Cuando se habla del problema de los refugiados, muchas veces usamos un lenguaje deshumanizado, que reduce la tragedia humana a números y estadísticas. La realidad es que hablamos de personas reales, que -al igual que nosotros- tienen familias, seres queridos, amigos; sus propias historias, sueños, metas... Sólo cuando alguien se sienta frente a una persona específica y le mira a los ojos, ya no ve a un refugiado en el anonimato, un migrante cualquiera, sino que observa a un ser humano igual que a si mismo, que ama, sufre y sueña.
Hace 20 años, el psicólogo Arthur Aron descubrió que 4 minutos mirando a los ojos de los demás pueden acercarte a una persona. Amnistia Internacional decidido llevar a cabo un experimento simple, durante el cual refugiados y europeos se sentaron uno frente al otro y miraron a los ojos del otro. El experimento se llevó a cabo en Berlín, una ciudad, que es en primer lugar un símbolo de la superación de las divisiones, y en segundo lugar, parece ser el centro de la Europa contemporánea. Los participantes del experimento eran personas comunes, no no se conocían antes y se vieron por primera vez durante el experimento. Los refugiados provenían principalmente de Siria y no habían estado viviendo en Europa durante más de un año.
Disfrutad del video.
¡¡¡Qué bonito!!
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