Enciende en nosotros
el fuego del Espíritu
Oh, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en nosotros ese mismo fuego
que ardía en el corazón de Jesús,
mientras hablaba del Reino de Dios,
mientras anunciaba la Buena Nueva a todos:
"El Padre se complace en daros su Reino...
¡Vosotros sois todos hermanos!”.
Que este fuego se nos comunique,
como fue comunicado a Francisco y Clara,
tal como se encendió en los primeros Capuchinos,
así como irradiaban ardor las Fundadoras y Fundadores
de nuestra familia espiritual.
como fue comunicado a Francisco y Clara,
tal como se encendió en los primeros Capuchinos,
así como irradiaban ardor las Fundadoras y Fundadores
de nuestra familia espiritual.
Tú solo, Espíritu Santo,
puedes encenderlo
y a ti, por tanto, volvemos nuestra debilidad,
nuestra pobreza, nuestro corazón muerto,
para que lo reavives con calor,
con la santidad de la vida, con la fuerza del Reino.
puedes encenderlo
y a ti, por tanto, volvemos nuestra debilidad,
nuestra pobreza, nuestro corazón muerto,
para que lo reavives con calor,
con la santidad de la vida, con la fuerza del Reino.
Danos, Espíritu Santo,
de una manera nueva, el Carisma
para acogerlo en nuestra vida concreta
para ponerlo al servicio de la Iglesia,
para devolverlo a los pobres, a los últimos.
de una manera nueva, el Carisma
para acogerlo en nuestra vida concreta
para ponerlo al servicio de la Iglesia,
para devolverlo a los pobres, a los últimos.
Te lo suplicamos
por intercesión de María, Madre de Jesús y nuestra,
llena de gracia y comunión,
modelo de la Iglesia servidora y fraterna.
Amén.
por intercesión de María, Madre de Jesús y nuestra,
llena de gracia y comunión,
modelo de la Iglesia servidora y fraterna.
Amén.
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