- Encontrarnos con nuestra interioridad.
- Discernir nuestros criterios y nuestra mentalidad.
- Encontrarnos con nuestro yo profundo.
- Encontrarnos con Dios escondido dentro de nosotros.
- Encontrarnos con nuestra verdad, la verdad de nuestra vida.
- Escuchar esas voces silenciosas de las cosas que de ordinario no escuchamos.
- Escuchar la realidad que nos rodea y sobre la que no tenemos tiempo para pensar.
- Escuchar la canción de los pájaros que casi nunca escuchamos.
- Escuchar la voz de las flores, ¿alguien las escucha?
- Escuchar a Dios que nos habla desde dentro de nosotros.
- Las grandes ideas y pensamientos brotan en el silencio del descanso.
- Las grandes inquietudes brotan en el silencio del descanso.
- Las que hoy son las grandes obras musicales comenzaron por escucharse primero en el silencio del alma.
- Las grandes obras del pensamiento brotaron del silencio del espíritu y no del bullicio de las cosas.
- Es descansar para escucharlas dentro de nosotros.
- Es descansar para sentirlas dentro de nosotros.
- Es descansar para hacerlas preocupación nuestra dentro de nosotros.
- Es descansar para llenar de vida nuestra alma.
Hoy todos disponemos de mucho tiempo “libre”, pero disponemos muy poco del “tiempo del descanso”. De ese tiempo de relajación y de paz y de serenidad, y de silencio, y de encuentro. De ese tiempo que detiene el reloj para dejar de vivir “tan de prisa”. Antes las carreteras eran para llegar a algún sitio pero contemplando el paisaje, atravesar los pequeños pueblitos y ver a la gente paseando. Hoy, las grandes autopistas son para correr y llegar pronto, pero sin haber visto nada. No haberse deleitado nada, no haber visto nada.
Juan Jáuregui
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