domingo, 18 de marzo de 2012

CONVIVENCIA DE NUEVOS JUFRITOS EN MONTAÑANA (ZARAGOZA)


El fin de semana pasado un pequeño grupo de nuevos Jufritos de Zaragoza se juntó en Montañana en la que fue su primera convivencia, y aunque al principio se echó en falta a algunos participantes, demostraron que vienen dándolo todo y con muchas ganas.

La mañana comenzó con un juego especial de las 4 esquinas, en el que tratamos de adivinar las respuestas que darían nuestros compañeros a algunas preguntas y continuó con una gymkana que entre lanzamientos de hueso de aceituna y descubrir que el cielo está entarbintantinculado, nos permitió ir consiguiendo los ingredientes necesarios para preparar una riquísma macedonia, perfecta para una comida al aire libre en un precioso día de sol.

Preparamos unos collages para presentar a nuestros compañeros. Y se hizo con tanta dedicación y entusiasmo, que tras un par de horas de “si alguien encuentra una playa que me la de”, “¡he perdido a mi prima!” o “¿pero cuántas veces sale la Duquesa de Alba en las revistas?” El resultado fue digno de grandes obras artísticas.

Pero con lo que sobretodo hubo risas, más risas y otra vez risas, fue con los ejercicios de expresión corporal y sus peculiaridades: Alas que desaparecen, la magia de meter la mano en el fuego sin quemarse, darnos cuenta de que un tal Paco (aunque este no debía de ser el de Asís) también había venido a la convivencia, y descubrir que Psicosis es esa película que todo el mundo adivina cuando alguien representa su escena principal, pero que realmente nadie ha visto.

El cuerpo también nos pedía un relax, así que cerramos los ojos y disfrutamos de un agradable rato de oración en el que pudimos darnos cuenta de los grandes regalos que la vida nos hace cada día. Dimos gracias por ellos y por todos los que también habíamos ido recibiendo durante este gran día.
Y después de cenar, por supuesto todavía con lo que quedaba de los ricos manjares que las mamis habían preparado para alimentar a dos convivencias más, ¡velada de juegos! Algunas que están un poco mayores aún tienen agujetas de jugar al Twister. Hubo incluso apagones de luz inesperados que hasta hicieron que viniera Drácula.

El domingo un poco de gimnasia matutina con el baile del cuadrado (cho-co-cin-co con el de al lado...), un divertido baile que ya estamos ansiosos de poder compartir con el resto de jufritos en próximos encuentros. Y luego, a ejercitar la mente y el interior, dándonos cuenta de todas esas capas que un día les pusieron a las cebollas y que nos hacen llorar, y esas otras capas que llevamos cada uno y que no nos ayudan demasiado.

El fin de semana dio para mucho y volvimos a casa todavía con los tapers llenos de pechugas y croquetas de esas que seguían sobrando de nuestras queridas madres. Pero lo mejor que nos llevamos de la convivencia no fueron los tapers llenos, sino la ilusión de la gente, el conocer y disfrutar de los demás, la implicación por parte de todos, algunas reflexiones... Así que, como con las natillas, ¡habrá que repetir!

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