Laudato si’, mi’ Signore, (Alabado seas, mi Señor), cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos...Dios ama a la humanidad y busca la dignidad de las personas, pero necesita de nuestra colaboración y solidaridad. La justicia pasa necesariamente por el cuidado ecológico de la creación.
Ahora, frente al deterioro ambiental global, quiero dirigirme a cada persona que habita este planeta...
En esta encíclica, intento especialmente entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común.
La tierra no nos pertenece; nosotros formamos parte de ella, porque fue en ella donde Dios nos generó para que fuésemos hermanos. Se nos ofrece un mundo, natural y humano, al que pertenecemos y que hemos de cuidar para que todos podamos disfrutar de él en condiciones de igualdad.
Todo, la creación y nuestros hermanos, son un regalo que se nos ofrece; cuidarlos y ponernos a su servicio, ofreciendo nuestro ser y nuestro tiempo, es el único modo de responder al grito que la creación y los más pobres nos lanzan.
El lema “Cuidemos la casa” es una llamada a ofrecer nuestras pequeñas acciones cotidianas, que tienen un poder transformador más grande de lo que pensamos.
Además, desde el 24 de mayo estamos en el “Año Laudato Si”, recordando el quinto aniversario de la publicación la encíclica, un tiempo especial para reflexionar sobre este texto social y ecológico hasta el 24 de mayo del próximo 2021.
En la sección de "Recursos" se encuentra el material que hemos preparado para este curso. Un saludo de paz y bien.
Comisión de Pastoral Juvenil
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