Me diréis que hablo de lo que no sé. Y tal vez tengáis razón. En mi tiempo no había ordenadores, ni móviles, ni facebook, ni twiter. Vosotros sois expertos en todo esto. Soy Tadeo, uno de los compañeros “oscuros” de Jesús de Nazaret. Si vais a Mc 3,18 encontraréis mi nombre. Nada más que mi nombre. Pero os aseguro que a mí, lo de Jesús me cambió la vida. Yo no sé de ordenadores, pero os puedo hablar de cómo nos reiniciamos en aquella primera semana santa. Fue decisiva para nosotros.
El grupo de seguidores y seguidoras amábamos a Jesús. Pasamos días estupendos con él. A veces, algún apurillo, cuando apretaba el hambre o nos despachaban de una aldea. Pero la cosa iba adelante. Ya veíamos que subir a Jerusalén aquel año iba a ser un problema. Pero nunca creímos que lo fuera a ser tanto. Fue la muerte violenta de Jesús y la disolución de nuestro grupo. Un mazazo del que creíamos que nunca nos repondríamos.
Pero, por extraño que os parezca, ese fue el comienzo de nuestro reinicio, porque un nuevo software se instaló en nuestra vida. A eso vosotros le llamáis la resurrección, la Pascua. Pero, en realidad, es como un potente software que deja de lado a todos los anteriores. De eso quiero hablaros.
Ahora bien, para instalar un software nuevo hay que animarse a dejar de lado el viejo, el de siempre. Hay que abrirse a la novedad. Si vienes a esta Pascua sin deseos de novedad, el reinicio de tu corazón no se producirá. Es preciso también ver las ventajas del nuevo sistema operativo. Por eso, tienes que dejarte iluminar por la Palabra, por los signos, por la oración, por el silencio.
Pero lo más importante es que veas a Jesús como la chispa que desencadena una nueva luz, un incendio. Que él te enamore, que él te “queme”, que él te envuelva. En un primer momento nosotros creímos que su luz se había apagado. Pero ¡qué va! Vino con tal fuerza después de su dura muerte, que ya nunca más se apagó su brillo en nuestro corazón. Esta Pascua puede ser el momento de tu reinicio con Jesús. Anímate, apóyate en tus amigos y amigas, reiníciate con ellos.
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