miércoles, 25 de julio de 2018

DESCUBRIR A DIOS EN LAS CRIATURAS

El jesuita Toni Catalá, en una de sus reflexiones, nos dice que nuestra mirada a la realidad, al entorno, a las personas... normalmente es juzgadora, aunque pensemos que es una mirada religiosa. Y nos pone el ejemplo de Simón el fariseo. Cuando Jesús está en casa de Simón el fariseo y entra la pecadora de la ciudad los dos miran a la misma mujer pero no perciben la misma realidad. El fariseo percibe comportamientos “morales”, Jesús percibe a una criatura del Dios de la Vida que está rota. La mirada de Jesús no es religiosa, sino evangélica. Y nos damos cuenta de que la mirada Jesús y Simón generan prácticas diversas.

Siguiendo en la misma línea de reflexión, tenemos la cita de un gran jurista italiano, Francesco Carnelutti:

“Ante mis ojos pasaron asesinos, violadores, parricidas, ladrones, y toda esa humanidad desconcertante, reducida con frecuencia a la condición animal. Y vi que el Dios de los cristianos se identificaba con ellos, sin excepciones ni exclusiones. No se identificaba sólo con la aristocracia de los presos políticos, o con los condenados injustamente, sino con el delincuente común. Entonces comprendí que ninguna fantasía religiosa podía haber inventado un Dios así. Sólo el propio creador de esa humanidad oscura y desesperada podía haberse identificado con ella”

Mirar cómo Dios habita en las criaturas y percibirlo en ellas no está en función del comportamiento de las mismas, esto es lo “normal” y “natural”, sino percibir a Dios en las criaturas sólo lo podemos hacer cuando nos dejarnos transformar el corazón y la mirada por el Compasivo.

Sólo cuando tenemos la profunda persuasión de la radical dignidad del otro porque es de Dios, sólo cuando percibimos la naturaleza como obra de sus manos nuestra mirada se limpia y todo lo empezamos a ver con “ojos nuevos”.

Carta de Asís, julio 2018

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