martes, 23 de julio de 2019

URBASA

No es tarea fácil describir lo que es Urbasa. Es complicado explicar las miles de cosas que hacemos aquí, y de todo lo que ellas significan.

Todo empieza, cuando tras unos juegos de presentación, nos vamos conociendo y se hacen los grupos de trabajo, grupo con el que toda la semana iras realizando las tareas, desde fregar los platos, a preparar oraciones.

Comencemos por el principio, la mañana. Si tu grupo no pone el desayuno, podrás dormir un poquito más, pero cuidado, no llegues tarde porque si no ganarás el temido oso perezoso. La habitación que tenga más osos perezosos tiene que fregar el último día ¿No querrás ser la habitación afortunada?

Una vez acabado el desayuno, nos preparamos para hacer una caminata, que dura toda la mañana (salvo un día, que hacemos un voluntariado en la sierra) con nuestro trabajo de limpieza intentamos agradecer a la sierra todo lo maravilloso que nos regala. En las caminatas, disfrutamos plenamente del paraíso natural que es Urbasa, y de nuestro almuerzo típico: chocolate, cacahuetes y galletas.

Al regresar a la casa, echamos un piscinazo y comemos. Las comidas son el momento perfecto para hacer un momento pinza, un juego en el que debes estar atento a las preguntas que te hacen y procurar responder con el nombre de la otra persona. Si tienes la pinza en ese momento, te ganaras un minipunto. El que más minipuntos tenga, dará el famoso discurso de Urbasa el último día. Muy importante, ¡no puedes pasar la pinza en las oraciones, talleres, ni a la hora de dormir!

Las tardes, disfrutamos con el tiempo libre, dinámicas con contenido que nos hacen reflexionar sobre diversos temas y los talleres, para hacerle nuestro regalo al amigo invisible. También tenemos una salita para poder escribirle notas en secreto a nuestro amigo invisible y sepa lo mucho que le queremos en secreto.

Luego llega la hora de la oración, un momento para reflexionar, pensar y profundizar en diversos temas todos juntos. Un momento, para abrirse, si uno quiere, a los demás. Y por fin llega la cena, y si hay suerte, podemos disfrutar de la noche con una velada haciendo algún juego. Entonces, una vez acabada, nos preparamos para ir a la cama y estar con fuerzas al día siguiente.

Urbasa es mucho más que un campamento, es una familia que se va forjando cada día de la semana.
Rafa Carramiñana

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