martes, 11 de junio de 2024

RATIO FORMATIONIS: EL MUNDO

Dios ha puesto el mundo en nuestras manos: lugar en el que acontece nuestra salvación. Nuestras estructuras socioeconómicas y culturales están en proceso de trasformación. Existen retos ineludibles: acabar con las escandalosas desigualdades que excluyen a gran parte de la humanidad, conseguir un desarrollo sostenible que respete el medio ambiente, encontrar caminos de diálogo entre las distintas religiones, para que Dios no sea el pretexto de ninguna guerra, construir una sociedad en la que la interculturalidad sea una de nuestras mayores riquezas.

Los desajustes y las heridas del mundo solo pueden ser curadas por medio del amor, favoreciendo una cultura del encuentro, que rompa la lógica de la posesión y el dominio y nos forme en la lógica de la gratuidad. Se trata de pasar del derecho a ser al don de ser, superando así la contraposición amigo/enemigo, incompatible con la espiritualidad franciscana, que reconoce en el otro a un hermano, nunca una amenaza.

Nuestra manera de comprender la pobreza hunde sus raíces en la experiencia de la gratuidad y de la interdependencia, que propicia, de modo natural, una cultura de la solidaridad que ayuda a recuperar el sentido comunitario de la existencia. Los nuevos tiempos nos exigen abandonar la cultura del consumo y diseñar nuevos estilos de vida sostenibles, conscientes de la fragilidad del medio ambiente y de la vida de los pobres. Es posible un mundo sin muros, sin guerras, sin pobreza. Las estructuras deben favorecer el encuentro con las personas, y no han de ahogar nunca nuestra creatividad carismática: lo que somos, y no lo que tenemos, es el mejor tesoro que podemos ofrecer.

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