tiempos sin Dios.
Hoy siento un deseo irrefrenable,
de arrodillarme,
de adorar algo que sea más que yo.
Que esté antes y más allá de mí.
Algo que no entienda.
Algo que no se pueda demostrar,
que está en mi secreto, en mi sagrado.
Me quito la máscara, sé que existe.
Intuyo qué es
con más fuerza que lo que está.
María Antonia García de León
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