«La vocación es el corazón mismo de la nueva evangelización en los umbrales del tercer milenio, es la llamada de Dios al hombre para un tiempo nuevo de verdad y libertad, y para una nueva construcción ética de la cultura y de la sociedad europeas» (Nuevas Vocaciones para una Nueva Europa (NVNE), nº 12). Así se expresa Documento final del Congreso Europeo sobre las Vocaciones al Sacerdocio y a la Vida Consagrada en Europa. Este texto es un pequeño ejemplo de lo que parece que hoy se está empezando a llamar y a construir: Cultura Vocacional; o dicho de otro modo, que la teología, la espiritualidad y la Pastoral tiene como punto de referencia la vocación, o mejor, que la vocación es el aglutinante, lo que va a dar sentido a la teología, a la espiritualidad y a la pastoral.Un componente esencial de la Nueva Evangelización es la sensibilidad vocacional que está determinada, a su vez, por una experiencia de fe “que está hecha de confianza, de visión del rostro de Dios, de certeza de poderse fiar de Él, hasta el punto de responder SI a su llamada. No por cálculo o por interés personal, no por miedo o comodidad, no por dar gusto a alguien, ni si quiera a sí mismos, sino únicamente por amor, ese amor que se expresa en abandono de sí al otro, en la confianza plena… Educar para la fe en el acompañamiento vocacional quiere decir formar una sensibilidad tan confiada, como para conducir una persona a hacer una elección de vida basada, no en las propias capacidades o sobre los propios músculos, ni siquiera sobre los propios gustos y tendencias naturales, y menos aún sobre la previsión del propio éxito o de la propia autorrealización, sino sobre el hecho desnudo de que eres Tú quien me llamas, quien me lla-amas y, si eres Tú quien me abre este camino entonces no tiene mucho sentido que yo calcule y verifique lo que podré hacer, sino que la única cosa sensata es confiarme a ti, confiarte mi vida y mi futuro, creer que lo imposible humano puede volverse lo posible divino “ (Amedeo Cencini, No cuentan los números. Construir una cultura vocacional, Ed. Paulinas, Madrid, pág. 66-69).
Benjamín Serrano, capuchino
No hay comentarios:
Publicar un comentario