéramos alejándonos ante el sufrimiento ajeno. Esto tiene su consecuencia en el terreno de la solidaridad. Nuestra mirada sobre la realidad se está volviendo más apática.

Por lo visto no es cuestión de mala voluntad o de falta de conciencia solidaria, sino que estamos tan llenos de información que no damos abasto con ella y no podemos procesarla con la hondura necesaria y pasa junto a nosotros sin que nos afecte más allá del momento en que la recibimos. Nuestro corazón y nuestra cabeza necesitan una mayor cercanía espacio temporal para que actuemos acorde con las necesidades de la realidad de las personas. Qué diferente es ver en primera persona alguien necesitado que tener noticia de ello a través de una pantalla.

Es necesario ser conscientes de las limitaciones de nuestra generosidad. Es decir, necesitamos educar nuestra mirada para que nuestra solidaridad no sea mero reflejo del solo sentimiento del momento –de corto recorrido–, sino que sea también fruto de la reflexión, análisis, pensamiento, convicción ética y moral. Así la mirada será más cercana a las personas reales.

Carta de Asís, mayo 2025

domingo, 18 de mayo de 2025

COMO YO OS HE AMADO

En el evangelio de hoy escuchamos algo que sabemos de memoria: el mandamiento único de Jesús, el del amor, nos insta a amar “como yo os he amado”, con el peculiar modo con que él nos ha amado. ¿Cómo es ese modo?

El ideal máximo de amor entre los humanos es el que podríamos llamar “amor simétrico”: yo te amo y, en justa correspondencia, pido que tú me ames. Por eso, el amor no puede funcionar si una de las partes ama y la otra no. Pero resulta que Jesús nos ha amado con un “amor asimétrico”. Lo dice muy bien san Pablo: “Cuando estábamos si fuerzas, él murió por nosotros”. Jesús ama cuando no podemos devolverle amor, cuando no respondemos a su amor.

Por eso, hay que preguntarse no solamente si amamos a quienes nos aman, sino también si amamos a quien no nos devuelve amor. Hay que ver cómo funcionamos en esas situaciones de asimetría porque ese es el tipo de amor que pide el evangelio.

Puede parecer que, a veces, los trabajos de quien ama asimétricamente no sirven para nada. Pero son amores cargados de futuro. Así lo vemos en el manifiesto contra el rearme en Europa que se titula “No nos resignamos al rearme y a la guerra en Europa”. No olvidemos que el amor asimétrico es siempre algo contra corriente. Leamos ese manifiesto. Meditémoslo y tomemos partido. Eso es amor asimétrico.

Fidel Aizpurúa, capuchino

jueves, 15 de mayo de 2025

MARÍA, MADRE DEL BUEN PASTOR

En un tiempo donde la complejidad de nuestras vidas a menudo nos aleja de lo esencial, María se erige como un modelo de sencillez y acogida, recordándonos las virtudes que animan nuestro camino espiritual y comunitario.

Conocemos a María como una mujer del pueblo, que nos invita a acercarnos a nuestras raíces y a valorar la belleza de la vida cotidiana. Su humildad y disponibilidad son un faro que nos guía. Ella, madre en la sencillez de su vida, nos enseña que la grandeza del amor se encuentra en los pequeños gestos, en la atención a los que más necesitan. Su corazón abierto y generoso la convierte en un refugio para los descarriados y los desfavorecidos de la sociedad.

El servicio desinteresado que María nos muestra es un recordatorio constante de que la verdadera grandeza radica en el amor y en la entrega al prójimo. Ella se mostró siempre atenta a las inquietudes de su Hijo, escuchando las insinuaciones de Jesús con un espíritu receptivo. Desde el momento de la Anunciación hasta el Calvario, María estuvo presente, siempre disponible para lo que Dios le pedía, mostrando una confianza plena en su plan divino.

