sábado, 22 de diciembre de 2012

ADVIENTO 2012: CUARTO DOMINGO


UNA VIDA CON TODAS LAS POSIBILIDADES
   La limitación está ante nuestros ojos, la tenemos todos, marca nuestra existencia, no llegamos a reconciliarnos con ella, no la entendemos, no le vemos el sentido, iniciamos mil caminos de fuga para sortear su presencia en nuestros días. ¿Cómo asimilar con corrección esta dura experiencia? ¿Cómo percibir las posibilidades que nos abre la pertenencia a esta aventura humana?
   Es preciso lograr una mirada distinta sobre la vida, no solamente desde el lado duro del precio que hay que pagar sino, sobre todo, desde las posibilidades, totales, que Dios ha sembrado en ella: posibilidad de que la justicia sea plena, posibilidad de mantenerse en fidelidades fecundas por encima de críticas, posibilidad de hacer del dolor ajeno una preocupación de todos, posibilidad de construir intercambios humanitarios que desemboquen en el sueño hermoso de la fraternidad.
   Dios ha dotado a la realidad de la “capacidad” para llegar a ser hijo de Dios. Esa capacidad está en nuestro terreno y el Evangelio quiere ser un camino a la mano para construirla. También, y por eso, el Evangelio nos interroga sobre la correcta gestión y progreso de esa capacidad con la que Dios nos ha dotado. Así, la encarnación se convierte para el creyente en posibilidad, reto y responsabilidad.
   El Adviento abre la puerta del misterio de la encarnación, tiempo óptimo para entender la vida desde su lado más posibilitador, por encima de limitaciones de cualquier índole. Desde ahí, creer en el valor de la vida, suscitar y valorar todas las posibilidades que la vida despierta en las personas, elaborar una fe participativa e ilusionante, colaborar al nacimiento de cualquier posibilidad que amplíe el gozo y la dicha humanas.

Fidel Aizpurúa, capuchino


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