miércoles, 5 de diciembre de 2012

LOS CAMINOS DE LA SALVACIÓN

    Francisco de Asís, en un momento determinado de su vida, sintió la necesidad de empezar a convertirse al Señor dejándose salvar por Él. ¿Hasta qué punto estamos decididos nosotros a entrar en ese proyecto de Salvación; es decir: ¿hasta qué punto nos hemos convertido y seguimos convirtiéndonos al Señor?
   Decidirse a caminar al encuentro del Señor supone ir creciendo como cristianos, cuya seña de identidad es el amor. Si experimentamos que el Señor nos ama, a la fuerza tendremos que ejercitar ese amor de un modo eficaz. Pues en eso del amor, no crecer es perderse, ya que el amor que no crece y no se autentifica termina por morir.
   Si nos decidimos a entrar en el camino de la Salvación, siendo consecuentes con nuestro compromiso cristiano, seguramente trasluciremos en nuestras vidas la trasformación que Dios realiza en nosotros, permitiendo que la vean los demás y se animen a dejarse salvar ellos también. Por eso somos responsables, en cierto modo, de que la salvación llegue a todos.
Julio Micó, capuchino

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