Como Madre del Buen Pastor, nos llama a cuidar de aquellos que han perdido el rumbo, a ser pastores en nuestras fraternidades y comunidades cristianas, ofreciendo apoyo y amor incondicional a quienes atraviesan momentos difíciles. Siguiendo su ejemplo, seamos instrumentos de paz, llevando esperanza a los corazones heridos y brindando nuestra mano a quienes se sienten desfavorecidos.

En un mundo que a menudo parece estar a la deriva, la figura de María nos recuerda que siempre hay un camino de vuelta, un camino de amor y compasión. Que, al mirar a nuestro alrededor, podamos ver en cada rostro una oportunidad de servir, un hermano o hermana que aguarda y espera nuestra ayuda.

Carlos Coca, capuchino

martes, 13 de mayo de 2025

ORACIÓN A MARÍA

El Ángel del Señor anunció que amarías
y la Creación rebosó de júbilo
y sonrió en los nogales y danzó en las flores...
Y Tu, María, mujer sencilla, mujer de pueblo
dijiste “si” a la novedad del Reino
y la tierra entera se preñó de versos
y soñó justicia y destiló manjares.

“He aquí la esclava del Señor”, dijiste
y permitiste a Dios ser Dios en tus moradas
y señalaste así, la ruta feliz de las bienaventuradas.
Y se hizo en Ti según la Palabra
y Dios se hizo en Ti como en surco que labra.
Y el Verbo se hizo carne, se hizo cuerpo, se hizo sangre
Y lo divino se hizo materia e hizo tangible el amor del Padre.

Por eso, Dios habita entre nosotros
en la novedad genética y la infinitud del cosmos
en las olas del mar y en todas las manos
dispuestas a aprender a amar...
El Dios encarnado, materializado, está entre nosotros:
proyecto de vida, del suelo hasta el cielo
proyecto de vida, resiliencia y consuelo.

El Ángel del Señor anunció que amarías
y sigue anunciando que otro mundo es posible
si el clamor del pobre transforma egoísmos en panes y abrazos
si el llanto del páramo fecunda el ingenio y orienta los pasos
si el delfín conmueve hasta unir corazones y tejer más lazos.

Desde estos pesebres humanos que somos nosotros
te pedimos Madre que venga
ese Reino que tu bebé proclama.
Que surja en nosotros el saber del
amor, su magia y su gracia
y cada cuenca sea una nueva cuna
donde ecología rime en armonía,
donde la justicia juegue con sonrisas
y donde Navidad sea más que un rito,
sea el embarazo, sea pacto, abrazo,
comunión fraterna, eucaristía cósmica,
liturgia sagrada de un mundo mejor.
¡Amen! ¡Aleluya! ¡Amen!

Alirio Caceres

jueves, 8 de mayo de 2025

MAYO, MES DE LOS SANTOS CAPUCHINOS

Durante el mes de mayo la Orden Capuchina conmemora a varios de sus santos más queridos, de tal modo que estas fechas se han convertido en un pequeño “calendario de santoral capuchino” dentro del calendario litúrgico.

En menos de diez días se suceden cuatro festividades de frailes capuchinos canonizados: San Ignacio de Láconi (11 de mayo), San Leopoldo Mandic (12 de mayo), San Félix de Cantalicio (18 de mayo) y San Crispín de Viterbo (19 de mayo). Esta concentración de memorias santorales explica que, popularmente, mayo sea conocido como el mes de los santos capuchinos. En el calendario propio de los Capuchinos, estas celebraciones tienen un lugar destacado, mientras que en el calendario litúrgico general se las celebra como memorias facultativas o de ámbito local, subrayando la identidad franciscana dentro de la Iglesia universal.

