La felicidad no es cara. La felicidad es un regalo que no hay que tomarlo por hecho. En otras palabras, la felicidad se nos da gratis, pero no es barata. ¿Qué quiero decir con eso? Pues sencillamente que para ser feliz hay que ser coherentes: la llevamos dentro, pero hay que despertarla a base de una vida centrada y no fragmentada. La fragmentación es la norma de nuestra cultura postmoderna. Semejante fragmentación es la que impide que la mayoría de las personas vivan felices y alegres.
Hemos de vivir desde la unidad interior que da coherencia a lo que somos y hacemos. Es entonces cuando valoramos lo sencillo y disfrutamos de todo lo que sucede a nuestro alrededor.
Fernando Negro
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