Del mismo modo que, a veces, en nuestros nacimientos, hay un puente que une dos laderas de arena sobrevolando un río de plata, en este otro Nacimiento navideño hay un puente mucho más hondo, que salva abismos.
Entre la vida y la Vida (la plena, la definitiva). Entre la soledad y el encuentro. Entre la pequeñez y la gloria. Entre la navidad y la pascua. Entre el miedo y la valentía de quienes se atreven a creer. Entre la oscuridad y la luz verdadera. Y cuando entramos a caminar por las tierras de ese misterio, entonces empezamos el viaje más importante de nuestra vida.
¿Por qué no adentrarnos ahora por esa tierra? ¿Hay algún puente que tengas que recorrer en esta etapa de tu vida?
NAVIDAD [Fragmentos]
Es difícil detectar El Anuncio
entre tantos anuncios que nos invaden.
¿Existe aún la Navidad?
¿Navidad es Buena Nueva?
¿Navidad es también Pascua?
Sabemos que «no hay lugar para ellos».
Sabemos que hay lugar para todos,
hasta para Dios.
(…)
Todo puede ser mentira,
menos la verdad de que Dios es Amor
y de que toda la Humanidad
es una sola familia.
Dios continúa entrando por abajo,
pequeño, pobre, impotente,
pero trayéndonos su Paz.
Doña María y el señor José
continúan en la comunidad.
La sangre de los mártires
continúa fecundando la primavera alternativa.
Los cayados de los pastores,
(y del Parkinson también),
las banderas militantes,
las manos solidarias
y los cantos de la juventud
continúan alentando la Caminada.
Las estrellas sólo se ven de noche.
Y de noche surge el Resucitado.
«No tengan miedo».
En coherencia, con tesón y en la Esperanza,
seamos cada día Navidad,
cada día seamos Pascua.
Amén, Axé, Awire, Aleluia.
Pedro Casaldáliga
No hay comentarios:
Publicar un comentario