martes, 25 de agosto de 2015

SIEMPRE ME PASA LO MISMO Y ME GUSTA…

Siempre me pasa lo mismo. Cuando vuelvo de experiencias importantes como Urbasa, Taizé o campos de trabajo me siento ajeno a muchos aspectos de la vida occidental con la que me encuentro. Me siento ajeno de la televisión, de las vueltas y vueltas que dan a cada detalle de la vida futbolística, ajeno de la preocupación por tener que hacer no sé qué cosas que todos hacen, me siento ajeno de la necesidad de tener que ir presentable y ajeno de muchas cosas más. Y esta sensación me gusta porque me siento más libre, siento que la corriente social no me arrastra, que puedo tomar distancia y elegir qué es lo que realmente quiero y tiene que ver conmigo.
   Y es que en estos lugares la vida se centra en cosas que te llenan y que relegan a un segundo plano lo que se supone que es tan importante. En estos paraísos como Urbasa y Taizé nos encontramos personas que sacan lo mejor de sí mismas y nos damos cuenta de toda la riqueza que hay en cada ser humano. Y cultivamos unas relaciones donde la confianza y el cuidado del otro no se ven difuminados por nuestras corazas y mecanismos de defensa. Estos lugares están llenos de Espíritu porque nos damos espacio para la relación con la naturaleza, con el silencio, con nuestro interior y también con Dios. Por eso nos sentimos como en casa, y la alegría, las ganas de vivir, la confianza en uno mismo y miles de sentimientos salen a relucir. Esto mismo es lo que intentamos vivir semana a semana en nuestros grupos de Jufra, y que sin tanta intensidad pero con la fuerza de lo cotidiano, vamos dejando posar en el corazón de cada uno. 

Javi Morala, capuchino

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