El Adviento en la perspectiva de Laudato Sí nos invita a preparar el corazón, a reparar las relaciones humanas rotas, a crear espacios de convivencia entre nosotros y el medio ambiente, entre nosotros mismos y entre nosotros y Dios. Esto es, finalmente, el proceso de conversión a Dios en perspectiva de una ecología integral.
El Adviento es renovación de nuestras prácticas de solidaridad las cuales hemos de construirlas por fidelidad a la esperanza que tenemos en el Reino de Dios. La capacidad de acoger al otro, de dejar que “los otros dejen de ser extraños y se los pueda sentir como parte de un nosotros que construimos juntos” (LS 151), nos ilumina en el camino de la preparación del corazón personal y social que quiere acoger al Mesías Jesús.
Reconocer la felicidad, la fraternidad, la armonía, la belleza, la gratuidad del encuentro, son instancias que humanamente nos hablan de que la esperanza es una armonía que puede y debe seguir interpretándose por las múltiples voces que formamos el mundo. Con estas perspectivas estaremos viviendo el Adviento de la ecología integral, el Adviento de la esperanza en la comunión de la creación humana con la no humana, en la presencia renovadora de Dios en medio de nuestro medio ambiente, que es el suyo desde el momento en que el Verbo se hizo carne y quiso compartir la casa común.
Juan Pablo Espinosa Arce
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