Hace tiempo se habló mucho de una “Iglesia en salida” aunque parece que todo quedó en nada porque salir no es fácil. Entonces, ¿cómo ir a la otra orilla? ¿cómo ser comunidad cristiana en salida? Quizá haya que comenzar por salir uno mismo y de sí mismo:
- Salir de nuestros esquemas mentales: porque somos muy rígidos y creemos que nuestra manera de pensar es la única, la verdadera. Todo el mundo tiene una parte de verdad, todos podemos aportar algo a la vida.
- Salir de nuestros esquemas religiosos: porque hay personas que no toleran el mínimo cambio y viven fieles a lo que aprendieron de niños, cosa que consideran inamovible.
- Salir de nuestros esquemas morales: porque pensamos que quien no vive a mi estilo no va bien y quien tiene otras maneras de ver la relación, la sexualidad, la familia, etc., merece nuestra reprobación.
Quizá el verano puede ser un buen tiempo para salir hacia el otro, para relacionarnos mejor, para hablar con más sosiego y humanidad, para interesarnos por la situación del otro. Salir es, en definitiva, amar y para amar hay que volcarse con aprecio hacia quien tengo delante.
Fidel Aizpurúa, capuchino
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