No ha existido ningún santo al cual las cosas le hayan salido perfectas, como en un guión de película. El heroísmo en Cristo, no se entiende como los son los héroes del mundo, que son atractivos, grandes y poderosos, sino desde el heroísmo de la cruz y nadie de nosotros es más que el maestro (Cf. Lc 6, 40).
Como personas, no podemos negar que se nos antoja ser los mejores en todo y que los que nos rodean sean como nuestro particular club de fans. Pero no. Observar el Evangelio, es la primera prerrogativa del alma franciscana, y es por tanto optar por el camino estrecho.
Vivir el carisma de Francisco es, entre otras cosas más, tomarse la fe en serio, muy en serio, aunque esto conlleve la burla, la crítica y las persecuciones… pero no desde el pesimismo y la tristeza, sino desde la alegría, la esperanza y la paz.
espirituyvidaofm.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario