jueves, 17 de abril de 2025

JUEVES SANTO

Como todos los años, hoy leeremos el evangelio del “lavatorio de los pies”. Es una pena que un evangelio tan hermoso solamente se lea en este día del año. Para comenzar con este canto de vida compartida (eso es el lavatorio) empieza buscando Google la canción “A tus pies arde mi corazón”. Fíjate en esa hermosa frase: “No hay lugar más alto, más grande, que estar a tus pies”. Haz tuyas, con sencillez, esas frases.

Los pies es una parte del cuerpo que la tenemos algo descuidada (sobre todo los chicos; las chicas se la cuidan más, se pintan las uñas…). Pero es muy importante. Toda la estructura física del cuerpo descansa sobre ellos. Bien que lo notamos cuando tenemos una herida en los pies; nos amarga el camino. Jueves Santo es un día bueno para mirar los pies, para agradecerlos, para acariciarlos.

Los pies simbolizan nuestros mejores caminos y los no tan buenos. Nuestros pies nos llevan a la casa de quien amamos y nos alejan de quien despreciamos. Nos ayudan a encontrarnos con quienes hacen camino con nosotros y nos distancian de quienes ignoramos. Nos hacen solidarios en las manifestaciones y nos vuelven egoístas en nuestros caminos individualistas. Pies para el bien y pies para lo no tan bueno.

Hoy contemplamos los pies de Jesús, sucios de polvo por andar los caminos de su Galilea, cansados por andar detrás de quien lo pasa mal, gozosos cuando lo encaminan a la casa de sus amigos de Betania. Contemplamos los pies de Francisco, alegres con sus compañeros por el valle de Rieti, lentos cuando se le despacha en la parábola de la alegría verdadera. Y ambos, lo veremos mañana, pies marcados por las heridas del amor. Contemplemos los pies de Jesús y los de Francisco.

Y contemplemos los pies de tus compañeros y compañeras que os han traído hasta aquí. No deja de ser algo maravilloso: para que tus pies te hayan traído hasta aquí has decidido hacer grupo, venir en busca de quien aprecias, entrelazar tus caminos con los de tus amigos. Todo ello merece ser cantado. ¡Quién fuera un músico inspirado/a para hacer una canción entrañable a nuestros pies! Cantar a los pies en este Jueves Santo: es cantar al amor.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
  1. ¿Merece la pena hacer hoy una “contemplación de pies”?
  2. ¿Qué sería poner a los pies de Jesús el propio corazón?
  3. Si lavas pies, sigues a Jesús; si no lavas, no le sigues. ¿Te parece exacto?
  4. ¿Se podrían incluir estos versos en el Canto del hermano Sol?
«Loado seas, Señor,
por los hijos e hijas de la tierra,
por sus pasos cansados
y por sus alegrías siempre vivas,
por su tenaz hermandad
con la tierra y con la hierbas,
con los ríos y montañas,
con los recodos del camino
que terminan en ti».

 

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