Todos tenemos inseguridades y debemos vivir con ellas aunque sea difícil. Nos cuesta aceptarnos tal como somos; queremos ser perfectos, nada parece suficiente para alcanzar una alegría duradera. Este experimento social nos enseña una lección muy valiosa. Lo que debemos valorar siempre está dentro de nosotros. Estas cinco personas se pusieron frente a un espejo y enumeraron los que consideraban defectos personales. Después de eso dijeron qué era lo que les gustaba de sí mismos.
Los realizadores les dieron un nuevo look, los transformaron para sacarlos de esa creencia errada que tenían. Las cosas cambiaron y cuando se miraron al espejo nuevamente, se dieron cuenta de que no sólo su aspecto había cambiado:
Visto en upsocl.com
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