Cada uno de estos santos ofrece un ejemplo luminoso de virtudes cristianas vividas según el carisma franciscano-capuchino.
  • San Ignacio de Láconi, humilde hermano capuchino originario de Cerdeña, sirvió como limosnero en su convento de Cagliari ganándose el cariño del pueblo por su caridad incansable y su espíritu de oración.
  • San Leopoldo Mandic, fraile capuchino croata del siglo XX, dedicó su vida al ministerio de la reconciliación –pasaba largas horas confesando– y al ideal de la unidad de los cristianos, por lo que es llamado el “apóstol de la unidad”.
  • San Félix de Cantalicio, por su parte, fue el primer santo capuchino: un hermano laico del siglo XVI, bondadoso y alegre, que recorría las calles de Roma recogiendo limosnas y bendiciendo a todos con su frase “¡Deo gratias!” (¡Gracias a Dios!) en los labios, hasta el punto de que sus contemporáneos lo apodaban Fray Deo Gratias.
  • Finalmente, San Crispín de Viterbo, también hermano no sacerdote, sirvió como hortelano y limosnero; con su sencillez, buen humor y amor a la Virgen María, acercó la fe a la gente sencilla.
No es casualidad que tres de estos cuatro santos capuchinos de mayo fueran hermanos laicos (no sacerdotes): su santidad brotó de la humildad, el servicio cotidiano y la cercanía al pueblo, rasgos muy propios de la espiritualidad capuchina.

En conclusión, mayo tiene para los Capuchinos un sabor especial a fiesta y gratitud. Es un mes para dar gracias por el testimonio de estos cuatro hermanos santos y para renovar, a la luz de sus vidas, el compromiso con una fe sencilla, alegre y servicial.

domingo, 4 de mayo de 2025

MAYO, MES DE LA VIDA

Hace 800 años Francisco de Asís escribió el Cántico de las Criaturas o Cántico del Hermano Sol. Es expresión de esa fe que une al ser humano con las criaturas por ser todo obra de Dios. No podemos dejar pasar el mes de mayo sin hacer referencia a él, del que destacamos en este mes una de sus estrofas:

“Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra que nos sustenta y
gobierna y produce distintos frutos con flores de colores y hierbas"

Para Francisco la tierra es la hermana que se relaciona como madre. Francisco sabe que la tierra nos sustenta, nos gobierna y produce. Tres acciones que explican su carácter maternal, su capacidad de amparo, educación y alimento, acciones y tareas típicas de la madre.

La percibimos de manera especial en mayo. Al llegar la primavera en esta zona del mundo en la que estamos se da un estallido de flores que llenan de colores y fragancias cualquier lugar. Este fenómeno natural ha dado pie para que mayo sea el "mes de las flores". El mes de la renovación, la belleza y la vida que resurge después del invierno y que llena de naturaleza parques y campos. La primavera lluviosa crea en el mes de mayo una naturaleza florida. Vuelve a reverdecer y brotar todo lo que había quedado muerto bajo el frío del invierno. No en vano afirma el refrán: “marzo ventoso y abril lluvioso, sacan a mayo florido y hermoso”.

En la tradición cristiana, mayo es el mes dedicado a la Virgen María, la madre de Jesús. Ese reflejo de la belleza de la naturaleza en flor también nos recuerda a María: su belleza y su respuesta a Dios. Junto a ella celebramos también un día, el de la madre, a quien agradecemos la vida, el cuidado, la protección…

Cada vez somos más conscientes de la conexión profunda que ha de existir en nuestra vida entre la humanidad y la naturaleza. Por eso también la floración que se da en el mes de mayo es crucial para el medio ambiente. Es vital para los ecosistemas, proporcionando alimento y hábitat para una serie de insectos, como abejas y mariposas, que con el polen, juegan un papel esencial en la producción de alimentos y la biodiversidad.

El florecimiento en mayo también es un recordatorio de la importancia de proteger nuestros ecosistemas naturales. La belleza de las flores no es únicamente para nuestro disfrute, sino que además nos conecta con la necesidad de conservar el medio ambiente para futuras generaciones.

Mayo, el mes de las flores, es una celebración universal de la belleza, la vida y la renovación. En un mundo donde el medio ambiente enfrenta numerosos desafíos, mayo nos invita a admirar, proteger y celebrar la flora que enriquece nuestra existencia.

Benjamín Echeverría, capuchino