Que tu vida esté llena de inspiración, de motivos para levantarte cada mañana, de listas de deseos y de sueños por cumplir. No importa si son pequeños, grandes o al parecer imposibles (no incluyas robar un banco). Cuando cumplas uno y disfrutes de manera absurda tacharlo de tu lista, piensa: ¿ahora qué otra cosa podría llenarme de inspiración?
Aunque no lo parezca es muy importante que algo nos motive, nos inspire y nos mueva a ser mejores personas cada día. Lo bueno es que la lista puede ser tan extensa como tú lo desees, no hay límite, no hay ley que prohiba soñar.
Sin importar la edad que tengas, no te canses de llenarte de ilusión. Si me estás leyendo y tienes 20, ¿qué quieres lograr?, ¿ya casi alcanzas esa meta que te hace suspirar? Si tienes 30, ¿qué cosas has dejado en la lista de espera?, ¿qué te impide alcanzar ese sueño?
Si tienes 40, 50 o 60 ¿has podido tachar la mayoría de deseos de tu lista? Si tienes 70, 80, 90 ¿te identificas con el hombre de este video?, ¿te queda mucho por lograr?, ¿te sientes orgulloso de tus decisiones?
¡Qué nada te robe las ganas de soñar, y de soñar en grande! Ningún sueño es demasiado pequeño, ningún logro inútil y ninguna súplica a Dios ignorada. Qué hermosa es la vida cuando en todos los propósitos que quieres alcanzar está incluido Dios.
Tomado de catholic-link.com
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